18 ene 2018

#18- ME VISTO DE HUMILDAD



ME VISTO DE HUMILDAD


Los altivos serán humillados, pero los humildes serán reconocidos por dignos, Proverbios 29:23. Humíllense en la presencia del Señor y Él los exaltará, Santiago 4:10. 

Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, Colosenses 3:12. En conclusión, sean todos de un mismos sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde, 1 Pedro 3:8.

Bíblicamente, humildad no es pobreza material o económica, ser humildes es tener calidez humana, sensibilidad y trasparencia parecida a la de Cristo porque hay amor; ser humilde es no considerarse más que los demás, ni ocultar o evadir la verdad con mentiras y máscaras porque aunque tengamos conocimiento somos limitados, débiles y defectuosos a causa del pecado y nuestra existencia temporal en esta tierra, Siempre humildes, amables, pacientes y tolerantes unos con otros en amor, Efesios 4:2

La humildad como ya lo habíamos visto en otro mensaje, es Anavá en hebreo, lo cual significa ser manso, dócil, sencillo, modesto y paciente ante la gente y cualquier situación que se presente; esto a su vez implica sinceridad, amabilidad y obediencia, todo lo cual se resume en la pobreza de espíritu que nos enseñó Jesús en las bienaventuranzas; ser humildes conlleva a reconocer que somos necesitamos de Dios para vivir y que necesitamos ayuda unos de otros para relacionarnos a pesar de los errores, se quiera o no, No hagan nada por egoísmo ni vanidad; más bien, con humildad considerando a los demás como superiores a ustedes mismos, Filipenses 2:3.
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No podemos pretender que solos y alejados de Dios y de la gente salgamos adelante creyéndonos súper hombres autosuficientes e independientes. Todos somos vulnerables, no estamos exentos de equivocarnos, de fallar no solo a Dios, sino también a quienes nos rodean, especialmente a quienes decimos amar, Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino póngase al nivel de los humildes. No presuman de ser sabios, Romanos 12:16. Se necesita humildad para reconocer la verdad sea cual sea y no mentir ni engaña sino afrontar y enfrentar la realidad de los sucesos con carácter y valentía.

La humildad nos lleva  no solo a servir a otros sin esperar que ellos nos devuelvan lo mismo sino que si somos humildes reconocemos que estamos expuestos al pecado y al error. La humildad se aprende en el hogar, muchos padres se equivocan delante de los hijos y evaden su responsabilidad, no reconocen cuando han fallado, sino que evaden y ponen excusas creyendo que si aceptan su pecado ante sus hijos perderán autoridad y respeto, cuando es totalmente lo contrario. No reconocer el pecado y el error es falta de humildad y es soberbia de un corazón orgulloso que se cree infalible, el altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido, Proverbios 29:23

Pude experimentar a los largo de mis años de crianza con mis hijos que cuando me equivocaba y reconocía mi falla pidiendo perdón, mis hijos me abrazaban y consolaban con amor, yo ganaba su respeto y ejercía mi autoridad, dando ejemplo de rectitud y trasparencia con ese acto de humilde reconocimiento; ¡que hermoso es poder decir: me equivoqué, perdóname, creía que hacía lo mejor pero fallé! Jesús tiene siempre la razón en su palabra, tener una actitud humilde da reposo a nuestro espíritu y nuestra alma descansa descargada de todo peso; Jesús instaba a sus discípulos comparándolos a las palomas; hoy nos recuerda y nos urge a ser mansos y humildes, acepten el yugo que les pongo y aprendan de Mí que SOY manso y humilde de corazón, así hallarán descanso en su alma, Mateo 11:29.  

La humildad es parte vital de nuestra fe para tener una vida en paz, una familia unidad y hallar gracia delante de Dios y de los hombres, Debemos servir en amorosa docilidad, trasparencia, sencillez de corazón y paciencia ante la gente sin importar la situación o el momento; el servicio humilde nos obliga a ser sinceros, amables y pobres de espíritu, reconociendo que todos necesitamos la ayuda de Dios y de la gente para realizar bien una tarea con los semejantes; la humildad es un principio establecido por Dios, es un gajo del fruto del Espíritu Santo, no podemos ser humildes por nosotros mismos, necesitamos al Espíritu Santo y ser obedientes a la voz de Dios para hallar la recompensa, Riquezas, honra y vida son la recompensa de la humildad y del respeto reverente a Dios, Proverbios 22:4. 1 Pedro 3:8.

Un corazón humilde es un alma pobre de espíritu, puede considerar a los demás personas valiosas, sabe que están hechas a imagen de Dios, que aunque tienen necesidades, debilidades y falencias, también están provistos de capacidades, dones y virtudes, por lo tanto los tratamos bien, con atención y paciencia, Si entre ustedes hay alguno sabio y entendido, que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con humildad y que su sabiduría le da, Santiago 3:13. Así que si somos humildes, somos sabios, ¡qué maravilla!

La humildad que es pobreza de espíritu nos lleva a buscar a Dios, porque reconocemos que sin Dios no somos nada; Dios está unido a aquellos que tienen un espíritu humilde sirviendo espontánea y voluntariamente; esa humildad se refleja en la oración Intercesora, allí nos olvidamos de sí mismos y nos vaciamos de lo nuestro para que la plenitud de Dios repose a favor de otros; es por eso que cuando intercedemos nos quebrantamos, el amor de Dios fluye a través de nuestro espíritu; la pobreza de espíritu nos hace gritar: ¡Señor Te necesito porque te amo! Los pobres de espíritu reciben pronta respuesta y consuelo, Y si mi pueblo que se identifica con Mí nombre se humilla, ora, me busca y abandona su mala conducta, entonces YO lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré el bienestar de su país, 2 Crónicas 7:14, Santiago 4:10.

La humildad brota del corazón de Cristo al nuestro por su Espíritu, nos vemos pequeños ante Él, sin intereses personales, solo el amor que nos hace adoradores reconociendo su majestad ante nuestra limitación; Cuando el Padre vio a su pueblo sufriente y esclavo, los atrajo para tener comunión con ellos, por eso los llevó al Monte Sinaí y al desierto; los llamó aparte para hablarles al corazón y hacerlos pobres de corazón, dependientes de las instrucciones de su Señor, El Señor ya te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué es lo que Él espera de ti: que hagas justicia, que seas fiel y leal y que obedezcas con humildad a tu Señor, Miqueas 6:8. 

YHWH anhelaba a su pueblo fuera de la arrogancia de Egipto para hacerlos tiernos, humildes y obedientes, les habló con voz tronante, y no hay nada más maravilloso y hermoso que oír la voz de Dios, Él se goza con los humildes que se sientan en silencio a sus pies para escucharlo hablar, Porque lo vil y despreciado del mundo escogió Dios; lo no era usó Dios para convertir en nada lo que el mundo considera importante, así nadie puede ser arrogante delante de Dios, 1 Corintios 1:28.

La humildad nos ayuda a escuchar la voz poderosa y dulce del Señor, esa fue la razón por la cual Jesús dijo; El que tenga oídos que oiga, Mateo 13:9, todo en el reino de Dios depende de escuchar o no la voz de Dios. La palabra oír es muy importante en la biblia, los tesoros más valiosos del reino de Dios, aparecen ante nuestros ojos cuando escuchamos atentamente su palabra que transforma nuestro duro corazón; con un corazón tierno y dulce todo cambia porque obramos sobre la base de la justicia, conocemos más a Dios y nos humillamos para Él, aprendiendo a ser leales y sencillos con los demás, Esposas, sujétense a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean ásperos con ellas, Colosenses 3:18. Por eso es que la respuesta amable calma el enojo, Proverbios 15:1, la humildad va de la mano con el amor y la paz que deben sustentar el hogar haciéndole caso a Dios.

El divino Maestro es fuente de humildadEntonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: Si alguno de ustedes quiere ser el primero, deberá ser el último y servidor de todos, Marcos 9:35. La humildad calla nuestras virtudes, nuestro conocimiento, los dones y talentos, esperando que Dios se glorifique y otros lo descubran. El humilde es desprendido de lo temporal y lo material, enseña todo lo bueno que Dios le ha dado, bendice y edifica con su vida. No nos vanagloriemos, reconozcamos que es Dios en nosotros por su gracia. El humilde se goza con la alegría y los logros de otros, los felicita con sinceridad, afecto y pureza de corazón, Bueno y justo es el Señor; por eso muestra a los pecadores el camino. Él dirige en justicia a los humildes y les enseña el camino, Salmos 25:8-9. 

Humildad y humillación delante del Alto y del Sublime lo necesitamos todos; una vez que reconocemos la grandeza de Dios ante nuestra pequeñez, impotencia y limitación, viene gran gozo que nos da seguridad y nos hace rendir ante Él para adorarlo, como lo hacen los veinticuatro ancianos, que dejan sus coronas a los pies del Gran Rey, Apocalipsis 4:10-11 en señal de rendida humillación. Arrojemos todos los logros, a los pies de Aquel que tiene el primer lugar, porque Él fue quien concedió tal privilegio y todo lo que Él nos da, vuelve a Él. Al unirnos a Jesús, la arrogancia de nuestra identidad personal se pierde en la plenitud de su grandeza eterna, el salmista expresó: te cantaré salmos, gloría mía, Salmos 108:1, es Dios es la razón de nuestra gloria.

La gloria del salmista era la totalidad de sus logros puestos ante el Dador de la vida, los logros y las victorias, todo lo que somos, Dios nos lo ha permitió ser, por lo tanto el humilde es un adorador que presenta alabanzas al Proveedor. Cuanto más tenemos y logramos, más rendidos debemos estar ante la majestad de Dios, es un privilegio que Dios nos bendiga y exalte por su gracia, en su sublime bondad A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos se los siglos, Amén, Filipenses 4:20

Pablo entendió muy bien esto cuando escribió: Por la gracia que Dios me ha dado en su bondad, les pido a todos ustedes que ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, cada uno piense de sí mismo con humilde moderación, según los dones que Dios le haya dado junto con la fe, Romanos 12:3. El humilde es persona de fe, reconoce a su Creador en todas las cosas de la vida; por eso debemos aceptar humildemente que no todas las veces tenemos la razón, somos vulnerables y expuestos a la equivocación y con seguridad otros pueden tener mejores ideas, pensamientos y creatividad que la nuestra, Porque con el orgullo viene la vergüenza, pero con la humildad viene la sabiduría, Proverbios 11:2.

El humilde, no se compara con otros, porque ve su imperfección y necesidad continua en Cristo, su pobreza de espíritu le permite reflexionar y analizar si está actuando bien o mal, muere a su orgullo, altivez, soberbia y auto-suficiencia para no pecar y depender de su Señor; por lo tanto es sabio para reconocer que no siempre ganamos, sino que también podemos perder y nos alegramos con el triunfo del otro, aunque no sea nada fácil, Vivan en armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. No presuman de su sabiduría, Romanos 12:16. La humildad nos hace sentir felicidad, regocijo y satisfacción al poder ayudar, socorrer o bendecir a otros. Es el mayor premio para un alma humilde que intenta ser como su Señor.

Humildad no es bajeza es docilidad; no es timidez, es delicadeza; no es pobreza es modestia; no es cobardía es valentía; no es servilismo, es servicio voluntario en amorosa entrega; no es envilecimiento es rendición total al Dador de nuestra vida, como le sucedió a David cuando danzaba para YHWH y Mical lo despreció en su vanidad y arrogancia, 2 Samuel 6:12-23.

Haya, pues, en ustedes ese sentir que hubo en Cristo Jesús, el cual, siendo Dios mismo, no estimo su posición divina, como algo a lo cual debía aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando el lugar de siervo, se hizo semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, obedeciendo al Padre hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual el Eterno lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús, se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria del Dios Padre, Filipenses 2:3-11.

Mg. MEHC, Hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.


                                Un sencillo acto de humildad puede cambiarlo todo 
Un acto de humildad puede cambiarlo todo porque es fruto del Espíritu que va acompañada de amor, alegría, honestidad, amabilidad, bondad, paciencia, mansedumbre, rectitud, misericordia y la satisfacción del servicio a Dios y a la gente.

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