16 feb 2018

#47-PROCESADOS COMO OSTRAS PARA SER PERLAS



#47-PROCESADOS COMO OSTRAS PARA SER PERLAS PRECIOSAS EN MANOS DE DIOS.

El reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía y la compró, Mateo 13:45-46.

Las doce puertas, son doce perlas, cada puerta era de una sola perla; y las calles de la ciudad eran de oro puro, como cristal transparente. Apocalípsis 21:21.

En la antigüedad, especialmente en el medio oriente, las perlas eran consideradas cono tesoros maravillosos y muy valiosas, adquirirlas requería de mucho dinero y las perlas son muy deseables; el SEÑOR Jesucristo, compara el valor del reino de los cielos para el ser humano, como las perlas para un comerciante de joyas, Jesucristo el mercader divino, vino a  la tierra a buscar sus perlas preciosas, porque aunque estamos en el mundo, aún hay cosas buenas, vidas por las cuales Él apagó el más alto precio con su vida, sufrimiento, sangre derramada, muerte y resurrección. Él vino a buscar y rescatar lo que se había perdido. Lucas 9:10.

El divino mercarder Cristo vino a salvar y tomar para sí a los suyos, porque es el Creador de todo y debía recuperar lo que se había perdido y le pertenece pero el enemigo había robado, pero ¿cómo se obtienen las perlas preciosas? Sin Cristo somos como la ostra,  moluscos babosos y bivalvos sin valor; la ostra está formada de dos capas, asi nosotros somos naturaleza humana y espiritual; existen dos clases de ostras dependiendo del proceso que haya sufrido el molusco. Varían de tamaño, de color entre el negro y el blanco y su valor se determina en función de una forma deseable de esferas o lágrima perfectas para su precio final. Aunque el mundo está bajo el maligno, somos valiosos para Dios. 1 Juan 5:19.

Para obtener una perla preciosa, el molusco debe atravesar por un doloroso proceso, que es el resultado de una intromisión extraña; cuando la ostra es recién nacida y pequeña no tiene ninguna protección, por lo cual flota en el agua como si fuera una medusa, cuando se empieza a formar la concha, se hunde hasta el fondo del mar, y allí se adhiere a la roca para abrirse un poco, pero en ese proceso deja entrar minúsculos organismos indeseables junto con el plancton que le sirven de alimento, y junto con el agua que entra a la concha, se deslizan y se cuelan pequeños granos de arena que se alojan molestamente en el interior de la ostra. Sean sobrios y vigilantes; porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar...1 Pedro 5:8-9.                                                              
La ostra usa como mecanismo de defensa, la segregación de una sustancia viscosa y blancuzca, conocida como nácar, las células de nácar se activan generando capas y capas intentando con paciencia proteger el indefenso cuerpo de la babosa molusco, este mecanismo de defensa de la madreperla es lo que se va convirtiendo poco a poco en la valiosa perla, lo cual tarda entre tres y siete años. Descendí a la casa del Alfarero, y él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que hacía se echó a perder en su mano; entonces volvió e hizo una nueva vasija, según la pareció mejor hacerla...Y como el barro en manos del alfarero, somos nosotros en las manos del SEÑOR.Jeremias 18:3-6.

La ostra que no sufre ninguna afectación o herida de intrusos que hieren su interior, no podrá producir perlas, pues estas piedras son la evidencia de la cicatrización exitosa de la herida al interior de la ostra. Es decir, que las perlas son el resultado del dolor y las heridas que recibe el nácar y que han cicatrizado perfectamente, convirtiéndose en un compuesto de cristales de carbonato de calcio. Asi nuestra nuestra vida en Cristo es un proceso santificador donde sufrimos, nos dolemos, somos heridos, pero sanados en Cristo para ser vasijas de honra.El Alfarero tiene derecho de hacer lo que quiera con el barro, y del mismo barro puede hacer una vasija especial y otra común. Romanos 9:21.

Si en este lento y molesto proceso, la concha de la ostra alberga arcilla en vez de arena, ocasionará la ruptura de las capas y se producirá ácido sulfídrico almacenado en las cámaras de la concha descomponiéndola y produciendo un pestilente olor y finalmente la muerte del molusco, pero si las heridas que recibe el nácar cicatrizan y endurecen debidamente, en el tiempo preciso, su aspecto será reluciente y luminosa, su especial lustre y su simetría perfecta le darán el crédito de gema y perla de gran precio. En una casa grande, no solamente hay objetos de oro y plata, sino también de madera y de barro, unos son para honra y otros para deshonra. 2 Timoteo 2:20. El reino de los cielos es nuestra gran casa.

Este proceso de la ostra es muy parecido y cercano a nosotros, nada distante ni ajeno a nuestras vidas cuando estamos en Cristo. El SEÑOR nos procesa, nos pule, nos santifica y nos enseña paulatinamente con paciencia, Él utiliza el orden conque creó la naturaleza; esa es la razón por la cual nos comparara no solo con las otras, sino también con las águilas, las ovejas, el oro, las piedras preciosas, la hormiga, y el barro, etc., Dios es nuestro Padre que nos instruye , cortige y forma a través de procesos de amor, a veces dolorosos para que podamos entender y apreciar la vida espiritual y lo sobrenatural a partir de lo natural, emocional y físico. Así que, si ustedes me obedecen en todo y cumplen mis mandamientos serán mi especial tesoro sobre todos los demás pueblos; porque mía es toda la tierra. Éxodo 19:5.

¿Te han herido la actitud y las palabras de alguien? Te han causado dolor injustamente? ¿Has sido traicionado, maltratado, rechazado, herido y criticado negativamente? No temas ni te intimides, Cristo sufrió todo el oprobio y la verguenza nuestra para que lleguemos a ser su pueblo valioso, santo y testigo de su amor y su grandeza. Ciertamente Cristo llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores, y nosotros lo tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Isaías 53:4.

Todas las situaciones por las que pasamos a través de la vida, Cristo ya las sufrió en nuestro lugar, pero en vez de aprender de ellas, muchos albergan en el corazón, ira, enojo, queja, sentimientos negativos y pecaminosos de resentimiento, venganza y muchas otras emociones nocivas de pecado que los hacen heder como otra muerta, intoxicando con su manera de vivir, por no aceptar la reprensión y la corrección  de Dios con paciancia, humildad y amor no aceptando la prueba, ni perdonando al ofensor; pero cuando aprendemos a cubrir las heridas con el fruto del Espíritu, seremos como perlas preciosas en las manos de Dios, y nuestro estilo de vida y comportamientro será valioso a los ojos del Padre celestial, Como aroma agradable los aceptaré…Ezequiel 20:41a; Guarda mis mandamientos y vivirás, atesora mis enseñánzas y serás como la niña de mis ojos. Proverbios 7:2.

Como la arena en la ostra, en nosotros la arcilla del pecado y las heridas no sanadas nos contaminan el alma y nos enferman el cuerpo, y como las ostras nos vamos cubriendo de capas y capas de dolor y resentimiento que encallecen el corazón y nos enfrían el amor impidiendo que seamos hermosos y sanos, debido a los sentimientos malsanos que rompen nuestras defensas espirituales y corporales, quedando desprotegidos y recibiendo el daño, evadiendo el trato de Dios y como la ostra muchos pueden quedar vacíos en el procedo. Pero la porción de Dios es su pueblo, su heredad; los halló en tierra de desierto, y en yermo de horrible soledad; los atrajo a su alredor y los instruyó, los guardó como a la niña de su ojo. Como el águila que guarda su nidada, y revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, y los lleva sobre sus plumas. Deutetonomio 32:9-11.

Si edificamos la vida sobre la arena, entre las piedras y entre los espinos sin asirnos de la Roca, tendremos muchas obras inútiles y hallaremos ostras vacías, que fueron fracturadas y heridas en el proceso sin cicatrizar las heridas en el nácar de su corazón, no corregirnos y persistir en nuestros errores y pecado de rebeldia, hará que nuestra vida resulte vacía y sin valor entre los pedregales y los conflictos del mundo; tenemos que vencer el dolor de los espinos y la fractura de la frustración de las relaciones que salieron mal por falta de perdón y paciencia para renovarnos y llegar a ser tesoros para Dios y vasijas para su honra, busquemos primeramente hacer la voluntad de Dios, oremos y pidamos fuerzas y protección de Diós  

Lo mejor de proceso es que nuestro Dios y el Cuerpi de Cristo puedan hallar ostras llenas de amor, aferradas con humildad y docilidad a la Roca, deseando ser bellas y valiosas perlas de extraordinaria belleza. Anden en amor, así como también Cristo nos amó, y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma, Efesios 5:2.

Se quiera o no, es necesario ser procesados, moldeados, esculpidos y formados para alcanzar el carácter del Divino Mercader, y para ello requerimos ser pacientes, aceptar la voluntad y el trato del Alfarero y ponernos en el lugar del otro para comprendernos mutuamente, ser consolados en Él y sacar todo el dolor que los granos de arena del pecado y del mundo nos han dejado en el corazón; salgamos de la posición de simples moluscos y convertamonos en perlas y gemas preciosas para Cristo. Nuestro divino mercader busca las perlas de gran precio que Él compró con su sangre, Y serás corona de gloria en la mano de YHWH, y diadema de reino en las manos del Dios tuyo, Isaías 62:3.

Es nuestra decisión ser perlas valiosas de gran precio que se aferran a la Roca o ser cascarones de perlas tiradas en la arena llenas de cieno mal oliente en su interior. Definitivamente debemos ir a la cruz, mirar al Cordero doliente, aceptar su sacrificio, participar de ello y llenarnos de su presencia para cicatrizar nuestras heridas. Alegrémonos de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que tambien nos llenemos de alegria cuando su gloria se manifieste. 1 Pedro 4:13.
                            
Debemos arrepentirnos cada día, porque cada día podemos resbalar, vayamos a la cruz continuamente, y confesemos nuestras faltas al Padre, lavémonos con su sangre en un acto de fe para liberar el alma y ser sanos de las heridas que han quedado con el paso de la vida; seremos no solo perlas preciosas, sino que exhalaremos el olor fragante de Cristo en nuestra comunión con Él, y en la manera de relacionarnos y vivir. Seamos, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andemos en amor, así como Cristo nos amó y se dió así mismo por nosotros, en ofrenda y sacrificio al Padre, como fragante aroma. Efesiós 5:1-2.
                                                                      
Si somos hijos de Dios, salvados en Cristo y sellados con su Espíritu como su propiedad, no esperemos que el mundo nos trate bien ni que la gente nos reconozca sin darnos heridas, Dios es nuestro Dueño y para Él vivimos entonces nuestra vida debe ser, Como el olor del incienso que Cristo ofrece al Padre, y que se esparce tanto entre los que se salvan como entre los que se pierden. Para los que van a la destrucción, este incienso les resulta olor a muerte, pero para los que se salvan, es una fragancia de vida. ¿Y quién está calificado para llevar a cabo el trabajo de esparcir el conocimiento de Dios? 2 Corintios 2:14-17. Amén.    
                           
Este mensaje está basado en un sueño que tuvo una preciosa ministra del Eterno, en el cual el SEÑOR le hablaba acerca del proceso de sanidad por el cual sus hijos tenemos que pasar para que seamos gozo del Padre, y que hoy tengo el privilegio de compartirlo con todos los lectores del blog.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdaderovy servidora de su reino.