4 ago 2015

CRIAR PERSONALMENTE A LOS HIJOS-VALE LA PENA


CRIAR PERSONALMENTE VALE LA PENA

Y estas palabras que YO te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, al acostarte y cuando vayas a levantarte. Deuteronomio 6:6-7.

He aquí, herencia de YHVH son los hijos, y una recompensa el fruto del vientre. Como saetas en manos del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. ¡Cuán bienaventurado es el varón que llena su hogar de ellos! No será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta. Salmos 127: 3-5.

Tener hijos es una bendición, pero criarlos directa y personalmente, es un privilegio que pocos disfrutas o toman en serio, es una hermosa tarea que Dios ha encomendado a los padres, para que se multiplequen las generaciones de familias sólidas y firmes con padres buenos, responsables y comprometidos en edificar vidas con amor y construir tejido social a la manera del Creador. Job cuidaba de sus hijos, y si hacían banquete, iba a buscarlos para orar e interceder por ellos y santiciarlos, ofreciendo holocaustos a Dios por sus ellos. Job 1:4-5.

Para esto necesitamos echar mano a la Pedagodía de la Presencia donde padres e hijos viven, conviven,comparten y actúan juntos uno al lado del otro,; cuando los padres permanecen ccerca de los hijos, proveen seguridad, identidad, sentido de pertenencia y solución a las dificultades en el momento que acontecen, sin condenar, pero solidarizándose, mientras se corrige comprensivamente, poniendo la correción al frente del niño; es educación en vida y para la vida dentro del diario acontecer de la familia; los niños y los jóvenes que no creerán nni obedecerán por las meras palabras, sino con el ejemplo de su padres. Los padres de Juan Bautista, Zacarías y Elizabeth, eran justos delante de Dios y se conducían intachablemente en tos mandamientos y principios del SEÑOR...Lucas 1:5-20.

Criar hijos personalmente de cuerpo y alma, por parte de los padres, es un privilegio, porque podemos educarlos y enseñarlos bíblicamente; yo recuerdo cuando era niña, mi madre todo el tiempo nos hablaba de Dios, lo que Él mandaba y lo que a Él le agradaba de las personas; si hay algo en la vida que más recuerdo y valoro hasta el día de hoy, es que mi madre, no solo me enseñó con palanras a cerca de Dios y del bien, sino que también lo mostró con su ejemplo de mujer fiel por más de 40 años, hasta que papá falleció, y por todo su esfuerzo y trabajo para ayudar a sostener el hogar. Mi madre din lugar a dudas, es esa mujer de Priverbios 31, siempre dedicada, amorosa y trabajando desde su casa. Una mujer ejemplar, ¿quien la encontrará? ¡Vale más que las piedras preciosas! Su esposo confía totalmente en ella, pues ella lo bendice. Le hace el bien toda su vida, porque ella nunca provoca priblemas. Priverbios 31:10-12.

Criar personalmente a los hijos, implica pasar tiempo de calidad con ellos, no importa si son pequeñitos o son más grandecitos, eso nos permite conocernos mutuamente, para saber nuestras fortalezas y debilidades, nuestras cualidades y defectos, nuestras potencialidades y carencias; nuestros gustos y disgustos, pero lo más importantes, pider inculcarles una vida espiritual bíblica y a la manera de Dios. Por supuesto, que la Biblia no fue escrita principalmente para ser un manual estricto en la crianza de los hijos, sin emargo, nos enseña y nos guía mucho acerca del tema de ser padres y tener una familia funcional, con la ayuda de nuestros estudios, capacitación e i investigación. Así que, debemos buscar recursos para ayudarnos a ser padres y esposos, porque eso se aprende en el camino. La corona del anciano son sus nietos; y el orgullo de los hijos son sus padres. Priverbios 17:6.

Yo le doy gracias a Dios, porque personalmente crié, cuidé y eduqué a mis hijos; hoy en día son dos personas maravillosas, respetuosos del SEEÑOR, el varón es médico con dos especialuzaciones, la niña ya es abogada, ambos están casados y aman a Dios; son seres humanos de calidad que donde van los aman y los respetan, eso fué algo que siempre les repetí cuando los corregía; siempre amándonos y respetándonos. Porque mejor son dos que uno...porque si cae uno, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que este solo! Porque cuando caiga, no hay otro que lo levante. Y si dos duermen juntos se calientan mutuamente; pero ¿cómo se calienta uno solo? Y si alguien se levante contra uno, dos lo resistirán; pues cordón de tres dobleces no se rompe fácil. Eclesiastés 4:9-12.

Los hijos que Dios nos da, forman parte de nuestras bendiciones, no son nunca una carga, aunque a veces las horas y los dias no sean tan amenos ni agradables; debemos valorarlos y tenemos que amarlos a pesar de todas las duferencias y dificultades, si los amamos, los corregimos y educamos, para enseñarles a tener un comportamiento adecuado, enseñarles a ser buenos hijos de Dios y buenos ciudadanos, haciendolos partícipes de las tareas del hogar y de todas las cosas buenas que Dios nos da a diario; resolver juntos los problemas que involucra la tarea misma de ser padres e hijos. Hijos obedezcan a sus padres en todo, porque esto le agrada a Dios; padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen. Colosenses 3:20-21.

Somos los padres los que le enseñamos a los hijos los mandamientos de la ley de Dios, y los principios contenidos en el Evangelio de la cruz de Cristo, para que ellos aprendan a ser personad virtuosas, hombres de valor y mujeres de honor, eso en ninguna parte lo aprenden, solo en casa, con padres espirituales que aman a Dios y se esfuerzan por trabajar y hacer el bien. De ahí, que los esposos cuiden la unidad del matrimonio, la vida espiritual de todos los miembros de su familia, orar, alabar y adorar a Dios juntos; instruir juntos como pareja sabia, a sus hijos, para que ellos aprendan obeduencia y sujección a Dios, empezando por hacerlo con los padres; unos hijos educados espiritual, familiar y socialmente, serán multiplicadores de nuevas generaciones de gente útil y buena para la sociedad. Ustedes padres, no provoquen la ira de sus hijos; sino que deben educarlos con la disciplina y la instrucción que quiere Dios. Efesios 6:4.

Asi que, criar, cuidar, amar y educar a los hijos de manera personal y directa, es una continua lucha por mantenernos unidos, en medio de un mundo loco, egoísta, divisionista, pervertido y ególstra, alejado de su Creador y Salvador; hacernos responsables de nuestra paternidad y maternidad, nos obliga a ser proveedores para las necesidades de cada hijo, y actuar con ellos de manera individual y colectiva, con inteligencia y sabiduría de Dios, quien es el mejor Padre. Y el que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe, y viene a ser peor que un incrédulo. 1 Timoteo 5:8.

Después de la salvación en Cristo,  familia ocupa el segundo lugar más importante del plan de Dios, y está en el centro de todas nuestras responsabilidades, deberes y oblugaciones para que podamos ser felices y estables a la manera de Dios. Dios estableció la familia, desde el origen de la creación; es por eso que la Biblia enseña y da ejemplos de familias fuertes, en la historia de Israel, para que también nosotros aprendamos a edificar familias sólidas, amorosas y feluces. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra, que el SEÑOR tu Dios te da. Éxodo 20:12.

El SEÑOR Jesús enseñó que el matrimonio es santo y vital en el plan de Dios, pues los hijos criadis con la presencia y figura del padre, podrán mejor amar a Dios y asimilar su trato de Padre bueno; Jesús cuidó de su familia a lo largo de su vida terrenal, mostrando su amor, especialmete por su madre Myriam, y ayudando a José en la carpintetía, hasta el final  y desde el martirio de su cruz se hizo cargo de su madre al encargarsela a Juan: Mujer, he ahí a tu hijo; hijo, he ahí a tu madre. Juan 19:26-27.

Los ejemplos en la Biblia, acerca del cuidado personal de la familia, están presentes, como Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Raquel; en el NT Pablo enseña lo necesario acerca de las relaciones familiares, la autoridad y responsabilidad de los padres y los deberes de los hijos. Hijos, obedezcan a sus padres en el SEÑOR, porque esto es justo...Efesios 6:1-4.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero, y servidora de su reino.






















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