6 ago 2015

LUCHARÉ HASTA EL FINAL

LA VIDA SON BATALLAS, LUCHAS Y GUERRAS

Todos los días de mi batallar esperaré, hasta que llegue mi relevo. Job 14:14.

Dichoso todo aquel que persevera bajo la prueba, porque un vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de vida, que el SEÑOR ha preparado para los que lo aman. Santiago 1.12.

 

Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero confíen, YO he vencido al mundo. Juan 16:33.


En esta tierra debajo del sol tendremos que encarar continuamente batallas espirituales, luchas carnales y guerras emocionales que no serán nada fáciles, placenteras ni deleitosas; muchas llegarán a ser experiencias tristes y desagradables, pero si peleamos del lado de Dios y con Él, Dios nos ayudará para salir al otro lado en la medida que aprendamos, asimilemos, maduremos y glorificamos al SEÑOR como lo hizo Job, Daniel y sus tres amigos, Pablo y Silas, Dios liberta y bendiece a sus fieles. El SEÑOR sostiene a todos los que caen y levanta a los oprimidos. Los ojos de todos esperan en tí SEÑOR, porque Tú das su comida a su tiempo, abres la mano y colmas debendición a todo serviviente. Salmos 145:14-16. 


Toda prueba y pérdida causa dolor y lágrimas, pero será para cosas mayores, porque Dios gobierna, Él utilizará esas etapas de prueba para hacernos más fuertes, valientes y aguerridos soldados dignos de Él y de su reino, porque Dios aborrece la cobardía y no podemos dejar de luchar ni darnos por vencidos. Hebreos 10:39, Apocalipsis 21:8. Porque desde los dias Juan Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia, y solo los valientes lo arrebatan...Mateo 11:12-14.


Lo vencedores a la manera de Dios, son gente que en el poder del Espíritu y la palabra, franquea y pone la cara a los obstáculos y dificultades para crecer y facultarnos de potencial para hacer frente a la las tinieblas, el mundo, la carne y la sociedad que ataca de muchas formas; solo los valientes arrebatan y llegan a ser grandes conquistadores, vencedores y victoriosos en Jesucristo. Porque aun no hemos resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; no olviden la exhortación que como a hijos de Dios se nos dice: hijo mío, no deprecies la disciplina del SEÑOR, ni desmayes cuando eres corregido por Él; porque el SEÑOR al que ama disciplina, y azota a todo el que Él recibe por hijo. Hebreos 12:4-6..

 

Las dificultades y los problemas nos estimulan a crecer integralmente, ya sea emocional, intelectual o espiritualmente, y el SEÑOR nos dejó ejemplo, así que para prevalecer y vencer, tendremos que echar mano da las facultades mentales y los recursos que Dios pone a nuestro alcance, así tendremos opciones para hallar una salida y tomar prudentes decisiones que serán alternativas de cambio que nos proyectarán a nuevos horizontes en Dios, según sus propósitos. Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; la paciencia prueba; y la prueba trae esperanza…Romanos 5:3-5.

 

Siendo seres humanos que piensan y razonan, mejor aún, siendo hijos de Dios, y redimidos en Cristo, no podemos permitir que una dificultad o un revés en la vida nos haga dudar o caer de nuestra fe, no podemos llegar a límites de caer al piso, inhabilitados como cobardes, si Cristo nos ha hecho más que vencedores en Él, al contrario, tenemos que levantarnos para mostrar que somos dignos hijos del Dueño, productivos, efectivos y aguerridos, pues cada batalla es permitida por Dios para llevarnos a ser maduros y valientes ciudadanos del reino que viven por fe porque conocenmos a Dios y su evangelio; y como nuestro Padre y nuestro Rey, somos personas espirituales que razón espiritualmente, pero tenemos los pies en la tierra para ser instrumentos útiles en las manos del Creador, dándole gloria y alabanza, con nuestro gozo cumplido, así que, Anunciamos a Jesucristo, amonestando a todo hombre, y enseñando con toda sabiduría, para poder presentarlos perfectos  a todos, en Cristo Jesús; para lo cual trabajo, luchando según la potencia de Él en mí, la cual actúa poderosamente…Colosenses 1:27-29.

 

Así es que no podremos evadir las luchas ni los problemas que nos plantea el mundo, tenemos que enfrentarlos para no quedarnos estancados; con pruebas y luchas somos entrenados y adiestrados cada día para hacer crecer el reino de Dios, y cada vez que encaramos una batalla, requiere esfuerzo, inteligencia, fe y confianza en Dios, para mantenernos firmes, y vencer en la batalla para ensanchar nuestro territorio espiritual derrotando al enemigo; así que resistamos y confrontemos los embates del mundo porque así aprendemos a madurar para ser valientes soldados de Cristo en su reino. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros h de manifestarse. Romanos 8:18.

 

El gran guerrero de Dios en la Biblia fue David, él antes, durante y después de su reinado fue entrenado en las batallas, esto le valió para sacar adelante su posición de rey por más de cuarenta años, David lo logró porque acudía y consultaba a Dios a cada instante, él no evadió las luchas, sino que las encaró y ganó muchas batallas donde pudo ver la mano de Dios a su favor y obteniendo la victoria y el respeto del pueblo; a David nada lo intimidó porque Dios era su fuerza, desde su niñez, su juventud y hasta su edad adulta, nunca se desanimó, sino que confrontó y venció a los innumerables enemigos, porque su secreto era que mientras luchaba adoraba a Dios y hablaba con Él para pedir dirección y saber el momento de actuar, por eso sus luchas ganadas fueron grandes y estruendosas contra los adversarios…David derrotó a los filisteos, y los humilló, tomó Gat y sus villas de manos de los filisteos. También derrotó a Moab, y los moabitas fueron siervos de David, trayéndole presentes. 1 Crónicas 18:1-2.

 

Dios ama la gente valiente y corajuda, fue así como David venció sus batallas terrenales y ganó el favor de Dios para obtener lo celestial porque su Ayudador era Dios, Él enviaba sus ángeles guerreros para vencer a los malos, pues siempre las batallas físicas y terrenales tienen que ver con el poder espíritual, de ahí que la fe y la confianza en Dios es nuestra mayor posesión, más valiosas que el oro y la fuerza humana; cada uno de nosotros s9mos quienes decidimos si nos hacemos independientes o dependemos de Dios, cada quien forja su propio destino en medio de una lucha que, más que carnal, es espiritual, para vencer o perder en la vida y por la fe y para la eternidad. Así que hermanos míos, fortalezcámonos en el SEÑOR y en el poder de su fuerza..Efesios 6:10-20.


Nuestra necesidad vital diaria es vivir en Dios y para Él para amarlo intensamente, y nada bueno logramos sin Él, por eso debemos conservar a Dios como prioridad en la mente, el corazón y el obrar diario; Dios es la base y fundamento para vencer en este mundo de maldad y disfrutar la lucha de la vida, ganando en Dios las batallas del momento, por eso crucificamos la carne, para que en la luz de Cristo disipemos las tinieblas y Él brilla en nosotros desde nuestro interior, lo cual nos garantizará vida abundante en la tierra y vida eterna después que morimos a este mundo. En lo cual nosotros nos alegramos, aunque ahora por un poco de tiempo, porque si es necesario, tendremos que ser afligidos en diversas pruebas. 1 Pedro 1:6.

 

Únicamente en Dios y caminando con Cristo en la llenura y unción de su Espíritu experimentaremos victorias debajo del cielo, como dice la palabra: Dios está con nosotros y por nosotros, de tal manera que no podemos descuidar su presencia en el Espíritu Santo que es Emanuel, Dios con nosotros, así es que vencemos lo natural con lo sobrenatural y espiritual; entreguémos toda nuestra vida y todas sus áreas terrenales para ver en el Espiritu y con el Espiritu, grandes victorias en todas los montes de la vida, aunque el enemigo se aliste para atacar cada día, venceremos en Cristo, Capitán de la huestes, amados y protegidos por el Varón de guerra, y así, que venga la próxima. Por eso trabajamos y luchamos, porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todo, especialmente de los creyentes. 1 Timoteo 4:10.

 

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.

 




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