Despreciado y humillados por los hombres, varón de dolores y experimentado en sufrimientos…Él fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados; fue humillado a causa de nuestra iniquidad. El castigo por nuestra paz cayó sobre Él, y por sus llagas somos sanados. Isaías 53:3-5.
Al día siguiente juan vio a Jesús que venía hacia él, y declaró: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Juan 1:29.
Ustedes deben saber que han sido redimidos de sus vanas acciones, no con plata ni con oro que se deterioran, lo cual recibieron de su padre, sino que han sido redimidos con la preciosa sangre del Cordero de Dios, sin mancha y sin contaminación, que es Cristo.1 Pedro 1:18-19.
A nuestro Amado Salvador se le conoce por muchos nombres que representan y reflejan su divinidad, majestad, poder, autoridad y su misión al venir a la tierra, y entre sus nombres está El Cordero de Dios; para poder entender lo que este nombre implica y conlleva en toda su profundidad, debemos conocer lo que dice y enseña el AT., es allí donde se narran las profecías concernientes a la venida del Cordero que sería la ofrenda viva. única, suficiente y máxima para quitar el pecado de la humanidad. El Padre quiso quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento, cuando Él se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá a su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Padre en su mano prosperará. Isaías 53:10.
Todo el sistema sacrificial de ofrendas establecidas por el Eterno en el AT, sirvió para proveer explicación y razón de ser a la venida del Salvador quien cubriría la deuda y pagaría el gran precio por la redención de los hombres, algo que nadie más podía hace ni estaba en capacidad de lograrlo…Porque la ley, habiendo tenida en sí misma la sombra de las cosas venideras, no era la sustancia misma de esas cosas. Por lo cual, aunque eran ofrecidos sacrificios de animales, año tras año, nunca pudieron perfeccionar a los que ofrecían…sino que, con sus ofrendas, hacían memoria de sus pecados año, tras año…Por lo que, al entrar Cristo al mundo, dijo: He aquí YO vengo para hacer tu voluntad, oh Padre, porque desde el principio, en los libros, está escrito de Mí… Por este medio, anula lo primero para establecer lo segundo, y por esa voluntad suya, somos santificados mediante la ofrenda del Cuerpo de Cristo una sola vez y para siempre. Hebreos 10:1-10.
Al SEÑOR Jesucristo es el Cordero de Dios al ser la ofrenda viva y santa, Cordero sacrificado limpio y sin mancha para salvar a los que creen. El Cordero de Dios, da significado a los corderos que se sacrificaban en la pascua hebrea, y Jesucristo vino a ser el Siervo sufriente que nos narra Isaías 53; en Él también hace referencia al macho cabrío que cargaba los pecados y las culpas del pueblo y luego era dejado en el desierto hasta que muriera con su pesada carga; Cristo vino a ser ese cordero pascual y chivo expiatorio, ofrecido en el calvario, y llevando la cruz por la vía dolorosa, para luego ser sacrificado fuera del templo, Hebreos 13:10-16, haciéndose maldito al ser colgado del madero, y levantado en el monte de la calavera como lo narran los evangelios. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: maldito todo aquel que es colgado de un madero. Gálatas 3:13.
Así como los sacrificios de los corderos eran muy importantes para la vida religiosa hebrea, para los creyentes en Dios en su Hijo Cristo, el Cordero de Dios, es denasiado importante, vital y necesario desde el momento en que Juan el Bautista reconoció al salvador y su llegada al mundo; creer esta profecía cumplida es fundamento de la fe cristiana. Al día siguiente juan vio a Jesús que venía hacia él, y declaró: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Juan 1:29.
La pascua, en la cual se celebraba el sacrificio de un cordero sin mancha y sin tacha, Éxodo 12, para el pueblo antiguo, era recordatorio de la liberación de la esclavitud de Egipto, era la fiesta de la independencia hebrea, que les significaba la dependencia a su Creador y Libertador; Dios lo hizo, pues ningún ejército israelita se levantó contra los poderosos opresores; su libertad vino en la oscuridad de la noche, mientras los hebreos estaban apretados alrededor de una mesa pascual, comiendo de prisa y con sus objetos preparados esperando el momento de la liberación; El Eterno les mostró que se podía confiar en Él, destruyendo al poderoso ejército tirano y opresor, robador de vida y libertad. ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? Y sobre ¿quién se ha manifestado el brazo del Eterno? Isaías 53:1.
El Cordero de Dios nos ha hecho libres de la esclavitud del Egipto del mundo de pecado y del opresor enemigo de las almas, sacándonos de las tinieblas a su Luz Admirable. Angustiado Él, y afligido, no abrió su boca; como Cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores…aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Isaías 53:7-9.
Muchos siglos después, la fiesta de la pascua cobró el más amplio significado e importancia; mientras los judíos llevaban a Jerusalén sus corderos bien escogidos, un Hombre era escogido como el Cordero de Dios para toda la humanidad y por el resto de la historia; hoy Jesucristo es nuestro Cordero de la Pascua, y aunque los rituales de la ceremonia antigüa han cambiado, los creyentes en Jesucristo hoy celebramos la Cena del SEÑOR, como recordatorio y conmemoración al tiempo del dolor y derramamiento de la vida en su sangre del Cordero de Dios, que ha pagado el rescate por nuestros pecados y nos ha hecho libres y protegidos, y cobrando fuerza la palabra: Veré la sangre y pasaré de ustedes, y no habrá entre ustedes plaga, ni mortandad. Éxodo 12:13.
El Eterno hace lo que es imposible para el hombre y la profecía se cumple para siempre; en el Cordero de Dios y su derramamiento de sangre, hay siete momentos bíblicos que afirman y certifican a Jesucristo como el Cordero Redentor que debía venir al mundo para padecer, sufrir y morir trayendo salvación a una raza caída. Porque les digo que es necesario que se cumpla todavía en Mí aquello que está escrito: y fue contado con los inicuos, porque lo que está escrito de Mí tiene cumplimiento. Lucas 22-37; Dios Ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo, habría de padecer. Hechos 3:18.
1. Su sangre en el Huerto Getsemaní.
Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo. Y estando en agonía,
oraba con intensidad; y el sudor de su angustia se volvió grandes gotas de
sangre, que caían sobre la tierra. Lucas 22:43-44. Y
tú también, por la sangre de su pacto, serás salva; YO he sacado los presos de
la cisterna donde no hay agua. Zacarías 9:11. El momento crucial en la misión del
SEÑOR, fue su oración en el huerto Getsemaní; crucial significa cruce de dos caminos, o eliges uno o eliges otro, en aquella noche, la más angustiosa para
nuestro SEÑOR, su amor eligió salvarnos, y el Cordero de Dios oraba para recibir fuerzas del Padre al escoger el sacrifició a sabiendas del padecimiento que le esperaba; sus lágrimas no solo eran de angustia, eran lágrimas cargadas de amor entrañable y obediencia férrea para atraer a los pecadores desde los cuatro puntos cardinales, para que también ellos escogieran el Camino, la Verdad y la Vida. Juan 14:6
El Cordero de Dios derramó sudor de sangre que caía sobre la tierra, confirmando el pacto salvador, y tomando el alto precio de nuestra redención; la agonía mental era intensa y por su frente brotaba sangre para traer sanidad a la tierra, romper el yugo mortal del pecado y quitar la pesada carga mental de la preocupación, el afán y el estrés que abate al ser humano; con su sudor de sangre, El Cordero de Dios rompió la maldición del engaño, la infidelidad, la traición y las malas intenciones que provocan carga emocional, rompiendo asi toda angustia psicológica, desierto depresivo, y desarraigando los espinos y los cardos manipuladores, anulando todo veneno y cosa mortífera que se levante contra los redimidos en medio de este Egipto del mundo. Él Cordero nos hizo ofrenda santa para que la vida de Cristo se manifieste en nostros, seamos luz, sal y puertas abiertas a la verdad y la bendición mediante una vida pura, de oración e intercesión intensa para que baje su gloria divina con ejércitos celestiales y llegue salvación a los necesitados y perdidos. Lucas 27:25.
2. La sangre que brotó de su
rostro al arrancar su barba y darle golpes. Ellos dijeron: Es reo de
muerte. Entonces lo escupieron en el rostro, y le dieron puñetazos, y otros lo
abofeteaban. Mateo 26:67. Ofrecí mis espaldas para que me azotaran
y deje que me arrancaran la barba. No retiré el rostro de los que me golpeaban
y escupían. Isaías 50:6.
La
sangre que brotó del rostro de Cordero de Dios al recibir la violencia física con los
puñetazos y arrancarle la barba causó grandes heridas por las cuales brotaba sangre abundante; allí Él quitó toda ignominia, vergüenza y falta de
identidad en su pueblo; la hinchazón del rostro desfigurado y sangrante del Cordero rompió las máscaras y las caretas que ocultan nuestra verdadera
identidad de hijos de Dios para que seamos genuinos y verdaderos. Isaías 53:2-3.
La
sangre que brotó de su rostro significa nuestra aceptación, quitando todo rechazo,
menosprecio y humillación, sanando toda herida de violencia emocional, psicológica y física que hayamos sufrido, para restaurar nuestro valor y
renovar nuestro auto concepto, sentido y valor de vida; El Cordero restauró el diseño original
de hijos y propiedad de Dios, porque el amor en su sangre es bálsamo y medicina que limpia, trae honra, justifica y renueva integralmente con abundante sanidad. Creció delante del Padre como un renuevo tierno que hunde
sus raíces en la tierra seca; no tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía
nada atrayente y lo negamos. Despreciado y humillado por los hombres, varón de
dolores y experimentado en sufrimiento, escondimos de Él nuestro rostro, lo despreciamos y no lo
estimamos. Isaías 53:2-3. Lucas 22:63-65.
3. Sangre brotó de su espalda
al ser azotado.
Entonces
Pilato tomó al SEÑOR y lo azotó. Juan 19:1. Sobre mis espaldas araron los aradores, hicieron largos surcos. Salmos 129:3. Ciertamente sufrió Él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros lo tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. Pero Él fue herido por nuestras rebeliones, molido
por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga
fuimos nosotros curados. Isaías 53:4-5. Los 39 azotes que recibió el Cordero de
Dios flagelaron su espalda, su pecho y sus lomos derramando sangre copiosamente; el látigo romano tenía en la punta un hueso puntiagudo que hacía zanjas al caer en el cuerpo del SEÑOR, esa sangre era la única que podía cubrir nuestra maldad para hacernos blancos como la lana y emblanquecernos como la nieve quitando toda suciedad de cautiverio. Isaías 1:18-20.
Esas zanjas en su pecho, su espalda y sus lomos formaron una gran llaga que parecía una masa de carne de la cual brotaba como ríos sangre sobre nuestra vida para quitar de raíz toda enfermedad y dolencia, limpiándonos desde adentro hacía afuera quitando el origen de las obras muertas y arrancando la rebelión del corazón humano. Limpió nuestra conciencia de obras muertas para servir a Dios, Hebreos 9:14; Él nos regeneró en cuerpo, alma y espíritu, nos hizo nuevos para vivir en Él por fe obediente, con humilde y manso carácter para que nos sometamos al Padre y dependamos del Hijo para disfrutar de salud, fuerzas nuevas y libertad responsable. 1 Pedro 3:8-22.
Fueron
las llagas sangrantes de los lomos, el pecho y la espalda del Cordero que sanaron toda enfermedad de nuestro cuerpo
y arrancaron la maldición generacional que nos mataba antes de tiempo; ya no
somos esclavos víctimas del enemigo que enferma, arruina y destruye, tenemos vida, salyd, fuerzas nuevas y podemos prosperar y conquistar porque Él venció con su sangrw, su muerte y su resurrección. Y
ellos han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del
testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Apocalipsis
12:11. El Cordero de Dios al transformar nuestra mente, no hacer ver el trabajo, ya no como una maldición ni una pesada carga, sino como una fuente de bendición y sustento donde Dios abre puertas de esperanza y progreso a traves de los ingresos por nuestra labor y servicio realizado. Así que reprime las lágrimas de tu rostro, porque salario hay para tu trabajo, dice el SEÑOR...Jeremías 31:16.
4. La sangre que brotó de su
cabeza con la corona de espinas. Y los soldados entretejieron una corona
de espinas, la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano derecha; e hincado
la rodilla delante de Él, lo escarnecían diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!
Mateo 27:28-29, Marcos 15:17 y Juan 19:2-5. En aquel día YHWH de los
ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su
pueblo. Isaías 28:5.
La corona de espinas fue la culminación de la burla, pero era símbolo de la realeza
y majestad del Cordero Rey; aunque esas espinas fueron algo doloroso y degradable para nuestro Redentor, hoy nos
recuerda que en realidad solo Jesucristo es Rey de reyes y SEÑOR de señores, lo cual afirma que Él fue el Siervo sufriente profetizado en Isaías 53, que nos libertó de la ruina espiritual que traíamos de Adánby Eva y poder señorear como al principio y que lo que determinemos en Cristo sea firme. El Mesías Conquistador
de nuestra restauración nos hizo un pueblo de reyes y sacerdotes, gente santa sentados con Él en lugares celestiales. En su vestidura y en su muslo, está escrito su nombre real, extraordinario y glorioso: Rey de reyes, y SEÑOR de señores. Apocalipsis
19:16.
El Cordero Sufriente pagó las culpas erráticas de nuestras malas decisiones con sus consecuencias dolorosas; Él está sentado en su trono y gobierna su creación y ha recibido la corona que solo Él es digno de llevar y nos ha hecho uno con Él al nacer de nuevo. Porque vemos a Aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustara la muerte por todos. Hebreos 2:9.
Incrustar la corona de espinas en la cabeza del SEÑOR, traspasó hasta tocar su cráneo
haciendo que fluyera abundante sangre por todo su cuerpo, sumado a los golpes que recibió con la caña, provocando grandes hematomas y haciendo que la sangre
fluyera como una fuente inagotable, para que hoy se haga realidad su gloria en medio de su pueblo y se cumpla Ezequiel 47 en nuestro tiempo; Él derramó su vida para sacarnos de la muerte y la improductividad y que seamos plantió de YHWH. Isaías 61:1-4. Porque convenía a Aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar a muchos hijos a la gloria, perfeccionara por las aflicciones al Autor de nuestra
salvación, Hebreos 2:10.
La
sangre que brotó de la santa cabeza del Cordero de Dios, limpia nuestra nefasta mente
de malos pensamientos y renueva nuestra manera de pensar; para gozarnos en ser hijos de Dios y hermanos del Jesucristo con identidad, pertenencia, autoridad y un destino seguro; su sabiduría es nuestra inteligencia, su poder es nuestra creatividad, para hacer la voluntad del Padre, teniendo la mente de Cristo, 1 Corintios 2:6-16. Ahora podemos pensar como lo ordena la palabra, todo bueno, agradable y
perfecto que edifica nuestra vida, Filipenses 4:8. Esa sangre preciosa
nos permite llevar fruto desde nuestros pensamientos que deben permanecer cautivos a la obediencia a Cristo para
tener el poder de derribar argumentos, dardos y artimañas del enemigo y todo lo que se levante contra el
conocimiento de Dios. 2 Corintios 10:5-6.
Los
soldados romanos sin saberlo, tomaron un objeto de maldición y lo ajustaron
sobre Aquel que nos liberaría de la maldición de la ley que traíamos desde Génesis y que
decía que todos los días de nuestra vida comeríamos con dolor el fruto de la
tierra que produce cardos y espinos. Génesis 3:17-18. Esta sangre preciosa
que brotó de la cabeza de Cristo tiene el poder de romper esa maldición que carga
al hombre a trabajar como esclavo con duro esfuerzo, y con labores que son como espinas que lastiman para alcanzar el sustento en fuerzas humanas. Esa sangre transforma nuestra visión de la vida y de un destino nefasto para empezar a vivir por fe, creciendo y madurando a la manera de Dios. Somos más que vencedores porque Él anuló toda acta de decretos que había contra nosotros clavándola en la cruz, somos espírituales con dones y fruto. Colosenses 2:8-23..
Su cabeza sangrante bajo la corona de espinad lava continuamente nuestra mente haciéndonos conscientes de los tiempos y la realidad profética para que nadie sea arrogante ni autosuficiente, sino vivir por fe y creer que así como
Dios ha levantado al Hijo de entre los muertos, también lo hará con nosotros que vivimos y pensamos por el Espiritu. Porque
los que son de la carne, piensan en las cosas de la carne, pero los que son del
Espíritu en las cosas del Espíritu...Y si el Espíritu que levantó Romanos 8:5-11.
5. La sangre que brotó de sus manos al ser clavado en el madero horizontal. Y cuando llegaron al lugar de la Calavera, lo crucificaron allí. Lucas 23:33. Horadaron mis manos y mis pies. Salmos 22:16. El ser humano no alcanza a comprender que poder y fuerza hay en las manos sea para hacer el bien o para hacer el mal. Con su sangre brotando de sus manos, el Cordero de Dios nos devolvió el dominio para gobernar la tierra. Marcos 16:18. Las manos pueden crear, transmitir afecto, bendecir, abrazar tiernamente o ejercer cierto grado de poder. La sangre que brotó de las manos del Cordero de Dios, nos habla de unción y propósito para dar fruto y multiplicar en el reino; esa sangre nos libera de toda opresión, manipulación del mundo, presión de la carne y artimaña de las tinieblas, para estar seguros en las manos del Padre, Salmos 31:15.
Su sangre lava nuestras manos y rompe las cadenas de esclavitud de la ruina, nos da la gracia y poder para hacer riquezas y ejercer los dones en los cinco ministerios como Cuerpo de Cristo en la edificación del pueblo y cumplimiento de Isaías 61. El SEÑOR expiró y encomendó su Espíritu al Padre declarando total libertad de carga en entrega, dependencia y confianza en el Padre, confirmando la redención de su pueblo como lo dice Salmos 31:5. Ahora toda labor de arte, oficio y creatividad lo que hacemos con las manos es bendición. Deuteronomio 30:9, Proverbios 10:22 y 2 Pedro 1:3.
La sangre vertiendo de sus manos horadadas cambió la maldicion en bendición y nos libera de la opresión del maligno, sus manos ensangrentadas son unción para que demos las buenas nuevas a los pobres, enviar sanidad a los quebrantados de corazón, proclamar libertad a los cautivos de la enfermedad, a dar vista a los ciegos espirituales y llevar libertad a los oprimidos por el diablo, Lucas 4:17-18. Cristo nos ha dado el privilegio del ministerio de la reconciliación y su sangre fluyendo de sus manos es para que los dones y operaciones del Espíritu fluyan a través de nosotros permanentemente para hacer discípulos y llevar vida en amor. En la sangre de sus manos hemos ganado productividad y riquezas del reino para seguir avanzando sin que nada nos detenga, bendecir y multiplicar los dones, los talentos y las capacidades y habilidades en todas las áreas, sirviendo con alegría y regocijo, esa sangre nos restauró largura de años. Proverbios 3:16. La
6. La sangre que brotó de sus
pies al ser clavos en madero vertical. Porque perros me8 han rodeado; me han
cercado cuadrilla de malignos; perforaron mis manos y mis pies. Salmos 22:16. Y cuando llegaron al
lugar que se llama la Calavera, lo colgaron de manos y pies a un madero, con un
ladrón a la derecha y otro a la izquierda. Mateo 27:32-39. Sus pies clavados y
chorreando sangre nos habla de libertad para correr en pos de Cristo y hacer la voluntad del Padre; Jesucristo pagó el precio para que pidamos huir de la injusticia y pelear la buena batalla de la fe y vivir en contentamiento y piedad, libres de toda clase de esclavitud y yugo opresor, que impida a nuestros
pies correr presurosos al bien, Isaías
52:7.
Cristo
es el Camino que nos conduce a toda verdad y nos lleva por la senda angosta de
la vida eterna; entender que fuimos creados con un propósito y fuimos redimidos
en Cristo nos hace retornar a la senda antigua para cambiar el rumbo equivocado
que veníamos llevando alejados de Dios, a dejar atrás la presiones y los afanes
del mundo y de nuestra propia ignorancia que fácilmente nos harían extraviar;
la sangre que salió de los pies del Cordero de Dios restauró nuestro propósito
de vida y enderezó nuestros pies para andar por la senda correcta. Él
Conoce todos mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.
En sus sendas he afirmado mis pies; he seguido su camino sin desviarme. Job
23:110-11. Ya no andamos a la deriva, ni extraviados, tampoco somos presa fácil del enemigo, con la sangre del Cordero hemos vencido el miedo y la cobardía y habitamos al abrigo del Altísimo para andar por la senda estrecha del bien, la justicia y la seguridad. Salmos 91.
7.La sangre con agua que brotó de su costado al ser traspasado con la lanza. Uno de los soldados romanos le abrió el costado con una lanza. Juan 19:34. Y Mirararán a Mí, a quien traspasaron. Zacarías 12:10. Jesús fue crucificado a la misma hora en que los corderos de la pascua eran inmolados en el templo, por esa razón, y según la ley rabínica se abría el corazón de los corderos degollados para que chorreara la sangre sobre el altar; los soldados fueron por orden de Pilato a verificar su muerte, al verlo muerto no le partieron las piernas, sino que le atravesaron el costado con una lanza, unos dicen que el izquierdo, otros que el derecho, lo importante es que esa sangre nos ha dado sanidad interior, Salmos 147:3, porque la sangre que brotó de su costado es derramamiento de amor divino como la máxima manifestación de su profundo afecto sacrificial por el ser humano y el amor supremo de Cristo por su Cuerpo, su novia, la congregación de YHWH, los templos vivos de su Espíritu. Mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis entrañas. Salmos 22:14.
Cada gota de sangre que derramó el Cordero desangrado hasta quedar sin vida, fueron gotas de amor puro e indescriptible que brotaron de su corazón que explotó a causa del dolor; esto fue la culminación de la victoria total del Cordero sobre el adversario y de su vida sobre la muerte, dándonos plenitud total. Cristo tomó toda nuestra culpa, pecado, mancha, carga, deuda e iniquidad que nos produjo debilidad y falencia, absorbiendo todo el daño que el maligno nos provocó, pero que Cristo cambió con un nuevo corazón, una nueva vida y nueva oportunidad para ser salvos. Debemos vivir limpiamente y ser capaces de expresar alabanza y adoración al Gran Libertado, al Campeón vencedor y victorioso que ha dejado el mensaje eterno de su sacrificio para la humanidad, y los redimidos en Cristo que somos lavados en su sangre desde la cabeza hasta los pies. Romanos 5:9 y Efesios 1:7.
Todo ha sido hecho nuevo en Él, nos libró de toda clase de ruina, nos sanó, nos hizo libres y fuertes para NO sufrir las consecuencias del pecado, ni del abandono, el rechazo, ni ningún vejamen causado por el maligno; en el santo sacrificio sangriento fuimos reconciliados con el Padre para disfrutar el fruto de su sacrificio, pues nada hay nada que se le compare, Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho; por conocerlo a Él, el Siervo sufriente justificará a muchos y llevará la iniquidad de ellos. Por tanto, dice el SEÑOR, YO les daré parte con los grandes, y con los fuertes y se le rendirá los honores de un soldado victorioso, porque Él se expuso hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, cargando Él, los pecados de muchos, e intercediendo por los transgresores Isaías 53:11-12
Aleluyaaa,
Amén y amén.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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