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15 jul 2015

DEJAR HUELLA ES DEJAR UN LEGADO Y UNA HERENCIA

DEJAR HUELLA ES DEJAR UNA HERENCIA Y TRANSMITIR UN LEGADO.

Haré de ti una nación grande, te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Génesis 12:2.

Pues para esto nos llamó Dios, y Cristo murió por nosotros, dándonos ejemplo para que sigamos sus pasos. 1 Pedro 2:21.

Ojalá piensen siempre bien, para que me honren y guarden mis mandamientos todos los días, para que a ellos como sus hijos les vaya siempre bien. Sigan por el camino que el SEÑOR les ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida en la tierra que el SEÑOR les da. Deuteronomio 5:29 y 33.

Los adultos y los padres tenemos delsnte de Dios, la responsabilidad de dejar huellas de buana formación moral y edificación integral en el corazón y la mente de los hijos, nietos, familia y nuevas generaciones, para lo cual hay que conocer y entender el plan de Dios con relación a la familia y cada persona en particular, de ello dependerá en gran perte, la calidad de futuro que tenga la humanidad; es en la familia donde se satisfacen todas las necesidades básicas de los niños que mañana serán personas adultas, disfrutando de una sana y equilibrada vida espiritual, emocional y social; es en el seno familiar donde todo infante obtiene su valía, identidad, sentido de pertenencia, principios, valores y caracteristicas propias; los padres y adultos debemos estudiar con ellos la palabra de Dios, para aprender juntos a conocer y obedecer al SEÑOR, como lo enseñan las Escrituras es donde encontramos los fundamentos; en la Biblia encontramos instrucciones del Creador para aprender a tener vidas ejemplares y rectas en todo lo que somos, hacemos, decimos y vivimos. Y nosotros los padres, críamos y disciplinamos a los hijos según la instrucción del SEÑOR, pero sin provocarlos a ira  Efesios 6:4..


Dios ha sido el primero sobre toda la creación, en dejarnos huella en su más grande y bella huella eterna de amor sacrificial y salvador en su Unigénito Salvador; el Padre celestial nos dejó desde el principio el legado peremne de sí mismo, en su Palabra, y completó su obra redentora viniendo al mundo para dejarnos ejemplo, como el Hijo del Hombre, y que nosotros, en el rol de padres y abuelos sigamos las pisadas de Jesús, con evidencias claras, reales y palpables de su amor edificante e incondicional de entrega y sacrificio, como la herencia inalienable, natural y espiritual, en el corazón de nuestros hijos, nietos y nuevas generaciones, y no tenemos excusa, pretexto, ni razón en no hacerlo. Bienaventurado el hombre que teme a YHVH, y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los rectos será bendita. Salmos 112:1-2.

 

Lo padres somos los más comprometidos con Dios, en la crianza y educación de los hijos y nietos, ellos deben ver nuestra relación personal con Cristo, lo cual redunda en la forma cómo nos expresamos de Dios, nos relacionamos y hablamos con el prójimo y como tratamos a los que nos rodean; del comportamiento y conducta de los adultos y mayores, dependerá, la calidad del legado de vida  natural y la herencia espiritualidad que dejemos en el corazón de nuestros niños y jovenes. Los padres morimos, pero los hijos quedan, y lo que les hayamos enseñado con nuestra propia experiencia de vida en el hogar, será su herencia y nuestro legado para ellos; si queremos dejar huella sempiterna, mostremos genuina fe en Dios, humildad y pureza, viviendo los principios de la palabra de Dios en nuestro propio hogar. Saquemos del corazón toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia y toda malicia. Efesios 4:31.


No gritemos a los niños, ni los exasperemos desfogando sobre ellos nuestros problemas y amarguras de adulto, porque así se desaniman, es decir, no los descorazonemos con autoridad y disciplina mal impartidas, ni con erradas actitudes de desamor y grosería, Colosenses 3:21; mostremos a los pequeños amable espíritualidad aterrizada, es decir, corrijamos con autoridad pero con la actitud adecuada del que corrige porque ama; eso cultivará conciencia de moralidad, respeto y responsabilidad; los niños aprenden observando a sus padres y mayores; aunque vivimos en un mundo lleno de estrés, no podemos perder la calma y la paz de Dios delante de los niños y los jóvenes; la imagen correcta que proyectemos a los ellos, será riqueza  o ruina para su vida y la nuestra. Camina en integridad el justo; y sus hijos son dichosos después de él. Proverbios 20:7.


Pensemos y reflexiónemos: ¿Qué será lo que recordarán de nosotros, los hijos los nietos y nuevas generaciones? Como adultos con experiencia en el recorrido de la vida, seamos amorosos, maduros, firmes y equilibrados, porque somos la referencia  de vida para nuestros pequeñítos que se están formando en su propia personalidad y carácter; ellos serán lo que hayan oído y visto en su hogar, serán un reflejo de lo que fueron sus padres y abuelos; por eso es necesario establecer un orden en casa y enseñar prioridades, entre lo que es importante y urgente para nosotros, eso será parte de nuestro legado; aunque no hayamos visto lo  mejor en nuestros padres, eso no nos quita la responsabilidad de ser padres y abuelos de calidad espiritual, madurez, afecto y equilibrio emocional y mental práctico. El hombre bueno dejará herencia a los hijos de sus hijos; y la riqueza del pecador está guardada para el justo. Proverbios 13:22.

 

Nuestra mayor herencia no consiste en riquezas, posesiones y comodidad, nuestra mayor herencia, es el legado del testimonio, el mayor bien espiritual, moral y personal con el cual dejamos huella en el alma de aquellos que viven con nosotros, dándoles a conocer a Dios y su palabra con nuestra propia existencia, en correcto comportamiento de integridad, ganándonos el respeto de todos, porque si somos padres y abuelos Dios nos ha dado la misión de marcar huellas, legado y herencia de principios, valores y virtud conforme a su palabra; porque nuestros hijos son como flechas en manos de guerreros valientes, no solo el mayor regalo de Dios, sino la más grande recompensa de amor. Salmos 127:3-5. Sigan el camino que el SEÑOR su Dios les ha señalado, para que les vaya bien y vivan muchos años en la tierra que Él les da en propiedad. Deuteronomio 5:33.

Y como dijo Juan, no hay mayor gozo que saber que los hijos andan en la verdad, 3 Juan 1:3-4, y aunque criar y formas hijos no es nada fácil, deber ser nuestro mayor disfrute darles a conocer a Dios como Padre, asi cuando crezcan les quedará más facil amar y servir al SEÑOR; y unido a todo nuestro esfuerzo, tenemos que orar todo el tiempo por sabiduria y dirección en nuestro trato, disciplina y relación con los hijos, para que ellos entiendan cómo han de llevar su vida con propósito y metas en esfuerzo personal, pues si queremos hijos piadosos, debemos ser piadosos, rectos y justos para dejar huella y herencia con legado espiritual... Los mandamientos, leyes y decretos que el SEÑOR nuestro Dios ha ordenado, para que los pongamos en práctica en el lugar que tomemos por posesión. De esta manera honraremos al SEÑOR nuestro Dios, cumpliendo durante toda nuestra vida, las leyes y mandamientos que dejo para nosotros, nuestros hijos y nietos, y así vivir muchos años. Deuteronomio 6:1-2. 


Obedecer a Dios es depender de Él para vivir en su presencia y conmover el corazón de los hijos con la verdad de su palabra en la realidad de una vida espiritual centrada en Cristo, aterrizados y maduros a pesar de lo oscuro que se vive en este mundo, pues somos luz, somos faros y antorchas que ardemos con el fuego del Espíritu para que los pequeñitos imiten a Cristo mostrado en nuestra vida; asi todos podemos ser instrumentos de bendición en las manos del Padre, con mente y corazón en Él, hablando de Él, con palabras y hechos. Deuteronomio 6:6-7.


Los padres procreamos vida en los hijos, pero no podemos vivirla por ellos, les enseñamos muchas cosas, pero no somos los que podemos hacer que las aprendan, les damos dirección, pero no estamos todo el tiempo con ellos para guiarlos; podemos darles grandes metas, pero no las podemos alcanzar por ellos, podemos enseñarles bondad, pero no podemos ser amables en su lugar, podemos advertirles del pecado, pero no podemos vivir la moralidad y pureza que les corresponde a ellos; podemos amarlos como hijos, pero no somos los que los aceptamos en la familia de Dios, pero SÍ somos responsables de obedecer a Dios en lo que nos corresponde como padres, los hijos serán los que decidan que hacer con su vida, pero si hemos enseñado y orado confiando a Dios su vida, será Él quien los guíe y obre en ellos como sucedió con Juan. Él Espíritu Santo los llevará delante de Dios en el espíritu y poder de Elias, para hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos y de los hijos hacia los padres, en la actitud de los justos, a fin de preparar para Dios un pueblo bien dispuesto. Lucas 1:17  


Podemos orar por hijos y nietos, pero no podemos hacer que caminen con Dios, podemos enseñarles a Jesús, pero no podemos hacer que Él sea su SEÑOR, podemos enseñarles a vivir, pero Dios es quien les da vida eterna; estas son opciones para los hijos, pero debemos profetizar la palabra biblica sobre ellos, bendiciendolos para que tengan buenos, sentimientos pensamientos limpios y proyecto de vida a la manera de Dios, caminando de la mano de Cristo; como padres, seamos persistentes en todo lo bueno que queremos que aprendan, que tengan claro que no nos mandamos solos, pues somos posesión de Dios, y tenemos que darle cuentas a Él. El padre del hijo justo se regocijará en gran manera, y el que engendra hijo sabio se alegrará en él. Proverbios 23:24.


Hay que advertirles lo malo que hay allá afuera, que existe un mundo de maldad que  presiona y empuja al abismo con mucha fuerza si somos débiles e ignorantes de Dios; ellos deben aprender seguridad en Dios para ser determinados al bien, y no ser arrastrados por la corriente del mundo; todos queremos ser aceptados en un grupo social, pero no debemos ceder ni inclinarnos al mundo, ni imitar a personas raras y sin temor de Dios, esa clase de gente que representa daño y peligro; niños y adultos de fe somos pueblo de Dios y creyentes en Cristo, por eso recgazamos las costumbres del mundo; según cada uno sea y haya vivido, todos dejamos huellas buenas o malas en el corazón de muchos; y vivir segun Dios, es no imitar al amigo que fuma, bebe alcohol y consume cosas que dañan y matan, mental, emocional y espiritualmente; los jovenes deben saber con ayuda de sus padres y adultos mayores de su casa, cuándo y cómo entablar una relación romántica. El que anda con sabios, sabio será; pero el que se junta con necios será quebrantado. Proverbios 13:20.

 

Nada es fácil en esta vida, y para alcanzar cosas grandes necesitamos estudio, preparación, tiempo, esfuerzo, constancia y dirección, pagando cada uno su propio precio para llegar a la meta; una de nuestras metas en esta tierra, es dejar huella, sembrando y cultivamdo la semilla de nuestro legado en niños y jovenes durante el curso de nuestra vida; nada se construye de la noche a la mañana, y tampoco nuestros sueños y proyecto de vida los recibimos en bandeja de plata, si queremos dejar huella y una herencia, y un legado digno de ciudadanos del reino santo, es necesario que nos propongamos a hacerlo, tcon rabajo duro por lo que queremos lograr con nuestros hijos, nietos y nuevas generaciones. Que el SEÑOR nos lleve a amar como Dios nos ama, y a perseverar como Cristo perseveró. 2 Tesalonicenses 3:5.

 

Empecemos aquí y ahora desarrollando ideas de metas y logros alcanzables a corto, mediano y largo plazo, según el caso; hacemos camino, asumiendo riesgos y retos para que nuestro nombre no se quede en el olvido, debemos ser leyenda positiva que trasciende a cada paso, en el mejoramiento de nuestra propia vida y carácter, para honrar a Dios, hacer crecer la familia y levantando la patria con honor y gallardía; de tal manera que  nuestro testimonio espiritual y vida de fe es el mayor legado que podemos dejar, no solo a los nuestros, sino a todos los que nos conocen, nos rodean y sabrán de nosotros en el futuro. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de Mí. Mateo 10:38; Quien quiera servirme, debe seguirme, y donde YO esté, allí también estará mí servidor. A quien me sirva, mi Padre lo honrará. Juan 12:26.

 

Cada uno es responsable de hacer su parte en el legado para cambiar la realidad de este mundo; hay mucho por hacer a favor de la humanidad; el presidente JFK, dijo alguna vez, nos piensen en lo que su país puede hacer por ustedes, mejor piensen en lo que ustedes pueden hacer por su país; esta frase enseña que no se trata de esperar que otros nos sirvan, sino que salgamos a sirvir a muchos, exactamente como nuestro SEÑOR Jesucristo no enseña en su palabra, si queremos ser los mayores, debemos dejar legado de servicio y buena disposición de ayuda para con todos, lo que deben ver los niños y jóvenes en los adultos, así también mañana, ellos lo harán. Así, que si alguno quiere ser el primero, que sea el último y el servidor de todos. Marcos 9:35.

 

En la Biblia encontramos muchas personas que dejaron huella de servicio y legado de vida en amor sacrificial, empezando por nuestro SEÑOR Jesucristo; uno de ellos fue David que sirvió a su propia generación, cumpliendo la voluntad de Dios, y dejo gran herencia a las generaciones siguientes, según el propósito de vida que Dios le mostró para dejar la mayor huella y ejemplo en las páginas de la Biblia; así, nosotros, como libros abiertos donde Dios escribe, dejaremos huella de Cristo en las páginas de la historia. David sirvió a los de su tiempo, según Dios se lo había ordenado, para después morir y reunirse con sus padres. Hechos 13:36.

 

Nuestro compromiso moral con Dios, con nosotros mismos y con nuestras nuevas generaciones es enseñar y predicar con nuestra propia forma de vida y comportamiento con todos los que nos rodean, dando y haciendo siempre todo lo mejor posible, trabajando con honestidad y excelencia, en pureza de intenciones, rectitud y justicia, y ser recordados, como personas de calidad humana y espiritualidad genuina, que glorifican a Dios, pues nada hacemos solos, el Espíritu Santo que nos habita hace posible todo lo bueno y noble que logramos, según la direccion de Dios en su palabra. El SEÑOR afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir. Salmos 37:23.

 

Nuestras acciones, palabras, voluntad, manera de pensar, nuestra gratitud, e incluso nuestra sola presencia dejan huella en la mente y el corazón de la gente; y recuerdo con gozo y humildad, una vez que entré al consultorio del doctor que trataba mi tiroides, era un anciano de un poco mas de 80 años, un día yo entraba y él dijo: me gusta verla, porque cuando usted entra por esa puerta, todo el ambiente se ilumina con su presencia, usted tiene una luz que alegra la atmosfera, y si yo fuera más joven y soltero, le oropondia matrimonio; eso fue un honor para mí, y eso es dejar huella; Dios nos ha dotado de capacidad para marcar la vida de aquellos que nos rodean, especialmente, de las personas con quienes vivimos y compartimos a diario; tanto huellas como legado son una herencia duraderas en el tiempo haciendo historia entre la gente, marcando la diferencia en el mundo y dejando una marca indeleble en la vida de quienes nos conocen, mejor aún, de los que amamos y nos aman. Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano para que las pongamos en práctica. Efesios 2:10.

 

El efecto de la huella y el legado está dado en el alcance de nuestras acciones y decisiones, algo mucho más importante de lo que podamos imaginar; el impacto que causan nuestras acciones y decisiones, influyen en todo y en todos, sean cercanos, conocidos o lejanos que nos identifican, gente que ha tenido la posibilidad de haber visto el resultado y las consecuencias de nuestras acciones y elecciones personales; no tenemos el control de cómo seremos recordados mañana, pero si tenemos la libertad de controlar lo que decimos, hacemos y mostramos en nuestro diario vivir. Todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo como para el SEÑOR Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de Él. Colosenses 3:17.

 

Para dejar huella de legado en una herencia perdurable de buenos recuerdos, tenemos que poner pasión, tesón, perseverancia, firmeza y amor genuino en lo que hacemos, con entrega y buena disposición desde el corazón, siendo auténticos, genuinos y sinceros, pensando en el bien de los demás y en la grandeza de Dios por el bien común, deseando inspirar a otros. No dejemos que los obstáculos detengan nuestro legado, y si nos equivocamos, reconozcamos, pidamos perdón, aprendamos de los errores y sigamos adelante en la misión, con las habilidades y talentos que el Creador nos ha dado, contribuyendo en la obra bienhechora de Dios para todos. No te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda; apártate del mal y sigue el bien. Proverbios 4:27.

 

Dejar huella y legado de una herencia es contribuir en la resolucion de problemas y supliendo a necesidades de otros; esto es una parte inherente de todo ser humano, porque Dios así nos formó, así que todos, absolutamente todos, estamos en posibilidad de dejar alguna huella en esta tierra con una vida auténtica, siendo alegres y tratando a todos con deferencia, respeto y compasión, proactivos y conscientes del impacto que logramos. Porque la sola fe, sin obras, está muerta. Santiago 2:17.

 

Si todos cumplimos con nuestra parte, en el plan eterno, podremos hacer del mundo, un lugar mucho mejor, no solo para nosotros, sino para las generaciones venideras. SEÑOR, me doy prisa y no tardo en guardar tus mandamientos. Salmos 119:60. 


El tiempo que me queda, lo gastaré sirviendo a Dios en bendeción de muchos, para que cuando muera, quede en la mente y el corazón de la gente, lo que Dios me dio por gracia y fe obediente cumpliendo la labor, encargada desde arriba; y que primero, con el trato de Dios en experiencia y sabiduría personal, Él ha marcado a sus hijos, para tener efecto sobre otros, transmitiendo el reino de Cristo. Filipenses 1: 12-30.


Al dejar huella tengamos en cuenta estos aspectos:

1. No prestar atención al que dirán, ni la crtica negativa de los demás. Siempre habrá críticas positivas y negativas, pero dependemos de Dios, no de la opinión, aprobación y aceptación de la gente y el mundo muchas veces bloquea la libertad. Así que, NO seamos esclavos de la imagen personal, pues eso es permitir que los demás nos pongan un valor, pero si nos queremos a nosotros mismos, no requerimos justificación humana, porque el concepto que Dios tiene de nosotros es lo más importante; seamos equilibrados y maduros…No estamos reprobados. 2 Corintios 13:6.

2. Vencer el miedo a los retos y lo desconocido. Con valentía aprendemos lo nuevo y tomamos riesgos para alcanzar sueños; hemos sido creados para lo nuevo y lo grande cada día, disfrutemos y no perdamos el control, seamos templados, y abramos la mente para aprender, recibir, discernir e imaginar, sin temores, ni inercias, ni automatismos. No tengas miedo, YO estoy contigo; no te desanimes que YO SOY tu Dios. YO SOY quien te da fuerzas y siempre te ayudo. Siempre te voy a sostener con mi diestra de justicia. Isaías 41:10.

3. Ser coherentes con la fe y lo que decimos ser. Ser coherentes acompaña la fe de los valentes, en Dios; tenemos compromiso y responsabilidad de sirvicio, alegres y cin disposición de corazón; pero evitemos los enfrentamientos, discutamos pacíficamente las diferencias y puntos de vista; siendo auténticos y sin caretas, si erramos, reconozcamos nuestra falencia y corrijamos el error. Les daré un corazón y un camino para que me teman perpetuamente, y tengan el bien de la gente y de sus hijos, después de ustedes. Jeremías 32:39

4. Trascender, orar y perfeccionarnos en Dios. Orar es una tarea diaria y continua, para trabajar con excelencia, sin temer al fracaso, no somos perfectos, estamos en proceso, pero que lo que hagamos sea de la mejor manera posible agradando primeramente a Dios. Nuestra fe actúa juntamente con nuestras obras, y la fe se perfecciona en las obras; como Abraham creemos para que seamos tomados como justos y ser llamados amigos de Dios. Santiago 2:22.

5. Ser sinceros, rectos y espontáneos. Sin ser calculadores pensemos antes de hablar, pero expresemos lo que realmente percibimos, sentimos y pensamos sin ofender, ni herir a nadie, aunque nos tilden de locos, porque la espontaneidad como la inocencia en los niños, caracteriza la personalidad abierta y franca del pueblo de Dios. ¡Estás loco Pablo! Las muchas letras te han vuelto loco. Pero Pablo respondió: No estoy loco, excelentísimo Festo, lo que estoy diciendo es la verdad y tiene sentido. Hechos 26:24.

6. Ser auténticos hablando verdad desde el corazón. Somos seres únicos y con corazón para mostrar limpiamente nuestra personalidad y carácter en el potencial dado de arriba, con el propósito de animar, ayudar y estimular a otros, más allá de lo que creemos que podemos hacer; abrámos la mente a nuevas posibilidades y retos, venciendo obstáculos y avanzando para el bienestar de todos. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; porque de la abundancia del corazón habla la boca…Lucas 6:45-49.

7. Fluir en el Espíritu de Dios. Hemos sido sellados con el Espiritu y ungidos con la gloria de Dios en la presencia de Cristo para hacer cosas grandes que lo honren, bendigamos a la gente transmitiendo paz y satisfacción personal. Porque el fruto del Espíritu, es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, amabilidad, fidelidad, y dominio propio. Gálatas 5:22.

En todo expresemos la singularidad y creatividad que llevamos dentro, sin perder de vista el manejo del tiempo y nuestra propia vida, pero trabajemos con placer, dando todo lo mejot al máximo; cuando nos rendimos al servicio de Dios, no solo bendecimos a la gente, sino tambien salimos grandemente bendecidos, y satisfechos, porque mientras lo hacemos el Espíritu Santo fluye purificando la atmósfera y tocando a,la gente, así desaparece todo miedo y toda inseguridad y el enemigo queda mudo, recordemos la historia de Job. Amén.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.








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