ACEITE EN LAS LÁMPARAS
El
reino de los cielos es semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas,
salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas, las insensatas no tomaron consigo aceite; pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas,
juntamente con sus lámparas, Mateo 25:1-4.
Por
lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la
imposición de mis manos, 2 Timoteo 1:6.
Entonces
el Espíritu del SEÑOR vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y
serás cambiado en otro hombre, 1 Samuel 10:6.
La vida en Cristo es una aventura diaria, algo hermoso, un continuo remanso de amor y paz cuando hemos nacido de nuevo y hemos sido bautizados por al Espíritu Santo, aun con dificultades y problemas, el Espíritu de Dios es gozo, poder y seguridad en Cristo, quien nos dió su don maravilloso, El nos recuerda lo que Jesús enseñó a sus discípulos. En el AT David y Saúl fueron ungidos con aceite que representa la unción del Espíritu Santo, David pudo haber fallado después de esa unción, pero se arrepintió, pidió perdón y adoró consagrándose al SEÑOR, como el dulce cantor de Israel, pero Saúl, habiendo sido ungido igual, y habiendo venido el Espíritu sobre él cuando profetizó con los profetas y fue mudado en otro hombre, la unción le duró muy poco a causa de su soberbia y obstinado corazón; cuando Dios le dio una misión, obedeció a medias, haciendo lo que mejor le pareció, así Saúl echó por tierra el aceite de su lámpara y menospreció la unción del Espíritu, por lo cual perdió la dirección y presencia de Dios que se alejó de él y fue desechado para terminar con un final muy terrible, un ejemplo real para aplicar en nuestra vida espiritual...Y vino palabra de YHWH a Samuel diciendo: me pesa haber puesto a Saúl por rey, porque me ha vuelto la espalda y no ha cumplido mis palabras...1 Samuel 15.
Hoy el Espíritu Santo no solo viene sobre ciertas personas, tenemos el privilegio de que todos podemos ser revestidos de Él si reconocemos y recibimos a Jesucristo como SEÑOR y único Salvador; tener las lámparas llenas de aceite significa vivir en el Espíritu con una vida espiritual donde nos alimentamos a diario de la palabra y cultivamos la comunión con Cristo para rebosar de su presencia, andando con Él a cada paso sin importar las circunstancias, pues tenemos la ayuda y el consejo del Santo Espíritu; Él nos reside, nos empapa con su gloria, nos inunda de su amor líquido al entrenarnos y capacitarnos dentro de su proceso purificador y santificador para que el poder y la autoridad de Cristo sean notorios en su pueblo. Solamente mi siervo Caleb ha tenido un espíritu diferente y me ha obedecido fielmente. Por eso a él lo dejaré entrar a la tierra que fue prometida a su descendencia y habitará allá. Números 14:24.
Para ser salvos hasta el final y herederos del reino de Dios hay que ser y vivir espirituales, orando, intercediendo y predicando, continuando la tarea evangelística que el SEÑOR Jesucristo comenzó, en la gloria que fluyó en Pentecostés, allá en el Aposento Alto; ahora es cuando más necesitamos la unción del Espíritu Santo para revelar la gloria del Padre y que venga el fuego transformador en el mover de Cristo en los corazones; esa es la clase de vida que vivieron Enoc y Elías para no ver la muerte, ellos andaban llenos de gloria en la presencia viva de Dios, a plenitud en el Espiritu, a pesar del dolor, la enfermedad, la persecución y las diversas pruebas; porque no somos
perfectos, pero cada circunstancia y cada evento que nos toca vivir, tenemos que verle el propósito divino para honrar y glorificar a Dios mediante su Espíritu porque somos felices, pues hemos sido redimidas en la sangre de Cristo para ser santos. Todos nosotros con el rostro descubierto, contemplamos como en un espejo la
gloria del SEÑOR estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en
gloria, como por el SEÑOR, en su Espíritu. 1 Corintios 3:18.
La parábola de las diez
vírgenes, al igual que la de los diez siervos y los talentos hablan del pueblo de Dios que debe ocuparse en cultivar una vida espiritual santa, con la llenura del Espiritu Santo, con el fin de trabajar responsablemente por llevar una vida pura al servicio a Dios y el prójimo, como resultado de ser guiados y aconsejados por el Espiritu Santo en el cumplimiento a nuestro llamado y la obra del ministerio, en lo cual debemos experimentar la gloriosa manifestación de Dios al vivir por fe obediente, mientras esperamos al SEÑOR de la viña; el acompañamiento y la dirección del Espíritu en nuestra vida se debe evidenciar con la unción y el fuego santo que nos hace arder de amor por Dios y los necesitados. Solo el Espíritu puede capacitarnos, equiparnos y enviarnos para lanzar las redes y hacernos pescadores de hombres; el SEÑOR Jesucristo pagó el preció por nuestro pecado y desea derramar de su Espiritu sobre toda carne. Él llama nuestra atención en cuanto a la necesidad latente que tenemos de ser lámparas llenas del aceite de su presencia como parte activa y efectiva del Gran Despertar y Avivamiento que antecederá a la venida del Gran Rey. Isaías 61:1-4
1. En las Diez vírgnes la característica es que todas estaban capacitadas, tenían el conocimiento y fueron escogidas por el novio para esperar su aparición en medio de la noche, ellas debían alistar sus lámparas y permanecer despiertas para cuando la puerta se abriera y poder entrar a la boda; esto se refiere el compromiso espiritual y moral en que tenemos que vivir inmersos en Dios, atentos y ocupados en el cuidado de nuestra vida natural y espiritual con comportamiento correcto y estilo de vida apropiado para reunirnos con el Esposo en el momento menos inesperado. Hechos 1:8.
Ellas estaban llenas del Espíritu Santo, pero en la espera, cinco se durmieron, se descuidaron y no vigilaron de llenar sus lámparas con el aceite suficiente para que no se les apagará la lámpara que alumbraba en la oscuridad de la noche, y que permaneciera encendida hasta la llegada del novio. No apaguen el fuego del Espíritu, no menosprecien la profecía. Sometan todo a prueba y retengan lo bueno...porque el dia del SEÑOR viene como llega un ladrón en la noche. Y cuando les digan paz y seguridad, a cambio vendrá destrucción repentina y no escaparán, asi como los dolores de la mujer a punto de dar a luz. Porque como pueblo de Dios no estamos en tinieblas para que aquel día nos sorprenda. 1 Tesalonicenses 5.
En tiempos difíciles y principios de dolores de parto, cuando la noche avanzada y el día se acerca, Romanos 13:12-14, el que
no esté revestido de Cristo ni lleno de la luz del Espíritu Santo, correrá el peligro de que se le apague la lampara de la vida y encuentre la puerta estrecha cerrada, Lucas 13:22-30, al no haber estado preparado para enfrentar las densas tinieblas que vendrán sobre la tierra, porque habrá muchas cosas que serán obstáculo en nuestro caminar con el SEÑOR, 1 Corintios 10:12.
La enseñanza de la parábola de las diez virgenes es una alerta para cuidarnos, prepararnos, y alistarnos con discernimiento en la sabiduría que viene de Dios, y provistos de la unción del Espíritu que llena la lámpara de nuestra vida con el aceite fresco de su presencia, en el fuego purificador y revitalizador con el cual Dios nos susteta para impedir que durmamos cuando debemos velar, sin enfriarnos espiritualmente ni dejar apagar la llama del amor, la fe y la esperanza, pues sin esos ingredientes nos volvemos indiferentes y sin afecto frente a Dios y las personas que nos rodean. Mateo 3:11.
2. Las Diez virgenes esperaban al esposo, ese era el objetivo para el cual se habían preparado; esto significa que una vida en el Espíritu revela a Cristo y alimenta su presencia escudriñando en la palabra, porque de allí brota fuego santo que consume nuestra débil carne y extingue nuestras flaquezas para ser verdaderos santos que arden en amor por Jesucristo porque su Espíritu nos llena de gozo y paz en medio de las convulsiones del mundo de tinieblas; somos luminares para miles, llenos de Dios y cuidando esta salvación tan grande. Porque si vivimos en la luz, así como Dios vive en la luz, nos mantendremos unidos como hermanos, y Dios perdonará nuestros pecados por medio de la sangre de su Hijo Jesús.1 Juan1:7.
Las Diez virgenes simbolizan al pueblo de Dios que debe permanecer ligado a Cristo y unidos en el mismo Espíritu que nos separa y protege del mundo, como templos y altares vivos que fluyen con su luz; responsables de irradiar el esplendor de Cristo como libros abiertos en los cuales se puede leer a cerca de Él; fortalecidos en la fe y firmes en nuestra esperanza venidera para que no languidezcamos como pabilos que humean, ni mengue el aceite de la unción al contristar al Espíritu con pecado, división y desamor, dino que cultivemos juntos la vida de oracion, ayuno y adoración para hacer morir aquello que produce tibieza y enfriamiento espiritual. Porque nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Cristo, para que el cuerpo de pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Romanos 6:6 y Efesios 4:22-30.
3. Una vez que el SEÑOR ascendió al cielo, el fuego del Espíritu Santo fue distribuido sobre todos los creyentes en la existencia del poder de Cristo, esas vírgenes en espera del Esposo nos representan a ti y a mi; una mitad son sabios y la otra mitad insensatos; cinco de ellas viendo que el Esposo tardaba, cabecearon y se durmieron, pero las cinco prudentes se mantuvieron despiertas y con sus lámparas llenas; esto nos revela que somos los encargados de buscar la presencia de Dios y provocar el poder del fuego que santifica nuestro ser integral, NO podemos dormir cuando debemos vigilar; avivémos el hambre y la sed de Dios, anhelantes de su presencia y llenos de su gloria, para que con Él soportemos y venzamos las pruebas, hasta el final, recordando que Jesucristo dijo que estaría con nosotros hasta el fin. Mateo 28:19-20 y Éxodo 33:14, Mi presencia irá contigo y te daré descanso.
Pero a causa de los afanes del mundo, muchos se vuelven tibios y llegan a enfríarse, tornándose ápaticos, adormilados y ausentes a la vida espiritual, prefiriendo el mundo, por eso no reconocen las señales de Dios, sino que se identifican con los falsos profetas, guiados por ministros fraudulentos que los hacen cabecear en el engaño y debilidatos en la fe, desnutridos sin la palabra, cuando debieran tener llenas sus lámparas con el aceite de la presencia y unción del Espíritu con la evidencia del fruto; atentos a la voz del Esposo y firmes en la fe para no ser dejados afuera. Porque has amado la justicia y has aborrecido la maldad, por tanto Dios te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros. Salmos 45:7.
4. Tanto las vírgenes prudentas como las insensatas conocían bien el valor del aceite y el cuidado de las lámparas, también estaban
avisadas del regreso del Esposo, y a todos los creyentes en Cristo se nos ha dado aviso para guardar la salvación con respecto a la futura gloria que tendremos en Cristo, con el arrebatamiento y las bodas del Cordero, por lo tanto, debemos estar alertas, y totalmente entregados al Espíritu, para que aquel día no nos sorprenda, y al mismo tiempo, el Espiritu Santo pueda poseernos por completo, y así ser conductores del fluir de la gloria de Dios, andando en el Espíritu, y así no contristarlo, ni apagar su actividad en nosotros. Efesios 4:30 y 1 Tesalonicenses 5:19.
Ser llenos y estar saturados del Espíritu Santo implica entrega y rendición de todas las áreas de nuestra existencia, sin reservarnos nada que querramos manejar nosotros mismos ni andar a nuestro parecer, sino dando libertad a Dios para que sea su Santo Espíritu quién nos ocupe por completo y nos gobierne, para que su poder se manifieste a través de cada uno y ser como óleo de olor fragante para el Padre, llevando nuestros pensamientos cautivos a la obediencia en Cristo; las virgenes prudentes se conectaron al Espíritu de Dios, y asi llenaron las lámparas de su vida con el aceite de su presencia. Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi, Salmos 51:10.
El aceite es el Espíritu Santo, la lámpara es nuestra vida en comunión íntima con Jesucristo, en fe obediente a los mandamientos del Padre, en su palabra, la cual alimenta nuestro ser integral, espíritu, alma y cuerpo, para estar atentos a la voz del Esposo, en cumplimiento a sus instrucciones; siempre listos para cuando nos llame, y un día entrar a las Bodas del Cordero para estar siempre con Él. Pues el fin de todas las cosas se acerca; sean, pues, sobríos y velen en oración. 1 Pedro 4:7.
Dios en su maravilloso amor, avisa a todos por igual; las vírgenes prudentes representan a los creyentes apartados para Dios, que mantenemos viva y activa la luz de su palabra, con el aceite fresco del Espíritu, que como una antorcha nos hace iluminar en la oscuridad de la noche del mundo, a causa de la presencia de Cristo en nosotros, dando fruto al 100%; las vírgenes prudentes nos hablan de santa consagración a Dios en disciplina y responsabilidad, las insensatas representan creyentes dormidos, superficiales y sin profundidad en la palabra ni compañerismo en Cristo, son los que debido a su religiosidad, y formas dogmáticas conocen a Dios solo de oídas y no por experiencia personal de entrega y rendición a Él. 1 Tesalonicenses 5:2 y 2 Pedro 3:10.
Tanto las vírgenes prudentes
como las insensatas se despertaron a tiempo para darse cuenta de su verdadera condición frente a la llegada
del Esposo, pero a las insensatas nos les sirvió de nada despertar porque al final, se quedaron con su vacíedad espiritual y ya fue demasiado
tarde cuando quisieron conseguir el aceite suficiente, pues no vivieron en la perfecta voluntad del SEÑOR. Apocalípsis 2:7-17 y 3:5-12.
NO basta con ser sinceros y tener buenas intenciones, se requiere compromiso, entrega y responsabilidad total con nuestra vida espiritual con relación a Dios, porque Él quiere hijos genuinos sedientos y hambrientos de su presencia, para estar atentos, ser obedientes, eficientes, sabios, efectivos, proactivos y perseverantes en fe, ante el mundo, y que en santidad, condenan el pecado, denuncian el engaño y continuamente aprenden de todo lo que se vive y sucede a nuestro alrededor. Así
que no sean insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del SEÑOR,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos, Efesios 5:16-17.
No
tenemos excusa para pecar y apagar al Espíritu que habita en nosotros, ni por ser descuidados para la venida del SEÑOR Jesucristo, conocemos, sabemos y entendamos la palabra profética para que Él nos encuentre trabajando y velando, Mateo 25:14-30, todo está escrito en su palabra, de
la cual debemos aprender para llevarla por obra, pues debido a la carnalidad podríamos fallar, pero de inmediato confesar para perdón, renovando nuestro compromiso con Dios, para seguir siendo fieles administradores y atalayas despiertos, llenos del Espíritu. Pero ustedes tienen al Espíritu Santo con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñé porque es la unción del Espíritu quien los instruye acerca de todas las cosas que son verdad y no mentira; permanezcan unidos a Cristo conforme el Espíritu les enseña. 1 Juan 2:27.
El Padre Eterno ha
escogido vasijas de barro imperfectas, con errores y defectos, pero nos ha capacitado con su Espíritu para santificarnos, y quemar la escoria, para purificar las vasijas de su gloria, que deben irradiar luz en la lámpara von la calidez del amor de Cristo. El aceite de su presencia nos refresca el alma, y el fuego del Espíritu nos hace arden de pasión por Dios, para llegar a ser como en los días de Elias, y que los que nos vean y escuchen, deseen tener lo que nos identifica y hace diferentes en el poder del Espíritu de la palabra, vivida a cada instante, en la multiplicacíón del reino de Dios y su justicia. Velemos y oremos para no entrar en tentación, Mateo 26:41.
Las vírgenes
insensatas representan a creyentes y gente necia, imprudente, impulsiva, superficial y carnal, personas carentes de fe y de espiritualidad porque son triunfalistas no triunfadores; a diferencia de las prudentes que representan a la gente de fe obediente, ocupados de su espiritualidad y la misión del reino; las insensatas eran necias movídas por inercia e impulso, creían tener
todo al momento que ellas quisieran, pero las prudentes son gente sabia, responsable y pacientes que trabajan a tiempo y fuera de tiempo, ¿Recibieron ustedes al Espíritu Santo cuando
creyeron? Hechos 19:2.
El
Espíritu Santo es quien hace a la Iglesia, diferente al mundo, pero mucha gente rechaza la vida en Cristo y su ambiente de espiritualidad para estar en tinieblas, que se ve en el testimonio de muchos cristianos de apariencia, que no son personas íntegras a falta de la llenura del Espíritu; a cambio, viven llenos de errores, críticas e
imperfecciones. Y el
mundo pone la mirada en los "cristianos" que tristemente alejan a su prójimo en
vez de atraerlos y acercarlos a la fuente de vida y luz. porque
como manantial de agua turbia y revuelta, es el justo que cae delante del
impío, Proverbios 25:26.
Pongámonos bajo la frescura de la nube, en la calidez del fuego santo y la suavidad del aceite que destila del Espíritu de Dios. Él es como el óleo precioso sobre la cabeza el cual
desciende desde la barba…hasta el borde de las vestiduras; como
el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión; porque allí envía
YHWH, bendición y vida nueva, Salmos 133:2-3. Creo que muchas veces nos perdemos
de las maravillas de encuentros extraordinarios con Dios, porque no estamos llenos de su Espíritu, y no hay un ambiente propicio para que su gloria nos nutra, nos sane, libere y haga los milagros que
Dios está deseando hacer y que muchos lo están necesitando.
El altar de Dios que es nuestra vida ha de ser un claro reflejo de nuestro compromiso con Cristo, porque somos llamados a ser sacrificio vivo y santo. Romanos
12:1;
consumidos en el divino don de la santidad en el fuego inextinguible y purificador que Dios derrama cada día sobre nosotros. Jesús es quien nos bautiza con
Espíritu Santo y fuego, Mateo 3:11b.
La
llenura del Espíritu Santo garantiza nuestra perfección diaria y progresiva mientras seamos seres de carne y hueso viviendo en este vulnerable mundo, por eso requerimos en cada respirar y a cada paso, ser renovados, enseñados y moldeados continuamente, siendo procesados como el oro y la plata; una cosa es caer en un momento, y otra muy distinta es ser “creyentes” que deliberadamente viven una vida de pecado, Por lo tanto les digo:
Vivan según el Espíritu, y nos busquen satisfacer sus propios malos deseos,
Gálatas 5:16.
Ser lámparas llenas de aceite es vivir en sujeción y dependencia al Espíritu Santo, que es Emanuel, Dios con nosotros, y que nos vaciemos completamente de nosotros mismos para que sea Cristo lo ocupe todo, y que su luz se irradie a través de cada uno de sus discípulos. Porque antes eran tinieblas, pero ahora son luz en el
SEÑOR, anden como hijos de la luz, Efesios 5:8. El Espíritu Santo
quiere arder poderosamente en ti y en mi a pesar de nuestras debilidades e imperfecciones. Él es el tesoro en los vasos de barro,
2 Corintios 4:7. Que rebosen nuestras lámparas con la fresca del aceite de su gloria en nuestra comunión diaria con Cristo.
Los hombres que Dios usó en el AT eran sometidos a pasiones y debilidades, pero amaron a Dios y se consagraron a Él, por eso fueron ungidos y llenos del fuego de Dios, para servir comoinstrumentos de poder y gloria en los propósitos del Padre; nosotros también podemos ser así eb el fuego de su presencia. Apartémonos, del mundo, preparémonos para Dios, estemos atentos y seamos perseverantes para que la venida del SEÑOR no nos sorprenda, sino que estemos listos y llenos del Espiritu para recibir al Esposo en su momento, Amén,
Mg. MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
Los hombres que Dios usó en el AT eran sometidos a pasiones y debilidades, pero amaron a Dios y se consagraron a Él, por eso fueron ungidos y llenos del fuego de Dios, para servir comoinstrumentos de poder y gloria en los propósitos del Padre; nosotros también podemos ser así eb el fuego de su presencia. Apartémonos, del mundo, preparémonos para Dios, estemos atentos y seamos perseverantes para que la venida del SEÑOR no nos sorprenda, sino que estemos listos y llenos del Espiritu para recibir al Esposo en su momento, Amén,
Mg. MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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