2 feb 2017

LECCIÓN #12-LA COMUNIÓN-DISCIPULADO A LAS NACIONES



LECCIÓN #12. LA COMUNIÓN CON DIOS ES LA RELACIÓN MÁS BELLA

Fiel es Dios, por lo cual fuimos llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor, 1 Corintios 1:9.   Su comunión íntima es con los justos. Proverbios 3:22b.

En el mundo actual absorbido por la tecnología y la mucha ocupación, puede sonarle extraño y hasta raro a muchas personas hablarles de la comunión con Dios, porque desde tempranas horas de la mañana y hasta horas avanzadas de la noche andan corriendo de un lugar a otro preocupados por las necesidades materiales, al tal grado, que hasta de dialogar y compartir con sus seres amados se han olvidado.

La comunión es el trato familiar y amistoso entre dos o más personas cercanas en que comparten juntas beneficios y experiencias personales participando del compañerismo que les permite tener espacios de diálogo y reflexión para cumplir encargos, intercambiar experiencias y deberes  estrechando lazos de integración y colaboración mutua.

La palabra hebrea para Comunión es Ejad, significa unidad y vínculo en una entidad compuesta por dos o más personas que permanecen mutuamente unidas por lazos de afecto; Beiajat es la conexión estrecha e íntima con Dios en la medida que lo conocemos y llegamos a ser sus amigos más cercanos; entre más tiempo pasemos con Dios y permanezcamos en su presencia, llegaremos a saber cómo piensa, que le gusta y cómo obra; por lo tanto, nuestra estrecha amistad con Dios logrará que vayamos alcanzando la mente de Cristo, a la vez, que crecemos en su carácter y estatura, espiritual 1 Corintios 2:16; en griego comunión es koinonia y alude a mantener activos los vínculos del compañerismo entre los miembros de un equipo, en este caso la comunión seria el compañerismo y fraternidad entre los miembros de cuerpo de Cristo.

En español comunión es compañerismo, amistad, unidad, intimidad, confidencialidad, inseparabilidad, privacidad, concordia, camaradería, conformidad y armonía entre dos o más personas que se guardan gran afecto y confianza. Al aplicarlo a la vida del creyente, la comunión es una amistad familiar y estrecha con su Creador en una relación personal prioritaria; es la causa primera y razón de ser de nuestra vida con el Señor.

Tener compañerismo con Dios nos permite al mismo tiempo, disfrutar de buenas relaciones con la familia, los vecinos, los compañeros de trabajo y estudio y con los hermanos en la fe mediante la reciprocidad, fraternidad, amabilidad y buena voluntad. Amar a Dios y obedecer su palabra nos lleva a pasar tiempo con Él, tambien cuando oramos, leemos la biblia, meditamos en ella durante el día y cuando nos alejamos de la multitud para adorarlo y alabarlo solos tú y Él.

Con base en la experiencia personal puedo decir que la más importante y valiosa relación de amistad que puede tener una persona es la comunión con nuestro Dios, tener amistad con el Creador es la mayor riqueza que un hijo de Dios debe cultivar y cuidar. Nuestra perfecta relación de hijos es permanecer en Jesús, llenarse continuamente de su Espíritu y apasionarse por estar en su presencia obedeciendo su Palabra, ese es todo un deleite diario de comunión.

La comunión con Dios es el estilo de vida más hermoso que podemos disfrutar. El alma humana con espíritu resuelto está en constante búsqueda del rostro de Dios y dependencia agarrados de Él, esa amistad íntima con Dios se manifiesta en un permanente deseo por agradar al máximo a Aquel que nos formó y nos conoce desde el vientre de nuestra madre. Amistad con Dios es amarlo, es negarnos a nuestros intereses personales para priorizar los de Él. Comunicarnos con Él es una necesidad urgente cada día para estar seguros sin salir de su presencia. “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto”, Salmos 25:14.
En la tradición sin Cristo, se habla de hacer la primera comunión, pero hoy podemos afirmar con base en la Palabra, que no hay tal cosa; la primera comunión del creyente es cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón como Señor y Salvador y arrepentidos nos rendimos a Él para empezar una vida nueva. Es desde ese momento que empezamos a tener amistad y compañerismo con Dios a través de Jesucristo, en una permanente actitud de pureza muriendo a nuestros deseos y pasiones para siguir el ejemplo de vida de Jesús.
La verdadera comunión con Dios sólo es posible por el Santo Espíritu, Él nos revela al Padre y al Hijo en la medida que crece nuestra entrega a Dios mediante la oración, la alabanza, la adoración y el estudio de su Palabra.  Si tenemos comunión con YHWH podremos reflejar y ofrecer el amor genuino a todas las personas, porque la amistad con Dios nos obliga en impulsa en un afecto entrañable que no discrimina sino que acepta y ve en cada uno el rostro de Dios primando la necesidad del otro. “…Con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;  no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.” Filipenses 2:3-4.

En nuestra comunión con Dios compartimos con Él cosas íntimas, cosas que ni siquiera compartiriamos con quien más decimos amar y tenemos cerca. Nuestra comunión con Dios  no solo afirma nuestra fe en Cristo donde Él es el centro de nuestra vida, sino que esta hermosa relación espiritual, única y exclusiva, repercute en justicia y equidad entre Él, yo y un tercero. Es así como cultivamos principios y valores de verdad y justicia en la convivencia pacífica. Crecemos progresivamente profundizando en el diálogo y la comunicación responsable mutua, en rectitud, honestidad, libertad y confianza; al mismo tiempo fomentamos la integridad y nos apoyamos unos a otros como hermanos en el día a día, porque “la senda del justo es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.” Proverbios 4:18. 
Comunión con Dios es caminar himbro a hombro con Él, como caminó Enoc dedicado y consagrado amigo de Dios por 300 años, lo cual le mereció el privilegio de NO conocer la muerte, Génesis 5:22-24; el patriarca se interesó en agradar a su Creador, oírlo con atención y obedecer, Enoc fue diferente al común de los hombres de su tiempo, no compartió el estilo de vida del mundo, tomó conciencia de la seriedad de su relación con Dios, y se hizo enemigo del mundo y la carne, Santiago 4:4. Enoc confrontó al mundo, llamándolos al arrepentimiento para volverse a Dios, les señaló y denunció sus malos caminos profetizando el juicio divino, Judas 14. Enoc tenía muy claro que agradar a Dios es más que unirse, ligarse de corazón a Dios una y otra vez por medio de la fe y el compañerismo, Hebreos 11:5.
Otro gran ejemplo de comunión con Dios, está en Abraham, creyó a Dios, caminó con Él, hablaba con Él y le edificaba altares para adorar; Jesús lo afirmó a la gente de su época, Juan 8:56, por eso fue llamado amigo de Dios, Génesis 18:1-33, 2 Crónicas 20:7 y Santiago 2:23. Esto nos aclara que para una genuina comunión y amistad con Dios, es necesaria la fe y creerle lo que dice caminando junto a Él como si fuéramos uno, somos de Dios, entonces debemos ser sus amigos como lo expresó Jesús en Juan 17, Vs 6, 9, 11, 21, 23 y 26.
La dispensación de la gracia hoy nos permite acceso directo a Dios, porque en el AT se enfatiza que era sólo a través de los sacrificios de animales que el hombre buscaba congraciarse con Dios, Éxodo 12:2-13 y Levítico 1; 6:8-13; 8:18-21; 16:24. Ya en el NT y gracias a la obra redentora de Jesucristo, se abrieron las puertas de par en para conuncarnos continuamente con el Padre de manera personal a través de Cristo, Juan 15:13-15.
”Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” Romanos 5:10. Esta reconciliación mueve al hombre y la mujer de fe a mantener la comunión con Dios, lo cual imparte paz y seguridad a la vida cristiana. Colosenses 1: 21-22, fue así como Jesús nos acercó al Padre. La comunión con Dios implica despojarnos de la grandeza de la sabiduría individualista que ofrece el mundo para unirnos a Dios en humildad y rendición total mediante la práctica del amor incondicional.
La comunión íntima de Dios es para con los que le temen, esto quiere decir los que practican el respecto reverente al Señor, para hacer todo lo que a Él le agrada, no por temor a un castigo sino por amor a Él, ´Dios abomina al perverso pero ama tener comunión con los justos, Proverbios 3:32; comunión es disfrutar la vida nueva en su presencia dispuestos a servir. Salmos 37:4; Salmos 16:11. El compañerismo con el Señor es semejante a la relación entre el novio y la novia, la esposa y el esposo. “Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste tú que yo, y me venciste.” Jeremías 20: 7, es personal, íntima, estrecha, única y especial.

En nuestra comunión con Jesús no podemos pasar por alto que nos comunicamos con el amigo y el compañero perfecto, por lo tanto no podemos presentarnos delante de Él de cualquier forma, Levítico 10:1-3; debemos preparar el corazón en santidad, Dios merece todo honor con nuestro espíritu de autenticidad y rectitud para recibir revelación y unción y poder ser portadores de su presencia. El carácter del cristiano debe irradiar la vida del Padre, la pureza del Hijo y la gracia del Espíritu. Toda acción de fe es para gloria de YHWH y bendición de otros, no para vanagloria propia. Filipenses 2:2-8.

El amor verdadero anhela estar continuamente con la persona que se ama, que se atesora en el corazón y se mantiene en el pensamiento. Así que nuestra comunión con Dios debe ser una relación de romance y amistad genuina, sincera, responsable, de entrega, que une y mueve hacia mejores perspectivas de vida, Miqueas 6:8.

El Espíritu Santo que mora en el creyente, la biblia lo califica como tesoro en vasos de barro, Él es quien nos mueve a la comunión mediante la oración y el amor en la búsqueda continua del Señor, porque no hay amigo más fiel que Él; la respuesta humana a la amistad con Dios se refleja en sus frutos y la obediencia a sus mandamientos mientras menguamos diariamente, Job.22:21-23, en la totalidad de todas nuestras áreas vitales. Esa amistad celestial nos da autoridad para testificar a viva voz, la fidelidad, la grandeza y majestad de Dios, Lucas 10:42, permaneciendo a los pies de Jesús como lo hizo María.

La comunión con Jesucristo nos hace radicales ante el pecado y la maldad, se evidencia con pasos firmes de fe que proyectan sacralidad, solidaridad, bondad y madurez en sanas relaciones aún con los enemigos, Mateo 5:43-44, la amistad con el Eterno Dios nos hace incondicionales y desprendidos para acoger a las personas tal como son, tarea nada fácil de llevar a cabo sino por el Espíritu Santo, Juan 14:27.
Cristo espera cada día una respuesta de gratitud desde nuestro corazón. Cuidemos nuestra relación e intimidad con Dios, la primera y principal necesidad de nuestra vida es la comunión con Él, Filipenses 1:21.  Una vida cristiana próspera es aquella que depende completamente de Dios, así como necesitamos el aire para respirar, y como el sol envía su luz para dar vida, así es de indispensable la amistad con Dios.

“El secreto de andar con Jesús es tener la certeza de que yo no sé, pero Él sí. Y dios quiere que tengamos una relación con Él, mucho más íntima que por la simpleza de recibir sus regalos.”Oswald Chambers.



REFUERZO 12- LA RELACIÓN DE
UN HIJO DE DIOS

1. ¿Qué dijo el Señor Jesús en Juan 15: 4- 7?
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2. ¿Gracias a quien se puede producir la comunión con Dios? Filipenses 2:1-2.

3. ¿Cómo llamó Jesús a Judas a pesar de su traición? Mateo 26:50
4. ¿Con quién es la comunión íntima de Dios? Salmos 25:14. Y ¿cuál es el resultado de esa
    comunión?

5. ¿De qué nos hace partícipes la comunión con Cristo?  Filipenses 3:7.

6.  Andar con Dios es tener comunión con Él, ¿cómo la reflejamos? 1 Juan 1: 6-7.
7. ¿Con qué palabra se describe la comunión según Gálatas 2:9?

8. ¿A qué nos llamó Dios en 1 Corintios 1:9?

9. ¿Cuál es el deseo de Pablo en 2 Corintios 13:14?

10. ¿Cómo relaciona la comunión Hebreos 11:5?
11. Cuando se rompe la comunión con Dios, ¿cómo se recobra? Salmos 32:5,1 Juan 1:8-9
12. ¿Quiénes fueron amigos de Dios? Génesis 5:22-24 y 18:1-33.


13. Nombre los beneficios de nuestra amistad con Dios. Job 22:21-25?