He aquí, YO enviaré sobre ustedes la promesa de mi Padre; pero ustedes permanezcan en la ciudad hasta que sean revestidos con poder de lo alto. Lucas 24:49.
Serán revestidos de poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, Samaría y hasta los confines de la tierra. Hechos 1:8.
Jesucristo, que fue declarado Hijo de Dios con poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos…Romanos 1:4.
El Espíritu Santo es como un fuego voraz, trayendo convicción de pecado y encendiendo los corazones en el amor de Cristo para ser santos; el Espíritu de Dios tiene poder para transformarnos y conducir nuestros pasos por el camino recto del bien, es el mismo Espiritu que habitó en el Hijo del Hombre, Isaías 11:2; el poder del Espíritu Santo reposó sobre el SEÑOR Jesús desde su bautismo en el Jordán, estuvo en su Ministerio, luego comenzó a manifestarse entre el pueblo de Dios con milagros, sanidades, liberaciones y maravillas; en Pentecostés en el Aposento Alto, el poder del Espíritu se mostró como lenguas de fuego que purifican y santifican a los seguidores de Cristo Dios, también vemos ese poder obrando desde el principio en la creación dando vida sobre la tierra; y nuestro privilegio como pueblo de Dios, de tener ese poder de Dios en nosotros para vencer el pecado y la tentación, avivando el fuego de la pureza y caminar con fe por encima de los muros de impiedad y las circunstancia y así cumplir el llamado de Dios y su propósito en nuestra vida, por el Espíritu que habita en nosotros. El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra...Lucas 1:35.
Necesitamos poder en el Espíritu porque el hombre por naturaleza es débil, llegamos hasta una tercera parte de vida sin alcanzar la madurez necesaria, es por eso que batallamos para no ser presa de todo el mal que nos rodea cuando la moralidad es traspasada por la naturaleza carnal, bregamos con las pasiones y emociones cada día para someternos a la pureza que Dios nos pide; necesitamos el Espíritu de poder para permanecer en limpieza de corazón, y parte de ese poder lo encontramos en el Evangelio que fortalece nuestro espíritu para vencer el mundo y la carne, es el poder disponible para los redimidos en Cristo. Hechos 1:8. Y mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a Cristo, quien nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia. 2 Pedro 1:3.
El Espíritu Santo es quien tiene y otorga el don del poder, nosotros somos portadores de ese poder por su presencia que vive en templos vivos; Dios se ha encargado de proporcionarnos todo para vivir en su presencia por su divino poder; el libro de Hechos contiene la historia de ese poder de lo Alto, son los Hechos del Espíritu ministrando, moviéndose y multiplicando al pueblo de Dios, la Iglesia, en sus comienzos: para la manifestación de los hijos de Dios, Romanos 8:19; somos los discípulos de Cristo quienes trabajamos en ese poder, a favor del Reino para salvación de muchos. Mateo 6:33. Dios trabaja en nosotros y nos da el deseo y el poder para hacer lo que a Él le agrada. Filipenses 2:13.
Las fieras en la selva sobreviven por sí mismas, pero el ser humano, depende totalmente de su Creador para vivir y salvarse, desde que nacemos hasta que morimos somos pecadores necesitados del Espíritu de poder para vencer toda maldad, y ahora es el momento de trabajar porque el tiempo apremia, y si físicamente somos débiles, moralmente somos frágiles ante el mal que nos rodea y nos asedia, contra lo cual, únicamente el Espiritu de poder nos puede ayudar en esa lucha espiritual para que las influencias carnales sean derrotadas en el hombre espiritual: Romanos 7:14-15. Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré en mis debilidades, para que repose sobre mí, el poder de Cristo…2 Corintios 12:9-10.
1. El poder del Espíritu es para Santidad. Por esto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios, por todo lo que Él ha hecho a favor de nosotros. Que seamos un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a Dios le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. Romanos 12:1.
La santidad en sí misma es poder que conduce a la gratitud y la adoración, ahí las tinieblas no pueden entrar, sino que salen huyendo; la santidad y la adoración son blindaje celestial que nos mantiene alejados de las tinieblas y en la presencia de Dios como Enoc y Elías que no vieron la muerte, entonces Dios nos rodea y defiende como un escudo protector, por ese poder Elías fue llamado el profeta de fuego y luchó y venció a 450 sacerdotes de Baal, que fueron avergonzados por el poder del fuego que descendió de lo Alto para luego ser destruidis en el poder de Dios a través de su profeta...YO habito en las alturas y en la santidad; estoy con el de espíritu contrito y humillado para vivificar el espíritu de los humildes y para dar vida al corazón de los oprimidos. Isaías 57:15.
Hoy nosotros somos poderosos, porque es el Espíritu de Dios quien nos hace antorchas que alumbran y destruyen tinieblas, y con su fuego consumir lo malo en el poder del nombre de Cristo, quien con su brazo todopoderoso nos sostiene para vencer; en todo esto está presente el gran poder del Dios que salva, guarda y libera;
por eso, y a pesar de toda la oscuridad que hay mueve en el mundo, nuestro Dios ordena que seamos santos llenos del poder de su Espíritu, para que seamos instrumentos y vasijas de honra que lo glorifican y exaltan, porque aunque no lo vemos, Él es real y tangible en su poder y autoridad sobrenatural. Él nos llama a una vida santa de poder. 2 Timoteo 1:9.
Nuestro Creador no descansa, el sigue trabajando con poder por su pueblo, su nación santa de reyes y sacerdotes, para a la vez mosotros nos movamos y ministremos ese poder del Espíritu que nos enseña, anima, aconseja, acompaña, dando vida, guía, e impartiendo gozo, paz y estabilidad diaria, ¡qué gran cobertura de poder tenemos en el Espíritu Santo! Porque El Espíritu Santo viene sobre nosotros y el poder del Altísimo nos cubre con su sombra...Lucas 1:35.
Jesucristo vino a morar en nosotros para manifestar su poder, haciéndonos parte de su gloriosa obra redentora, por eso nos enseña, corrige, forma y moldea para la obra del ministerio en el ardiente fuego del Espíritu que nos ayuda ante las pruebas y los desafíos; la vida santa de Jesús nos inspira a vivir en el poder de Cristo que venció la carne, el mundo, al diablo y la muerte, y predicando con poder y autoridad después de ser bautizado en el Jordán pues fue revestido del Espiritu de poder, para cumplir con su ministerio terrenal de salvación a todo aquel que cree. El evangelio es poder de Dios para salvación. Romanos 1:16.
El poder del Espíritu es a través de la palabra que convence y redarguye de pecado para transformar al viejo hombre, Juan 16:8-11, haciéndonos gente de poder en testimonio, para que el eterno poder y la divinidad de Cristo se hagan visibles cuando vivimos en el Espíritu, sin el dominio de la carnalidad, espírituales en la excelencia de la pureza; el SEÑOR es nuestra fuerza y poder para hacer firme y perfecto nuestro camino. A la verdad, YO te he puesto para demostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. Éxodo 9:16.
Es poder del Espíritu ese fuego que guio al pueblo hebreo en el desierto, el que vio Moisés en la zarza, que no se consumía, el fuego en el altar de Elías y el fuego en Pentecostés, es el fuego del poder de la presencia de Dios que hoy disfrutamos en Cristo; es la majestuosa manifestación de su gloria desatando libertad y vida para que sus templos vivos teman y aprendan a depender de su poderosa diestra, entendiendo que el Gran YO SOY es el SEÑOR que sostiene con su el universo; es el fuego líquido e inconsumible de su amor que nos da confianza y nos hace fuertes para permanecer en Él. Te he refinado, pero no como se refina la plata; más bien, te he purificado en el horno del sufrimiento. Isaías 48:10; El SEÑOR se sentará a purificar a sus sacerdotes…como se purifica el oro y la plata en el fuego. Después ellos podrán presentar su ofrenda de justicia, tal como deben hacerlo para su SEÑOR. Malaquías 3:3.
Dios hace real y visible el poder de su presencia en convicción de pecado y arrepentimiento para salvación, en la gente pobre de espíritu que reconoce su condición pecadora y su necesidad del Dios Santo y recibir a Cristo, entregando nuestra vida en Él, y ser comisionados para la hora y el lugar correcto en el avance imparable del Majestuoso poder que nos posiciona por encima de todo lo inmundo, porque ante la presencia de su santidad no hay demonio que resista, porque todo lo que nace de Dios vence al mundo, así el poder de nuestra fe vence al mundo, 1 Juan 5:4. Porque Jesucristo fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos. Romanos 1:4.
El poder del Espíritu fue manifiesto cuando resucitó a Cristo dejando el sepulcro vacío, al enemigo y la muerte vencidos, para venir a habitar en nosotros, cambiando la historia de la humanidad; es con el poder divino que recobramos la vida para el correcto SER, DAR y HACER, reflejando la clase de vida que Jesucristo nos enseñó; lo que somos y tenemos en Él hace evidente el poder de su Espíritu con la verdad que brota de nuestras entrañas, es decir, que si predicamos santidad debemos ser santos, si defendemos la justicis, debemos ser justos, si predicamos servicio, debemos servir, si predicamos el Reino de Dios, debemos comportarnos y hablar la cultura del reino de Dios. Nuestra palabra y predicación, no puede ser con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu de poder, para que nuestra fe no esté basada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.1 Corintios 2:4-5.
2. Poder del Espíritu en el cambio de Perspectiva. Si me aman guardarán mis mandamientos. Y YO rogaré al Padre y les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre: el Espíritu de Verdad, el cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve, ni lo conoce, pero ustedes lo conocen porque vive en ustedes, y estará con ustedes. Juan 14:15-17, Hay poder de Dios en la verdad de su palabra que nos impacta nuestra perspectiva de la vida y del mundo, cambiando nuestra manera de pensar y actuar; Jesucristo es esa verdad, el Verbo y la palabra viviente obrando en las Escrituras por el poder del Espiritu que nos inspira al bien, nos llena de tesoros y nos hace conocer a Dios a cada paso, es por eso que la Biblia debe ser el manual y el instructivo que dirija todo lo que hagamos en la vida, porque letra y Espíritu trabajan juntos, van de la mano. La letra mata, pero el Espíritu vivifica. 2 Corintios 3:6.
Necesitamos cambiar de perspectiva, buscando el poder del Espíritu para tener buen juicio y entregar mensajes vivificadores que cambien vidas, con el combustible de la fe y la esperanza que mantienen encendida la llama de la espiritualidad, al calor del amor de Cristo y disipando toda frialdad espiritual y arrebata vidas de la manipulación del mundo. Cuando andamos en la perspectiva de vida en Cristo, el bien y lo justo se hacen sólidos y firmes en este mundo, cultivando relaciones saludables no solo con el Espíritu Santo, sino con todos a nuestro alrededor porque su unción quiebra yugos, por eso cada mensaje que sale de nuestro ser debe emanar de Dios para que penetre las fibras más íntimas del oyente, y nos renovemos mutuamente, nutriendonos y afirmándonos en la perspectiva de Dios que es su gracia salvadora transmitida con misericordia para romper cadenas de opresión y derribar toda carga mental del viejo hombre, gastado y viciado. La Iglesia, como nación y sacerdocio santo debe tener clara su perspectiva en la manera de representar a Cristo, tomando conciencia de la realidad espiritual que se vive hoy para contender ardientemente por la fe, porque somos columna y baluarte de la verdad, 1 Timoteo 3:15.
Todo ejercicio espiritual debe ser llevado en oración con PAPÁ: P, pidiendo perdón cuando nos deslizamos, A, Arrepentidos cuando fallamos, P con peticiones de oración y A, aferrados al SEÑOR, para que como José, veamos la adversidad como una oportunidad para vencer, avanzar y alcanzar la cima del propósito, el plan y el deseo de Dios en su voluntad para nuestra vida; en su perspectiva de fe José vio más grande y poderoso al Dios de Israel que las traiciones, el odio, la afrenta y las intrigas de sus enemigos; su punto de vista en la adversidad y las circunstancias se alinearon a Dios, porque José anduvo en la perspectiva de Dios, no en el criterio ni posición de Egipto, José vivió en Egipto, pero Egipto no vivió en José, él tenía la mente de Cristo, por eso sufrió, soportó y venció su humanidad eligiendo la espiritualidad en Dios y aprendiendo a perdonar a los opresores, para que al final, victorioso, pudiera confesar: Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios cambió ese mal en bien para hacer lo que hoy vemos, y preservar la vida de mucha gente. Génesis 50:20.
3. Poder del Espíritu en el Amor imparable. Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor, pero el más grande de los tres es el amor. 1 Corintios 13:13. El amor de Dios es poder imparable de su Espiritu para ganar almas y transformar vidas que jamás vuelven a ser las mismas, porque es el poder del afecto espiritual no fingido fluyendo a través de nosotros para adorar al Padre y amar al prójimo tal como lo ordena el Gran mandamiento en el cual Jesús resumió la ley y los profetas; es el poder con actitudes amables y sinceras que brota de Dios en nuestro corazón para servir a nuestros semejantes; es el poder del cariño y el afecto sacrificial que mueve el universo y nos mantiene unidos y en armonía como lo dice Salmos 133, ese amor con el cual podemos sobrellevar bien el dolor, pasar por alto la ofensa, vencer el miedo, disipar la pena, perdonar libremente, evitar el conflicto, renovar las fuerzas, bendecir y ayudar a otros por gracia, con bondad, amabilidad y ternura, al estilo de Dios. Mateo 22:37-40.
El amor es poder catalizador que conmueve todo corazón, acelerando o retardando una acción en la esencia del evangelio al exponer la palabra y hablando de Cristo a la gente, porque siempre hay una respuesta al amor verdadero, y solo con el poder del amor de Dios se llena nuestro corazón y podemos ser realmente felices sin importar las circunstancias; su afecto entrañable nos hace tiernos, perdonadores, misericordiosos y gigantes espirituales que cuanto más amemos a Dios, más ayudamos a los demás, y viceversa, porque en ese amor nos olvidamos de nuestras propias necesidades, para suplir y bendecir a otros, no solo con obras, sino también en oración, dando desprendidamente alineados a la mente, los pensamientos, sentimientos de Cristo, apegados al corazón del Padre. En esto consiste el amor: que el Padre envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados...Si Dios nos ha amado, así, debemos amarnos unos a otros...Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros...1 Juan 4:10-19.
Cuando somos bautizados en el Espíritu, Él nos reviste del poder espiritual de su amor porque nos ha dado de su Espíritu, con el cual vencemos por amor a Dios, la carne, el mundo, el pecado y las tinieblas; HOY el SEÑOR nos exhorta a ser como la Iglesia de Hechos donde se amaban unos a otros con sinceridad y se aceptaban sin murmuraciones ni contiendas, trabajabando juntos sin divisiones, ni nada en ellos que produjera estancamiento, ni mengua en el Cuerpo de Cristo, por el contrario, se multiplicaban al predicar a Cristo con testimonio de vidas en la certeza de fe, con valor y decisión, pero hoy vemos con gran dolor que la nación santa de Dios se ha despedazado y dividido, impidiendo la plenitud del poder del Espíritu, razón por la cual la manifestación de los dones escasea; el Cuerpo de Cristo tiene miembros enfermos y heridos tomando las fuerzas de los sanos. Requerimos con urgencia nueva llenura del Espíritu, unción fresca de amor y unidad en el poder glorioso del afecto fraternal y la renovación mental para agradar a Dios y ganar almas con la evidencia de los dones. Que el Dios de esperanza nos llene de todo gozo y paz por la fe; para que abundemos en esperanza por el poder del Espíritu. Romanos 15:13.
El cuerpo de Cristo necesita unirse hueso a hueso, tendón a tendón, corazón con corazón, todos ligados por las coyunturas andando en el poder del Espíritu que ministra los dones y activa las operaciones espirituales, permitiendo evidenciar la hermosura interior de la amada que resplandece, ¡Quién ésta que se asoma como el sol en la mañana? Es hermosa como la luna, radiante como el sol, ¡irresistible como un ejército en marcha! Cantares 6:10.
Somos responsables de buscar, anhelar y atesorar el poder del Espíritu que salva, sana, libera y bendice, Aquel que partió el mar en dos haciendo camino seco para liberar a su pueblo y hundiendo a faraón y su ejército, Dios con su poder derrotó muchas veces las naciones enemigas que asediaban a Israel, fue el poder de su Espíritu el que nos salvó en la cruz y levantó a Jesucristo dejando la tumba vacía; en el poderoso milagro de su resurrección nos dió vida y victoria, guardados y defendidos en Él eternamente, sellándonos con la fuente de su poder como propiedad suya, dándonos el aceite fresco de la unción que libera, el vino nuevo de su fluir que nos da gozo, y el fuego de su presencia que hace santos para vencer todo lo oscuro en todo tiempo. Isaías 19:20 y Salmos 20:6-8.
Es el poder del Espíritu el que hace posible nuestra devoción y consagración a Dios, es ese mismo poder Él que hará brotar de nuestro corazón, consideración y afecto fraternal unos para con los otros, atrayendo más y nuevos hermanos, en la justicia salvadora del Padre; es con el poder del Espiritu que se hace palpable la efectividad del Gran Mandamiento y la obediencia a la Gran Comisión. Jesucristo nos ha dado este mandamiento: que el que ama a Dios, ame también a su hermano. 1 Juan 4:21.
El amor sincero es poder y perfeccionamiento en nuestro carácter para vencer rencillas y perdonar ofensas, alcanzando la estatura del varón perfecto para servir en el reino con madurez, sabiduría y nueva naturaleza, con misericordia hacía unos y paciencia con otros, pero unidos para vencer lo que se oponga, llevando a cabo el ministerio de la reconciliación, y echando fuera los espíritus inmundos que siembran discordia, odio y resentimiento, Mateo 10:1; hay poder en el fruto y en la manifestación de los dones. Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del SEÑOR Jesucristo, y todos ellos eran tratados con gran respeto. Hechos 4:33.
No tenemos fuerzas suficientes, ni voluntad sugiciente para dejar de pecar ni progresar por si mismos, ineludiblemente necesitamos el poder del Espíritu para ser personas de éxito a la manera de Dios, virtuosas, espirituales, santos e íntegros conforme a la palabra y a la medida de Dios, pues mientras estemos en este cuerpo de carne, somos propensos al mal, por eso dice la Escritura que Cristo cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los pecadores, Romanos 5:6; la predicación del evangelio nos da poder y fuerzas para vencer con el poder de Dios para salvación a todo el que cree, Romanos 1:16.
Es el Espíritu Santo de Dios quien imparte poder de lo Alto para perseverar y triunfar en estos tiempos finales que nos exigen y reclaman andar en el Espíritu y renovar la unción para mantener llena de aceite nuestra lámpara vital. ¿Hasta qué punto hemos alcanzado la plenitud de ese poder? ¿Hasta qué punto hemos alcanzado la promesa de Hechos 1:8? Es en este libro donde se registran los hechos del Espíritu, y donde encontramos la historia del poder de Dios sobre los seguidores y testigos de Jesucristo. Y Esteban lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Hechos 6:8.
La correcta traducción de Hechos 1:8, no es recibirán poder, sino el poder del Espíritu Santo descenderá sobre ustedes para ser testigos, porque no se trata de recibir poder y esconderlo, se trata del poder del Espíritu en acción para ver el mover de Dios gobernando y dirigiendo totalmente nuestro ser, para que sea Dios quien se manifieste a través de vasos santos y vasijas limpias de honra; no dependemos de una persona abstracta, pertenecemos a una persona real, viva y poderosa, cuya presencia necesitamos en cada respiro del día y ser aptos para el servicio a Dios, y que su poder destruya las tinieblas. Porque las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen visibles desde la creación, siendo claramente vistas, por medio de las cosas hechas, de modo que nadie tiene excusa. Romanos 1:20. Ningún ateo e incrédulo tiene excusa, el poder de Dios es visible en todo lo que Él ha creado.
Nuestro poder es en el Espíritu es como la electricidad que corre a través de los cables eléctricos tendidos en la ruta de viaje, como un cable, transmitimos el poder de la corriente eléctrica celestial, pero si se corta el cable o se interrumpe el fluido, desaparecerá la fuerza, por eso debemos ligarnos a Él, momento tras momento, cumpliendo ciertos requerimiebtos: 1) Fe obediente haciendo lo que el Espíritu nos indica, 2) permanecer en el centro de la voluntad de Dios corriendo por la vía de la santidad, la humildad y la mansedumbre en el servicio, SIENDO LLENOS DEL ESPÍRITU. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a faraón: para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. Romanos 9:16-17. El SEÑOR muestra su poder sobre la gente que escoge para cumplir sus propósitos a favor del justo y su justo juicio contra los impíos. Cuando brotan los impíos como hierba, y prosperan todos los que hacen iniquidad, es para ser destruidos eternamente. Salmos 92:7 y Salmos 37.
4. Poder sobrenatural en los Dones. Testificando Dios juntamente con ellos con señales y milagros, y diversas maravillas, con dones del Espíritu Santo repartiéndolos según la voluntad de Dios. Hebreos 2:4. Los dones son la manifestación del poder del Espíritu en el poderoso nombre de Jesucristo, exaltado en sanidad de enfermos, liberación de oprimidos, salvación de muchos y resucitando muertos.Y con gran poder los apóstoles daban destimonio de la resurreccion del SEÑOR, y abundante gracias era sobre todos. Hechos 4:33.
El poder del Espíritu no puede ser interrumpido, es preciso mantenernos conectados a la gloria de Dios, para que suceda el gran despertar espiritual y avivamiento anhelado antes de la venida del SEÑOR Jesucristo por su amada, nuestra vida hoy debe ser muy espiritual, apartados de lo carnal y de lo mundano para alejar a enemigo; siempre y a través de los siglos el Cuerpo de Cristo es UNO, la nación santa del Padre es UNA, porque el SEÑOR es UNO, Él es el mismo Dios de ayer, hoy y siempre porque el Espíritu de Dios es inmutable cumpliendo el plan de embajadores y testigos desde Pentecostés, leamos 1 Corintios 12, estudiemos, meditemos y actuemos.
En este momento necesitamos el poder del Espíritu para bajar el reino de Dios a la tierra, tal como lo hizo Jesús después de haber sido bautizado por el Espiritu Santo, cumpliendo Isaías 61:1-4; es ahora cuando más se necesita la obra sobrenatural del Espíritu a través de la iglesia, hijos de Dios y testigos de Jesucristo que combaten la incredulidad, la apostasía y el colmo de la maldad que han secuestrado miles de vidas que hoy necesitan ser rescatadas por el evangelio y viendo las señales del poder de lo Alto; en la medida que se aproxima el fin, el Espíritu obrará con más poder sanando enfermos, echando fuera demonios, respondiendo oraciones asombrosamente y mostrando grandes maravillas según el poder de Dios, en el nombre Jesucristo y ante los ojos de los incrédulos, confirmando que el poder del Eterno sigue activo e inmutable, porque todo en Dios es SÍ y AMÉN por la eternidad. 2 Corintios 1:20.
Clamemos, ayunemos, vigilemos, unámonos para pedir ardientemente la manifestación del Espíritu de poder de Dios obrando a través de sus santos para que seamos sanos y fuertes físicamente, pero invencibles y sobrenaturales en el espíritu, y Aquel que levantó de los muertos a nuestro SEÑOR Jesucristo, vivificará nuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en nosotros. Romanos 8:11.
Si vivimos en la plenitud del poder del Espíritu, habrá poder con obras providenciales que nos sorprenderán, guiados por el Poder de lo Alto en nuestro andar, y Cristo gobernando al pueblo para que el poder de su Espíritu convenza a muchos de pecado, justicia y juicio en arrepentimiento genuino para salvación; ¡será el poder de Dios el que nos permita afrontar el sufrimiento, ser capaces de perseverar hasta el fin, y exponer la palabra con sabiduría, valor y gracia para servir en amor, Aleluya! Y el Dios de esperanza nos llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundemos en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.