12 feb 2016

CRISTO CONSUELO Y REFUGIO.


CRISTO ÚNICO Y VERDADERO CONSUELO Y REFUGIO.

He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y le daré consuelo a él y a los que con él lloran, Isaías 57:18.

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro SEÑOR Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que hemos recibido de Él, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren, 2 Corintios 1:3-4.                                              

Pues, así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, también por medio de Él tenemos abundante consuelo, 2 Corintios 1:5. El SEÑOR enjugará toda lágrima de sus ojos, ya n habrá muerte, ni más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas habrán pasado. Apocalipsis 21:4.

La consolación de Dios no es un simple alivio paliativo y temporal de simpatía, cuando el SEÑOR se acerca a alguien que sufre para darle su total consuelo, para mitigar su dolor, secar sus lágrimas, fortalecerlo y levantarlo con nuevas fuerzas, lo cual significa hacerlo un valiente guerrero ante el dolor, el sufrimiento y la persecución de los enemigos crueles y poderosos y todo aquello que nos causa sufrimiento. De Cristo brota el amor del Padre de misericordias y de toda consolación que está presente para sostenernos en todas nuestras tribulaciones con su amor inagotable, y con el propósito que también nosotros podamos consolar a otros en sus momentos difíciles. 2 Corintios 1:3-4.

Cristo es más real en momentos difíciles, podemos sentir su presencia cuando estamos quebrantados, y oramos con gran angustia buscando en Él una solución, una respuesta o una salida a nuestros quebrantos, Él viene como el amigo todo suficiente que necesitamos y que comparte nuestro dolor; Él llora con nosotros, nos envuelve en sus brazos y nos da su mano poderosa cargada de ternura y amor para sostenernos y sacarnos de la caída, de la desesperación y el desamparo. El SEÑOR es el refugio para los oprimidos, el lugar seguro en tiempos de angustia. Salmos 9:9.

Dios en cada parte de su ser y su esencia divina, está lleno de consuelo, de nuevas fuerzas y multitud de ayuda para quienes los invocan y lo buscan con fe, todos debemos tener esa certeza, que en Cristo siempre, pero siempre, siempre, hallaremos la mano amiga que abraza, el brazo que sostiene, da ánimo para fortalecernos en la debilidad de manera extraordinaria, nada parecido a lo que nos pueda dar un ser humano, el consuelo que recibimos en Cristo es sobrenatural porque viene con su Espíritu, es algo que nos cambia el llanto en risa y la tormenta en paz, algo inexplicable pero real, para hacernos luego instrumentos de su amor inescrutable y consolar a otros porque hemos pasado por el dolor. Cuando mi angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi vida de alegría. Salmos 94:19. 

La grandeza consoladora de nuestro Salvador es única e incomparable, Jesús nos atrae con puro amor, por eso Él es merecedor de todo el honor, el agradecimiento y la adoración de corazones que lo amen intensamente ante el despliegue de su gracia sobre nosotros, humanos pecadores, indefensos, débiles y vulnerables. En su soberanía, autoridad y poderío Jesucristo se hace mucho más grande que el dolor y los problemas con su ternura consoladora del Padre y del amigo que todos necesitamos en algún momento de la vida y que nadie puede resistie, ni evitar y mucho menos refutar…Al corazón contrito y humillado no despreciarás, Tú, oh Dios. Salmos 51:17.

El apóstol fue testigo del profundo amor consolador de Cristo en sus sufrimientos como apóstol, 2 Corintios 11:24-27; el siervo de Dios experimentó la compañía, el apoyo, la fuerza y el poder de Jesucristo para llevar a cabo su apostolado, soportando azotes, apedreadas, naufragios, cárcel, en diversidad de peligros, en persecución, en falsas acusaciones y sentencias de muerte, él sí que recibió el consuelo de Cristo, por eso pudo decir con certeza: Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para nuestro propio consuelo, lo cual opera para soportar con paciencia los sufrimientos; asi podrá ser firme nuestra esperanza, pues sabemos que si somos solidarios en los sufrimientos, también lo seremos consolando, pues somos compañeros en aflicciones y en consolación. 2 Corintios 1:5-7.

En su misión redentora nuestro Salvador desplegó como una gran catarata que derrama sus aguas, la inescrutable esencia de su bondad, ternura y plenitud divina, consolando al sanar, liberar y perdonar nuestros pecados, Él nos dio redención, destruyendo la obras del diablo; en su carácter santo, tierno, dulce y sin engaño, están la entrega y la generosidad abundante de sus bendiciones porque Él también sufrió y nos comprende. Él cargó nuestros sufrimientos, estuvo soportando nuestros propios dolores en el camino del Calvario y su cuerpo colgando de la cruz… Ciertamente consolará el SEÑOR a su pueblo, convertirá las tierras secas del desierto en un jardín, como el Huerto que Él plantó en el Edén. Él traerá felicidad y alegría, cantos de alabanza y sonidos de música. Isaías 51:3.

Podemos contar con el dolor y el sufrimiento mientras vamos por la vida, pero seremos consolados si nuestras aflicciones son parte de nuestra vida en Cristo, asumimos que no padeceremos por ser malhechores, homicidas o ladrones, ni por entrometernos en lo ajeno, pero si alguno padece como hijo de Dios y seguidor de Cristo, no debe avergonzarse sino gozarse en el SEÑOR. 1 Pedro 4:15-16.

Ahora y por la eternidad, Jesucristo es nuestro más grande refugio Él es el Héroe supremo que salva y consuela a todo aquel que cree, Él es todo lo mejor con lo cual podemos contar en todo tiempo: es nuestro profeta, nuestro Rey, sacerdote, defensor, y guía de su pueblo porque es el Admirable Consejero; Él es la torre fuerte donde nos escondemos en momentos peligrosos,; es nuestro escudo protector y a Él podemos acudir confiadamente y seremos consolados y fortalecidos con su verdad que da vida, y aunque tropecemos nos levantará, Depositen en el SEÑOR toda su ansiedad, porque Él cuida de nosotros. 1 Pedro 5:7.

Nuestro Cristo redentor y consolador, confirmó su consuelo para recibir su su alivio, descanso y aliento cuando dijo:  Vengan a Mí todos los que están trabajados y cargados porque YO les daré descanso. Mateo 11:28- 30.  7:6.

Siempre que estamos en conflicto, en encrucijadas, en dolor, en necesidad, en prueba o cualquier dificultad, podemos estar seguros que acudir a Jesús será la mejor decisión, porque seremos fortalecidos en nuestra debilidad, consolados en nuestro dolor y alentados en nuestro quebranto. Torre fuerte es el nombre del SEÑOR, a Él correrá el justo y levantado será. Proverbios 18:10.

En muchas ocasiones somos insensatos pasa decidir y saber actuar, pero Cristo que nos ama y nos tiene paciencia, se acerca para darnos lo mejor, para que aprendamos a dejar de lado nuestra propia sabiduría y confiemos en Él; sin su ayuda estamos en un estado de invalidez absoluta porque no vemos lo que Él ve, pero al correr hacia Cristo, Él se vuelve nuestra fuerza; lo que sabemos es tan poco, comparado con la profundidad de la sabiduría y la ciencia de Dios; con Jesús llegaremos a la meta sanos y salvos con toda nuestra familia, Fortalecidos con todo su poder según la potencia de su gloria, para obtener toda perseverancia y paciencia con gozo. Colosenses 1:11.

Se trata de andar en Él aunque fallemos, no es nuestra habilidad ni suficiencia, es Él quien nos da de lo suyo para ser firmes y vencer, No es que nosotros estemos capacitados para considerar algo como nuestro; al contrario, todo lo que podemos hacer y somos, viene de Cristo, 2 Corintios 3:5. Es extraordinario ver como personas carentes de instrucción, son grandes en el reino del SEÑOR, conducidas por Cristo en el consuelo y aliento del evangelio y el poder de su Espíritu, los perseverantes y santos alcanzarán consolación, porque Cristo siempre estará ahí para hacernos mejores en medio de la prueba y el dolor. Él nos prepara de manera impensable. Isaías 57:18.

Nuestro Consolador Admirable y Príncipe de Paz tiene la paciencia inagotable y no tiene inconveniente en cuidarnos y entrenarnos una y otra vez, aún si somos tardos para aprender; en su consolación una y otra vez, rectifica nuestro camino y lo endereza, nos saca del error y nos corrige, miles de veces cuando caemos; nos rodea de detalles infinitos llenos de ternura y bondad; se interesa todo el tiempo y nos sorprende con lindas bendiciones. Nos saca de los enredos que formamos y nada le resulta complicado; no hay dificultad demasiado grande o extrema como para no resolverla con la luz de su poder, Como uno a quien su madre consuela, así los consolaré YO; en tu tierra serás consolado. Isaías 66:13. 

Y aunque estemos muriendo, Cristo estará ahí para sostenernos, mitigar el dolor, consolarnos con su presencia y recibirnos en sus brazos con amor y ternura. Porque, Estimada es al al SEÑOR la muerte de sus santos. Salmos 16:15  Aunque pasemos por valles de sombra de muerte...Él estará con nosotros para infundirnos aliento. Salmos 23:4, Romanos 8:38-39, Filipenses 1:21.

Él nos alienta:

1. Nos consuela con su dulce y tierna presencia, ¿A dónde  me iré de tu Espíritu, y a dónde huiré de tu presencia? Salmos 139:7. Y Él respondió: mi presencia irá contigo y te daré descanso. Éxodo 33:14, pero es necesario que tengamos fe, creamos en la obra redentora y aceptemos su consuelo. Por en su naturaleza Dios quiere estar con nosotros y darnos su consuelo cuando estamos emocionalmente destrozados, abrumados, preocupados o enfermos. Salmos 147:3, Mateo 5:4, Salmos 54:14 Isaías 41:10 y Salmos 43:3. En su presencia hay plenitud de gozo y delicias a su diestra para siempre. Salmos 16:11.

2. Nos alienta con su poderosa palabraAsí que no tengas miedo, porque YO estoy contigo; no te angusties, porque YO SOY tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra de victoria. Isaías 41:10. Salmos 119:49-50. Debemos escudriñar la Biblia con hambre y sed de Dios y meditar diariamente en cada texto que nos toca el alma, porque es allí en su palabra que el SEÑOR nos habla, nos consuela con promesas y llama nuestra atención en algo especial y específico que debemos hacer o cambiar, y nos ministra el alma bajo el fuego del Espíritu Santo que hace arder nuestro corazón con gozo, paz y esperanza. Luego nos apropiamos de esa palabra, la confesamos, la escribimos y oramos con ella, al final vemos su cumplimiento; !eso Si que es consuelo celestial para siempre! El SEÑOR es bueno, es refugio en el día de la angustia, y es protector de los que en Él confían. Nahum 1:7.

3. Nos consuela por medio de la oración en humilde actitud. Yo clamaré al SEÑOR y Él me salvará. Mañana, tarde y noche clamo a Él en mi angustia, y Él me escucha. Aunque son muchos los que me atacan, Él me rescata, me salva la vida en las batallas que se levantan contra mi. Salmos 55:16-18. Salmos 138:3. La gran mayoría de las veces cuando oramos, lloramos porque nos quebrantamos experimentado el amor y la bondad de Dios en la atmósfera y en cada momento de nuestra existencia, reconocemos humildemente que no somos nada sin Dios y nos rendimos deseando escuchar su voz, vemos visiones, tenemos sueños, experimentamos gloria divina y en fe experimentamos que nuestra oración ha sido oída, y por lo tanto será respondida. Postrado estoy en el polvo, SEÑOR, dame vida conforme a tu palabra. Tu me respondes cuando te hablo de mis caminos. !Enséñame tus decretos! Salmos 16:7-8 y 119:25-26.

4. Nos alienta y anima por medio de las buenas personas que Él envíaPero Dios, que consuela a los deprimidos, nos consoló con la llegada de Tito…2 Corintios 7:6. Es algo maravilloso experimentar el consuelo del SEÑOR en momentos de pérdida, enfermedad, dolor, soledad y quebranto del alma, y lo se porque en durante arios años en mi vida padecí y lloré mucho al sentirme rechazada, traicionada, engañada y menospreciada por la persona que más amaba; cuando estaba en esos momentos de intenso dolor en la soledad de mi casa, el consuelo del SEÑOR vino muchas veces con la llamada o la visita de alguna sierva enviada por Él para darme apoyo, un abrazo y una palabra bíblica que el Padre me enviaba para levantarme y darme nuevas fuerzas con gozo hasta hacerme sonreír. Torre inexpugnable es el SEÑOR; a Él correrán los justos y serán puestos a salvo. Proverbios18:10. !Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice el SEÑOR. Isaías 40:1. 

Los esposos consuelan, Génesis 24:67 y 2 Samuel 12:24; los hijos consuelan, Génesis 37:33-35; los amigos consuelan, Job 2:11-13, Juan 11:19; los profetas consuelan, Isaías 40:1-2, 1 Corintios 14:3; los pastores consuelan, Isaías 61:1-2, 2 Corintios 1:4-6, 1 Tesalonicenses 2:11-12; los hermanos creyentes se consuelan, 2 Corintios 2:6-7, Colosenses 4:11. Pero el mejor consuelo es el el que viene del Padre en el nombre de Hijo por su Espíritu Santo nuestro Consolador. Juan 14:16-26 y Juan 15:5.7.  

Tener a Jesús como SEÑOR y Dios es el mayor gozo y con nada comparable, contar con Él  es el mayor privilegio, el mayor blindaje de vida, el mayor milagro, la mayor riqueza y la verdadera paz consoladora: Cristo es el pase seguro para salir de la tristeza y el dolor. La realidad con Jesús es cambio y proceso continuo hacia cosas grandes y mejores, que a veces ni siquiera hemos pensado. Cuando sufrimos y lloramos por situaciones adversas, si estamos con Jesús, nada será en vano, serán bendiciones disfrazadas de prueba. Vamos venciendo todo lo adverso con su mano que levanta y consuela, y mientras esperamos su respuesta adoremos y alabemos al que todo lo puede, El Cordero desde su trono los pastoreará y los guiará manantiales de aguas de vida, y Él enjugará roda lágrima de los ojos de ellos. Apocalipsis 717.  Amén

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.



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