12 mar 2017

CORRAMOS BIEN LA CARRERA


CORRAMOS BIEN LA CARRERA DE LA VIDA,
RUMBO A LA META CELESTIAL

Queridos hermanos, permanezcamos firmes y constantes, nunca dejemos de trabajar más y más en la obra del Señor Jesús, debemos saber que nada de lo que hacemos para Dios es inútil, 1 Corintios 15.58.

Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. ¿No saben que los que corren en el estadio, todos corren por un premio, pero solo uno se lo lleva? Corran ustedes de tal manera que lo obtengan. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; los competidores del estadio lo hacen para recibir una corona corruptible, pero nosotros luchamos por algo que es eterno. Yo, por mi parte, no corro a ciegas ni peleo como si estuviera dando golpes al aire. Al contrario, someto mi cuerpo y lo obligo a obedecer para no quedar yo mismo descalificado después de haber enseñado a otros, 1 Corintios 9:23-27.

Así como en las carreras de atletismo los participantes deben estar fuertes y adquirir experiencia mediante el entrenamiento, nuestra vida espiritual en esta tierra es un continuo entrenamiento y adquisición de experiencia rumbo a la vida eterna, lo cual es un permanente proceso que reta nuestra fe y pone en juego nuestra espiritualidad todo el tiempo, ese es el peligro, pero junto al Divino entrenador eterno podremos ganar, 1 Tesalonicenses 4.

Nuestra carrera espiritual mientras estemos en este cuerpo mortal y en esta tierra, será una carrera peligrosa ante el enemigo que enfrentamos, dura ante la fortaleza que debemos mantener frente al mundo y el pecado, difícil ante la persecución de los malvados e incrédulos; continuamente estamos en peligro y es por la gracia de Dios que somos protegidos en Cristo. Solo siguiendo de cerca a Jesús podremos terminar bien la carrera de la vida, en obediencia a la palabra y sometidos al señorío del Padre, así podremos estar satisfechos y gozosos de haber hecho lo mejor, Romanos 8:28.

1. Corran de tal manera, que obtengan el premio, Santidad e integridad es nuestra meta del deber ser en Jesús y su santidad, Él pudo retar a los de su época para ver si alguno lo podía acusar de pecado, ¿Quién de ustedes me puede probar que tengo pecado? Y si pues, digo la verdad, ¿Por qué ustedes no creen lo que les digo? El que es de Dios escucha mis palabras; pero como muchos de ustedes no son de Dios, no pueden escucharme, Juan 8:46-47. Con Jesús es que nos podemos comparar para ser cada día más parecidos a Él.

En 1 Corintios 9 el apóstol Pablo también probó su apostolado con palabras que nos exhortan, nos retan y nos confrontan con nuestra manera de vivir la fe y la vida cristiana; habla de que debemos sufrir aún subordinando nuestros propios derechos personales por amor al Señor, a los perdidos y al evangelio.

No podemos andar sin rumbo por la vida, debemos correr con un objetivo definido, debemos tener una meta para alcanzar y un sueño por cumplir. Debemos correr firmes junto a Cristo siguiendo sus pisadas, Él nos ayuda a ser determinados, a tener ánimo y permanecer sin desmayar, alejados de todo lo que nos pueda hacer tropezar, sin mirar atrás, esforzados hacia lo que tenemos delante, Filipenses 3:13, en temor de Dios y nada del mundo,  Proverbios 24:21-22, Santiago 1.8.

La biblia es nuestra brújula, mantengamos un continuo espíritu de estudio bíblico profundizando en la palabra, Estudia constantemente este libro de instrucción de la ley de Dios y medita en él de día y de noche, para que obedezcas todo lo que él ordena. Así prosperarás y todo lo que hagas te saldrá bien, Josué 1:8.

2. El que corre de todo se abstiene, No podemos correr con peso encima, debemos abandonar todo lo que nos impida correr bien, porque tenemos muchos testigos que nos observan, Hebreos 12:1. Así como cada deporte usa su propio atuendo para desempeñarse bien en su oficio deportivo, nosotros como hijos de Dios debemos estar bien vestidos con el Espíritu Santo llenando nuestra vasija con su aceite, vestidos con la armadura de Dios en el poder del Espíritu; abandonando el pecado, la culpa, la amargura y la falta de perdón, descansados en Jesús, Mateo 11:28.

Nuestra carrera es como ir subiendo una montaña, donde anhelamos llegar a la cima, por lo tanto debemos mirar siempre hacia arriba, porque el Padre siempre quiere llevarnos a mayores alturas, porque el camino de la vida es hacia arriba para el entendido, Proverbios 15:24. Nuestra meta es arriba, por eso debemos mantenernos velando en oración, ejercitándonos en ello fervientemente, Por eso confiésense unos a otros sus ofensas, y oren fervorosamente unos por otros para que sean sanados, porque la oración de un justo tiene mucho poder. Santiago 5:16.

3. Corremos por una corona incorruptible, Tenemos que correr con los ojos puestos en Jesús para correr con paciencia pero seguros, Hebreos 12:1-2; no podemos flaquear, desmayar ni dormirnos en la carrera, porque podríamos quedar rezagados, si dejamos de mirar a Jesús podríamos hundirnos como le ocurrió a Pedro, por eso muchos abandonan su caminar cristiano y vuelven atrás, se debilitaron y no perseveraron mirando a su Salvador, sino que miraron alrededor. Solo mirando a Cristo podemos permanecer en la carrera, Si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro, Colosense 1:16.

Aunque tengamos que pasar por desiertos, lugares oscuros o quebradizos de dolor, enfermedad y prueba que hagan peligrar nuestro andar cristiano, parémonos firmes en la Roca que nos mantendrá seguros, porque solo Él nos infunde aliento Salmos 23:4 y 40:1-2. Seamos fieles mostrando obediencia a Dios, Pero tú debes permanecer fiel creyendo a lo que se te ha enseñado, sabes que es la verdad, después de todo conoces muy bien a quienes te lo han enseñado. Recuerda que desde niño has leído la biblia, y que sus instrucciones pueden hacerte sabio, para que aprendas a confiar más en Jesucristo y así seas salvo. 2 Timoteo 3:14-15.

4. No corro a ciegas ni dando golpes al viento, Vayamos a nuevos caminos, no tengamos temor de pasar por donde otros no han pasado, si tenemos que hacer camino, lo haremos con Cristo y bajo la instrucciones de su palabra, Proverbios 4:14-15; si queremos tener más territorio de avance, tendremos que ir a donde otros no han ido, arriesgar y tomar retos. Con Cristo es lindo empezar a andar por caminos nuevos, para eso debemos ser esforzamos y valientes, porque Él siempre hace cosas nuevas maravillosas, Isaías 43:19.

Una manera de correr seguros es practicar continuamente el amor fraternal sincero con todos, Ahora ustedes obedecen el verdadero mensaje de Dios, y Cristo los ha limpiado de todo pecado para que se amen unos a otros sinceramente, como hermanos. Así que, ámense mucho, unos a otros, con todo su corazón y con todas sus fuerzas. Dios les ha cambiado su modo de vivir. Ustedes han vuelto a nacer, no de padres humanos, que finalmente mueren, sino gracias al mensaje del evangelio. Y ese mensaje da vida y nada puede destruirlo. 1 Pedro 1:22-23.

5. Al correr golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, Para correr bien nuestra maratónica vida debemos morir como el grano de trigo mientras estamos prestos, listos y preparados para llevar el evangelio por donde vamos, Efesios 6:15, conociendo la palabra, viviéndola y enseñándola. Los que corren esta vida sin Cristo no tienen esperanza, van rumbo a una eternidad sin Dios. No podemos olvidar que nuestra testimonio y estilo de vida está siendo visto por otros y sirviendo de ejemplo, por lo tanto somos responsables de lo que vivimos frente a lo que predicamos.

Calzar el evangelio es ganar almas, sin perder ninguna oportunidad que Dios nos da, No me da vergüenza anunciar el evangelio. Gracias al poder de Dios, todos los que lo escuchan y creen en Jesús son salvados; no importa si son judíos o gentiles. Las buenas noticias de Dios nos enseñan que Él acepta a los que creen en su Hijo Jesucristo, y la biblia misma afirma que aquellos a quienes Dios ha aceptado y confían en Él, vivirán para siempre, Romanos 1:16.

Amados, no nos cansemos por favor, el que persevere hasta el fin, ese será salvo, nuestra fe cada vez hacerse más sólida y firme por la palabra y la comunión con Dios, recordemos que la vida pasa pronto y nuestra meta es el cielo, por lo tanto debemos cuidar esta salvación tan grande y que un día podamos oís a Jesús diciéndonos siervos fieles, sobre poco fueron fieles, sobre mucho los pondré, Mateo 25:23.

Oremos: Padre celestial te imploramos por sabiduría, fuerza y poder mientras estemos en esta carrera de la vida, para que podamos ser hallados aprobados y ganadores del premio celestial, ayúdanos a cumplir con tu Comisión, te suplicamos que prepares los corazones y las vidas de todos aquellos que han de escuchar, atender y recibir tu mensaje a donde Tú Amado Señor nos guíe, en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

La gran realidad es que muchos ignoran, que nadie podrá ir al cielo haciendo lo contrario a la palabra de Dios. No existe un sitio medio después de la muerte, así que ni misas ni oraciones ni ninguna otra cosa sacará de su lugar a los muertos. La única manera de ser salvos es a través de Jesucristo, y es mientras vivimos que decidimos creerle y recibirlo como SEÑOR y Salvador, con Él decidimos ir al cielo, sin Él, muchos irán al infierno porque siguen haciendo los que les da la regalada gana, se gozan haciendo su propia voluntad dejando a Dios a un lado y viven en vanidades ilusorias y temporales, dándole gusto a su cuerpo; así que, si no has tenido un encuentro personal con Jesucristo, lamentablemente te condenarás. Arrepiéntete, abandona tu pecado y vuélvete a Dios, entrégale tu vida y vive para obedecer su palabra llena de principios y virtudes que nos hacen responsables de sí mismo.

Mg. MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino