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22 jun 2025

LA IGLESIA EN TIEMPO DE CRISIS

  LA IGLESIA EN TIEMPOS DE CRISIS

Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su capacidad de salar, ya no sirve para nada, sino que se tira a la calle para que todos la pisoteen. Ustedes son la luz que ilumina a todos en este mundo. Ustedes son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro para todos puedan ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario, la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumina y muestra cómo se debe obedecer a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que están en los cielos. Mateo 5:13-16.

 

Ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9.

 

En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si tienen amor los unos con los otros. Juan 13:35.

 

Si en verdad somos pueblo de Dios, no podemos estar indiferentes ante los sucesos que están ocurriendo ante nuestros ojos, cosas terribles como las guerras, los atentados terroristas, los hechos subversivos y la violencia que cobra tantas vidas humanas, ante esta serie de cosas, la Iglesia de Jesucristo y pueblo de Dios está obligada a tomar una postura determinada que contribuya al bien, la verdad, la justicia y la vida contra todo mal. Entonces, ¿cuál sería la posición de la Iglesia y de un creyente, Cristo céntrico y bíblico, ¿ante tantas cosas nada buenas? Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. Mateo 5:9.

 

La Iglesia, portadora y proclamadora del Evangelio, posee la misión intrínseca a su ser, que es anunciar todo el consejo de Dios dado en su palabra, abogando por la paz y el amor en todo momento; sin embargo, en muchos casos, como lo profetiza la Biblia, se reconoce la posibilidad de la "guerra justa", debido a ciertas circunstancias, pero sin dejar de anunciar la verdad, para sacar a la luz los hechos deshumanizantes de un conflicto, mediante el Evangelio que transforma todo hecho violento, injusto y abusivo, ya sea en la familia o la sociedad, y así traer al arrepentimiento en la búsqueda de Dios, que es el único que conoce la verdad que se esconde en cada evento y cada vida. Porque los magistrados no estan para infundir temor al que hace el bien, sino al malo…Romanos 13:3.

 

Algunos sectores del cristianismo reconocen hoy como en tiempos bíblicos, la posibilidad de una “guerra justa,” donde en alguna medida, la violencia es el último recurso, para justificar la defensa de la justicia, la paz y protección de los inocentes, debido a los inicuos violentos que no respetan a Dios ni a la vida porque aman la muerte, y con ellos no se puede negociar sino actuar. Y nos preguntamos: ¿hay algo que nos enseñe la biblia que debemos hacer ante la creciente violencia y corrupción que vivimos? ¿Qué le dice Dios en este tiempo a la iglesia? ¿Debemos ofrecer alguna solución o alternativa en medio de la crisis tan fuerte que vivimos? Ustedes oirán de guerras y amenazas de guerra; pero miren bien y no se asusten, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Aunque se levante nación contra nación y gobierno contra gobierno…Mateo 24:6-7.

 

Como hijos de Dios y redimidos de Cristo, no podemos ser indiferentes ante tanto mal, ni hacernos los sordos o los ciegos, aparentando que todo está bien, pues la Iglesia está llamada a ser testimonio vivo y santo en medio del caos y la confusión de este mundo, así que, para ello, necesitamos mínimo de tres aspectos importantes para poner límites a lo que sucede en el mundo y ser parte de la solución divina a la tragica violencia y extrema maldad que afronta en este tiempo la humanidad. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Mateo 5:9.


1. Discernimiento Espiritual. En la tribu de Isacar había gente experta, doscientos príncipes entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer y cuándo debían actuar. 1 Crónicas 12:32. Seamos claros y realistas que no se pueden cambiar las circunstancias por medios políticos debido a que la sociedad está dividida, polarizada y desorientada sin lograr entender a profundidad las cosas que suceden, y lo primero que necesitamos es el discernimiento espiritual, pues antes de decidir y tomar acciones, requerimos orar y consultar al Espíritu Santo para que nos de claridad y sabiduría de los hechos, mediante el discernimiento, pues el Espíritu de Dios, es nuestro Ayudador y Consejero por excelencia, que nos dejó el SEÑOR Jesucristo. Juan 14:16-17 y Romanos 8:26-27.

Dios dejó registro de los valientes y principales hijos de Isacar, que eran hombres y mujeres con la capacidad de discernir y entender lo que estaba pasando desde el punto de vista espiritual, en los tiempos de guerra del reinado del rey David; hoy podemos acudir a los anales de la historia para obtener información clara, y no quedarnos en lo que dicen las redes, pero más aún, debemos acudir a la Escritura y buscar al SEÑOR, con todo el corazón, mediante nuestra relación íntima con Jesucristo y su Espíritu Santo. Esto se obtiene con disciplina espiritual, consagración a Dios y perseverando en oración; pero no solo nos limitamos a leer la Biblia, sino que comparamos lo que ella dice con los eventos actuales; es como decíamos años atrás: en una mano el periódico y en la otra la Biblia. En todo tengan en cuenta el tiempo en que vivimos, y sepan que ya es hora de despertarse del sueño. Porque nuestra salvación está más cerca ahora que al principio, cuando creímos el mensaje. Romanos 13:11.

Es Dios quien cambia los tiempos y las edades quitando y poniendo gobernantes en las naciones, es Dios quien da la sabiduría a los sabios y el conocimiento a los entendidos, y no leemos la Biblia para interpretarla, pues ella se interpreta a sí misma, sino que la escudriñamos porque es la voz de Dios impresa que nos ilumina el entendimiento con relación a nosotros mismos, los tiempos y los acontecimientos que pasan en nuestro contexto, y discernir se logra con la ayuda del Espíritu; por lo tanto, la Iglesia requiere SÍ o SÍ, el discernimiento para que muchos creyentes no opten por posiciones y conceptos errados, con los cuales dan mal testimonio de Cristo y el Evangelio. De un solo hombre hizo Dios todas las naciones, para que vivan en toda la tierra; y nos ha señalado el tiempo y el lugar en que debemos vivir, para que busquemos a Dios, y podamos hallarlo, aunque en verdad, Dios no está lejos de cada uno de nosotros. Hechos 17:26-27.

En la situación actual no se trata solo de orar hasta el cansancio, hacer ayunos o hacer caminatas y marchas de protesta, pues vemos que las cosas no cambian al mínimo y algunos hasta se decepcionan de la Iglesia, el problema radica que entre el pueblo de Dios, no hay gente entendida en los tiempos como lo eran los de la tribu de Isacar; si hubieran creyentes y principales con discernimiento, se podría direccionar con sabiduría de Dios a la Iglesia en lo que realmente se debe hacer en medio de la crisis que se vive. 1 Reyes 12:15 y 2 Crónicas 10:15.

Requerimos con urgencia discernimiento espiritual porque la crisis aumenta en las naciones y el común del mundo no puede entender lo que pasa por medios ideológicos, religiosos, ni geopolíticos, indefectiblemente necesitamos a Dios; cada uno en particular, sea la familia, la nación y la sociedad en general, todos debemos volvernos al Creador y Salvador para quedarnos a vivir en su presencia como lo hicieron Enoc y Elías, pues miles en la tierra, aún los “creyentes” han abandonado al SEÑOR nuestro Dios Todopoderoso. Conviértanse, hijos rebeldes, dice el SEÑOR porque YO SOY su Dios, YO tomaré uno de cada ciudad y dos de cada familia y los introduciré a Sión. Jeremías 3:14.

Entendamos de una vez por todas que la raíz del problema es el pecado y que por la falta de relación personal con Dios, el tema de la violencia no es asunto de mero comportamiento, sino que el mal comportamiento generalizado es la evidencia de que hace rato miles se han alejado y separado de Dios; por eso los malos viven omitiendo la ley divina, siendo esclavos de los vicios y fomentando la corrupción a todo nivel, produciendo así la violencia y la muerte que está acabando hoy con la humanidad en todo rincón de la tierra. ¡Sufrirán las consecuencias de sus malas decisiones y de su mala conducta! ¡Acabarán siendo destruidos por su necedad y por su poca atención! Pero los que me hagan caso vivirán tranquilos y en paz, no tendrán miedo del mal. Proverbios 1:32-33.

Los simples se desvían a causa de la ignorancia a Dios y su palabra que mata a muchos cada día, y la mentira se pasea rampante sin que nadie sepa qué es verdad o engaño, por eso la corrupción y la mala fe están presentes desde lo más bajo del pueblo hasta los más altos dignatarios de gobierno, todo, como resultado de la escasa y pobre espiritualidad en la gran mayoría, que anida el pecado en su corazón; razón por la cual se mantiene y perpetua el caos, el desorden y la violencia que brota desde el seno de los hogares hacia las altas esferas de la sociedad; asi que Yo les aseguro que si ustedes se olvidan de Dios, morirán. Si son desobedientes, Dios los destruirá, así como va a destruir los pueblos malos que ustedes enfrentan. Deuteronomio 8:19:20.

Cambiar la manera de hablar y el comportamiento conductual es solo un formato social, pues el problema humano es de profundidad y de fondo, lo que vemos es lo que sale del corazón de cada quien, porque es lo que tienen en el alma y les marca la vida en su separación de Dios, desconocimiento a su Salvador y su Evangelio, por eso cada uno, como en el tiempo de los jueces, los reyes y las crónicas, cada uno opina y hace lo que bien le parece y le conviene, y la palabra es clara en cada detalle de la historia en la vida humana, ¡Todavía, muchos son débiles! Mientras haya entre ustedes envidias y discordias, por eso todavía son débiles y actúan con criterio puramente humano. 1 Corintios 3:3.

Bien sabemos que separados de Dios nada bueno podemos hacer, pero este tiempo es para consagrarnos a Dios y ser fieles a Cristo en obediencia y atención a su palabra; esto no se trata de mera moralidad, necesitamos ser verdaderamente espirituales y santos ante los ojos de Aquel que todo lo ve, lo escudriña y lo conoce; detrás de la desobediencia a Dios hay un corazón pecador que se rebela con soberbia, autosuficiencia y altanería, queriendo ser independiente a su Creador y Salvador. La rectitud y la justicia protegen al hombre íntegro, pero la maldad arruina al pecador. Proverbios 13:6; El malvado cae en su propia trampa; pero el que es bueno vive con gran alegría. Proverbios 29:6.

Salomón agrado a Dios porque no pidió riquezas, larga vida ni la derrota de sus enemigos, sino que pidió discernimiento para poder escoger entre lo bueno y lo malo y tomar así decisiones justas y apropiadas para el pueblo de Israel. Da, pues a tu siervo, un corazón entendido para gobernar a tu pueblo, y para distinguir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién hay capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso? 1 Reyes 3:9.

El común del mundo, y aún muchos “creyentes” siguen aceptando la misma mentira de satanás en el Huerto del Edén, se creen dioses haciendo maldades porque imaginan que son omnipotentes sabiendo el bien y el mal, pero los supera el mal y el pecado porque el discernimiento y la santidad escasean, por eso muchos siguen creyendo que son “cristianos” pero no se han dado cuenta que hace rato andan separados de Dios, por eso las consecuencias las estamos viendo. Jueces 17:6 y 21:25; El pecado y las malas acciones son trampa para el malvado haciéndolo su prisionero.  Proverbios 5:22.

En el texto de Lucas 22:33-38 escuchamos las palabras del SEÑOR Jesús a sus discípulos en un momento crítico, Jesús no quiso decir que debíamos militarizarnos y mucho menos tomar las armas, lo que Él estaba diciendo era que debíamos tener discernimiento de los tiempos, pues la guerra y la persecución que sufrían los seguidores de Cristo en ese momento, se aumentarían con el paso del tiempo…Los discípulos dijeron: SEÑOR, aquí tenemos dos espadas. Y Él les contestó: Ustedes no me entienden, ¡basta!, ya hablaremos de esto. Lucas 22:39; también Jesús dijo a los escribas y fariseo: Hipócritas que saben decir si mañana habrá buen tiempo o tempestad porque ven los arreboles rojos en el cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos. Mateo 16:3.

2. Vivir en Justicia y Santidad. Hacer justicia y vivir en rectitud, le agrada más a Dios que los sacrificios. Proverbios 21:3. Ser justos y mantenernos santos para Dios es parte fundamental del cristiano y se relaciona con hacer la voluntad de Dios en obediencia a sus mandatos y principios divinos, en pureza de intenciones, rectitud de acciones, verdad de palabra y pensamientos limpios, lo cual es parte vital de nuestra devoción y consagración al SEÑOR, es decir, apartados para Él.

Ser justos y santos forma parte de conocer nuestra identidad y sentido de pertenencia en Cristo, sabiendo que somos la sal de la tierra y la luz del mundo, por su Espíritu Santo que nos habita, para vencer nuestra naturaleza carnal y ser espirituales; por lo tanto, vivir en el Espíritu y caminar con Cristo, implica vivir en justicia y santidad, si es que realmente hemos nacido de nuevo, y mostramos a Cristo dando testimonio del reino de Dios en la tierra. Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, siendo honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como Él Efesios 4:23-24.

Si somos sal y luz, nuestra santidad debe alumbrar y nuestra justicia dar revelación de Dios para preservar vidas y guardar la tierra de corrupción, maldad, violencia y descomposición social, asi pues, la Iglesia de Jesucristo tiene la gran responsabilidad de ser factores de cambio, en mayor o menor medida, porque de ello daremos cuenta a Dios un día; pero si la sal de los creyentes se ha desvanecido, ¿cómo se preservará la vida y el orden sobre la tierra? La crisis que enfrentamos es muy fuerte y a todo nivel, porque la sal de la tierra que es la Iglesia está en pecado, por lo tanto, su sabor y su acción se han desvanecido y la gente se pierde porque la luz de la iglesia se ha apagado, pues muchos "hijos de Dios" comulgan con las tinieblas del mundo y abrazan las mentiras. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios. Romanos 8:19.

El mundo, la sociedad y aún muchos en la Iglesia de Cristo, por falta de comunión con Dios y nada de discernimiento están sucumbiendo ante las tentaciones, tolerando toda clase de maldad, y abandonando así la pureza de la sal que es la santidad que debe distinguir a cada miembros del cuerpo de Cristo; pero debemos restaurarnos y levantarnos porque tenemos la obligación de fluir integridad y pureza para impactar al mundo con testimonio y espiritualidad de vidas rectas individual y colectivamente para así hacer justicia en la proclamación del evangelio como templo y altar del Espíritu Santo que somos tú y yo; así que, brillemos con la luz de Cristo y reflejemos la sal de su carácter. Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor y se vuelve insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, solo para ser echada fuera y pisoteada de los hombres. Mateo 5:13.

El pueblo de Dios tiene el deber de ser agentes de cambio para que se recobre el bien, la verdad y la justicia en esta sociedad tan contaminada y desorientada; mostremos la fraternidad de Cristo y la gracia del Padre, trabajando activamente en la transformación del mundo, sirviendo, estando unidos y obedeciendo a Dios. Mas bien, profesando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos, de Aquel que es la Cabeza, es decir, Cristo. porque en Él todo el cuerpo se ajusta y se une por la cohesión de las coyunturas, conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produciendo el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor. Efesios 4:15-16.

3. Vivir con la esperanza puesta en la venida del SEÑOR Jesucristo. Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13. No estamos aquí como observadores que esperan a ver qué más pasa o cuándo aparece el anticristo, si nos vamos en el arrebatamiento, debemos preparnos para mantener los ojos puestos en el Autor y Consumador de la fe, proyectándonos para estar con Él en las Bodas del Cordero.

Nuestra esperanza como cristianos bíblicos es nuestro encuentro con el SEÑOR Jesucristo, por eso debemos hacer todo lo mejor que podamos, y aunque sepamos que el mundo va de mal en peor, debemos llenarnos de la sal d3 Cristo y la luz del Espíritu para que sea Dios quien intervenga frente a la maldad, la mentira, la corrupción y la impunidad; confiemos más en Dios y sus promesas para que no nos quedemos aterrados e impávidos con las noticias del día a día. Pues el SEÑOR mismo descenderá del cielo, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del SEÑOR en el aire, y así estaremos con Él siempre. Anímense unos a otros con estas palabras. 1 Tesalonicenses 4:16-18.

Esperar la venida del SEÑOR trae implicaciones de vida para el cristiano genuino: arrebatamiento, resurrección, transformación y glorificación. Con la noticias que vemos y escuchamos requerimos tener discernimiento, porque aunque algunas aparentan ser cristianas, desaniman y entristecen, haciendo que nuestro corazón se llene de ira para decir cosas que no convienen; pero nuestra ciudadanía está en Cristo, por lo tanto, vivamos como de día, mientras esperamos al SEÑOR, eso cambia y fortalece, mientras recordamos la palabra con sus promesas. Acerquémonos a Dios, y Él se acercará a nosotros. Que los pecadores limpien sus manos y que todos purifiquen sus corazones, porque ustedes no pueden amar a Dios y al mundo a la vez. Santiago 4:8.

Atendamos al consejo de Dios y no sucumbamos ante el pecado, porque, aunque todo el mundo peca, nosotros NO somos todo el mundo, observemos ¿qué fama tenemos ante el mundo? Pues la sal se ha desvanecido y la luz se ha hecho tinieblas, es por eso que la Iglesia es irrespetada y pisoteada por muchos; volvamos a amar al prójimo porque el amor es la esencia del evangelio, y muchos no vienen a Cristo porque los miembros de su iglesia ya no andan en la luz; nos identificamos en Cristo y pertenecemos a su reino, no valemos por lo que producimos sino por lo que SOMOS en Dios, así que la luz guía, alumbra, muestra, enseña y revela la verdad y la justicia. Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios, y la iglesia es sembradora y constructora del reino de Dios en la tierra. 1 Corintios 3:9.

Tengamos en cuenta a Dios, caminemos bajo la guía del Espíritu Santo consultándolo a cada paso que damos, desde lo más mínimo hasta lo más importante, de lo más pequeño a lo más grande; necesitamos su discernimiento y revelación en todo lo que pasa, por lo tanto, debemos vivir llenos del Espíritu; así Dios traerá orden y nosotros daremos fruto; cada uno decide si sigue a Dios o se amaña con el mundo, si se irá con Cristo o se eterniza con el adversario. Ahora es el momento oportuno; busquen a Dios; ¡llámenlo ahora que está cerca! Arrepiéntase porque Dios está siempre dispuesto a perdonar; Él tiene compasión de nosotros. Isaías 55:6-7.

OREMOS: SEÑOR amado, por favor ayúdanos a compartir de Ti y tu palabra con fidelidad y amor, no nos dejes enredar con las mentiras del mundo, ni nos dejes desviar por las redes sociales que contaminan; venimos ante Ti para que nos restaures con la pureza de la sal y la intensidad de tu luz para que vivamos en tu presencia y poder tener el don del discernimiento en estos momentos de confusión, error, violencia y mentira sobre la tierra; perdóname por haberme apartado de Ti y correr al pecado; vuelvo a Ti como el hijo pródigo recordando que solo Tú y nosotros tu pueblo podemos detener la descomposición de esta sociedad; danos discernimiento, ayúdanos a ser santos para ti y justos entre el pueblo. Gracias Padre celestial por escucharnos y respondernos, en el nombre de Jesús, Amén.

Comparto esta bella y poderosa enseñanza que tocó las fibras de mi ser, y que no puedo quedarme con ella, sino que debo darla a conocer para bendición del pueblo de Dios en beneficio de la humanidad.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidor de su reino.