Esto no es algo que ustedes puedan tomar a la ligera; esta ley es vida para ustedes, y por ella alargarán sus días en la tierra…Deuteronomio 32:47.
La palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta lo más profundo del alma y el espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón. Hebreos 4:12.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, es útil para enseñar, para convencer de pecado, para reprender y corregir, para educar e instruir en justicia, y para que todos tengamos una vida de rectitud. 2 Timoteo 3:16-17.
No podemos negar que al mirar el mundo actual, el pecado y la indiferencia hacia Dios en la gran mayoría de la gente del mundo, no solo ha hecho que miles se encuentren separados de Dios, sino que muchos males rodean a la humanidad, pero cuando vamos a la Biblia, encontramos que hay poder en la palabra de Dios para vencer todo lo malo que nos pueda suceder en este mundo, y mucho más ahora que vivimos tiempos finales y las naciones se preparan para la guerra fratricida, guerras que nacen en mentes y corazones duros como la piedra porque no han valorado el poder infinito y real de la palabra de Dios. Porque Dios nuestro creador nos liberó del dominio de la oscuridad y nos traslado al reino de su Amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados. Colosenses 1:13-14.
La palabra Bíblica tiene poder infinito y eterno porque nos revela la existencia del Dios vivo como el Principio y el fin de todo, El único Dios real y verdadero; que cuando la estudiamos y creemos la historia sagrada, ella nos conduce a Jesucristo desde Génesis hasta Apocalipsis, Él es el Dios hecho Hombre, el Verbo de Dios, la palabra viviente, que habla de generación en generación deseando que miles sean salvos, creyendo y amando sinceramente a Jesucristo; Dios dejó instituido en su manual de vida eterno; la palabra, con más poder que cualquier libro de literatura porque es más que la historia de una nación y de pueblos antiguos, es la misma voz de Dios que retumba eternamente, plasmada no solo en el pergamino y el papel sino en el corazón de multitudes, para el bien de todo ser humano. Debes estar repitiendo lo que dice este libro de la ley de Dios; medita en ella de día y de noche, para que hagas siempre lo que ella te ordena; Así todo lo que hagas te saldrá bien. Josué 1:8.
La palabra de Dios tiene poder porque además de ser la misma voz y pensamientos de Dios, su Espíritu Santo la inspiró a hombres humildes y de fe obediente, por ella el Creador nos revela su voluntad, es nuestro Manual de Instrucciones y de manejo que nos guia y dirige con sus enseñanzas a una vida con propósito; porque con ella El Padre celestial nos moldea y nos transforma el carácter, si la escudriñamos y estudiamos con atención e interés para ponerla en práctica porque ella nos da autoridad y poder sobre todo mal. Miren, YO les he dado poder y autoridad sobre todas las fuerzas del mal; ustedes pueden caminar entre serpientes y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño. Lucas 10:19.
Dios eligió dejarnos escritas sus instrucciones, advertencias y revelaciones proféticas por su palabra, su Torah o Tanah, donde el Dios Eterno nos ofrece y conduce a su infinito amor al hacerse el Hijo del Hombre para morir, resucitar y ascender a su trono para salvarnos, así se revela el gran poder de las Sagradas Escrituras; por eso el pueblo de Dios, la Iglesia de Jesucristo y la nación de Israel, debemos mantenernos vivos para Dios conociendo y viviendo los principios eternos que enseñan las Escrituras, y lo quieran aceptar o no algunos escépticos e incrédulos, todos necesitamos recurrir constantemente a la palabra de Dios, para enfrentar lo que vive la humanidad hoy. En la ley de YHVH está tu delicia, y en su ley debes meditar de día y de noche. Salmos 1:2.
Recurrimos constantemente a la palabra de Dios, para todo, porque en ella encontramos dirección y consejo, fuerzas, aliento y paz interior; en la palabra de Dios surge la vida, la creación, la salvación, la sanidad, la liberación, la purificación, la inteligencia y la sabiduría, todo lo que cada uno de estos topicos implica, y que iluminan nuestro entendimiento para tomar decisiones acertadas y prudentes; en esta palabra viva como el agua y fuerte como martillo encontramos nuestro alimento espiritual para vivir en el Espíritu con pasos de fe. Tu palabra es dulce a mi paladar, más que la miel en mi boca. Salmos 119:103.
Con la palabra aprendemos a buscar a Dios y hablar con Él por medio de la oración con la palabra, allí está el poder transformador conociendo a Cristo para llegar a ser hombres y mujeres de Dios, expertos en la palabra y aptos para enseñar, pues ella nos prepara para hacer toda buena obra, y nos prepara para un día irnos a vivir eternamente con el SEÑOR, y este libro sagrado es afirmado cada día por el Espíritu Santo enseñándonos sin error a vivir firmes y fieles a Dios. Ustedes estudian las Escrituras a fondo, porque saben que en ellas hallan la vida eterna; porque son las Escrituras las que hablan de Mí. Juan 5:39.
1. Hay poder creador
en la palabra de Dios. Los cielos
fueron hechos por la palabra de YHVH, y todos sus ejércitos por el soplo de su
boca. Salmos 33:6. La palabra de Dios es viva y lleva
consigo el poder de ña vida logrando las cosas que ella declara, Dios crea cosas que aún no
se han hecho pero luego las forma por el poder de su palabra; y es la Palabra de Dios la que nos une al
Creador, Él de la nada creó bará en hebreo, hizo aparecer toda su creación con
esplendor y belleza, puesto que de su palabra surge el poder creador y cada cosa formada tiene identidad y propósito, Dios habló, y fue hecho. Miremos Génesis 1.
Dios no solo creó este mundo con su la bella natural de su diseño, colores y formas,
sino que también es el Sustentador que mantiene todo andando y en orden por el poder de su palabra, porque su mismo
Espíritu que estuvo presente en la creación y la inspiración de
la Escritura, y Él está activo y presente cuando leemos y estudiamos la Biblia o
cuando compartimos la palabra con otros, es ese poder el que cambia
vidas, transforma mentes, muda corazones y cambia circunstancias impartiendo su poder y recreando el alma
humana. Porque Él dijo, y
fue hecho; Él mandó y existió. Salmos 33:9.
2. Hay poder
salvador en la palabra de Dios. Y no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de
Dios para salvación a todos los que creen; a los judíos, primeramente, pero
también a los gentiles. Romanos 1:16. La palabra de Dios
tiene poder salvador basado en la misericordia y el infinito amor del Padre que se
manifiesta en nuestra comunicación con Él mediante la oración, y sigue activo de
generación en generación, y trae consuelo, enrumbándonos al camino de salvación, lo cual requiere entrega, obediencia y compromiso con el Salvador, pues la fe en el
sacrificio de Jesús nos ofrece vida nueva terrena y eterna. Miremos el pasaje de Nicodemo en Juan 3.
Por ese poder salvador tenemos que compartir la palabra
que extrae y rescata del pecado a muchos o a pocos, proporcionándonos libertad para una continua
relación creciente con el SEÑOR Jesús, desafiándonos a vivir la palabra y
compartir su mensaje. Porque la
palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan,
esto es, a nosotros, poder de Dios para salvación.1 Corintios 1:18.
3. Hay poder
sanador en la palabra de Dios. No olvides mi ley, oh hijo mío, y tu corazón guarde mis
mandamientos…porque será medicina a tu carne y fortaleza para tus
huesos…Proverbios 3:1-12. Vivir en este mundo de
dolor y enfermedad requiere continuamente de médicos y medicinas, pero la palabra de Dios es la mayor medicina no solo para el alma, sino para el cuerpo, cuando el hombre ha
agotados sus recursos. Miremos la historia de Job y de la mujer del flujo de
sangre.
Cuando estamos en soledad, penas, dolores y tristezas,
vamos a la palabra y ella se convierte en un bálsamo que produce alivio y sana
las emociones de corazones rotos y almas heridas; en la palabra encontramos
refugio, aliento de vida y nuevas fuerzas, nos fortalece la fe y nos trae sanidad en el tiempo
de Dios, unas veces instantánea otras veces gradual. Si ustedes escuchan atentamente la voz del SEÑOR su Dios,
y hacen lo que es correcto ante sus ojos, obedeciendo sus mandamientos y
cumpliendo todos sus decretos, entonces no les enviará ninguna de las
enfermedades que envió a los egipcios, porque YO SOY el SEÑOR, su Sanador.
Éxodo 15:16.
4. Hay poder purificador en la palabra de Dios. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado. Permanezcan en Mí, y Yo en ustedes. Juan 15:3. La palabra de Dios limpia y purifica como lo hace una corriente de agua cristalina que corre sobre las rocas y piedras y las deja limpias por donde va corriendo a su paso, así la palabra de Dios cuando es recibida en el corazón, creída, confesada y atesorada en el alma, nos limpia de toda la suciedad pecaminosa que el mundo ha dejado en nuestro caminar; esa purificación implica abandonar los viejos hábitos y actitudes, que en ese proceso de purificación reconocemos y confesamos los pecados y nos apartamos para Dios de esa vieja vida como lo hicieron los discípulo al seguir a Jesús. Lucas 5:1-11.
Nuestra limpieza y purificación espiritual y moral es continúa debido a la contaminación que nos rodea, por eso necesitamos disciplina en la palabra y búsqueda de santidad, así tenemos autoridad y poder en el servicio a Dios para llegar un día limpios ante el trono de la gracia cuando completaremos nuestro proceso de salvación con la santificación. Así que la iglesia está sometida a Cristo…para santificarla y purificarla mediante el lavamiento del agua y la palabra, para presentársela a si mismo; una iglesia gloriosa, sin macha ni arruga, ni cosas semejantes a estas, sino que sea santa y limpia. Efesios 5:24-27.
5. Hay poder iluminador en la palabra de Dios. Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. Salmos 119:105. Para poder vivir en la oscuridad el mundo lleno de incertidumbre y dudas que envuelven el alma, requerimos la luz de Cristo y la palabra de Dios para no dar pasos en falso; el poder de la palabra de Dios viene a ser para el creyente como un faro de luz y clara esperanza ante la realidad nefasta que el mundo ofrece; la palabra de Dios ilumina nuestro entendimiento y clarifica nuestro ser interior permitiendonos caminar en la luz del Camino seguro que es Cristo en nosotros. Los preceptos del SEÑOR son rectos y alegran el corazón; el mandamiento del SEÑOR es puro y alumbra los ojos. Salmos 19:8. Miremos los discípulos en el Camino de Emaús.
La palabra de Dios nos proporciona la luz suficiente y necesaria para avanzar, cuando decidimos seguir al Verbo Eterno, la palabra viviente hecha carne, dándonos cuenta que nunca estamos solos, Él nos acompaña 24/7 y nos lleva de la mano por el camino estrecho de la vida; pero cada uno decide si avanza en la luz o se queda en la oscuridad del mundo, es nuestra elección; la palabra de Dios no solo ilumina nuestra mente con sabiduría, sino también nuestro corazón con su verdad, ampliando nuestra percepción y concepto de Dios, nos hacemos responsables de portar la luz de la palabra que nos hace antorchas y luminares para el mundo, luces que no esconden su fe, sino que la certifican con el testimonio, forma de vida y comportamiento. La exposición de tu palabra imparte luz y da entendimiento a los sencillos. Salmos 119:130.
La luz de la palabra es esperanza en tiempo de desesperación y angustia, nos da claridad en tiempos de confusión, porque su poder iluminador es sin igual y vital en tiempos oscuros como los que vivimos hoy en el mundo. Porque el mismos Dios, que mandó que la luz brotará de la oscuridad, es el que ha hecho brotar su luz en nuestros corazones, para que podamos iluminar a otros, dándoles a conocer la gloria del conocimiento de Cristo. 2 Corintios 4:6 y MI oración es que los ojos de su corazón sean iluminados, para que sepan cuál es la esperanza de su llamamiento, y cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia entre los santos. Efesios 3:18.
6. Hay poder que alimenta en la palabra de Dios. Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por alegría y por gozo de mi corazón. Jeremías 15:16. Numerosos versículos en la Biblia nos describen la palabra de Dios como alimento para su pueblo; la palabra de Dios no solo crea, sana, salva, purifica e ilumina, también es nuestro alimento espiritual para el alma, energía y descanso para el cuerpo, ella nos sustenta en tiempo de debilidad y necesidad, es lo mejor que podemos tener cuando sentimos que desfallecemos, es la razón por la cual nuestro SEÑOR Jesús se presenta como el pan de vida que nos sacia, Juan 6:35, Él, el Verbo, la palabra viviente que nos ofrece todo lo mejor que podamos requerir para vivir a la manera de Dios. Mateo 5:14.
La palabra nos conduce a Jesús para tener plenitud de vida en Él, porque a pesar de nuestras ansias, debilidades y pasiones solo en la palabra viviente encontramos cambio y satisfacción, la Palabra Viva, Jesús presente en su palabra, llena nuestra soledad y calma nuestra sed de justicia, especialmente en esos momentos en que nos sentimos abandonados, sin valor y vacíos a causa de las presiones, y quizá carentes de amor, es en esos momentos, que la palabra es el mejor alimento que nos renueva y nos endulza; cuando algo nos agobia y lloramos, es increíble como al arrodillarnos y buscar en la palabra a Dios, Él nos habla y nos levanta felices de la rodillas, entonces adoramos al SEÑOR. El Espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha; las palabras que YO les he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63.
Esta es la gran razón de peso que nos reta a buscar a Dios en la palabra, a deleitarnos en ella, a disfrutar la presencia del Eterno a través del estudio juicioso de su palabra, por eso los profetas y los salmistas se deleitaban en ella y escribieron lo que hoy nos llena y nos sacia, pues la palabra revitaliza y da valor para tomar nuevas fuerzas, su dulzura nos permite enfrentar el día a día, pues la palabra revela la fuerza y poder del amor de Dios hacia la raza humana sufriente, de igual modo, la palabra nos madura y nos hace crecer en fe en nuestra relación con Dios, así podemos enfrentar las dificultades diarias. El apaga la sed del sediento y sacia con lo mejor al hambriento. Salmos 107:9. Porque no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4:4.
7. Hay poder transformador en la palabra de Dios. No vivan ya según los criterios del tiempo presente, al contrario, transformen su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, grato y perfecto a Dios. Romanos 12:2. La palabra de Dios es poderosa porque es buena, grata y perfecta, hasta el punto que llega a cambiar la vida de todo aquel que busca a Dios y lee con fe y deseos de saber más acerca de su Creador; es tan podeerosa como martillo porque rompe rocas y piedras de corazones duros e insensibles; es como fuego que quema el tamo de nuestra vanidad, autosuficiencia y soberbia, y entra profundamente como una espada para deshacer la vieja mente y los pensamientos errados. ¿No es mi palabra como fuego, y como martillo que despedaza la roca? Jeremías 23:29.
El poder transformador de la palabra de Dios, cambia la totalidad de nuestro ser humano, lo cual se va reflejando en nuestro comportamiento y accionar diario; de manera extraordinaria nos hace nuevas personas, y una clara muestra de ese poder transformador de la palabra, lo vemos en Hechos 9, Saulo de Tarso, perseguidor de la Iglesia, se convirtió en el apóstol Pablo, el mayor discípulo del SEÑOR Jesús. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia del SEÑOR. 1 Corintios 15:9-10.
El poder transformador de la palabra es para toda la vida mientras estemos en este mundo, no es algo instantáneo, es progresivo hasta que venga Jesucristo por su pueblo, vemos la historia de Zaqueo que oyó hablar de Jesús y buscó la forma de estar cerca del SEÑOR, venció todos los obstáculos, y sin importar su status social, se llenó de gozo inefable al estar frente al Maestro, Él sin mirar los pecados de Zaqueo lo mira, lo llama y le dice que irá a u casa, pues el Redentor vio el hambre espiritual y el corazón anhelante y arrepentido de Zaqueo, pues era un publicano recaudador de impuestos para Roma, rico pero deshonesto, pero que fue transformado por la Palabra Viviente. Lucas 19:5-10. En Cristo y su palabra somos hechos totalmente nuevos, así cambia nuestra identidad pecadora y nos hacemos hijos de Dios y ciudadanos del reino, para luego ser embajadores y mensajeros de Dios en la tierra. Dejen que la luz de sus buenas acciones brille delante de todos, para que ellos alaben al Padre celestial que está en los cielos. Mateo 5:16.
Tenemos un compromiso firme y constante de impactar vidas con el poder de la palabra y la presencia de Cristo en nuestro caminar, pues como discípulos seguidores de Cristo somos responsable de continuar la obra que nuestro Salvador comenzó y selló con su resurrección, porque así como Dios sigue trabajando en los redimidos, trabajamos para Dios y le debemos responsabilidad y fidelidad; el proceso completo de esta transformación la vemos en Apocalipsis allá en la eternidad, donde estaremos santificados, es decir, totalmente renovados y transformados. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron…Apocalipsis 2:4-8.
8. Hay poder liberador en la palabra de Dios. Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si ustedes permanecen en mi palabra, serán mis discípulos, conocerán la verdad, y serán verdaderamente libres. Juan 8:31-32. La palabra de Dios tiene poder porque es el único libro que es santo, y que proclama la verdadera libertad, ayudándonos a conocer a Dios para hacer su voluntad; la palabra de Dios es la única herramienta y manual de vida Eterno que no cambia, por eso nos ayuda a vivir correctamente y nos forma como personas de bien, con ella Dios nos muestra la manera que tenemos para ser verdaderamente libres, íntegros y veraces, accediendo a las promesas de su herencia por medio de la fe, creyendo lo que dice la Biblia y confiando en lo que Dios es y hace a favor de las personas que lo buscan con corazón humilde y arrepentido. Daniel 2:22. Grande es hasta los cielos tu misericordia y hasta las nubes tu verdad. Salmos 57:10.
El apóstol Pablo nos narra que en muchas ocasiones él estuvo bajo pesada opresión, no solo física, sino mental y espiritual, nos da testimonio que a pesar de la pesada carga nunca se derrumbó ni se sintió destruido, porque él quería que supiéramos que a veces pasamos por momentos muy difíciles que nos aprisionan, situaciones devastadoras que nos paralizan y limitan, pero cuando fijamos los ojos y el corazón en Cristo y su evangelio, podemos alcanzar libertad, quizá en algunos casos, no libertad física, pero sí espiritual, mental y emocional, apoyándonos sinceramente en Dios y su palabra, solo allí obtendremos la victorial total y final; si Jesucristo nos rescató en el pasado, también puede liberar ahora a miles que están presos en el pecado, el mundo y la carne, Él acudirá a nosotros en todo tiempo, porque aún siendo limitados y finitos, tenemos libre acceso a su palabra. ¡Ríndanse! ¡Quédense, quietos y reconozcan que YO SOY Dios! ¡YO estoy por encima de las naciones! ¡YO estoy por encima de toda la tierra y seré exaltado! Salmos 46:10.
El poder liberador de Dios y su palabra es nuestro escudo y fortaleza, pero somos tú y yo quienes decidimos ser libres o esclavos, salvos o condenados, si nos sometemos o no a Dios, rechazando al enemigo, venciendo nuestras pasiones, y nos alejamos de la corriente del mundo para rendirnos en fe obediencia a las enseñanzas y mandatos bíblicos, pero quizá algunos prefieran quedarse recibiendo las migajas del mundo porque aman la seducción de su pecado, ¡cada uno decide a quien le sirve! Jesucristo anuló el acta con los cargos que había contra nosotros; Él canceló la deuda que no podíamos pagar por no cumplir su ley, la quitó de en medio y la clavó en la cruz, una vez y para siempre. Así desarmó los poderes espirituales de las tinieblas, los humilló públicamente, y triunfó sobre ellos en la cruz. Colosenses 2:14-15.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidor de su reino.