20 feb 2017

¡CUÁNTO NECESITAMOS A DIOS!



¡CUÁNTO NECESITAMOS A DIOS!

Atrapen las zorras, las zorras pequeñas que arruinan grandes viñedos en flor, Cantares 2:15
                                                                        
No temas, porque YO estoy contigo; no desmayes, porque YO SOY tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicias, Isaías 41:10.

Fuimos creados para andar en la presencia de Dios, apartarnos de Él crea un gran vacío espiritual que destruye toda nuestra vida. La ausencia de Dios en la vida del ser humano es lo que lleva a los vicios que encarcelan y el sexo torcido y fuera del orden de Dios que corrompe el alma. Los creyentes quizá no caigan de esa manera pero crean dependencia de sus labores, sus estudios, sus amigos, etc, dejando a Dios de lado, Moisés entendía muy bien cuánto necesitaba al Padre, por eso dijo: Si tu presencia no va conmigo yo no iré, Éxodo 33:15. Ser conscientes de la presencia de Dios y caminar en y con su presencia, desde la mañana hasta la noche, es nuestro seguro de vida y bendición.

El verbo sustentar en hebreo es saad, significa tener un fundamento firme que nutre, sostiene, sujeta, alimenta y hace crecer fuerte el árbol desde la raíz; de igual manera toda nuestra vida se sustenta y soporta firmemente, solo en Dios, sus poderosas y tiernas manos no solo nos sostienen sino que nos alimentan y consuelan, Tú, Señor, eres mi todo; Tú me colmas de bendiciones; mi vida está en tus manos, Salmos 16:5.

Necesitamos entender cuán valiosa e importante es la presencia de Dios en nuestro diario vivir, fue por eso el Eterno se manifestaba a su pueblo en la nube de sombra del día y la columna de fuego en la noche. Necesitamos examinarnos diariamente para descubrir cuán necesitados somos de su presencia para fortalecer nuestra fe y confianza en el Amado y no rayar en la desobediencia y la soberbia en que cayó Saúl. Y el Espíritu del YHWH se apartó e Saúl, y lo atormentaba un espíritu malo de parte del Eterno, 1 Samuel 16:14

En realidad, no podemos pasar un segundo sin Dios ni un día sin examinarnos para conservar nuestra santidad. Si somos cristianos, no podremos crecer en espiritualidad y dependencia de Dios, ni ver respuestas a nuestras oraciones, ni solución a nuestros problemas, reconozcamos: ¡cuánto necesitamos a Dios! He aquí, Dios es grande, y nosotros no lo conocemos, Job 26:26.

En las áreas que creemos ser más fuertes es quizá donde necesitamos más a Dios, la autoconfianza hace que nos descuidemos y muchas veces el enemigo entra sutilmente a robar, matar, sin darnos cuenta nos hemos debilitado en la fe, y de pronto el alma se siente vacía sin saber por qué, El Señor está con ustedes, si ustedes están con Él. Si ustedes lo buscan, lo encontrarán, pero si lo abandonan, Él también lo abandonará, 2 Crónicas 15:2.

Requerimos continuamente fortalecernos en la Roca de los siglos, Él siempre está atento por más pequeñas o simples que parezcan nuestras necesidades; todos los días no tenemos el mismo nivel de fe ni la misma fortaleza, Busquen al Señor y su fuerza; busquen el rostro del Señor continuamente, 1 Crónicas 16:11.

En estos tiempos de peligro y aumento de la maldad debemos estar ligados en cuerpo, alma y espíritu a la poderosa persona del Espíritu Santo, necesitamos recordar sus promesas permanentemente y confiar en Jesús todo el tiempo; solo en Él encontramos refugio seguro, Él es nuestra torre fuerte, y razón única para vivir sin dudar, Él no se duerme como nosotros solemos hacerlo. En Ti confían los que conocen tu nombre, porque Tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan, Salmos 9:10.

La presencia del Eterno está dentro de nosotros en la persona del Espíritu Santo, y Él nos mueve a lo perfecto de Dios cuando tenemos los sentidos ejercitados en Dios, pero cuando apagamos el Espíritu corremos grandes riesgos porque perdemos la tranquilidad y la seguridad; actuamos por nuestra propia cuenta, olvidándonos de consultar al Señor, eso obstaculiza nuestras bendiciones; nos volvemos fluctuantes; en hebreo es tamid  y significa tambalear continuamente; esto nos advierte y nos hace ver que somos vulnerables todo el tiempo debido a la naturaleza humana y carnal, Mantengamos firmes, sin fluctuar en la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió, Hebreos 10:23.

¿Cómo demostramos que somos cristianos genuinos si no tenemos certeza de fe, firmeza de espíritu y dependencia del Señor cada vez que respiramos? No podemos vivir ni estar sin Él ni un solo instante, entender esto es lo que nos ayuda a ser hijos obedientes, Jesús lo advierte en Juan 15:5 que separados de Él nada podemos hacer. Y es lo que muchos no han querido entender, por eso reinciden y caen.

Nuestra dependencia a la presencia de Dios debe manifestarse todo momento, si actuamos solos, el enemigo se dará cuenta y vendrá en contra para hacernos caer y fallar; cuando Jesús dijo que separados de Él nada podemos hacer, se refería a que nada apropiado, bueno y sabio podemos hacer por nuestra propia cuenta; la dependencia en su presencia es fe práctica, No te apresures en salir de la presencia del Rey, ni persistas en las cosas malas; porque Él tiene el poder para hacer todo lo que quiera. Pues la palabra del Rey es con autoridad, y ¿Quién le dirá: qué haces? Eclesiastés 8:3-4.

Sin fe es imposible ser cristianos genuinos y mucho menos discípulos y soldados de Cristo para arrebatar las almas del mundo y traerlas a su reino, Él que quiere ver maravillas debe vivir fe dependiente, yo también sé que les irá bien a los a Dios temen ante su presencia, Eclesiastés 8:12b.

Por lo general buscamos a Dios cuando estamos enfermos o tenemos una necesidad muy grande, esa es la clase de cristianos de los que está llena la iglesia: buscan a Dios, se arrodillan, lloran y oran cuando están hasta el cuello y necesitan un milagro, algo grande y urgente de parte de Dios. Debemos ser coherentes y consistentes con nuestra fe, si en verdad amamos a Dios. Nuestra confianza en Dios se manifiesta desde los detalles y pequeñas cosas que hacemos diariamente; Él siempre nos ve, nos oye, nos habla y nos bendice, por eso dice: YO sé todo lo que haces…Apocalipsis 2:2.

Dejemos ya la independencia de Dios y la tibieza en la fe para reconocer ¡Cuánto necesitamos a Dios! Independizamos de Dios es una tragedia, nos convertimos en nuestro propio dios, por eso muchas respuestas no llegan, milagros no se ven pero si abundan los problemas; nuestro amoroso y sabio Dios quiere que nos abandonemos en su regazo y nos mantengamos adheridos a Él. Rechacemos esos viejos y gastados hábitos de imaginar que para levantarnos, salir y entrar no necesitamos a Dios, no sigamos equivocados, Jesús lo dijo claramente, el que permanece en Mi y YO en él, ese lleva mucho fruto, Juan 15:5. 

No somos omniscientes ni tenemos las fuerzas suficientes para hacer todo bien sin Dios. Salir de la presencia de Dios es como estar muertos y no podemos dar fruto, Él Señor es quien da el crecimiento. La vida espiritual en la presencia de Dios se manifiesta en las oraciones, en las acciones, en las palabras y en las actitudes que dan testimonio de nosotros, Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán, Ezequiel 34:26.

Cuando reímos, cuando vamos de un lugar a otro, debiéramos decir, muchas gracias Padre por todo esto que nos permites hacer, pero hacemos lo contrario ignorando al Señor de los detalles, a nuestro Ayudador maravilloso. Lo hemos estado dejando de lado, por eso no avanzamos como es el plan de nuestro Hacedor para sus hijos, muchas bendiciones que Dios nos ha prometido no nos han alcanzado. Reconozcamos urgentemente: ¡Cuánto necesitamos a Dios!

Necesitamos al Señor aun para bañarnos, ¿cuántos han resbalado en el baño y han muerto? Dios es indispensable para todo, reconozcamos que Dios está a nuestro lado y hablemos con Él mientras hacemos cada cosa; es increíble, pero incluso para saludar y entablar una conversación con alguien necesitamos a Dios para hallar gracia e impactar a alguien con su palabra, un mensaje propicio, perfecto y apropiado para el momento.

Necesito a Dios mirando a un lado y a otro para huir del mal y no hacer movimientos en falso que nos causen algún dolor, daño o torcedura. NO pasemos por alto a Dios, no nos atrevamos a decir que servimos a Dios si no lo reconocemos a cada instante. No tener en cuenta a Dios es cederle terreno a satanás para que nos azote, nos haga tropezar, nos robe y nos haga toda clase de males, creo que a esto se refiere el apóstol cuando escribe: Sométanse a Dios, resistan al diablo, y el diablo huirá de ustedes, Santiago 4:7.

Entreguemos todas las áreas de nuestra vida al gobierno y soberanía del Eterno Rey y no nos sigamos acomodando a nuestra voluntad y a la maldad de nuestro corazón; cerremos todas las puertas que hemos abierto al mal. Ahora puedo entender muchas cosas, cuando me siento a trabajar, cuando permanezco un buen tiempo de pie, comienzan los dolores y parece que todo se confabulara en mi contra y no salen bien las cosas: lo estoy haciendo sola, me olvidé de mi Amado Dios, no los invité ni le di gracias. Allí donde no cuento con Dios mis fuerzas son cero, yo no puedo controlar mi cuerpo, pero Dios si puede tomar el control de todo lo que ponemos en sus manos.

En repetidas ocasiones expresamos muchas cosas sin invocar a Dios, pensamos, hablamos y actuamos sin damos cuenta que necesitamos a Dios; lo necesitamos desde que nace la intención hasta que culmina la acción, porque satanás vez tras vez nos estorba, nos impide orar, alabar, adorar, hablar con Dios y obrar. El Señor permitirá muchas cosas hasta que entendamos ¡cuánto lo necesitamos!

Dios sigue buscando quién se ponga en la brecha, adoradores en espíritu y en verdad, que no lo ignoren que le consulten continuamente y dependan de Él como verdaderas ramas ligadas al Árbol, aún para ponernos a favor de otros, el proverbista dijo: Atrapen las zorras, las zorras pequeñas que arruinan grandes viñedos en flor, Cantares 2:15. Así como necesitamos a Dios para las grandes cosas, también lo debemos hacer partícipe de los detalles. Cuando el doctor diagnostica una enfermedad terminal, gritamos, lloramos y pataleamos porque nos desesperamos, pero muchas veces no corremos a Dios, cuando el doctor dice que es algo que se puede tratar, no hacemos a Dios partícipe ni le damos gracias. Hasta que entendamos ¡Cuánto necesitamos a Dios!

Es tiempo de acabar con las tibiezas y la mediocridad de una vida de religiosidad para empezar a vivir como verdaderos hijos, discípulos y amigos de Dios, desarrollando una actitud de dependencia a Dios, 24/7 así como respiramos. Es imperativo permanecer ligados a Aquel que nos conoce al dedillo y ve todo lo que rodea nuestra vida. Lo pequeño, sencillo y simple sucede todo el tiempo, pero las grandes situaciones, lo complejo y difícil suceden ocasional y paulatinamente, evitemos grandes crisis orando anticipadamente en dependiendo a la presencia de Dios.

Si nos renovamos a este nivel de espiritualidad, la fe se manifestará ante nuestros ojos; veremos respuestas, milagros y maravillas que sucederán e iremos de poder en poder y de victoria en victoria en Cristo.
                                                                                                   
Aún antes de sentarnos en la cama, ya debemos mirar a Dios, cuando tumbemos la cabeza en la almohada meditemos en Jesús hasta que quedemos dormidos. Porque he aquí, no se adormecerá ni se dormirá el que guarda a su pueblo, Salmos 1212. Dios vela por nosotros 24/7 y nos habla todo el tiempo, ¿por qué nosotros lo ignoramos? Porque Tú guardarás en completa paz, a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado, Isaías 26:3.

Nuestras armas no son carnales, sino espirituales y poderosas en Dios para la destrucción de fortalezasEfesios 6:10Él abrirá los cielos, te enviará su buen tesoro y te mostrará el camino de la bendición. Abrirá el Señor para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tus manos; y tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado, Deuteronomio 28:12.

Cuando estemos ligados a Dios al 100%, empezaremos a vivir los momentos más maravillosos, aún en los días grises, tendremos una vida llena de contentamiento, de bendiciones y vida abundante; en ese momento descubriremos que podemos hacer lo que Dios dice que podemos y somos lo que Dios dice que somos. Cuando no olvidarnos de la presencia de Dios miramos a alguien sin darnos cuenta que ellos necesitan oír de Jesús, por eso Él dijo; que somos ciegos guías de ciegos y cayendo todos en el mismo hoyo, Mateo 15:14.

¡Oh Dios mío, abre mis ojos para ver lo que Tú quieres que yo vea y a quién quieres bendecir! Mucho de lo que hacemos es solo nuestra elección, pero Dios debe ser el centro de nuestra acción.¡Cuánto necesitamos a Dios!

Padre yo quiero ser como Cristo, ayúdame a no volver a ignorarte jamás, sino a tenerte en cuenta en absolutamente todo en mi vida, así como respiro, vivo y me muevo en ti, en el nombre de Jesús, Amén.

Mg. MEHC, sierva del Dios vivo, real y verdadero.