ES TIEMPO
DE VOLVERSE A DIOS PARA QUEDARSE JUNTO A ÉL
Y
volviendo en sí dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia
de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le dire:
Padre, he pecado contra el cielo contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu
hijo; hazme como a a uno de tus jornaleros, Lucas 15:17-19.
De
todas las parábolas que nuestro Salvador narró, la del hijo pródigo es la más conmovedora,
profunda, amplia y la que más se recuerda; aparece solo en Lucas, aunque está
en un evangelio sinópico, no se repite en los otros dos evangelios.
La
parábola del hijo pródigo lo que realmente destaca es la misericordia del Padre
Dios hacia los pecadores arrepentidos, en realidad esta historia narrada por
Jesús debiera llamarse el Padre misericordioso, porque en ella se enfatiza la
espera de un padre que ama a su hijo rebelde que se independiza del hogar
reclamando en vida de su padre la herencia que aún no le corresponde, este
padre después de haber pasado el tiempo corre lleno de amor para dar la
bienvenida al hijo que lo había abandonado por ir en busca de los placeres del
mundo y el derroche de lo que ni siquiera él había ganado, pero que reclamó
como suyo, porque raíz de todos los males, es el amor al dinero, 1
Timoteo 6:10.
Jesús
a través de esta parábola nos habla acerca del pecado, el arrepentimiento y el
perdón, fundamentos básicos de la fe cristiana, que representan la naturaleza
humana pecadora y descarriada que se olvida de su Padre creador para hacer lo
que mejor le parece, pero que si se levanta de su maldad y vuelve a su Creador,
alcanza perdón y misericordia, Porque Dios es rico en misericordia,
al causa del gran amor con que nos amó, Efesios 2:4.
La
herencia que Dios ha dado a la humanidad está representada en dones y gracia
que el Padre ha depositado en cada uno de nosotros; el hijo menor de esta
historia, muestra a un hijo menor inmaduro, sin experiencia, ni responsabilidad
que reclama libertad y bienes para usarlos fuera de la sabia voluntad del
Padre, malgastando y derrochando la vida sin detenerse a pensar en el mañana,
arrastrándolo al fracaso, hasta el punto de vivir al nivel de un animal tenido
por inmundo en la tradición judía, lo que nos muestra que el pecado y la
separación de Dios es algo abominable que lleva a las personas a caer en el
fango de la suciedad y desesperación hasta descender a un nivel muy bajo de moral,
no
hay un momento en que no me vea humillado, y la vergüenza cubra mi abrumado rostro,
Salmos 44:15.
Es tal
la degeneración y el estado lamentable de la persona, que un día tiene que
detenerse a reflexionar para enfrentar su pecado y reconsiderar el rumbo de su
vida, lo cual lo lleva al arrepentimiento, la caída ha sido estruendosa y no ha
sacado ningún provecho personal, dándose cuenta que solo al lado de su padre y
bajo el techo de su casa tendrá el verdadero bienestar, por lo cual decide levantarse
de su postración para regresar, Porque yo reconozco mis rebeliones, y
mi pecado está siempre delante de mí, Salmos, 51:3.
La narración
del hijo pródigo nos confronta con la desgracia del pecado que se apodera del
ser humano cuando no se sujeta a Dios y se separa de Él; la vida libertina y el
desenfreno de una vida fuera del orden y la autoridad lleva al castigo como
consecuencia de las malas decisiones y ceder a las pasiones del corazón que
terminan por destruir a las personas sumergiéndolas no solo en la ruina física
y económica, sino en la peor ruina, la espiritual, que reclama con urgencia la
conversión salvífica; en realidad el hijo no se había arrepentido de corazón, él buscaba
su bienestar personal, por eso pide el lugar de un jornalero como una forma de
estar seguro, así hay muchos creyentes que van la casa de Dios buscando
resguardarse del mal, sin tener una verdadera entrega ni compromiso con Dios, sin embargo el Buen Padre los recibe, Apocalipsis
3:15-19.
Cuando hay disposición de corazón y determinación para levantarse y volver a casa, vemos la mayor demostración de amor incondicional y perdón en el padre que recibe a su hijo
con un fuerte abrazo como muestra de su aceptación y perdón cargado de amor, es aquí cuando
realmente hay arrepentimiento y conversión del hijo pródigo, el corazón misericordioso
del Padre y sus brazos abiertos quebrantan el alma de aquel rebelde e ingrato
pecador, Me buscarán, y me encontrarán, cuando me busquen con todo
su corazón, Jeremías 29:13.
Este maravilloso
cuadro representa a nuestro Padre Dios, los dos hijos muestran la condición de
la raza humana, donde unos se someten al señorío de Dios y permanecen bajo su
gobierno y otros se alejan pero reclaman derechos y bendiciones sin merecerlo.
Ambos grupos son hijos y tienen una herencia, pero el Padre les permite vivir
con libertad y cada uno elige su estilo de vida y su destino final, lo cual nos
muestra al Padre Eterno que ama sin esclavizar ni imponer sus reglas, porque no
tenemos un Dios tirano, sino un Padre que nos ama ilimitadamente, que nos
muestra el camino y nos bendice dejándonos en libertad de escoger el rumbo,
A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra ustedes, que les he
puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues,
la vida para que vivas, tú y tu descendencia, Deuteronomio 30:19.
En la
celebración que el Padre hace por el regreso de su hijo, nos presenta la máxima
manifestación de la bondad y la gracia de Dios cuando un pecador se vuelve a Él;
así como el padre sale corriendo, abraza y besa al hijo sin hacerle ningún
reproche, Dios nos recibe sin recordarnos el pecado, y dice la palabra que hay
fiesta en el cielo por un pecador que se arrepiente, Lucas 15:7.
Dios
muchas veces recibe hijos cuya conversión no es verdadera ni completa, así como
cuando curó a diez leprosos, nueve fueron por interés, y solo uno regreso a dar
gracias y honrar al Señor, Lucas 17:11-19, así hay muchos en
medio de su pueblo; sin embargo el Padre sale al encuentro de todos lo que se
acerquen y los recibe, dándoles la oportunidad de cambiar y ser verdaderamente
suyos.
El diálogo
del padre con su hijo mayor que se enoja y le reprocha a su padre, nos enseña
que Dios nunca descuida a los hijos que lo siguen de cerca y viven junto a Él,
su amor acepta con ternura y firmeza el reclamo que en ciertas ocasiones le hacemos, porque nos entiende y conoce, Aún
no tengo la palabra en la boca, y Tú Señor, ya la conoces, Salmos 139:4.
Esta
hermosa parábola también nos revela que los justos y fieles hijos de Dios no
estamos exentos de caer en pecado debido a la soberbia, los celos y la envidia,
y que de alguna manera hay muchos que hacen el trabajo de la obra con interés esperando
una recompensa, y si no la hallan, se vuelven atrás, Y
Jesús le dijo: ninguno que poniendo su mano en el arado y mira atrás, es digno
para el reino de Dios, Lucas 9:62. Hagan todo sin murmuraciones ni contiendas,
para que sean irreprensibles y sencillos hijos de Dios...Filipenses 2:14-16.
Esta
es una enseñanza para todo el mundo, para unos que por su debilidad caen en la
tentación de los placeres del mundo, para otros, que la soberbia, la envidia y
los celos pueden alojarse en sus corazones con facilidad aun profesando ser
fieles; nos abre los ojos ante la realidad de que nuestra fe en Dios que no
consiste en participar de actividades y prácticas religiosas ni juzgar a otros,
Sean
irreprensibles y sencillos…sin mancha en medio de una generación maligna y
perversa, porque ustedes deben resplandecer como luminares en el mundo,
Filipenses 2:15.
Al
mismo tiempo es un maravilloso texto, invitando a miles de personas a
levantarse del pecado, convertirse y volverse a Dios, dejando de fijarse tanto
en los deleites de este mundo sin Dios que arruina vidas continuamente, Así
que, arrepiéntanse y conviértanse, para que sus pecados sean borrados, para que
vengan de la presencia de Dios, tiempos de refrigerio, Hechos 3:19. Es necesario que
sea un verdadero arrepentimiento para un cambio total de vida.
El
hijo pródigo después de haber agotado su herencia y perdido los “amigos”, se
vio sin consuelo ni apoyo, que lo lleva a tomar un trabajo cuidando cerdos;
tenía mucha hambre pero nadie le daba nada, así que decidió comer el alimento
de los puercos; esto nos enseña la dura realidad de muchas personas fuera de su
patria, pero al mismo tiempo nos revela la apostasía de personas que llamándose
“creyentes” se vuelven al mundo y a las fábulas, en contra de Dios y su palabra
negando la fe, para unirse a la corrupción y el engaño, porque
algunos hombres han entrado encubiertamente, los que antes habían sido
destinados para esta contaminación, hombres impíos que convierten en
libertinaje la gracia de nuestro Dios y lo niegan, al único y soberano, y a
nuestro Señor Jesucristo, Judas 1:4.
Para
muchos que creen que ya no tienen oportunidad de levantarse y volver a ser
recibidos como hijos de Dios, la buena noticia es que si se arrepienten de
corazón mientras aún hay esperanza de vida, podrán volver a los brazos del
Padre, …Porque si el impío se aparta de todos sus pecados, que
hizo, y guarda todos mis estatutos, y hace según el derecho y la justicia, de
cierto vivirá, no morirá…Y si el justo se aparta de su justicia, y comete
maldad, y hace conforme a todas las abominaciones que el impío hizo. ¿Vivirá él?
Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión conque
pecó, y por la maldad que cometió, por ello morirá...Ezequiel 18:21-32. Nadie se justifica ante Dios por sus
obras, sino por su fidelidad y obediencia siguiendo y permaneciendo al lado del
Padre, aceptando por la fe a Cristo.
Por
otra parte, ponerle un anillo en el dedo al hijo y vestirlo con la mejor ropa, es
la forma de reconocer al hijo para restituirlo a su posición de autoridad y honor
en la familia; colocarle calzado nuevo indica libertad, ya no era esclavo ni
sirviente; y hacer celebración matando al becerro más gordo para hacer fiesta
es la forma del padre expresar su gozo por el rescate del hijo que estaba
perdido y muerto en sus delitos y
pecados pero ha sido rescatado, Porque mi hijo muerto era, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado, y comenzaron a regocijarse, Lucas
15:24.
En este texto Jesús hace referencia a la resurrección de los muertos.
Cuando
el hijo mayor rehúsa participar de la fiesta y se niega a dar la bienvenida a
su hermano menor, el padre sale a conversar con él porque su corazón está endurecido
a tal punto que niega ser su hermano, diciendo “tu hijo” y no mi hermano; esta
es una dolorosa situación que Jesús reveló para estos últimos tiempos, que aún
en medio de la casa de Dios se rechaza a muchos hermanos, olvidando la gravedad
de tal pecado, Todo el que aborrece a su hermano es
homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene vida eterna permanente en
él, 1 Juan 4:15.
Y por
último, esta parábola es médula espiritual y de gran profundidad que nos revele
el poder destructivo del pecado y la ingratitud de muchos que reclaman derechos
sin cumplir y cuando han sido bendecidos le dan la espalda al Amoroso Padre. Al
mismo tiempo es un progreso lento pero de gran triunfo final para todo aquel
que desea volver a la casa del Padre, porque en realidad es el comienzo de la
historia hacia la salvación y la vida abundante en un nuevo comienzo con
Cristo. Amén.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo real y verdadero y servidora de su
reino. VÚELVE A CASA DEL PADRE PARA QUE TENGAS UN ENCUENTRO SOBRENATURAL.
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