27 oct 2017

¿ADOLESCENCIA O JUVENTUD?

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¿DEBEMOS LOS CRISTIANOS USAR EL TÉRMINO ADOLESCENTE?


Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Eclesiastés 3:11.

Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven y que aún no han llegado los tiempos difíciles; porque ya vendrán tiempos en que digas:  No me trae ningún placer vivirlos, Eclesiastés 12:1.

En hebreo no existe una palabra que se refiera a adolescencia, lo que sí encontramos es naar, que se traduce como crío, niño, joven en temprana edad y proceso de madurez; adolescencia como muchos otros que se han hecho familiares en el vocabulario cristiano, tienen un sentido y trasfondo que ignoramos pero que están ligados al mundo y su ausencia de Dios, son términos que han atado y robado bendición al pueblo de Dios, vocablos que directa e indirectamente han interferido con el sentido de la verdadera vida cristiana; Dios nos creó únicos y perfectos como lo es Él, llamados para ser adoradores ciudadanos de su reino llevando vidas no solo naturales sino también espirituales, 2 Corintios 10:3.

Hemos sido salvados en Cristo para movernos con la sabiduría y la prudencia de Él en medio de un mundo que cada vez más reniega de su Creador, y aunque estamos aquí, NO pertenecemos ni vivimos conforme a la corriente del mundo, No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que es grato y lo que es perfecto, Romanos 12:2.

La palabra adolecer según el diccionario español significa, sufrir ciertos defectos, tener alguna carencia, padecer un vicio o una enfermedad, es decir que adolescente según la opinión humanista es alguien con defectos y falencias, que adolece de fortalezas y originalidad; en realidad un niño cuando pasa de la niñez a la adultez, enfrenta un momento en la vida en que le surgen preguntas que los padres deben estar listos a responder con sabiduría de Dios.

Pablo inspirado por el Espíritu Santo habla a los padres diciendo: Y ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino más bien edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor, Efesios 6:4. Es ahí cuando empiezan a surgir los problemas de identidad y pertenencia de los niños en el proceso hacia la adultez; sus padres y las los adultos que los rodean no tenemos el suficiente amor, conocimiento, prudencia, humildad y tiempo para dedicarles y responderles sus preguntas, aclarando sus dudas e inquietudes y crearles un ambiente de confianza y seguridad que los haga sentir tenidos en cuenta, amados, reconocidos e importantes; por eso se vuelven rebeldes, silenciosos y alejados de los mayores.

Dios mismo nos da ejemplo de tener en cuenta a los jóvenes en edad temprana de adultez, Él los ve capaces, con dones y fortalezas, como valientes talentosos que pueden ser usados para su gloria y sus propósitos; así los hizo con Samuel, Jeremías, Daniel, David, Timoteo y muchos otros que nos menciona la biblia, Y yo dije: ¡ah! ¡ah Señor YHWH! He aquí que, no se hablar, porque soy niño. Pero el Señor me dijo: No digas que eres muy joven, porque tú irás a donde YO te mande y dirás lo que YO te ordene, Jeremías 1:6-7…12.

El hecho de pasar de la niñez a la adultez, la persona no adolece ni carece de nada, sino que es algo normal a su edad, simplemente empieza a conocer y descubrir la vida desde la mayoría de edad, ya no con la simpleza y el desconocimiento de un niño, sino que su cerebro comienza a ampliar el sentido, significado y valor de la vida, y bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud, Lamentaciones 3:27, este texto nos amplía la visión del desempeño responsable que un joven debe empezar a tener frente a su vida y que el Nuevo Testamento nos confirma, Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza, 1 Timoteo 4:12.

Surge entonces la pregunta ¿Si Dios el Creador de todo formó y creó al ser humano como el sello de su gloria, ¿Pudo el Diseñador del universo hacer algo imperfecto y defectuoso? Definitivamente NO. Todo lo hizo hermoso en su tiempo, Él en el momento preciso, todo lo hizo perfecto; puso además en la mente humana la idea de lo infinito y lo eterno, aun cuando el ser humano no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que Él hará, Eclesiatés 3:11.

Estudiando la palabra de Dios, constatamos que sólo hay dos versículos en toda la Escritura que usa la palabra adolescente, Eclesiastés 11:9 y 10; soy una persona de 62 años y recuerdo muy bien que hasta los años 70´s, no se conocía ni se rotulaba a los jóvenes con el término “adolescente”, este apelativo se introdujo por la psicología con el educador y psicólogo, americano, Granville F. Stanley Hall en 1904 y éste aludía que la adolescencia era como un segundo nacimiento del ser humano, todo lo cual contradice la la palabra de Dios, ya que escrituralmente sabemos que el nuevo nacimiento o segundo nacimiento de toda persona, es cuando reconocemos y recibimos a Cristo como Señor y Salvador y no como dice la psicología y la ciencia humanista, Juan 3:3-5.

Reina Valera, hizo su primera versión en 1602, no obstante la que usa el término adolescencia, fue la realizada en 1960, años después de que Granville F. Stanley Hall acuñara el término en 1904. Observemos cómo lo tradujo la primera versión de la Reina Valera en 1602. Alégrate, mancebo, en tu mocedad, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos; mas sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios a juicio. Quita pues el enojo de tu corazón, y acepta el mal de tu carne, porque la mocedad y la juventud son vanidad. Eclesiastés 3:9-10 RVR. Y si vamos al diccionario de la Real Academia, mocedad se define como juventud, no “adolescencia. Si estudiamos la biblia la palabra usada aquí es muchacho, que se encuentra 56 veces, se menciona, 49 veces en el AT y 7 veces en el NT. Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Génesis 21:17. Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos peces pequeños; ¿mas qué es esto entre tantos? Juan 6:9. La palabra muchacho, hace referencia a un jovencito entre los 12 y los 18 años.

En los 80´s, puedo decir desde mi experiencia, empezó a coger fuerza el término adolescencia y adolescente, y tanto la ciencia como la modernidad reforzaron y marcaron hitos, mitos y ritos acerca de los problemas de las nuevas generaciones consigo mismos, la familia y la sociedad, llenándolos de tristeza, dolor, confusión e impotencia para guiar a los niños mientras pasan a la adultez; la verdad es que todos, como humanos, solo vivimos el ciclo vital natural y normal de crecimiento pasando de la niñez a la juventud, tiempo para el cual la palabra de Dios tiene el consejo perfecto, Joven, huye de las pasiones de la juventud, y busca la justicia, la fe, el amor y paz, junto con todos los que invocan al Señor con un corazón limpio, 2 Timoteo 2:22.

No somos impotentes como padres, maestros y conductores de nuestras nuevas generaciones como el mundo nos ha hecho creer, somos poderosos en Cristo para darles ejemplo, amarlos y guiarlos por el camino de lo recto, la verdad y la justicia. Es simplemente proveer de nuestra responsabilidad, afecto, conocimiento y tiempo con ellos para tener una juventud hermosa y activa en todos los campos de la vida, y lo escribo con muchas lágrimas,

Por su parte este concepto “adolescente” procede del latín adolescere, término que denota dolencia o dolor, tener o padecer un defecto; encenderse, llamear y arder para quemarse, término usado para referirse a las ofrendas y sacrificios rituales idolátricos en honor a los dioses paganos; conocer esto, es algo que verdaderamente me impacta viendo la rotulación problemática, de dificultad, confusión y carencias en la que nuestros niños y jóvenes han estado atados enfrentando dolor y sufrimiento desde hace décadas, A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeñitos que creen en Mí, más le valdría que lo hundieran en lo profundo del mar con una gran piedra de molino atada a su cuello, Mateo 18:6.

Se ha estigmatizado a nuestras nuevas generaciones a partir de la edad pre-juvenil haciéndolos víctimas dignos de lástima, considerándolos y recalcándoles carencias y debilidades que según el diseño de Dios no poseen, en vez de enseñarles acerca de su Creador, fortalecerles y reforzarles las cualidades y dones dados por Él, hemos generando en ellos rebeldía, aislamiento e independencia en vez de amor y sujeción a la autoridad, por eso ahora enfrentamos grandes problemas con la juventud mal enfocada, mal formada y mal llevada sin la sabiduría que proviene de Dios, esa es la razón por la cual Pablo dice a Timoteo que nadie tenga en poco su juventud, 1 Timoteo 4:12; tanto la familia como la sociedad se han encargado de denigrar y menoscabar el mejor momento del ciclo vital de todas las personas castrando todo su potencial, Dios nos perdone y tenga misericordia.

Los psicólogos y la ciencia humanista en general se han encargado de hacerle creer a los jóvenes, a las familias y a la sociedad que el paso de la niñez a la adultez es una etapa en la que se sufre por crecer, desarrollarse, salir del mundo infantil, adquirir responsabilidad y destrezas para pasar a formar parte de los mayores, haciendo de este proceso natural una crisis, cuando en realidad no les falta nada ni carecen de nada, simplemente están creciendo de manera normal de acuerdo a la edad; ésta no es una etapa traumática, sino una etapa natural de maduración por la cual Dios advierte: 
Padres, les escribo a ustedes porque han conocido al que ya existía desde el principio, les escribo a ustedes jóvenes porque han vencido al maligno, 1 Juan 2:13Si usan el término prejuvenil para el deporte, ¿por qué no usar pre-juventud en vez de adolescentes? Resultaría menos traumático y se cambiaría el comportamiento de todos, no solo mental, sino de actitud y comportamiento.

Entonces, si realmente somos espirituales guiados por el Espíritu de Dios, podemos decir con certeza que la ciencia humanista, expresamente la psicología,  ha atado a nuestras generaciones, enredándoles la vida y confundiendo sus almas, clasificándolos de conflictivos, rebeldes, llenos de dificultades, carencias y dolores, cuando realmente solo pasan por el desarrollo y crecimiento de un ser humano normal como nuestro Creador lo diseñó y que dice: ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar la palabra de Dios, Salmos 119:9.

Lo más triste de todo esto es que la misma consejería cristiana afirma la atadura de este término, usándolo en tratamientos psicológicos desde el punto de vista del mundo y no según Dios. Bíblicamente solo existen tres términos para referirse a los ciclos vitales de una persona: niñez, juventud y vejez lo cual es sabio y coherente con la esencia del mismo Diseñador que se manifiesta como Padre, Hijo y Espíritu Santo y que significa perfección divina en unión, aprobación y consumación, así como el ser humano es espíritu, alma y cuerpo, y un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente, Eclesiastés 4:12. Dios familia e hijos, harán una sociedad sólida, firme y fuerte en principios valores y virtudes, tomados de la mano de nuestro Diseñador divino, obedeciendo y viviendo su Manual eterno. A quien sea la honra y el honor por siempre.

Esto nos revela que al atar a nuestras nuevas generaciones con el término “adolescente” se les divide el alma, el espíritu y su vida, no solo consigo mismos, sino con su familia, la sociedad, y peor aún con su Creador, por lo cual les resulta difícil aceptar la vida espiritual en Cristo y aceptar a Dios como Padre para sujetarse a toda autoridad provocando en ellos un espíritu de rebelión que se originó y opera solo en satanás. Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se los manifestó… Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Él los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen, Romanos 1:19 y 28.

Dios ha hecho todo perfecto y todo sucede a su debido tiempo, solo que esa etapa de la infancia a la edad adulta, requiere de mayor amor, atención, dedicación comprensión y acompañamiento por parte de los padres para despejar dudas y aclarar ideas erróneas en un momento en que están abandonando su infancia para empezar a ser mayores; en este ciclo vital ellos ya dejan de pensar como niños para empezar a razonar como adultos, esa es la razón por la cual la Biblia enfatiza tantos consejos enfocados a los jóvenes en el libro de los Proverbios, Hijo mío, atiende a la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre, pues serán para ti un bello adorno; como un collar o una corona. Si los pecadores quieren engañarte, no se lo permitas, hijo mío! Proverbios 1:8-10.

Algunos dirán que esto no es importante, pero la Biblia en el original, en vez de adolescencia usa la frase temprana edadAlégrate, joven en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu temprana edad; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero debes saber, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita pues de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque los años tempranos de la juventud son vanidad, Eclesiastés 11:9-10-

En realidad el paso de niño a adulto llamado juventud es un proceso de cambios en el desarrollo normal, una nueva experiencia, no un traumatismo como nos han querido hacer ver y nos han venido acostumbrando a creerlo; Pablo lo expresa claramente, cuando dice: cuando yo era niño, pensaba como niño, razonaba como niño, pero cuando llegué a ser hombre, deje las cosas de niños, 1 Corintios 13:11-

Si la palabra de Dios solamente menciona niños, jóvenes, adultos y ancianos, entonces ¿por qué hemos de amoldarnos al mundo? No se conformen a este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su entendimiento, para que comprueben que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, Romanos 12:2. Hablemos palabra de Dios, usemos el lenguaje del reino, no el lenguaje del mundo que ata, trastorna y confunde, Poco después, los que estaban allí se acercaron a Pedro y le dijeron:-Seguro que tú también eres uno de ellos. Hasta tu manera de hablar te delata, Mateo 26:73.

Concluyo este comentario, diciendo que debemos empezar a llamar a nuestros niños, niños y a nuestros jóvenes, jóvenes para que eliminemos el lenguaje del mundo que ha marcado y atado el ciclo vital natural de nuestras amadas generaciones y empecemos a bendecirlos conforme a las palabras y el amor de quien nos creó y nos formó. Luchemos, trabajemos y hagamos algo por salvar, ayudar y bendecir a nuestros pequeñitos y a nuestros jóvenes. Bastantes desvelos y lágrimas nos han costado y nos siguen costando ellos. Ellos lo valen.

Mg. Myriam Elizabeth Hernández

Sierva del Dios vivo, real y verdadero