19 mar 2019

ENGAÑO APÓSTATA DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS


HIPERGRACIA-EL GRAN ENGAÑO APÓSTATA DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS.
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra todo impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad…Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencia de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, Romanos 1:18 y 24.
Estos son una vergüenza en las reuniones que se celebran, en las que ellos comen y beben alegremente, sin mostrar ningún respeto. Se apacientan a sí mismos. Son nubes sin agua, llevados de acá para allá por los vientos; son árboles otoñales no que no dan fruto, dos veces muertos y arrancados de raíz, Judas 1:12.
Ya no se habla de modernismo ni postmodernismo, la cultura del mundo ha rebasado los límites de la vaciedad, el hedonismo, el consumismo, la destrucción del orden social y las estructuras gubernamentales, la seducción por el poder, la riqueza y la vida, el imperio de la violencia y el engaño están presentes por todas partes; los principios, los valores, la espiritualidad y las virtudes personales se han estado yendo a pique, ahora todo es abierto y descarado, esta es la cultura del pecado grosero que ya no se oculta sino que se publica…Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas…Romanos 1:18-30.
Es una era donde cada uno hace lo que mejor le parece y aprovecha cada oportunidad para lo que le conviene como en tiempo de los jueces, haciendo lo que sea para saciar su ego y sus apetitos, hasta el punto de negar a su Creador, rebelarse contra su Salvador, tergiversar su palabra y alterarla; esto es lo que llamamos hipermodernismo, una era de desfachateces y desvergüenzas de las que muchos se sienten orgullosos como si fuera gran cosa, ¡vaya que adelanto!  Yo diría mejor, que atraso y qué retroceso, vivimos hoy donde cada uno hace lo que le pega su gana, sin conocer ni temer a Dios, Jueces 21:25.
Ligada a esta cultura del mundo, aparece la apostasía de la hipergracia, constituida en el engaño más grande de los últimos tiempos, donde muchos de la sociedad de “creyentes” han pasado del legalismo a la gracia extrema, el más gigante engaño que antecede a la Segunda Venida de nuestro Salvador y la aparición de aquel inicuo, el hombre de perdición, haciendo que miles se alejen de Dios para vivir una vida de pecado abierto reclamando derechos, Comamos y bebamos que mañana moriremos, 1 Corintios 15:32. Muchos frios y tibios se asemejan a los animales: nacen, crecen, comen, se reproducen y mueren.
Los pecadores arrepentidos, pobres espirituales, años atras nos convertimos por el evangelio de Cristo Jesús, éramos “trapos de inmundicia”, pero la soberana gracia del amor salvador del Padre salió a nuestro rescate y nos transformó; dejamos de hacer y vivir cosas vergonzosas que escondíamos porque comprendimos en Él que éramos culpables. En pellejo propio sabemos que ser pecadores es algo miserables y nos vemos como desechos humanos dignos de conmiseración; pero cuando nos encontramos cara a cara con el Cristo del Calvario, toda nuestra vida cambió, nuestra alma entró en su Luz y nuestra manera de vivir se purificó, Él  nos hizo nuevas personas, 1 Corintios 5:17.
El encuentro personal con el Salvador, marca nuestro corazón y nos hace diferentes deseando vivir en pureza para apartárnos de la podredumbre del pecado y la vida licenciosa. La vida en Cristo es un continuo gozo, una continua aventura de amor y sorpresas porque aún en los días grises hay bendiciones inigualables. Mi alma sin Cristo estaba sucia y negra, mi apariencia espiritual era la de un indigente, pero cuando Cristo llegó todo cobró vida y color, se iluminó mi mundo con su dulce y santa presencia. Él me liberó de la vida vieja y el cambio se evidencia desde adentro hacia afuera con hechos puros y acciones de bien, agradando el corazón el Padre, no el mío; la vida de pecado es como lodo nauseabundo, todo lo que toca lo daña y hiede, la santidad en cambio, tiene grato aroma de perfume de vida que llega hasta el trono de Dios en los que se salvan, y olor a muerte en los que se pierden, 2 Corintios 2:14-17.
En Jesucristo dejamos de ser hijos del diablo para convertirnos en hijos de Dios, esto solo lo hace su gracia misericordiosa y gratuita, un regalo que muchos han distorsionado y extralimitado, hoy se predica una gracia barata, extrema e ilegítima con agregados de acomodos humanos, más allá de la verdad de Dios. La hipergracia o gracia exacerbada, corta, quita y cambia porciones bíblicas, torciendo el mensaje de salvación y mezclándolo con ideas y pareceres humanos salidos de corazones endurecidos, tercos, desobedientes y livianos, son fiera ondas del mar que espuman su propia vergüenza; son como estrellas errantes para los cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas, Judas 1:13.
Los propagadores de la hipergracia como si fueran dioses, liberan a sus seguidores del pecado y la condenación eterna, haciéndoles ver buenos con porciones escriturales, pasando del legalismo, a la hipergracia, y les aseguran que en Cristo son libres una vez y para siempre, hagan lo que hagan, que Él ya llevó el pecado pasado, el presente y el futuro, y que por lo tanto pueden vivir como quieran, son como serpientes que envenenan no solo la palabra, sino que matan las almas, escuchando doctrinas de demonios, pues en estos postreros tiempos muchos apostatan de la fe, y se han levantado para justificar su inmundicia, 1 Timoteo 4:1.
Hipergracia es contra la santidad, la confesión del pecado, el arrepentimiento y la pobreza de espíritu, pues una vez salvos, salvos para siempre y solo nos resta disfrutar la vida; según ellos no hay que dar cuentas de nuestra vida, pues Cristo ya lo hizo todo, lo cual va en contravía a la palabra de Dios, persiguen y atacan a los predicadores de sana doctrina; esta clase de gracia extralimitada lo único que trae es división, engaño espiritual, personas pecadoras amañadas y acomodadas a sus concupiscencias con permiso de libertinaje evitando el trato de Dios en ellos para su perdición. Lucas 9:23 y Mateo 16:24.
Es de lamentar, que muchos que probaron la pureza y la vida santa de la gracia divina, al escuchar a estos predicadores, empiezan a hacer cosas que nunca habrían hecho, no sienten el menor dolor ni arrepentimiento, a cambio, se amoldan a su pecado porque han caído de la gracia genuina. El engaño garrafal de esta doctrina hipermodernista dice que Dios perdona por adelantado, lo cual les da licencia para mantener una vida de perversiones evadiendo su responsabilidad ante el pecado, justicia y juicio que nos da el Espíritu Santo, estas herejías hacen creer a sus seguidos que su estilo de vida no afecta su relación con Dios, lo cual es totalmente contrario a la Escritura,  Pero sus iniquidades han hecho división entre ustedes y Dios, y su pecado ha hecho ocultar de ustedes su rostro…Isaías 59:2. Hagan morir, pues, lo terrenal en ustedes: fornicación, impurezas, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría, Colosenses 3:5.
Ellos aseguran que hagamos lo que hagamos, el Espíritu Santo ya no se entristece y que Dios nos perdona de inmediato, pues el Padre nos ve siempre perfectos y justos en su Hijo, y así no hay que preocuparse de lidiar con el pecado y la tentación, pues Dios no perdona a plazos pues ya nos perdonó y justificó para siempre en Cristo, pero la palabra dice: Si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad, 1 Juan 1:9.
La mentira de los predicadores de la hipergracia es que lo que peca es la carne y no el espíritu, por lo tanto Dios ve el espíritu, pues la carne que pecó desaparecerá en la tumba, Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,  Tito 2:11-13. Muy clara la palabra al expresar que debemos permanecer puros esperando a Cristo.
La gracia según Dios nos hace decir NO al enemigo del pecado con el cual luchamos a diario, Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionado la santidad en el temor de Dios, 2 Corintios 7:1. Dios hablando a las iglesias confirma esta gran verdad, haciendo distinción entre el pecado y la gracia con la necesidad del arrepentimiento, entonces, si Dios no viera nuestra pecado, ¿Por qué amonesta a las iglesias en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis?
Si tenemos una relación con Dios, tenemos una vida compartida con Él, por lo tanto, si pecamos decepcionamos y entristecemos al Espíritu, pero si somos verdaderos hijos de Dios, nuestra vida  diaria es un continuo arrepentimiento, así que todo lo que se predique contrario a esto, es simple y llanamente, ceguera espiritual  y dureza de corazón a causa del pecado consentido y cometido deliberadamente, Porque si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecado, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios, Hebreos 10:26-27.
La raíz de la hipergracia es el “yo entronado” ocupando el lugar que le corresponde a Cristo en nuestro corazón; la soberbia egolatría se ha levantado en la iglesia, es por eso que ahora hay predicadores en iglesias guy; ellos no han podido vencer su pecado sino que se han acomodado a él; ahora intentan alterar y reescribir las Escrituras, con su mente oscurecida y su corazón encallecido que les hace creer que su estilo de vida es "normal", se apartaron del bien, para dar licencia a la inmundicia; según ellos no viven en el AT, sino en el NT, su propio yo y su mentira superan a Dios y su palabra, por eso se rebelan crasamente, Pues habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido, Romanos 1:21.
Los predicadores de la hipergracia aseguran que Jesucristo murió y resucitó para darnos un mejor yo. ¡Qué locura! Ellos eliminan la realidad de que tenemos que agradar, complacer y dar cuentas a Dios. Aseguran que el peor error fue haber unido el AT con el NT, ignorando que la Iglesia de Jesucristo se fundó sobre la base de lo que enseña el AT, y que Jesucristo en todos sus mensajes confirmó la palabra dada a los profetas en la antigüedad y Él en su propia vida y cuerpo cumplió toda la ley y los profetas manteniendo una vida santa, intachable e irreprensible, mostrando en sí mismo la santidad, rectitud y pureza del Padre, No piensen que he venido a abrogar la ley y los profetas; no he venido para anular la ley, sino para cumplirla, Mateo 5:17.
La hipergracia predica que todos serán salvos, lo cual incluye entonces a satanás, porque para los predicadores de la gracia, no existe el infierno, Este es el súper engaño del final de los tiempos, lo cual hará que millones se pierdan como dice la Escritura. Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?...Hebreos 2:1-4.
Estos falsos y livianos predicadores hacen distinción entre el Dios, enojoso, cruel y castigador del AT con el Cristo del NT, olvidando que el Dios del AT es el Padre del Salvador del NT,  y que Jesús dijo: YO y el Padre, uno somos, Juan 10:30-33 y 15:7. Si ellos hablan de una gracia extrema con licencia para pecar, entonces ¿dónde están las palabras de Jesús cuando dijo que debemos tomar nuestra cruz y seguirlo? Mateo 16:24. Las enseñanzas y parábolas de Jesús son muy claras en cuanto a nuestra responsabilidad espiritual de ser santos, guardarnos del pecado y dar cuentas a Dios de la clase de vida que hemos vivido. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí, y todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, Romanos 14:12 y 2 Corintios 5:10.
Es urgente cimentar y fundamentar a las personas en la verdad del evangelio verdadero de Jesucristo para que se arrepientan y abandonen su pecado. Pero si la gente le da la espalda a Dios, van rumbo al abismo, porque la gracia de Dios está para perdonar los pecados del que se arrepiente y abandona su estilo de vida carnal y liviana; Cristo prometió ir con nosotros y guardarnos, si le creemos, guardamos su palabra y honramos su nombre con vidas santas. Solo así Él está a nuestro favor y nos da su paz, sin preocuparnos de sí morimos hoy o mañana. Porque el vivir es Cristo y el morir es ganancia, Filipenses 1:12.  
La verdadera gracia nos enseña a vivir vidas consagradas y rendidas a la santidad de Cristo. Por lo tanto, la espiritualidad como la vida diaria, requieren de nuestro esfuerzo, compromiso y empeño para mantenernos alejados del pecado. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que bueno, lo que es grato y lo que es perfecto. Romanos 12:2. (Vivir a la manera de Dios.)
La hipergracia enseña la biblia a medias, no en la totalidad de su contenido y su contexto, ellos están atrapados en la gloria de la gracia, han perdido la noción correcta de las Escrituras y no pueden ver ni apreciar las riquezas del AT que Jesús ratificó en sus mensajes. La doctrina de la hipergracia es como decirle a una persona que coma toda la basura que se le atraviese y que seguirá saludable y en forma. La santificación es clara en su concepto y definición bíblica, vivir apartados para Dios y ser santos, que te entregas a tu Creador y dependas de tu Salvador, siendo tratados, moldeados y perfeccionados por el Espíritu Santo, para un día ser glorificados junto con el SEÑOR, Pues la voluntad de Dios es nuestra santificación; que nos apartemos de fornicación ; y cada uno sepa tener su propia esposa en santidad y honor,  1 Tesalonicenses 4:3-4.
Santificación es un proceso que vivimos día a día hasta que Cristo vuelva o nos llame a su presencia. La pureza del evangelio nos confronta y nos impulsa a ser santos. Si pedimos perdón a los demás, ¿Cómo no vamos a pedir perdón a Dios? Si rendimos cuentas a otros semejantes, ¿cómo no vamos a rendir cuentas a nuestro Creador? No te engañes, Dios no puede ser burlado, lo que el hombre siembre en la tierra, eso segará en la eternidad, Gálatas 6:7.
OREMOS: Padre, arranca las escamas espirituales de muchos, que todos los que leen este mensaje sean liberados del engaño de satanás, que todo lo que haya sido agregado o quitado de tu gracia salvadora sea destruido; que toda contaminación y distorsión de tu palabra sea eliminado de los corazones y traídos a la gloriosa libertad y santidad por el poder de tu verdadera gracia. Abre los ojos y libéralos del error y la mentira, en el nombre de Jesús, Amén.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.