28 sept 2015

VIVOS PARA LA ETERNIDADD

VIVOS EN LA TIERRA PARA TRASCENDER LA ETERNIDAD

Dios lo hizo todo para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el corazón humano, pero aún así, el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. Eclesiastés 3:11.

Los sufrimientos de este mundo son ligeros y efímeros, pero producirán una gloria eterna, que vale mucho más que cualquier sufrimiento terrenal. 2 Corintios 4:17

 

Examíname, oh Dios, y mira mi corazón; ponme a prueba y examina mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino que lleva a la eternidad. Salmos 139:23-24.

 

La eternidad nos desafía la imaginación y la comprensión del hombre con respecto a su vida y su trascendencia en el tiempo; la eternidad no es una fracción de tiempo, no es un objeto, no sabemos su lugar, pero sí sabemos que no allí no hay principio ni fin, y todo ser humano fue credo por Dios a su imagen y semejanza, y esto incluye la eternidad, si nuestro Creador es eterno, nosotros también; Yo les doy vida eterna y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatarlos de mi mano. Mi Padre, que me los ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie los puede arrebatar. El Padre y YO, somos uno. Juan 10:28-30.

 

La palabra eterno está escrito en la Biblia 108 veces, y la vida eterna es un regalo de Dios para todo el que cree y acepta al SEÑOR Jesucristo como único y suficiente Salvador, estamos temporalmente en la tierra y nuestro cuerpo desaparecerá en esta tierra, pero todo el que ha puesto su fe y confianza en Dios, puede tener la certeza que aunque su vida temporal en la tierra acabará un día, el alma y el espíritu de cada uno es eterno al liberarnos del pecado con su sacrificio y haber sido lados en su sangre reconciliándonos con Dios. Ahora que hemos sido liberados del pecado hemos sido puestos al servicio de Dios, cosechemos santidad que es la nos conduce a la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mientras que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, SEÑOR nuestro. Romanos 6:22-23.

 

Dios habita en la eternidad, porque Él es eterno, siempre ha existido, no tiene principio y tampoco tiene final, pero el ser humano tiene principio cuando nace y un final cuando muerte a este mundo; sin embargo la esencia de su personalidad está en su alma que es eterna, es decir el alma humana no tendrá nunca un fin, y Dios ha decretado que todo lo que Él ha creado tendrá un final. Porque el día del SEÑOR vendrá como cuando un ladrón llega a robar en la noche. En ese día los cielos desaparecerán con un estruendo espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra con todo lo que hay en ella será quemada. 2 Pedro 3:10.

 

Los seres humanos somos criaturas, es decir, somos creados y sobre nosotros corre el tiempo, y el hombre es esclavo y usuario de ese tiempo, pero el tiempo por más que sea importante para nosotros mientras vivimos, no tiene nada que ver con la eternidad, lo eterno es totalmente incomparable, no tiene medida y no tiene forma; tenemos oportunidad de cambiar nuestra vida y mudar nuestro corazón mientras estamos en este mundo bajo el yugo del tiempo, pero en la eternidad no hay oportunidad de cambio, el destino eterno lo hemos escogido en vida, y esa eternidad trascenderá para salvación o para condenación, y será para siempre, nuestro opción terrenal. Dios nos salvó en su Hijo, y nos llamó a tener una vida santa, no seremos salvos por nuestras propias obras, sino por la gracia de Dios, Él nos concedió el favor de ser salaos en el Hijo, desde antes del comienzo del tiempo; y ha revelado a su Hijo con la venida de nuestro Salvador, Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio. 2 Timoteo 1:9-10.

 

El Padre Dios, envió a su Hijo para predicar con su propia vida. El mensaje de las Buenas Nuevas de salvación, porque la muerte en esta tierra y a este mundo vino como consecuencia del pecado cometido en el Edén, Génesis 2:16-17; sin embargo el pecado y la muerte no tienen nuestro destino final, aunque somos finitos y temporales, gracias al SEÑOR Jesucristo y su cruz podemos ser libres de la condenación eterna para vivir con Él por la eternidad; así que la vida eterna la empezamos a vivir desde aquí, no es algo que podamos esperar para mañana, la vida eterna, nuestra eternidad con Cristo la decidimos HOY, AQUÍ, y AHORA, con nuestro SEÑOR Jesucristo reinando en nuestro corazón y gobernando nuestra vida; con Él disfrutamos esta vida y gozosos tenemos la esperanza de la vida eterna. Porque el que cree en el Hijo, tiene vida eterna con Él; pero el que rechaza al Hijo de Dios, no sabrá lo que es tener vida eterna con Él, sino que permanecerá bajo el castigo eterno. Juan 3:36.


Si no tienes a Jesucristo como SEÑOR y Salvador, este es el momento de elegir tu eternidad, ahora mismo debes elegir donde pasarás tu vida eterna, Jesucristo es la única opción de vida dichosa en la eternidad, porque somos las únicas criaturas creadas, que tenemos un vestido inmortal, y haremos el cambio eterno, solamente aquí en la tierra, y como Dios, nuestra alma y espíritu vivirán para siempre; el deseo de Dios es que todos se salven, Él no desea el castigo eterno para ningún ser humano, pero como nos dio libertad y libre albedrío, cada uno decide su destino final eterno. Dios no envío a su Hijo al mundo para condenar al ser humano, sino para salvarnos por medio de Él El que cree en el Hijo de Dios, no es condenado, pero el que no cree, ya está condenado, por no haber creído en el nombre del Hijo del Unigénito de Dios. Juan 3:17-18.

 

Según la Biblia, la eternidad tiene tres aspectos: la vida eterna con Dios, el juicio, y la separación eterna de Dios para los injustos, porque los justos serán separados para permanecer eternamente con Dios; el juicio final será sin apelaciones, ni revisión de juicio; Dios en su bondad nos pone delante el bien y el mal, el camino de la vida o el camino de la muerte, la salvación o la condenación, cada uno decide. Pero Dios quiere conducirnos a una relación íntima y personal con Jesucristo, y aquellos que no acepten la verdad de Dios recibirán su sentencia eterna. Y la voluntad de nuestro Padre celestial es que todos reconozcan y reciban a su Hijo, y crean en Él para tener vida eterna, porque Él nos resucitará en el día final. Juan 6:40.

 

La trascendencia eterna, es que solo habrán dos clases de personas: los salvados y los condenados, hay solo dos destinos en la eternidad: el cielo o el infierno; los salvos estarán inscritos en el libro de la vida, y el SEÑOR les dirá: vengan aquí, benditos de mi Padre, hereden para ustedes el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo., y a los que no se encuentren inscritos en el libro de la ida, Él les dirá: apártense de Mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, son palabra espantosas, pero ellos lo decidieron así. Mateo 25: 34-41.

 

Aunque la Biblia no nos dice en detalle todo lo que la eternidad contiene para nosotros seres inmortales, si sabemos que el SEÑOR dijo que los que venzan y perseveren hasta el fin, serán salvos y estaremos con Él eternamente, y nos sentaremos en tronos juntamente con Él. A los que salgan vencedores les daré un lugar conmigo en mi trono.; así como YO he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Apocalipsis 3:21.

 

Ahora que hay tiempo, decide tu destino final, escoge dónde estarás por la eternidad. ¿Estás preparado para esa eternidad? Contéstate tú mismo, aun tienes tiempo para prepararte para la eternidad donde tendremos una gran reunión con nuestro Salvador. Así que no fijemos tanto en lo visible y temporal, sino en lo invisible y eterno, ya que lo que se ve es pasajero, pero lo que no vemos, es eterno. 2 Corintios 4:18.


Para entender mejor la eternidad debemos conocer lo que la palabra de Dios dice con relación a la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 


Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el SEÑOR, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 


Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, les digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro SEÑOR Jesucristo. 


Así que, hermanos míos amados, estemos firmes y constantes, creciendo en la obra del SEÑOR siempre, sabiendo que nuestro trabajo en el SEÑOR no es en vano. 1 Corintios 15:42-58. Amén.

 

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.













Debemos tener un sentido de lo eterno, ¿dónde crees que irás cuando mueras? ¿Estarás con Dios, o con el enemigo de las almas?

LO ETERNO PUDE SER VIDA O MUERTE SI ERES SALVO O TE CONDENAS.



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