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7 sept 2015

VUÉLVETE A DIOS Y QUÉDATE JUNTO A ÉL


ES TIEMPO DE VOLVERSE A DIOS PARA QUEDARSE JUNTO A ÉL

Y volviendo en sí dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le dire: Padre, he pecado contra el cielo contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a a uno de tus jornaleros, Lucas 15:17-19.

De todas las parábolas que nuestro Salvador narró, la del hijo pródigo es la más conmovedora, profunda, amplia y la que más se recuerda; aparece solo en Lucas, aunque está en un evangelio sinópico, no se repite en los otros dos evangelios.

La parábola del hijo pródigo lo que realmente destaca es la misericordia del Padre Dios hacia los pecadores arrepentidos, en realidad esta historia narrada por Jesús debiera llamarse el Padre misericordioso, porque en ella se enfatiza la espera de un padre que ama a su hijo rebelde que se independiza del hogar reclamando en vida de su padre la herencia que aún no le corresponde, este padre después de haber pasado el tiempo corre lleno de amor para dar la bienvenida al hijo que lo había abandonado por ir en busca de los placeres del mundo y el derroche de lo que ni siquiera él había ganado, pero que reclamó como suyo, porque raíz de todos los males, es el amor al dinero, 1 Timoteo 6:10.

Jesús a través de esta parábola nos habla acerca del pecado, el arrepentimiento y el perdón, fundamentos básicos de la fe cristiana, que representan la naturaleza humana pecadora y descarriada que se olvida de su Padre creador para hacer lo que mejor le parece, pero que si se levanta de su maldad y vuelve a su Creador, alcanza perdón y misericordia, Porque Dios es rico en misericordia, al causa del gran amor con que nos amó, Efesios 2:4.

La herencia que Dios ha dado a la humanidad está representada en dones y gracia que el Padre ha depositado en cada uno de nosotros; el hijo menor de esta historia, muestra a un hijo menor inmaduro, sin experiencia, ni responsabilidad que reclama libertad y bienes para usarlos fuera de la sabia voluntad del Padre, malgastando y derrochando la vida sin detenerse a pensar en el mañana, arrastrándolo al fracaso, hasta el punto de vivir al nivel de un animal tenido por inmundo en la tradición judía, lo que nos muestra que el pecado y la separación de Dios es algo abominable que lleva a las personas a caer en el fango de la suciedad y desesperación hasta descender a un nivel muy bajo de moral, no hay un momento en que no me vea humillado, y la vergüenza cubra mi abrumado rostro, Salmos 44:15.

Es tal la degeneración y el estado lamentable de la persona, que un día tiene que detenerse a reflexionar para enfrentar su pecado y reconsiderar el rumbo de su vida, lo cual lo lleva al arrepentimiento, la caída ha sido estruendosa y no ha sacado ningún provecho personal, dándose cuenta que solo al lado de su padre y bajo el techo de su casa tendrá el verdadero bienestar, por lo cual decide levantarse de su postración para regresar, Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí, Salmos, 51:3.

La narración del hijo pródigo nos confronta con la desgracia del pecado que se apodera del ser humano cuando no se sujeta a Dios y se separa de Él; la vida libertina y el desenfreno de una vida fuera del orden y la autoridad lleva al castigo como consecuencia de las malas decisiones y ceder a las pasiones del corazón que terminan por destruir a las personas sumergiéndolas no solo en la ruina física y económica, sino en la peor ruina, la espiritual, que reclama con urgencia la conversión salvífica; en realidad el hijo no se había arrepentido de corazón, él buscaba su bienestar personal, por eso pide el lugar de un jornalero como una forma de estar seguro, así hay muchos creyentes que van la casa de Dios buscando resguardarse del mal, sin tener una verdadera entrega ni compromiso con Dios,  sin embargo el Buen Padre los recibe, Apocalipsis 3:15-19.

Cuando hay disposición de corazón y determinación para levantarse y volver a casa, vemos la mayor demostración de amor incondicional y perdón en el padre que recibe a su hijo con un fuerte abrazo como muestra de su aceptación y perdón cargado de amor, es aquí cuando realmente hay arrepentimiento y conversión del hijo pródigo, el corazón misericordioso del Padre y sus brazos abiertos quebrantan el alma de aquel rebelde e ingrato pecador, Me buscarán, y me encontrarán, cuando me busquen con todo su corazón, Jeremías 29:13.

Este maravilloso cuadro representa a nuestro Padre Dios, los dos hijos muestran la condición de la raza humana, donde unos se someten al señorío de Dios y permanecen bajo su gobierno y otros se alejan pero reclaman derechos y bendiciones sin merecerlo. Ambos grupos son hijos y tienen una herencia, pero el Padre les permite vivir con libertad y cada uno elige su estilo de vida y su destino final, lo cual nos muestra al Padre Eterno que ama sin esclavizar ni imponer sus reglas, porque no tenemos un Dios tirano, sino un Padre que nos ama ilimitadamente, que nos muestra el camino y nos bendice dejándonos en libertad de escoger el rumbo, A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra ustedes, que les he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia, Deuteronomio 30:19.

En la celebración que el Padre hace por el regreso de su hijo, nos presenta la máxima manifestación de la bondad y la gracia de Dios cuando un pecador se vuelve a Él; así como el padre sale corriendo, abraza y besa al hijo sin hacerle ningún reproche, Dios nos recibe sin recordarnos el pecado, y dice la palabra que hay fiesta en el cielo por un pecador que se arrepiente, Lucas 15:7.

Dios muchas veces recibe hijos cuya conversión no es verdadera ni completa, así como cuando curó a diez leprosos, nueve fueron por interés, y solo uno regreso a dar gracias y honrar al Señor, Lucas 17:11-19, así hay muchos en medio de su pueblo; sin embargo el Padre sale al encuentro de todos lo que se acerquen y los recibe, dándoles la oportunidad de cambiar y ser verdaderamente suyos.

El diálogo del padre con su hijo mayor que se enoja y le reprocha a su padre, nos enseña que Dios nunca descuida a los hijos que lo siguen de cerca y viven junto a Él, su amor acepta con ternura y firmeza el reclamo que en ciertas ocasiones le hacemos, porque nos entiende y conoce, Aún no tengo la palabra en la boca, y Tú Señor, ya la conoces, Salmos 139:4.

Esta hermosa parábola también nos revela que los justos y fieles hijos de Dios no estamos exentos de caer en pecado debido a la soberbia, los celos y la envidia, y que de alguna manera hay muchos que hacen el trabajo de la obra con interés esperando una recompensa, y si no la hallan, se vuelven atrás, Y Jesús le dijo: ninguno que poniendo su mano en el arado y mira atrás, es digno para el reino de Dios, Lucas 9:62. Hagan todo sin murmuraciones ni contiendas, para que sean irreprensibles y sencillos hijos de Dios...Filipenses 2:14-16.

Esta es una enseñanza para todo el mundo, para unos que por su debilidad caen en la tentación de los placeres del mundo, para otros, que la soberbia, la envidia y los celos pueden alojarse en sus corazones con facilidad aun profesando ser fieles; nos abre los ojos ante la realidad de que nuestra fe en Dios que no consiste en participar de actividades y prácticas religiosas ni juzgar a otros, Sean irreprensibles y sencillos…sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, porque ustedes deben resplandecer como luminares en el mundo, Filipenses 2:15.

Al mismo tiempo es un maravilloso texto, invitando a miles de personas a levantarse del pecado, convertirse y volverse a Dios, dejando de fijarse tanto en los deleites de este mundo sin Dios que arruina vidas continuamente, Así que, arrepiéntanse y conviértanse, para que sus pecados sean borrados, para que vengan de la presencia de Dios, tiempos de refrigerio, Hechos 3:19. Es necesario que sea un verdadero arrepentimiento para un cambio total de vida.

El hijo pródigo después de haber agotado su herencia y perdido los “amigos”, se vio sin consuelo ni apoyo, que lo lleva a tomar un trabajo cuidando cerdos; tenía mucha hambre pero nadie le daba nada, así que decidió comer el alimento de los puercos; esto nos enseña la dura realidad de muchas personas fuera de su patria, pero al mismo tiempo nos revela la apostasía de personas que llamándose “creyentes” se vuelven al mundo y a las fábulas, en contra de Dios y su palabra negando la fe, para unirse a la corrupción y el engaño, porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que antes habían sido destinados para esta contaminación, hombres impíos que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y lo niegan, al único y soberano, y a nuestro Señor Jesucristo, Judas 1:4.

Para muchos que creen que ya no tienen oportunidad de levantarse y volver a ser recibidos como hijos de Dios, la buena noticia es que si se arrepienten de corazón mientras aún hay esperanza de vida, podrán volver a los brazos del Padre, …Porque si el impío se aparta de todos sus pecados, que hizo, y guarda todos mis estatutos, y hace según el derecho y la justicia, de cierto vivirá, no morirá…Y si el justo se aparta de su justicia, y comete maldad, y hace conforme a todas las abominaciones que el impío hizo. ¿Vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión conque pecó, y por la maldad que cometió, por ello morirá...Ezequiel  18:21-32. Nadie se justifica ante Dios por sus obras, sino por su fidelidad y obediencia siguiendo y permaneciendo al lado del Padre, aceptando por la fe a Cristo.

Por otra parte, ponerle un anillo en el dedo al hijo y vestirlo con la mejor ropa, es la forma de reconocer al hijo para restituirlo a su posición de autoridad y honor en la familia; colocarle calzado nuevo indica libertad, ya no era esclavo ni sirviente; y hacer celebración matando al becerro más gordo para hacer fiesta es la forma del padre expresar su gozo por el rescate del hijo que estaba perdido  y muerto en sus delitos y pecados pero ha sido rescatado, Porque mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado, y comenzaron a regocijarse, Lucas 15:24. En este texto Jesús hace referencia a la resurrección de los muertos.

Cuando el hijo mayor rehúsa participar de la fiesta y se niega a dar la bienvenida a su hermano menor, el padre sale a conversar con él porque su corazón está endurecido a tal punto que niega ser su hermano, diciendo “tu hijo” y no mi hermano; esta es una dolorosa situación que Jesús reveló para estos últimos tiempos, que aún en medio de la casa de Dios se rechaza a muchos hermanos, olvidando la gravedad de tal pecado, Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él, 1 Juan 4:15.

Y por último, esta parábola es médula espiritual y de gran profundidad que nos revele el poder destructivo del pecado y la ingratitud de muchos que reclaman derechos sin cumplir y cuando han sido bendecidos le dan la espalda al Amoroso Padre. Al mismo tiempo es un progreso lento pero de gran triunfo final para todo aquel que desea volver a la casa del Padre, porque en realidad es el comienzo de la historia hacia la salvación y la vida abundante en un nuevo comienzo con Cristo. Amén.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo real y verdadero y servidora de su reino.                                                                                     VÚELVE A CASA DEL PADRE PARA QUE TENGAS UN ENCUENTRO SOBRENATURAL.
  


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