Herencia del SEÑOR son los hijos; cosa de estima es el fruto del vientre. Dichosos los padres que llenaron su casa con hijos; no serán avergonzados. Salmos 127:3-5.
Maridos, amen a su esposa, así como Cristo amó a la Iglesia y se entrego a sí mismo por ella. Efesios 5:25. Ustedes mujeres, sujetense a la autoridad de su marido...1 Pedro 3:1-7.
Hijos,obedezcan en autoridad del SEÑOR a sus padres, porque esto es justo delante de Dios. Efesios 6:1.
Dios creó al hombre y la mujer para fundar la familia mediante el matrimonio que sustenta el hogar como el lugar más seguro, la relación más duradera y el grupo más firme, personas con carácter, personalidad, identidad y sentido de pertenencia. Dios dejó ejemplo de hogar y familia en la naturaleza: la cigüeñas, pingüinos, grullas, palomas, loros, cisnes, gansos, orcas, caballito de mar, nutrias, ratones de pradera, gibones, canarios, tórtolas, lobos, castores, cóndor andino, rana venenosa, canguro, albatros y muchos más, conservan la misma pareja toda la vida; ambos macho y hembra se esfuerzan y trabajan juntos para construir su nido y lugar de vivienda; la pareja animal, cria y cuida de sus polluelos por igual, así que Dios también nos enseña a ser padres a través de la naturaleza. Los hijos son una herencia del SEÑOR, los frutos del vientre son una recompensa. Salmos 127:3.
La autoridad como el respeto se ganan y se forjan día a día, no se tienen automáticamente por el solo hecho de ser padres; autoridad en hebreo es Samjut, significa asumir responsabilidades, ejerciendo poder con gracia transformadora, para aumentar y promover los principios, valores y virtudes en los hijos, todo mediante el buen ejemplo y reconociendo con amor el valor del otro. La autoridad según Dios es un servicio generoso que los padres llevan a cabo sobre los hijos, mediante el testimonio y el diáligo para ayudar a los hijos a que cada día sean mejores seres humanos. Los mandatos del SEÑOR son una lámpara encendida, su instrucción es luz; y su disciplina correctiva es el camino que lleva a la vida. Proverbios 6:23.
Dios nos dio una familia, un hogar y un techo para concebir, cuidar, educar y edificar vidas, por eso, tanto papá como mamá ejercen autoridad en la casa, mediante el respeto, la consideración, determinación y firmeza para educar; los padres deben cumplir las promesas que hacen a los hijos, sean premios por logros o disciplina para corrección; estos parámetros deben hacerse con el respaldo y acuerdo de la pareja, para fomentar armonía, paz y orden familiar, asi que los padres establecen prioridades, principios, hábitos y costumbres que hagan funcional la familia; Dios bendijo el primer matrimonio y fundó la familia en el Huerto con la misión compuesta de ser esposos y padres con autoridad, no con autoritarismo ni liviandad, y la autoridad la ganan los padres, cuando los esposos trabajan en equipo y se respaldan el uno al otro, formando buenos hábitos en los hijos; dando ejemplo y siendo coherentes con lo que dicen hacen y exigen a sus hijos. El que escatima la vara de la corrección odia a su hijo; pero el que lo ama, lo disciplina a tiempo. Proverbios 13:24.
Cuando se dan órdenes y se crean reglas en la familia, hay que explicar a los hijos el por qué y para qué, aclarando los pros y los contras, los beneficios y las consecuencias de obedecer o desobedecer; manejar la autoridad con cada hijo es diferente, como cada uno es diferente, se requiere paciencia, tolerancia y tiempo distinto para el aprendizaje, quizá haya que repetir una cosa varias veces, pero hay que mantener la calma para no enojarse, gritar ni pecar y mucho menos caer en el autoritarismo, porque:
LA AUTORIDAD es positiva, el AUTORITARISMO es negativo; autoridad es paciencia, autoritarismo es desesperación; autoridad es diálogo y explicación, autoritarismo son gritos e imposición; autoridad es respeto, autoritarismo es ofensa y agresión; autoridad es coherencia y asertividad, autoritarismo es incongruencia y reacción; autoridad es amor y buen ejemplo, autoritarismo son órdenes y amenazas. Por lo tanto, dentro del hogar no deben haber imposiciones forzosas, celos ni contiendas, sino unidad, comprensión y tolerancia en los esposos, para que juntos formen descendencia conforme al corazón de Dios. Esa unión de esposos va en unidad con los hijos, haciendo posible gobernar bien la familia, la tierra y la creación. Génesis 1:26-30.
También con autoridad se anima a los hijos a casarse y tener matrimonios sólidos, de buen ejemplo y testimonio como papás y mamás, porque fuimos creados a imagen de Dios, y cada uno, hombre y mujer tienen un propósito asignado por Dios para ser columna en la familia y fundamento de vida en la sociedad, ¡qué responsabilidad tenemos los padres! Somos encargados de contribuir en el desarrollo y el progreso de la raza humana formando personas que honren a Dios, respeten a sus semejantes, se valoren así mismos, cuiden la naturaleza, del lugar donde vivimos y de la calidad de vida en el hogar; porque a diferencia de los animales, poseemos alma que razona, cuerpo para santificar y cuidar y espíritu para conectarnos con el Creador, porque: Si una casa está dividida contra sí misma, la familia no puede permanecer en pie. Marcos 3:25.
Dios nos dio valor y poder de respuesta con la capacidad de decidir, gobernar, dirigir y relacionarnos como familia, pensando, acordando y conciliando unos con otros pero teniendo comunión con Dios, porque Él es la fuente de la sabiduría, el amor, la autoridad y la constancia en familia, para que ella permanezca hasta el final, y estando juntos establecer orden, convivencia amable y paciencia que construya un sólido tejido social, alineado al diseño de Dios, donde todos crecemos y nos desarrollamos a plenitud y conforme a su palabra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser. Génesis 2:24.
Así como Dios es Eterno, el amor entre los esposos, debe ser hasta el final, pero con autoridad que produzca respeto y afecto, te cuento esta corta historia:
Un famoso maestro se encontró frente a un gran grupo de jóvenes, los muchachos argumentaban, que, si el romanticismo constituye la verdadera pasión de la pareja, si se acaba el amor y la pasión deben separarse en lugar de quedarse en una hueca monotonía. El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero que el problema que acababa con una familia, no es la falta de pasión, son los esposos que no han entendido que su unión y compromiso son hasta la muerte, y que sus roles, responsabilidad y autoridad deben ejercerse para cuidar y formar vidas honorables, donde Cristo debe ser el centro del gobierno y la autoridad familiar; Dios y su amor están bien representados en los aros de los anillos que sellan la unión familiar para siempre, así como Dios es eterno y permanece para siempre. Así que no son ya dos, sino uno solo; de modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unidos. Mateo 19:6.
Prosiguió el maestro: No es que el amor, el romanticismo y la pasión se acaben, pues si se casaron verdaderamente enamorados, eso sentimientos y afectos permanecerá, solo que los han dejado dormir; de donde estabilidad, unión y familia son cuestión de autoridad respetuosa en humilde respaldo, apoyo, compromiso y sujeción mutua. ¿Saben lo que significa FAMILY en Inglés? Father And Mother, I Love You, por eso los hijos necesitan ver a sus padres siempre juntos, luchando y amando juntos. Si alguno se divorcia, comete impureza, y si se vuelven a casar, cometen adulterio…Lucas 16:18.
Ninguno puede ser cabeza del hogar sin estar bajo el gobierno de Cristo; los hijos no saben ni pueden entender obediencia y respeto para sus padres, porque los padres egoístamente piensan solo en ellos, en sus propias necesidades y pasiones, dejando de lado a los hijos y hasta echándoles la culpa de sus líos, no dan buen ejemplo de padre y madre que aman, se ocupan y trabajan en equipo para criarlos y dar testimonio del amor de Cristo en su casa. AMBOS esposos deben amarse, respetarse, cuidarse y respaldarse mutuamente frente a los hijos, como si fueran UNO SOLO; los padres somos responsables ante el SEÑOR por la forma en que criamos, educamos y levantamos a los hijos en la administración del hogar. No dejes de disciplinar a tus hijos, unos cuantos azotes con vara no lo destruirán. Proverbios 23:13.
El respeto se gana, no se impone ni se exige, la autoridad se ejerce, y el marido debe ejercerla con un gobierno amoroso de servicio y atención, caminando hombro a hombro con su esposa, y ella al lado de su esposo, no quedando atrás, ni adelante, sino juntos y de la mano. Si el esposo ama a Dios, honra a su esposa y está atento de sus hijos, el hogar se gobernará, dirigirá y administrará con la vara de autoridad divina delegada desde arriba, el hombre debe poder todo su esfuerzo para ser un esposo suave y compresivo y un padre tierno y responsable; si la mujer ama a Dios, siempre amará y respaldará a su marido y velará por sus hijos. El mayor problema de los hogares es la falta de autoridad, respeto y prioridades; la gran mayoría, desde la niñez nos hemos formado en rebeldía, y las veces que obedecimos fue porque nos tocaba, no porque comprendiéramos el valor y profundidad de la autoridad trascendente que construye y preserva la familia y la calidad humana. Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos. Proverbios 3:1.
El marido como cabeza de la mujer está llamado al amor que enseña, dirige y acompaña con afecto y amabilidad, no a los gritos ni a la fuerza como si fuera un patán dictador; la pareja debe ser sencilla porque es conocedora de los principios escriturales: AMOR CON RESPETO Y AUTORIDAD FIRME, RESPONSABLES, HUMILDES, PACIENTES Y CON DOMINIO PROPIO QUE ES TOLERANCIA es decir llenos del fruto del Espíritu, para que en cada miembro del grupo familiar haya un remanso de calma enseñable, entendiendo que ninguno es perfecto, sino que estamos en proceso continuo de formación hasta la muerte. No se crean mejores de lo que realmente son. Romanos 12:3.
Según el mundo, las parejas se divorcian porque son incompatibles y no se entienden, pero no es asi, se supone que se casaron enamorados, ¿cómo es esto? Lo que tienen que aprender todos los esposos es a llevarse bien porque son diferentes, la compatibilidad la hace el verdadero amor que respeta y cumple con sus roles, en sagrada humildad y mansedumbre, dispuestos a callar cuando están enojados, y esperar para hablar con la ayuda y dirección del Espíritu Santo, cuando se hayan calmado, reflexionado y reconocido cada uno sus falencias para corregirse, y hacer la voluntad de Dios, y que los hijos aprendan cordura por medio de los padres. Padres no sean causa del enojo de sus hijos; criénlos con la disciplina y la instrucción del SEÑOR. Efesios 6:4.
Los padres orgullosos y arrogantes son severos con los hijos y muchas veces hieren su alma con palabras ásperas, castigos duros y exagerados, por eso muchos hijos pierden el respeto, el amor y la consideración a sus padres, acostumbrándose a criticarlos negativamente, juzgarlos irrespetuosamente, condenando y resaltando los defectos por encima de las cualidades; se hacen reticentes a las instrucciones y los mandatos, lejanos al amor del Padre celestial; pero la sana autoridad pone límites y establece parámetros de comportamiento, orden, educación, colaboración y corrección, sin exageraciones ni durezas; la autoridad en amor impide que nos veamos con lentes de aumento unos a otros. Aunque nunca una pareja estará totalmente de acuerdo, deben dialogar a solas para acordar el orden, las reglas, disciplina, manejo de la casa y el trato con los hijos; siempre debe haber momentos a solas para los padres, y charlas entre padres e hijos para limar diferencias, conciliar y buscar puntos de apoyo y acuerdo que mantengan la armonía del hogar. Jóvenes no se casen alocadamente ni formen un hogar a la ligera; cerciórense que en verdad los mueve el amor y que es el tiempo correcto; debe ser igual cuando vayan a tener hijos, juntos en oración y guiados por el Espíritu Santo de Dios. Apréndete de memoria todas las enseñanzas que te da el SEÑOR. Deuteronomio 6:6.
El marido gana respeto y ejerce autoridad cuando valora, consudera y ama a su esposa como Cristo amó a la Iglesia en la cruz, con amor sacrificial, apasionado, comprometido y determinado, que el amor sea como un bálsamo contra el dolor, ese amor que edifica, sustenta, da calor, es comprensivo y no abandona; un verdadero esposo atesora y cuida a su esposa como a su propio cuerpo, así los hijos verán lo que es amor y los respetarán sujetándose a su autoridad, corrección y disciplina: el hombre que no provee a las necesidades afectivas, económicas y espirituales de su mujer, está cometiendo homicidio espiritual; alejando a todos del orden de Dios para su hogar, la mujer debe ser hacendosa, que se esmere para edificar y cuidar su casa, así ambos serán autoridad educadora para su prole. Los hijos que hoy superan los 40 y conservamos una buena familia, somos el resultado de un padre esforzado que proveyó y una madre abnegada que formó y cuidó a sus hijos. Educa a tu hijo desde niño, y cuando llegue a hombre mayor, seguirá tus enseñanzas. Proverbios 22:6.
El mandato divino para el hombre es apreciar a su esposa, ser agradecido con su trabajo en el hogar, animarla y suplirle las necesidades materiales, físicas, emocionales y espirituales necesarias, eso sí que es autoridad a la manera de Dios para ganarse el respeto, así todos se edifican y crecen en madurez, conocimiento y la práctica de la palabra de Dios; las mujeres somos criaturas emocionales y hormonales, hombres, por favor no deduzcan lo que las mujeres queremos decir, aprecien con atención y afecto lo que queremos transmitir; casados, traduzcan a la realidad las intenciones de su esposa, porque autoridad, respeto y afecto van de la mano para mantener la unión matrimonial, la autoridad y respeto de padres a hijos y de hijos a padres, va hasta el final de nuestros días; seamos esforzados, inteligentes y valientes, para conservar la familia, no sean cobardes ni huyan, enfrenten y solucionen. Quien no se preocupa de los suyos, sobre todo de su propia familia, es peor que un incrédulo negando la fe. 1 Timoteo 5:8.
La autoridad implica responsabilidad y buen juicio, por eso los hombres no deben tratar de entender a la mujer, sino deben ocuparse en amarla, con sinceridad, fidelidad y amor del alma, con ese afecto que provee, cuida y protege, con carácter perseverante que acompaña a pesar de todo. Los esposos se deben el uno al otro de manera incondicional, con espíritu servidor y comprensivo; la mujer fue creada del costado del varón, por eso es parte del cuerpo del hombre, además que continuamente se funden en uno para estar cerca del corazón ser amada y protegida. Génesis 2:21-24.
Cristo nunca ha abandonado a su Iglesia, tampoco los hombres deben abandonar a su mujer y mucho menos a sus hijos, eso es cruel y los hace perder toda autoridad, respeto y afecto; desafortunadamente los hombres los hombres son dados hacer un convenio y firmar un contrato para ver si la sociedad funciona, pero luego, con miles de pretextos rompen el contrato; tanto al hombre como a la mujer, el ego les gana, se dejan arrastrar como las ovejas que creen que al otro lado de la cerca el pasto es más verde y apetitoso; cuando no hay más firme que el matrimonio, y no hay lugar más seguro que el hogar; alli debe reinar el amor sanador y el abrazo restaurador que hace funcionar el engranaje de todas las partes bajo la mirada del Padre, el sacrificio del Hijo y el Consejo del Espíritu Santo, Emanuel, Dios con nosotros; Dios estableció la paternidad y la maternidad para tener un pedacito de cielo en la tierra. YO lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del SEÑOR. Y pongan en práctica lo que es justo y recto…Génesis 18:19.
La gente sin Dios ni ley reclama derechos sin ejercer sus deberes ni obligaciones, la generación de hoy no han entendido que toda autoridad proviene de Dios y que la autoridad familiar se centra en Cristo y la palabra, para ser gente de fe obediente a los mandatos establecidos por el Eterno. NO hemos sido creados para ser tiranos ni esclavos del mundo sino para vivir para Dios amándonos unos a otros, leales, sinceros, honestos y con los pies en la tierra, proyectando crecimiento personal y el de todos los miembros de la familia; si eres un hombre o una mujer rebelde, Dios nunca te respaldará ni te bendecirá como quisiera y mucho menos te dará autoridad con tus hijos ni tendrás el respaldo de una esposa sabia. Ama y enseña con tu ejemplo, con tu comportamiento amable, con tu conducta educada y con acciones rectas y justas porque el amor se demuestra con hechos concretos. Padres no provoquen la ira y el enojo en sus hijos; edúquenlos y denles enseñanzas cristianas. Efesios 6:4.
Recuerden: amor que sirve, amor que provee, amor leal e incondicional, amor que respeta en humildad activa por fe obediente. Si amamos a Dios nuestra autoridad en la casa será efectiva y afectiva, porque amaremos y valoraremos a cada quien con defectos y cualidades, pero corrigiendo y aceptando los desfases; edifiquemos hogares como cordel de tres dobleces que nada ni nadie podrá romperlos. Uno solo puede ser vencido, pero dos se defienden mejor¸ pero tres serán como una cuerda de tres hilos que no se rompe fácil. Eclesiastés, 4:12
¡Rescatemos la familia, salvemos el matrimonio, y eduquemos los hijos para que el mundo sea más vivible. ¡Dios bendice las familias de Colombia, América y el mundo entero! Para tu gloria honra y alabanza y gozo nuestro y seguridad para las generaciones futuras. Amén.
Para que los esposos ejerzan autoridad sobre los hijos, deben tener a Cristo en el centro de sus vidas, llenar el corazón de esposos y de hijos con el amor de Dios; un hogar donde todos son familia con deberes, derechos divinos en obligaciones personales y colectivas nada ni nadie los dividirá cultivando los puntos siguientes:
1.
La lectura diaria de la Biblia, Josué 24:15 y Proverbios 20:7 y 19:1.
2. Que todos permitan el
gobierno de Dios en sus vidas.
3. Que padres e hijos reconozcan que tienen derechos, pero también deberes que los responsabilizan en sus roles.
4. Una familia edificada y madurada en la palabra, asume a Dios como Padre y SEÑOR de todos los miembros del hogar. Porque Ustedes escogen a quien le sirven...Pero yo y mi casa serviremos al SEÑOR. Josué 24:15.
En el hogar debe cultivarse el altar familiar alrededor de la Escritura para sensibilizar el corazón, transformar la mente y llenar a todos con el Espíritu de la palabra de Dios; así los padres, y nosotros como familia podemos ser ejemplo del amor que edifica, forma, educa y sustenta; de esto depende que todos obedezcamos los mandamientos del SEÑOR en sujeción y bajo autoridad, pues es Dios quien nos inspira a lo mejor. Sean pues, imitadores de Dios, como hijos amados. Efesios 5:1.
Padres den buen ejemplo, Proverbios 20;7; ser testimonio de vida coherente a la fe y la vida cristiana en familia que repercuta para bien de la sociedad. 2 Corintios 1:12; provean lo necesario en el presente y futuro de los hijos, Salmos 112:2 y Proverbios 13:22; Si los padres se sujetan a Dios y su palabra, los hijos lo harán con los padres, Salmos 32:8 y 34:10. La familia debe ser formada y educada en los principios y fundamentos del reino de Dios, Proverbios 22:6; y Orar unos por los otros, 1 Samuel 12:22-23; los miembros de la familia deben sujetarse al 100%. Efesios 3:14-15.
La familia que ora unida, permanece unida porque ama a Dios, pues vive para compartir el evangelio, viendo a Dios intervenir poderosamente en medio de todo y de todos. Familias de la tierra, tributen al SEÑOR alabanza, den al SEÑOR gloria y honor; reconozcan el poder que le corresponde a su nombre; preséntense ante Él con ofrendas, adoren al SEÑOR en la hermosura de la santidad. 1 Crónicas 16:28-29.
Las
familias bajo autoridad, orden y prioridades permanecen bajo la presencia de Dios y alrededor del
altar familiar para vencer los males del mundo y la debilidad de la carne, pues
han tomado a Dios en serio, en el centro de sus vidas y como directos de su
hogar; entonces la autoridad de Dios se hará realidad en padres y en hijos y sujetarse a las normas del hogar; unidos no solo por lazos de
sangre, sino por la vida espiritual práctica en relación intrafamiliar dentro de una
atmósfera de paz, así disfrutarán la presencia de
Dios, con amor genuino; todos recibiendo bendiciones en servicio, apoyo y colaboración
mutua. Por
causa del SEÑOR sométanse a toda autoridad humana…porque esta es la voluntad de
Dios; que haciendo el bien hagan callar la ignorancia de los hombres
insensatos. 1 Pedro 2:13-15.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.
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