9 may 2017

ARREPENTIMIENTO, AMOR Y CARGA LIVIANA



ARREPENTIMIENTO, AMOR Y CARGA LIVIANA

Vengan a Mí todos los que estén trabajados y cargados y YO los haré descansar, Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de Mí, que SOY manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para su alma; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28-30

Mensaje basado en Mateo 11.

Jesús en su trabajo evangelístico llevaba la palabra de ARREPENTIMIENTO a los lugares donde predicaba. Y tú Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades será abatida, porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por lo tanto te digo que en día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti, Mateo 11:23-24.

Hemos sido testigos de los milagros del Señor porque Él no hace acepción de persona para dar a conocer al Padre, revelándonos el carácter amoroso y perdonador del Eterno Dios, siempre dispuesto a perdonar y recibir a todo aquel que lo busca, Él todo el tiempo nos espera con los brazos abiertos para consolar y aceptar...¿Mujer, dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?  Ella dijo: ninguno Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni YO te condeno; vete, y no peques más, Juan 8:10-11.

Muchas veces creemos que esta palabra es para personas que no tienen a Cristo en su corazón y están llenas de las cargas del mundo, ellos gastan dinero que no tienen comprando cosas que no necesitan para satisfacer a personas a quienes ellos no les interesa, ellos andan buscando cómo llenar sus vacíos por eso viven por apariencia; no saben que la vida sin Cristo es una carga muy pesada. Hoy Dios quiere que lo apliquemos a nosotros mismos los que nos decimos creyentes del Mesías, Mateo 11:28-30.

Vemos niños y jóvenes insatisfechos consigo mismos, buscando cosas, tratando de probar y de experimentar sin darse cuenta que son víctimas del enemigo de las almas que usa las redes sociales y todos los medios para destruir a todos los que no encuentran sentido a la vida ni satisfacción en nada, ellos creen que todo es relativo y nada vale la pena, por eso no quieren seguir en esta vida y se suicidan. Se meten en problemas que empiezan a cargar y cargar hasta que ya no pueden más por el peso de la carga emocional, psicológica y espiritual.

Los hijos de Dios no estamos exentos de los problemas, porque si observamos bien el texto, Jesús no le está hablando a gentiles ni a gente que no conoce a Dios, sino a aquellos que supuestamente tienen una relación con Dios, a gente que intentan desesperadamente obedecer pero les resulta imposible, porque los religiosos, legalistas y falsos enviados de Dios les imponen, atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas, Mateo 23:4.

Jesús se refiere a gente farisea, a catedráticos intelectualistas que han vuelto la fe una pesada carga de dogmas, reglas inalcanzables y enseñanzas acomodadas donde todo es No toques, no hagas, no mires, sujétate, sujétate y ellos mismos sienten que su conciencia y su carne les impide adorar a Dios, pasando por alto que si seguimos caminando con Cristo es por su gracia, su favor y su misericordia, pues todos somos pecadores, pero si fallamos, debemos correr arrepentidos para confesar el pecado y volver a ponernos a cuentas con Dios, porque entendemos que esas cargas y esas fallas puestas en Cristo son ligeras y livianas porque es Dios quien da la batalla por aquellos que proceden con corazón trasparente, y el Espíritu Santo intercede con gemidos por aquellos que reconocen su debilidad y fallas delante del Eterno. Ahora, pues, ¡por qué ponen a prueba a Dios poniendo sobre las cerviz de sus discípulos, un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos tenido la fuerza de soportar y llevar? Hechos 15:10.

En el corazón de toda persona hay un anhelo por querer saber hacia dónde se dirige su vida, y aunque tenemos la información y el conocimiento seguimos fallando obstinadamente por no vivir en el Espíritu; pero si nos miramos honestamente al espejo, no nos gustará lo que vemos, y la conciencia nos cuestionará con lo que somos, hacemos y tenemos, lo cual nos debe producir un fuerte deseo de arrepentimiento para humillarnos delante del Señor.

Juan el Bautista, un hombre íntegro, un hombre de Dios, Juan 1:19-34, fue fuerte en su predicación porque su mensaje se centró en el arrepentimiento, así como el mensaje de todos los profetas del Antiguo Testamento: Arrepiéntanse y vuélvanse a Dios para que Él tenga misericordia, dejen sus malos caminos y Él los perdonará y acogerá como hijos y los cubrirá con sus alas como la gallina a sus pollos. En la presentación y el mensaje de Juan se resume el de todos los antiguos profetas; un hombre humilde y sencillo que vivía en el desierto con un voto de nazareato, consagrado a Dios, esto nos enseña a vivir en santidad, en la verdad y el sentir del corazón de Dios para poder exponer un mensaje que quebrante corazones y traiga vidas a los pies de Cristo.

Porque el nazareato de la antiguedad, hoy día es santidad para la congregación de Dios, Habló Dios a Moisés diciendo:…el hombre o la mujer que se aparte haciendo voto de nazareo, para dedicarse con pureza al Señor, se abstendrá de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas. Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá…no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su dedicación a YHWH, será santo. Números 6:1-5. En la vida, la persona y el mensaje de Juan el Bautista, le plació al Señor reunir toda la esencia misma del mensaje del AT representando el estado espiritual del pueblo de Dios, andaba en sequía, sin fruto, con abundancia pero muertos espiritualmente.

Habían pasado 400 años del silencio de Dios, sin haber levantado un profeta hasta que llegó Juan Bautista, así Dios hace un enlace entre AT y NT para traernos el mensaje que presenta a Jesús en cumplimiento a las profecías dichas  en la antigüedad, el ministerio y mensaje de Juan es una exhortación a morir a nosotros mismos para que Cristo crezca dentro de cada uno así como sucedió con Juan, es necesario que Él crezca y que yo disminuya, Juan 3:30.

Era un mensaje fuerte para enfrentar a la multitud con palabras duras que confronten y lleven al arrepentimiento genuino. ¡Generación de víboras! ¿Cómo pueden hablar lo bueno, siendo malos? ¡Serpientes! Camada de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno? Mateo 23:33, lo mismo que le preguntaría hoy a muchos: dices ser creyente cristiano y hablas tanto, ¿Pero en realidad eres salvo?.

Y pesar de la grandeza del su ministerio y el poder de su mensaje, Juan también se vio enfrentado a una gran crisis al confrontar a gente del gobierno romano y a los religiosos que se creían autoridad espiritual, por lo cual fue llevado preso. Al verse allí encerrado injustamente, Juan empieza a hacerse muchas preguntas; es en los momentos difíciles de nuestra vida que las preguntas empiezan a surgir,  cuando en nuestro interior nos sentimos solos, no encontramos con quién hablar, y creemos que todos nos olvidan, y sentimos un profundo silencio a nuestro alrededor que nos invade.

Juan está encerrado, triste y solo, por eso manda a sus seguidores a preguntarle a Jesús: Y al oír Juan, estando en la cárcel, los hechos de Cristo, le envío dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres Tú Aquel que había de venir, o esperamos a otro? Mateo 11:2-3. La presión del encierro generó crisis en Juan, ¡impresionante! ¡El mismo que había bautizado a Jesús, había visto la paloma descender sobre Él y había escuchado la voz del Padre, el mismo que reconoció al Mesías y dijo al verlo: He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, Juan 1:29. ¡Ahora, dudaba!

Es un cuadro vívido y real de lo que nos sucede a todos cuando la crisis agudiza, pero el llamado de la predicación de Juan es una fuerte amonestación al arrepentimiento: En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto diciendo: Arrepiéntanse porque el reino de los cielos se ha acercado…Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían, a su bautismo, les dijo: ¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Por lo tanto, muestren frutos dignos de arrepentimiento, Mateo 3:1-2 y 7-8.

Claramente Juan exhorta a tomar conciencia de la verdad y la realidad para que todos se arrepientan, pero también advierte de la ira divina, de los juicios de Dios para quienes no dan fruto y no están agradando al Creador, Además, el hacha ya está puesta para cortar de raíz los árboles que no dan fruto. Todo árbol que no está dando fruto, se cortará y se echará en el fuego para que arda, Lucas 3:9.

Juan en la cárcel se cuestiona pensando cómo es que él predica un mensaje fuerte de santidad divina para que se arrepientan y se vuelvan a Dios porque viene la ira divina, ¡pero el Señor trae un mensaje de sanidad, amor y vida! Él pensaba que Jesús venía a traer juicio, así enfrenta su crisis, haciéndose muchas preguntas. Y es que quizás Jesús no esté haciendo las cosas que esperamos y a la manera que nos gustaría que fuera todo, pero podemos estar seguros que Aquel que comenzó la buena obra, la perfeccionará, Filipenses 1:6. Porque en medio de todo lo que estamos viendo y viiviendo, los poderes del mal están siendo derrotados, por eso Jesús dijo: Dichoso el que no halle tropiezo en Mí, Mateo 11:6. Pero también el Señor busca verdaderos discípulos que busquen la justicia, la verdad y la vida.

Otro aspecto interesante en la crisis de Juan, es que aunque tenían un estrecho vínculo con Jesús, el Señor no fue a visitarlo a la cárcel, aunque Juan podía recibir visitas, lo vemos con los mensajeros, y es que el Buen Maestro debe cerciorarse de que sus discípulos han aprendido y viven lo que se les enseñó, por eso el Rey guarda silencio al momento de la prueba, luego dice a los mensajeros: Vayan y hagan saber a Juan las cosas que oyen y ven. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio. Mateo 11:4-5. No le responde a Juan sí o no, sino que lo lleva a mirar a su alrededor y a su interior para que él mismo se dé cuanta quien es Jesús y cuál debe ser su fe y actitud ante los sucesos.

Lo más hermoso de todo esto, es que Jesús en el Verso 7 exalta a Juan delante de la multitud: Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a hablar a la gente acerca de Juan, diciendo: ¿Qué salieron ustedes a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿Qué salieron a ver? ¿un hombre con ropas finas? Ustedes saben que los que visten lujosamente están en las casas de los reyes. Entonces, ¿Qué salieron a ver? ¿A un profeta? Les digo que sí, y más que un profeta. Juan es aquel de quien está escrito: He aquí, YO envío mi mensajero delante de tu faz, el cual prepara tu camino delante de ti, Mateo 11:7-10. Aunque Juan estaba en crisis, y su fe se debilitaba el Señor lo honra ante todos. Porque es Él quien nos honra y promueve.

El Señor nos hace la invitación, Vengan a Mí todos los que están trabajados y con cargas, y YO les daré descanso. Acepten el yugo que YO les pongo, y aprendan de Mí que SOY manso y humilde de corazón; y así hallarán descanso para sus almas, porque mí yugo es fácil y ligera mi carga. Mateo 11:28-30. Jesús era carpintero, por eso Él sabía hacer los yugos para los bueyes que debían diseñarse como un vestido a la medida, porque si el yugo quedaba mal, el animal podría lastimarse al hacer la fuerza y podría morir. Cuando Jesús nos habla del yugo fácil y la carga ligera, significa que la pureza, la rectitud y la justicia en nuestra vida, se ajustan y encajan perfecto a los hijos de Dios que en verdad anhelan ver su gloria obrando a través de ellos con amor, humildad y obediencia a su palabra.

También nos enseña esta palabra que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, Romanos 8:28. En otras palabras, lo que Dios nos dice es que el yugo y la carga de todas las pruebas que Él nos impone son perfectas y apropiadas para cada uno, porque dice: ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Ustedes pueden confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que puedan soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla, 1 Corintios 10:13. Porque Él es nuestro Padre celestial y las circunstancias que pasemos, están diseñadas para cada uno, para aprender a ser mansos y humildes para trabajar y soportar las cargas con tranquilidad y mansedumbre como lo hace el buey.

Las circunstancias que Dios ha permitido en nuestra vida, encajan perfectamente, no para destruirnos, sino para ser tratados, moldeados, transformados y dar fruto, porque lo bueno del dolor es que nos saca del error. La carga que llevamos en Cristo, no es impuesta, sino que nos ha sido dada con el amor que hace ligera aún la carga más pesada. Así como el amor de la madre desde el embarazo, hasta el nacimiento y la crianza. Dios nos da una carga con amor, con el mismo amor que Cristo derramó en su cruz tomando forma de siervo. Esa es la razón del Gran mandamiento, amar a Dios con todo nuestro ser y por encima de todo, y al prójimo como a nosotros mismos; Siervos que en amor llevan las cargas los unos de los otros para salvación de miles.

¿Cómo sirves al Señor? ¿Con amor o por obligación y miedo? ¿Cómo trabajas?

En Cristo, la carga es ligera. Den a Dios lo que es Dios y al César lo que es del César. Pero ¿Qué es de Dios en ti? ¿De quién es la imagen y la inscripción que está en tu corazón? Lucas 20:25. Cuando amamos a Dios no nos quejamos de nada, cuando amamos a Dios no vivimos en el pecado. Amén.

Con gusto les comparto el mensaje del domingo, y me doy cuenta que el Señor sigue llamando al ARREPENTIMIENTO, aún su amor .espera porque muchos se vuelvan a ÉL

La gran realidad es que muchos ignoran, que nadie podrá ir al cielo haciendo lo contrario a la palabra de Dios. No existe un sitio medio después de la muerte, así que ni misas ni oraciones ni ninguna otra cosa sacará de su lugar a los muertos. La única manera de ser salvos es a través de Jesucristo, y es mientras vivimos que decidimos creerle y recibirlo como SEÑOR y Salvador, con Él decidimos ir al cielo, sin Él, muchos irán al infierno porque siguen haciendo los que les da la regalada gana, se gozan haciendo su propia voluntad dejando a Dios a un lado y viven en vanidades ilusorias y temporales, dándole gusto a su cuerpo; así que, si no has tenido un encuentro personal con Jesucristo, lamentablemente te condenarás. Arrepiéntete, abandona tu pecado y vuélvete a Dios, entrégale tu vida y vive para obedecer su palabra llena de principios y virtudes que nos hacen responsables de sí mismo.


Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.

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