5 dic 2017

DÍA #6-UNIDAD Y COMPAÑERISMO EN LA IGLESIA




UNIDAD Y COMPAÑERISMO EN LA IGLESIA

Mejor son dos que uno, porque tienen mejor paga de su trabajo, porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere no habrá segundo que lo levante. Eclesiastés 4:9-10.Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos, Juan 15:3.

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos y en armonía, salmos 133:1

Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno así como nosotros…Santifícalos, (apartados para uso sagrado), en tu verdad; tu palabra es verdad…para que todos sean uno; como Tú, oh Padre, en mí, y YO en ti, que ellos también sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:11-21.

Jesús sabía que sin compañerismo en amor fraterno en su Iglesia el mundo no podría creer en Él, por eso oró por la unidad en Juan 17. Jesús rogó al Padre para que guardara a sus discípulos en unidad. El amor de hermanos en el corazón del cristiano es el motor que mueve a la compasión solidaria y la empática hacia los demás en el fruto del Espíritu. Para que no hayan desavenencias en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros,1 Corintios 12:25-26 y Gálatas 5:13b.

Para que el mundo crea, debe palpar evidencias de unión y fraternidad entre los cristianos. Donde se exprese correctamente la comunión cristiana, allí está el amor de Dios y donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad, allí enviará Jehová bendición, y vida eterna¡Esta es una realidad espiritual que hoy toda la Iglesia necesita desesperadamente!  1 Juan 1:3 y 1 Corintios 1:10-17.

La sociedad actual afronta una gran crisis relacional, carecemos de fraternidad y unión de hermanos en paz, solidaridad, acuerdo y armonía debido al individualismo, la competencia, el egoísmo, la envidia, la codicia, el afán de riquezas fáciles, el legalismo, la religiosidad y el deseo desmedido de poder y fama; nos cuesta hallar una verdadera amistad, en muchos casos nos aislamos de la gente, nos volvemos solitarios y nos elevamos de la realidad en vez de hacernos bien, lo cual produce grandes males, no solo a nivel personal, sino familiar y social.

Es de suma urgencia rescatar el diálogo entre hermanos para cultivar relaciones significativas porque definitivamente nos necesitamos unos a otros. El plan de Dios es que fomentemos la unidad y el compañerismo en amor, para que podamos ayudarnos, sostenernos y progresar en equipo como un todo, si procuramos el bienestar ajeno, el nuestro ya estará asegurado, porque El que da al pobre, no tendrá falta de nada, Proverbios 28:27, A YHWH presta, el que da al pobre, Proverbios 19:17.

Fundamentándonos en las raíces hebreas en que está escrita la biblia, la unidad se basa en hermandad, compañerismo armonioso, intimidad de familia y asociación de colegas unidos con la finalidad de trabajar juntos para cumplir una misión y propósito comunitario, en lazos de amistad y afecto estrecho que se respetan, se protegen y se ayudan como pares inseparables.

El compañerismo que Dios anhela en su iglesia es esa clase de relación especial donde predomina su amor, un amor que valora y reconoce al otro como parte de un todo unido, que sigue el ejemplo de Jesucristo por la humanidad: es unidad es un vínculo correlacional de cordialidad y cooperación para generar un impacto superior en medio de diferencias y particularidades de los miembros del cuerpo, manteniendo un ambiente de paz y alegría, para llevar a cabo su encargo con excelencia. El amor entre hermanos es un asunto de santas, buenas y sanas relaciones, entre personas que han sido salvadas y lavadas en la sangre del Cordero y ahora tienen vidas renovadas en el sacrificio de la cruz y el poder del Espíritu Santo con que cada uno ha sido sellado como propiedad del Creador.

La amistad con Dios y las sanas relaciones entre el pueblo de Dios son el resultado de nuestro compañerismo con Cristo, al conocerlo íntima y personalmente podremos compartir experiencias divinas con quienes nos rodean.

Hay la necesidad latente en el corazón humano de que Dios nos hable, nos aconseje, nos ofrezca su opinión y podamos movernos en su perfecta voluntad con respecto a la vida y lo que Él espera de cada uno, y eso puede lograrse teniendo unidad entre hermanos.

La vida cristiana es primeramente compañerismo con Dios, luego con los hermanos, esto nos permite pertenecer a su familia e identificarnos con Cristo, El compañerismo cristiano como un estilo de vida de fe nos capacita para permanecer cerca unos de otros sea en tiempos felices o de dificultad, para llamarnos, visitarnos, colaborarnos y darnos cuenta que todos navegamos en el mismo barco, es así como podremos crecer integralmente, juntos, para que sean consolados sus corazones, unidos en amor,..Colosenses 2:2a. 

Para poder estar unidos requerimos tener a Cristo como el centro de cada una de nuestras vidas, creer y estar firmes en sus instrucciones con el fin de practicarlas en la amplia esfera de los vínculos relacionales y la comunicación dentro del cuerpo de Cristo en la esencia del evangelio que es el amor que brota del corazón de Dios, con una actitud correcta de templanza y misericordia ante cada situación que se nos presenta a diario, sean pruebas o bendiciones, Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados en Dios, 2 Corintios 1:3-4.

Unidad y compañerismo nos obliga a conservar una actitud sabia e inteligente de consideración a nuestro prójimo, lo cual se refleja en palabras amables, gestos cordiales y un espíritu de servicio disponible e incondicional hacia los otros…que ninguno pague a otro mal por mal…procuren hacer siempre el bien, tanto entre ustedes mismos como a todo el mundo, 1 Tesalonicenses 5:15. 

Jesús es nuestro mayor ejemplo de trasparente compañerismoSeis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se trasfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz, Mateo 17:1-3. Jesús se les reveló de tal manera que ellos pudieran conocerlo y entender realmente quién era Él.

El compañerismo cristiano debe producir unanimidad de intenciones puras, acciones sanas, relaciones limpias y trasparentes de verdad y afecto, que nos permitan ponernos en el lugar del otro para socorrerlo como familia, Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llamaba Getsemani, y dijo a sus discípulos: Siéntense aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quédense aquí y velen conmigo, Mateo 26:36-38. Vemos a Jesús que nuevamente buscó compañía y apoyo de sus más cercanos compañeros y amigos, a quienes les expresó sin sentir vergüenza la angustia que estaba sintiendo en el momento más difícil de su misión.

Nuestra unidad debe redundar en la fraternidad de los hermanos, caracterizada por la comprensión y el respaldo ante la necesidad y el dolor del otro, para que sea un compañerismo que empieza en casa y llegue hasta lo último de la tierra. Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio, y severo serás para con el perverso. Porque tú salvarás al pueblo afligido, y humillarás los ojos altivos, Salmos 18:25-27. Y todo esto se fortalecen en la medida que cultivamos la comunión con Dios, Filipenses 1:3-5.

Nuestra condición de redimidos en Cristo y sellados con el Espíritu Santo, nos responsabiliza para ser esforzados, manejar con seriedad y compromiso nuestra vida relacional en el lugar donde nos desarrollamos a diario, y como embajadores del reino de Dios poder ser verdadero reflejo de Cristo, “Si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado, 1 Juan 1:7.

La vida de oración, el conocimiento de la biblia y la dependencia de Dios nos afina el alma, nos madura y nos transforma el carácter, para comprender a los demás con bondad, movernos con generosidad, desarrollar la fe, ser trasparentes y agradecidos en la convivencia, mejorando nuestra capacidad de dar-recibir y facilitando el camino de la amistad y la fraternidad, “Ustedes mismos son la carta de recomendación que necesitamos: una carta escrita en nuestro corazón, la cual todos conocen y pueden leer. Y se ve claramente que ustedes son una carta escrita por Cristo mismo y entregada por nosotros; una carta que no ha sido escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente, una carta que no ha sido grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos.” 2 Corintios 3: 2-3. DHH.

El salmista nos enseña en Salmos 133, que cuando el pueblo de Dios habita unido y en armonía, Dios los bendice, porque es la intervención Divina lo que hace que la integración y lo relacional  en la congregación sea especial. David describe amistad entre creyentes como algo “bueno” y “delicioso”. Esta expresión de unidad armoniosa es lo que llamamos compañerismo entre hermanos que participan de una fe común que va de la mano con nuestro amor a Dios. El compañerismo y la unidad son importantes porque es el fruto de la comunión entre los hijos de Dios que se describe en las Escrituras con la frase: unos a otros, implicando:

a. Unidad posicional dentro del cuerpo de Cristo, guardando la unidad del Espíritu en el  vínculo de la paz.” Efesios 4:3. Es como un gran árbol que crece en el campo poco a poco echando sus ramas, enfrentando sacudidas, adversidades e inclemencias del tiempo para que se fortalezca y se enraíce firme y fuertemente. Esta cohesión unánime de amor entre hermanos la produce sólo el Espíritu de Dios. Y debe ser una realidad de afecto y aceptación, una tarea posible cuando Dios gobierna la Iglesia, Y el Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayamos padecido un poco de tiempo, Él mismo nos perfeccione, afirme, fortalezca y establezca, 1 Pedro 5:10,  Efesios 5:21 30.

b. Una buena y deliciosa fraternidad en humildadsoportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” Efesios 4:2. Los hermanos deben ser unidos con humildad para llevarse bien, con base en la verdad, alimentada por la honestidad y sustentada en el amor genuino.

La vida de la Iglesia es mucho más que asistir a las reuniones dominicales, implica cultivar una bella relación en conjunto, sabiéndonos escuchar con interés, atentos los unos de los otros, orando unánimes e intercediendo, supliendo necesidades puntuales, visitando a los que están enfermos, sentándonos para aprender juntos, unirnos para adorar y cantar himnos, etc., crucificando el ego, con sinceridadY dijo Isaí a su hijo David: lleva ahora a tus hermanos un efa de grano tostado y estos diez panes, y corre al campamento a donde están tus hermanos. Lleva también estos diez quesos al comandante de los mil, y mira a ver cómo están tus hermanos y trae noticias de ellos, 1 Samuel 17:17-18.

c. Una solo familia a futuro:  Él mismo constituyó a unos apóstoles; a otros profetas; a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” Efesios 4:11-13. Esta unidad es el objeto principal por la cual debemos trabajar como miembros de un organismo vivo que es el Cuerpo de Cristo. Esta debe ser la meta que guíe todo el servicio en la obra del Señor. 

d. Unión tácita y prácticaPreocúpense los unos por los otrosa fin de estimular el amor y las buenas obras…animándose unos a otros, y con mayor razón, ahora que vemos que aquel día se acerca, Hebreos 10:24-25; nuestro amor de hermanos evidencia desarrollo y progreso Aquí y Ahora. El amor entre los hermanos no se dice, sino que se debe notar y expresar como un sonido musical que se compone de muchas notas diferentes y sin embargo emite una agradable y armoniosa melodía compuesta en medio de la variedad y singularidad de personas diferentes que se sirven mutuamente, Gálatas 5:13-15.

El compañerismo cristiano hace referencia a una relación franca y abierta de pureza, fidelidad y rectitud donde podemos refugiarnos unos a otros para consolarnos, nutrirnos, exhortarnos y reconocer la importancia y el valor de cada miembro del cuerpo. 

Compañerismo
 cristiano es algo que la Iglesia de hoy debe rescatar y cosechar porque es un mandato divino que permite experimentar las circunstancias de la vida, dentro de un marco de desprendimiento y apoyo incondicionalidad a corazón abierto, “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.” Juan 13:14-15. Este texto nos enseña la disponibilidad de darnos a los demás como lo hizo Cristo para salvar, sanar, consolar, ayudar y bendecir. “Un mandamiento nuevo os doy; Que os améis unos a otros; como Yo os he amado, que también os améis unos a otros”. Juan 13:34.

Cuando la gente se relaciona ética y moralmente, hay justicia, orden y paz en el ambiente. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.” Romanos 14:19; Se impulsa el progreso, el avance y crecimiento personal y social donde todos se complementan y sostienen. Es la sinergia y empatía celestial trayendo el reino de Dios a la tierra, Efesios 4:24-25.

El compañerismo comprende el dolor ajeno, cada vez que se entienden y aprecian los sentimientos de alguien hay amistad y vida, Gálatas 6:2. Dios ha planeado que sus hijos hagan y den lo mejor de sí. El Señor manda en su Palabra la ayuda mutua  porque todo ser humano necesita de alguien cuando tropieza y cae, y en algún  momento todos necesitamos el apoyo de alguien que nos extienda la mano para levantarnos.

Si no hay humildad ni sentido de servicio, la arrogancia, la autocomplacencia y el orgullo destruirán rápidamente la fraternidad de la Iglesia, 1 Pedro 5:5. El Señor es sabio al ordenar el equilibrio de nuestro propio auto concepto. Romanos 12:16. Así que la amabilidad, la buena voluntad y los buenos modales deben ser el común denominador entre el pueblo de Dios, Tito 3:2. Por lo tanto no debemos participar de las costumbres del mundo que discrimina, o solo acepta a algunos, debemos recibir a todos por ser creados a la imagen de Dios, Romanos 12:10. Tampoco estamos llamados a la cruel competencia, la envidia, los celos ni a la rivalidad, Efesios 2:18-19.

Un factor importante del compañerismo cristiano es la confidencialidad y el cuidado al guardar un secreto, en una confesión que se nos haya conferido; es un pacto de silencio y de boca cerrada, especialmente cuando se forma parte de un grupo de apoyo, ministerio, seminarios, consejerías, asesorías, etc. “El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos”. Proverbios 16:28.

El compañerismo en la Iglesia es más importante que cualquier individualidad mal sana, que lleve a la división por ambicionar fama, “no nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, ni envidiándonos unos a otros, Gálatas 5:26. Para ser tenidos por dignos discípulos de Cristo, debemos pasar tiempo unidos, comer, orar, jugar, reír, estudiar la Biblia, y amarnos unos a otros en pureza y santidad porque somos sal y luz de la tierra. Eso anhela el Señor entre los suyos, “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe, Gálatas 6:10.


Mg. MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino

Satanás a esos que se apacientan dentro de los templos, le teme a esos anónimos grupos de hermanos constantes en el amor, la unidad y la oración, -Anónimo.

Si el pueblo se mantiene unido, siempre vencerá al 1% de corruptos tiranos y avaros.



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