2 dic 2015

¿DEPRESIÓN? FIJA LOS OJOS EN CRISTO


SOLUCIONA TU  DEPRESIÓN, FIJA LOS OJOS Y TODO TU SER EN CRISTO- SALMOS 40.

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mi? Espera en Dios; porque aún he de alabarlo, Él es mi Dios y mi salvador. Salmos 42:5.

Y ahora, oh SEÑOR te ruego que me quites la vida, porque mejor es la muerte que la vida. Jonás 4:3.

Dios enjugará todas nuestras lágrimas...Apocalipsis 21:4.

Moisés, Elias, Job, Jonás y hasta Pablo se deprimieron deseando morir, pues la fatiga física nos hace cobardes y las emociones cargadas nos desalientan hasta el punto de desear morir; todos estamos en este mundo y nadie esta exento de que nos cubran los problemas y nos abrumen las circunstancias, siempre en esta tierra habrá tristeza, dolor, enfermedad, pérdida, conflicto y caprichos del ego, todo lo cual puede causar depresión en muchas personas, pero la Biblia nos dice que llegará un momento en que todo esto terminará, pues es Dios quien tiene la solución a todo problema por grave que sea, como la depresión causada por situaciones externas anómalas que nos afectan y avasallan sicológicamente, pero que el SEÑOR sana internamente, pues la depresión tiene raiz interna y personal, que es sequedad y debilidad espiritual. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Salmos 42:1.  

Podemos decir y creer que somos creyentes, pero ser vencidos con la depresión porque hemos puesto la mirada en sí mismos, la gente y las circunstancias dejando de mirar a Dios y haciendo lo que nos parece, causándonos daño a nosotros mismos; la gran mayoría que padece continuos desalientos, tristeza y soledad emocional, tienen un problema de despresión, debido a las cargas y tener apagada la lámpara por falta del aceite del gozo del Espíritu, que nos permite ser luz para vencer las tinieblas; SEÑOR, envía tu luz y tu verdad; estas me guiarán; me conducirán a tu santo monte, y a tus moradas. Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré...Salmos 43:3-4.

Los problemas reales o imaginarios de tristeza y ansiedad depresiva solo pueden ser vencidos cuando buscamos a Dios y nos apoyamos en su brazo fuerte y su piderío para dejar de sentirnos miserables y deprimidos; el SEÑOR nunca nos abandona a nuestra suerte ni nos deja solos a la deriva; la depresión es una batalla ganada en Cristo. Cuando en medio de sus dificultades, el pueblo se ha vuelto al SEÑOR, Dios de Israel, y lo han buscado, Él se ha dejado encontrar...Y les concedió paz...2 Cronicas 15:4 y 15.

Quizá podamos tener agotamiento físico, mental y sicológico, pero si somos agradecidos, obedientes y vivimos en el Espíritu; si dejamos de ser tercos, soberbios y necios, sino mejor creerle a Dios y recibiendo a Cristo en el corazón para descansar en Él, sin creernos que lo podemos hacer todo o que somos importantes, sino que nos enamoramos totalmente de Cristo y dependemos de Dios para hacer lo que Él nos mande, porque Dios es nuestra prioridad y confianza, entonces no estaremoa deprimidos; cualquier preocupación o ansiedad que quiera robar nuestra paz y nuestra tranquilidad, si tan solo ponemos cuestra fe y esperanza en Dios, si miramos a Dios, oramos e invocamos el nombre de Cristo, y entregamos toda la carga, Dios nos envolverá en su paz, y con su presencia, cambiará el pananorama oscuro, llenándonos de su luz admirable. Jesús lo dijo: No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios. Juan11:40. 

Tenemos que animarnos al saber que Dios está con nosotros siempre, y eso sí que lo se; muchas veces estuve en grandes problemas, en conflictos insalvables humanamente hablando, tuve graves deudas, problemas emocionales, estuve muy enferma, enfrenté calamidades domésticas duras e imposibles de resolver, me estresé y me deprimí deseando morirme, al borde del infarto como me lo dijo el médico en una oportunidad, pero puedo testificar que las veces que volví mi mirada a Dios, puse en sus manos mi corazón, me humillé, me rendí, me postré, gemí, grité y lloré profundamente ante Dios, pidiendo su ayuda, Él estuvo ahí, cambió mi tristeza en risa y alabanza y pude adorar recibiendo su palabra de aliento y fortaleza, porque estaba ahí, cerca de mi; Todo lo que pidamos lo recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él. 1 Juan 3:22

Después de la oración y muchas lágrimas yo suelo correr a buscar la respuesta del SEÑOR en la Biblia, le imploro al SEÑOR que me hable, y ahi está siempre su consuelo a mi soledad, mi dolor, mi inquietud, mi ansiedad, y alguna vez la depresión; Dios nos reconforta cuando nos volvemos a Él de todo corazón, rendidos y humillados, conscientes de que ningún humano puede sacarnos del hoyo de la desesperación, solo Dios; su voz resuena en la palabra, allí somos levantados y reconfortados en todas nuestras batallas y en cualquer desafío que el mundo nos presente. Con mi voz clamé al SEÑOR, y Él me respondió desde su monte santo. Salmos 3:4. 

La depresión no es parte del trato de Dios con sus hijos, tampoco está en sus planes que nos deprimamos hasta desmayar y esclavizarnos con medicamentos que en nada ayudan a mejorar, sino que solo adormecen el dolor; Dios es perfecto en amor, es soberano, tiene el control y una respuesta sobre nuestras circunstancias cuando creemos que todo está perdido, pero snos humillamos y nos rendimos, entregando todo en sus manos, Él hará la obra, nos sanará, liberará y levantará, porque Cristo YA venció la angustía de la depresención, en su agonía del Getsemaní, cuando su sudor era como grandes gotas de sangre que caían a la tierra, Lucas 22:44. Con su muerte, resurrección y ascención al cielo, Cristo nos ha dado la victoria sobre todo lo adverso que nos deprime. Solo cree y verás la respuesta de Dios, por eso podemos decir como el salmista: Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mi, y oyó mi clamor. Me sacó del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos y temerán, y confiarán en YHWH. Salmos 40:2-3.

Doblemente dichoso todo aquel que pone en el Eterno Dios su confianza, y no se apoya en hombres que nos desvían tras la mentira; lo mejor de caminar con Cristo y vivir en su Espíritu es la tranquilidad, la seguridad y la paz que experimentamos en Él, somos felices por confiar en Dios y depositar nuestra vida en Él, firmes en su amor y con la mirada en Cristo Jesús, SEÑOR nuestro; son muchas las maravillas que Él hace en nuestra vida. Él aumenta sus proezas porque buenos son pensamientos para con nosotros. No es posible contar tantas misericordias ante Él; Dios nos enamora, tanto, que después de reconocerlo y recibirlo en nuestro corazón, nos gozamos haciendo su voluntad, y la vida empieza a fluir de manera extraordinaria. El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. Salmos 40:8.

No podemos guardar silencio ante las maravillas y bondades del SEÑOR; debemos proclamar lo grande y lo justo que el SEÑOR; Él es fiel y nos salva de la depresión, nunca nos deja sin sus cuidados, su provisión y la respuesta a nuestro clamor; Dios es especialista sobre los imposibles, El nunca deja de engrandecerse en lo más difícil y complicado para el hombre; Dios nos protege, el alma y hace proezas y milagros para liberarnos de terrible enemigo. YHWH, no retengas de mí tus misericordias; que tu amor y tu verdad me guarden siempre. Salmos 40:11.

Son tantos nuestros pecados e ingratitudes para con Dios, que finalmente los problemas nos acorralan y nos deprimen, el mal nos rodea hasta el punto que nos quedamos sin fuerzas ni para levantar la vista, eso es lo que hace el pecado y la frialdad espiritual, nos lleva a la depresión, nos debilita y nos destruye; ahí es cuando acudimos a Dios para que nos libere y nos de su paz; Estamos rodeados de una gran multitud de testigos, con respecto a nuestra vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr. especialmente el pecado que tan fácilmenrte nos hace tropezar. Corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto delante. Fijemos la mirada en el SEÑOR Jesús, porque Él es el fundamento y perfeccionador de nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Él soportó la cruz, sin importarle la verguenza que la cruz representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono del Padre. Hebreos 12:1-2. 

No esperemos que llegue el conflicto, el dolor y la depresión, cada día es el momento de arrepentirnos, de confesar nuestro pecado y clamar a Dios por su ayuda; porque el enemigo con sus demonios aprovecha la tristeza, la queja y falta de esperitualidad en Dios, para perserguirnos deseando acabar con nuestra vida, hasta la familia nos  abandona, y nos da la espalda, en muchos casos los "amigos" se van de nosotros, y nos deprimimos, entonces nos damos cuenta que solo Dios es nuestro socorro. Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida para destruirla. Vuélvan atrás y averguencense los que mil mal desean. Salmos 40::14.

Nuestro Dios es misericordioso y poderoso, Él siempre acude a liberarnos; porque nos ama, somos su templo, y anhela que angrandezcamos su nombre, no hay momento más hermoso que cuando Dios extiende su mano, nos ayuda, nos levanta el ánimo nos responde y hace milagros a nuestro favor, entonces lo exaltamos y damos testimonio de sus maravillas; Dios nunca nos olvida, Él es nuestro Padre celestial, y como Padre está pronto a socorrernos; Cristo es nuestro Abogado Defensor y el Espíritu Santo nuestro Ayudador y Consejero, entonces contamos la mejor ayuda que es sobrenatural. Aunque afligido yo y necesitado, el SEÑOR pensará en mí. MI ayuda y mi libertador eres Tú; Dios mio, no te tardes. Salmos 40:17.

Como hijos de Dios, no somos cobardes ante el dolor, los sufrimientos y los problemas, lo mejor que siempre podemos hacer es acudir a Dios, humillarnos, rendirnos y ser obedientes a su palabra, dispuestos para hacer su voluntad; y caminar con Ël sin soltarnos de su mano jamás; el tiempo de agunstias, sobresaltos y pesada carga, tiene su tiempo de caducidad, rechacemos y echemos fuera la depresión en el nombre de Jesús y gastemos nuestra vida en Dios; espera pacientemente en el SEÑOR, y serás libertado. Aleluya, amén. Dios nos promete en su palabra: Y sucederá que antes que ellos clamen, YO responderé; aún estarán hablando, y YO habré oído. Isaías 65:24.  ¡Exaltado sea nuestro amoroso y compasivo Dios, hacer de maravillas y milagros!

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.





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