8 sept 2016

TESTIMONIO HABLA POR SÍ MISMO


EL TESTIMONIO HABLA POR SÍ MISMO

Jesús les dijo: Síganme, y YO los haré pescadores de hombres, Mateo 4:19.

Que su vida sea como una luz que brilla delante de los hombres, para que viendo sus buenas acciones, glorifiquen a su Padre que está en los cielos, Mateo 5:16

Honren a Cristo como Señor en sus corazones. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen, 1 Pedro 3:15.

El testimonio tiene poder y gran valor en la vida del cristiano, con él se abren o se cierran puertas, se atrae o se aleja a la gente, con el testimonio mostramos a Cristo y la clase de vida que se vive en el reino de Dios; el testimonio hace diferencia entre los hijos de Dios y el mundo sin Cristo, nuestro estilo de vida y comportamiento son lo que impacta a primera vista, Dios nos ha exhibido…como a sentenciados a muerte; porque hemos venido a ser un espectáculo para el mundo, tanto para los ángeles como para los hombres, 1 Corintios 4:9.

Muchos no pueden ni dan testimonio, pero dicen ser creyentes, quizá no lo logran porque tienen miedo, les da vergüenza, o simplemente porque no llevan una vida que pueda reflejar a Cristo en sí mismos, La realidad es que es Dios quien nos hace testimonios vivos santos, en una trabajo mancomunado de voluntades, Él nos da su amor, su perdón y su salvación, nosotros nos disponemos de corazón y nos comprometemos con Cristo para que nuestra vida pueda ser cambiada, Ustedes no me escogieron a Mí, sino que YO los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre, Juan 15:16.

Así como el pez va a la carnada, la muerte y queda atrapado en el anzuelo, nuestro testimonio limpio y resplandeciente es el que atrae a la gente y nosotros testificamos de las promesas de Dios a ellos, es una buena estrategia para pescar y al mismo teimpo evitar la condenación y la crítica; Cristo nos atrojo con su delicado amor, y el Espíritu Santo nos capacita para ser como Jesús en pro de ser buenos testimonios, Juan ha dado testimonio de la palabra de Dios, y de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto, Apocalipsis 1:2.

Es con el testimonio que hablamos, declaramos y mostramos qué clase de personas somos, él es el que confirma la palabra que predicamos, el testimonio es la evidencia de o que somos como hijos de Dios y ciudadanos del su reino. El testimonio nos hace testigos de Cristo, la biblia lo llama embajadores, representantes del reino de Dios aquí en la tierra. El testimonio confirma el lugar al cual pertenecemos, nos identifica con el Dios de quien somos, a quien nos parecemos y representamos, dándonos una tarea para hacer, Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para posesión suya; a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de la tinieblas a su luz admirable, 1 Pedro 1:29.

El buen testimonio es el que nos avala si practicamos la verdad o la mentira; si en verdad pertenecemos y estamos en la familia de Dios, y si en verdad nos identificamos con Cristo; es la clase de testimonio que damos, el que nos hace acreedores de un premio o de un castigo; así como un testigo falso que da un falso testimonio es penalizado y castigado por mentiroso, faltando a la verdad, de igual modo, nuestro testimonio, nos merecedores de un juicio o de premios ante el Tribunal de Cristo; de igual modo como en las leyes humanas, el falso testigo es culpable de una pena o condena, aquellos que no cumplieron su palabra, que se acomodaron al mundo, que permitieron que las ganas le pudieran al miedo y vivieron en su pasiones; aquellos que por engañar y faltar a la verdad no dijeron lo que Dios les mando decir, ni hicieron lo que Dios les mandó decir, sino lo que les pareció, los falsos testigos de Cristo en esta tierra, que han intentado manipular, por intereses perdónales y fines lucrativos, siendo malos testimonios, serán culpables de juicio, Entonces el rey dirá a los de la izquierda: Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles…Mateo 25:41. Juicio a las naciones, leamos todo el texto Mateo 25: 31-46. ¡Oh Señor ten misericordia, son palabras muy fuertes y peor aún, será una sentencia real!

Para poder ser testimonio o testigos de algo o de alguien necesitamos conocer a fondo el asunto y a la persona¸ somos testigos de Cristo, porque lo conocemos a través de la historia bíblica y de nuestro caminar con Él; hemos visto sus maravillas y el milagro más grande transformando nuestras vidas; por lo tanto testificamos de Cristo con nuestro estilo de vida, hemos conocido al Padre a través de Jesús; nuestro testimonio es nuestra carta de presentación, nuestra vida cristiana es una declaración pública, y nuestro interés es mostrar a Cristo, Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos, Mateo 5:16.

Podemos ser testimonio vivo del amor de Dios en Cristo, poder testificar del poder que hay en su palabra, podemos testificar de la realidad de su presencia, por los milagros, por las oraciones contestadas, por el perdón y la salvación, por sus continuos cuidados y su abundante amor; nuestro testimonio es un asunto de verdad vivida con nuestras propias vidas, con la abundancia de Dios en nuestros corazones, porque nos ha llamado a mostrar y compartir nuestra fe.Todo lo que hacemos de manera persona, pública o privada, Dios nos ha dado responsabilidad y tarea en su reino, Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, para nada sirve…Ustedes son la luz del mundo que se exhibe desde un candelero… Mateo, 5:13-15.

Nuestro testimonio debe real real y visible en una vida apartada para Dios y consagrada a su verdad; no hemos sido llamados a debatir, ni a discutir para forzar a nadie a llegar a los pies de Cristo, somos sencillamente testigos del Evangelio que Cristo enseñó y testificó con su divina vida, por lo tanto no juzgamos ni abogamos por nadie, esa es tarea de Dios, no nuestra, NO juzguen para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que juzgan, serán ustedes juzgados, y con la medida conque miden, serán medidos, Mateo 7:1-2.

Nuestro testimonio de hijos de Dios y discípulos de Cristo debe siempre reflejar el carácter de Él, su sencillez, mansedumbre, su misericordia y su amor, ternura en nuestro comportamiento, no pisando con el intelecto ni las habilidades, porque todo lo que somos y tenemos procede de Dios, Porque por gracia somos salvos por medio de la fe; y esto no es de nosotros, sino un regalo de Dios; no son nuestras obras, para que nos gloriemos en ellas. Sino que somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que andemos en ellas, Efesios 2:8-9.

Nuestro testimonio muchas veces es de sufrimiento, de prueba y procesos que Dios prepara para perfeccionarnos en Él, para que podamos contar sus maravillas, para que aprendamos a ser como niños, y testificar con sencillez, espontaneidad y experiencia nuestra vida en Cristo; todo el poder de nuestra narración y testimonio se basa en Jesús, y de igual manera como Él nos reveló al Padre, nuestro testimonio debe revelar al Hijo en su amor sufrido, sacrificado y confirmado en la cruz, gocemos por cuanto somos participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria nos gocemos con gran alegría, Si somos vituperados por el nombre de Cristo, dichosos somos, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre nosotros…1 Pedro 4:13-14.

Nuestro testimonio debe basarse en la realidad del amor y la verdad, porque él nos amó primero y nosotros hemos puesto toda nuestra fe y confianza en Dios; aunque no lo vemos con los ojos naturales, lo vemos actuar con los ojos del Espíritu, salvando, sanando, liberando y cambiando vidas continuamente; nunca estamos solos, Él camina y vive con nosotros, esto nos hace tener la mente de Cristo, por lo tanto prestamos mucha atención en dar fruto; nuestros frutos son testimonio de lo que somos en Él, nos identifican y conocen por nuestro fruto, Mateo 7:15-20. Ese fruto determina la clase de personas que somos en lo que hacemos.

Gran parte de nuestro testimonio está basado en la clase y calidad de obras que hacemos, nuestra manera de hablar, nuestro carácter y actitudes también nos identifican y determinan nuestro testimonio, Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? Santiago 2:14-17. De qué nos sirve decir que somos hijos de Dios, que somos cristianos, que somos creyentes y seguidores de Cristo, si no tenemos misericordia, si no practicamos el amor samaritano, que ayuda, alimenta, viste, sacia el hambre y la sed, abriga al que tiene frío, sana, consuela y lleva salvación al que está perdido? ¡Lo que haces habla tan fuerte, que no puedo escuchar lo que dices! Esa es la realidad.

El testimonio es integral, involucra toda las áreas de nuestra vida, cómo vivimos, cómo tratamos a los demás, qué vocabulario usamos al hablar, cómo nos vestimos, cómo nos presentamos, cómo somos, no solo en el templo, sino en la casa, en el vecindario, en el trabajo, en la escuela y en todas partes; la rectitud y la integridad nos evita usar máscaras y fachadas que son falsedad y apariencia. Para ser buenos testimonios del reino de Dios y testigos de Cristo, debemos preguntarnos continuamente, ¿cómo actuaría y qué haría Jesús en mi lugar? Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de Mí, que SOY manso y humilde de corazón; y hallara´n descanso para sus almas, Mateo 11:29.

Es nuestro testimonio el mejor anzuelo para que muchos peces caigan en la red de Dios, nuestra calidad de vida y comportamiento debe atraer a la gente, despertar en ellos el deseo de acercarse a Cristo, para ello debemos ser tiernos y dulces como el Espíritu Santo, sencillos, prudentes y sacrificados como Jesús y dignos de confianza como el Padre, El prudente mira bien sus pasos, Proverbios 14:15. El prudente oculta y controla el enojo, Proverbios 12:16; el prudente entiende su camino, Proverbios 14:8; el prudente ve el mal y se escapa, Proverbios 22:3; El prudente calla en tiempo malo, Amós 5:13.

Nuestro carácter es tratado continuamente por el Señor, para que nuestro temperamento se perfeccione, y no nos juegue una mala pasada, en ese proceso nuestro testimonio se perfecciona en Dios, para hacernos diferentes al mundo, para que madurenos en la fe y aprender a vivir una vida en el Espíritu, dominando la carne y el viejo hombre; es por eso que tener un buen testimonio es nuestra lucha diaria, porque la carne, el mundo y las tentaciones nos amenazan en echar el buen testimonio por la borda, Pues lo que hago no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco…Romanos 7:15-19.

Los que no conocen a Dios, lo que no practican la palabra, los que no se someten a Cristo, los que no se comprometen con el reino de Dios, y los que tienen amistad con el mundo, están en peligro, no pueden dar buen testimonio porque son tibios y mundanos, por lo tanto renunciar a la senda angosta que lleva a la vida, toman la senda ancha que lleva a la perdición, se resignan al fracaso, no luchan, son cobardes, buscan la ley del menor esfuerzo, de lo fácil y lo de menos valor, ellos deben nacer de nuevo y empezar otras vez en su primer amor en comunión íntima con Cristo, así podrán ser buen testimonio, Dios no desfallece ni se fatiga con cansancio…Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna…Los que esperan en YHWH tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán, Isaías 40:28-31.

Nuestro buen testimonio debe animarnos a ser buenos cristianos, verdaderos hijos de Dios, fieles soldados de Cristo, y sumisos sujetos al Espíritu Santo; debemos mantenernos unidos a Dios, dependiendo de su amor, su sabiduría y su gracia; nuestra carne debe permanecer crucificada para que la pecaminosidad no salte; debemos permanecer como atalayas, vigilantes y atentos, velando y orando, debemos afirmar el corazón en la palabra de Dios y arraigar nuestro mente a la de Cristo, debemos romper con el viejo hombre y ser verdaderamente libres en Cristo, Estemos firmes, en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estemos otra vez sujetos al yugo de la esclavitud, Gálatas 5:1.

Nuestros pensamientos en Cristo son claros, nuestro sentir se perfecciona en el poder del Espíritu de Dios que nos nutre con su fruto y transforma nuestra vida a cada momento, pues hemos venido a ser la morada de Dios, ya no nos pertenecemos a nosotros mismos, ni somos errantes del mundo, tenemos una meta que cumplir, un rumbo que debemos marcar; necesitamos romper con los esquemas y paradigmas mentales, romper con viejas actitudes y hechos que riñen con el buen testimonio y la vida de fe, No nos amoldemos a este mundo, sino transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento, para que comprobemos que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, Romanos 12:2.

Sometimiento y dependencia a Dios es la solución para tener un buen testimonio, compromiso con la obra redentora, voluntad rendida a la de Cristo y una férrea determinación para ser verdaderamente santos, vestidos del nuevo hombre según Dios, no estamos donde debemos estar, pero ya no estamos donde solíamos estar, Cristo nuestra Roca, nuestro asidero, nuestro refugio, nuestra fuerza y nuestro poder para vencer, Somos más que vencedores en Él.

Concluimos diciendo que tener vidas cristianas de testimonio requiere estar comprometidos con libertad y de corazón con el Padre, tener cercanía e intimidad con Cristo, mostrar pasión y amor por la obra salvadora en compañía del Espíritu Santo, reflejar el carácter de Cristo, evidenciado en nuestra comportamiento y actitud hacia la vida y las personas, en coherencia con la fe que profesamos a partir de la palabra, siendo honestos con nosotros mismos habiendo nacido de nuevo, Y ahora, pueblo del Señor, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, que le temas a tu Dios, que andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, Deuteronomio 10:12.

OREMOS: Por favor Abba Padre, ayúdanos a cambiar, porque humanamente no podemos, necesitamos más de tu dirección y tu presencia para ser tus verdaderos testigos y tener testimonios que glorifiquen tu nombre, en el nombre de Jesús, te lo pedimos, Amén.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino


Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia, Jeremías 31:3b.

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