30 ago 2016

FE SOSTENIDA EN DIOS Y SU PALABRA DE DIOS



UNA FE SOSTENIDA EN DIOS Y SU PALABRA DE DIOS

Por la fe alcanzaron buen testimonio los antiguos, por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron fila de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas y pusieron en fuga ejércitos extranjeros, Hebreos 11:1 y 33-34.

Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar. Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado, Salmos 119:49-50.

Siempre he sostenido y lo sigo haciendo, que la palabra de Dios es un verdadero ungüento que refresca el alma en todo tiempo, especialmente cuando estamos en angustia, desalentados y dolor, porque en todo momento necesitamos del SEÑOR, pero de su ayuda milagrosa requerimos cuando se agotan los recursos naturales y requetimos de lo sobrenatural, en Aquel que todo lo puede; en esos momento, especialmente los salmos, cintienen textos maravillosos que nos enseñan a orar, clamar y gemir ante Dios para saber entender y esperar en la palabra que Dios nos ha dado en toda la Escritura, esa palabra propicia y perfecta que deseamos escuchar y ver hecha realidad cuando tenemos el agua al cuello. Pacientemente esperé a YHWH, y Él se inclinó a mí; Él oyó mi clamor y me sacó del lodo cenagoso de la desesperación. Salmos 40:1-2.

Muchas veces que he estado en dolor y angustia, me acuerdo de los dichos de Dios, vuelvo a su palabra y en verdad he encontrado alivio y aliento para levantarme de las rodillas con fe, esperanza y nuevas furzas, para seguir luchando y saber esperar en la misericordia milagrosa de Dios. En esos momentos de crisis, de encrucijadas y tiempos de decisión, nuestra confianza en Dios es probada, pues la fe lleva implícita una acción de humillación y búsqueda de Dios para hallar respuesta, porque la fe sin obras es muerta, Santiago 2:17; pero también una forma de andar por fe es estarnos quietos en la presencia del SEÑOR para esperar y ver su mover, son esos momentos donde los recursos humanos se agotan, alzamos la vista, y no hay salida, humanamente hablando. Tengamos en cuenta que de acuerdo al tamaño de la palabra que Dios nos haya dado en un momento determinado, así será el tamañó de la prueba, con el fin de fortalecer nuestra fe y ver milagros y respuestas extraordinarias, mucho más abundantes de lo que imaginamos o pedimos al Padre, Efesios 3:20.

Estos dos versículos de Salmos 119:49-50, nos enseñan que debemos recordar las palabra de Dios, lo cual son juramentos hechos en su nombre, y que cuando nos fueron dados en la Escritura en algún momento de nuestra vida el SEÑOR ya lo ha hecho en su tiempo, para que se materialice en nuestra vida en el momento preciso. La respuesta de Dios, en muchos casos está basada en la validez y verdad de la palabra que ha salido de su boca para hacerla realidad cuando la recordamos, la creemos y las hacemos nuestras; muchas veces oramos suplicando la misericordia de Dios porque sabemos que solo su intervencion y su misericordia derramadas sobre nosotros podrán salvarnos y ver cumplido y solucionado lo que le pedimos, con cosas extraordinarias e increíbles, porque nuestra fe ha hecho que Dios actúe a nuestro favor. En Dios haremos proezas, y Él pisoteará a nuestros enemigos. Salmos 108:13

La fe en lo que Dios ha dicho para nuestro bien, es razón de regocijarnos en Él y amarlo; fe y creencia en Dios son un verdadero refrigerio que nos hace recrearnos en sus palabras en momentos de prueba y dificultad de la vida; a veces queremos salir corriendo y solucionar los asuntos, pero si recordamos lo que Dios ya ha dicho, esa palabra obra como un freno que nos ayuda a mantenernos quietos para seguir orando, llorando y suplicando su socorro y su pronto auxilio, lo digo por experiencia en situaciones de orden económico en que he acudido al Abogado y Ayudador perfecto, cuando estuve a punto de que me quitaran el techo de encima, fueron días sumamente tristes y angustiantes para mi, pues me iban a quitar mi casa, pero creí, clamé, fuí escuchada y liberada. Porque la salvación de los justos es de YHWH. Y Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. YHWH los ayudará y los librará. Los libertará de los impíos y los salvará, por cuanto en Él esperaron, salmos 37:39-40. ¡Qué extraordinaria es la palabra de Dios!

Cuando clamamos bajo circunstancias apremiantes y graves, es el momento de recordarle al SEÑOR las maravillosas palabras que nos ha asegurado como juramentos por honor a su nombre, porque en Él tenemos toda nuestra esperanza. Para ello debemos estar firmes en el SEÑOR como nuestro amado personal a quien obedecemos, seguimos y creemos, este estilo de vida de fe es algo que personalmente me ha ayudado a estar segura y confiada frente a pruebas muy duras; tomo las porciones bíblicas que el cielo siembra en el corazón cuando escudriño la palabra y las escribo, las pego en algún lugar visible, estratégico y las repito muchas veces, por eso el salmista pudo decir, No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad. Porque en tus juicios espero, Salmos 119:43. Esas verdades de bendición, instrucción y enseñanza que han brotado del corazón de Dios son para nuestra vida y son poder para hallar victoria y respuesta a nuestra necesidad. Aunque yo esté afligido y necesitado, YHWH pensará en mí. Salmos 40:17.

Jesús nos da una lección de fortalecimiento a la fe en el pasaje de la resurrección de Lázaro, después de mandar quitar la piedra del sepulcro donde Lázaro había sido enterrado, lo que el SEÑOR estaba haciendo, no solo era desafiando la obediencia de Marta, sino también la fe de todos los presentes. Porque al que cree, todo les es posible. Marcos 9:23.

Esencialmente el SEÑOR Jesús le estaba dando a Marta la oportunidad de poner toda su confianza y fe en acción, sobre la base de las palabras de Jesús y lo que Él representaba, era el momento de sembrar la semilla de mostaza para recibir un milagro grandioso, si es que en verdad creía en su SEÑOR y lo que acababa de decir. Dios no es como el ser humano; no miente ni cambia de opinión. Cuando Él dice una cosa la realiza. Cuando hace una promesa, la cumple, Números 23:19.

La fe de Marta estaba en la palabra que dice que resucitaremos en el día postrero, y como en muchas ocasiones en nuestra vida, es una fe teórica para largo plazo, es meramente una fe intelectual; Marta no estaba preparada para ver un milagro, porque la palabra de Dios muchas veces se queda fija en nuestra mente pero no baja al interior de nuestro corazón, por eso Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?

La fe de Marta debía tomar otra dimensión, la fe genuina del don, la que lleva de lo invisible a lo visible, de lo irreal a la innegable realidad de la vida activa. Nosotros como Marta necesitamos hacer una transición de la fe y entrar en la dimensión de lo extraordinario, confiando no por el razonamiento sino con el corazón, en espíritu y en verdad, Por eso les digo: crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán, Marcos 11:24.

Creer llega primero al intelecto sabiendo en quien estamos confiando, de igual modo la fe se hace firme y visible el milagro cuando sabemos quién es Dios; nos hacemos creyentes aunque no vemos a Cristo con nuestros ojos naturales pero sabemos lo que Él hizo en la cruz, pero la fe del milagro no se queda en el saber sino en la certeza de lo Dios es y puede hacer. Somos salvos porque hemos creído, recibimos a Cristo en el corazón porque tenemos la certeza de su existencia y sacrificio, y sin embargo nunca lo hemos visto. Así actúa la fe para obtener un milagro, por una decisión intencional de ansiar ver a Dios obrar en un momento urgente y apremiante donde no encontramos salida humanamente posible, Jesús les dijo a Tomás: ¡Crees porque me has visto! ¡Dichosos los que creen sin haber visto! Juan 20:29.

El paso siguiente es la entrega de nuestra voluntad a la voluntad del Todopoderoso Dios, ese paso de fe lleva a abandonar el corazón en las manos del Señor, a soltar la carga, a entregar la deuda, a depositar en Él el problema, rindiéndonos a Él  por completo y aceptando que nosotros solos no lo lograremos, sino que necesitamos la intervención extraordinaria de Dios, porque si en verdad somos hijos de Dios, vivimos por fe, no por vista, 2 Corintios 5:7.

El paso final es hacer propia la promesa que salió de la boca de Aquel que no miente, que lo creó todo, lo ve todo, lo conoce todo y todo lo puede, así abandonamos la lógica y nos lanzamos en sus brazos como un niño que tiene la certeza en su corazón, de que su padre no lo dejará caer. Este es el tiempo de echarnos en los brazos de Gigante Dios de amor, Él sigue teniendo el control de la barca, y es fiel con sus santos, Oseas 11:12. Y ya sabemos que la prueba de nuestra fe produce paciente espera, Santiago 1:3.             

Dios se complace en ser Padre  haciendo realidad su palabra dada a sus hijos, y Aunque afligido yo y necesitado, Abba Padre pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres Tú; Dios mío no te tardes. Salmos 40:17. Dios quiere que sepamos que Él siempre está pensando en ti y en mí, no hay día ni hora en que sus hijos no ocupemos sus pensamientos, y si hoy ha venido la aflicción y hay necesidad, no debemos tener miedo ni angustiarnos sobre manera, porque nuestro Todopoderoso Padre está pensando en ayudarnos, en socorrernos y liberarnos de todas nuestras aflicciones, porque el Buen Padre todo el tiempo piensa hacernos bien. Porque por la fe, hay héroes ante los ojos de Dios que alcanzaron sus promesas como nos enseña Hebreos 11.

Oremos: Amadísimo Papito celestial y amoroso Rey, hoy te pedimos que tus misericordias se sigan derramando sobre nuestra vida, nuestra familia y nuestra nación, fortalece y haz firme nuestra fe en Ti y en tu palabra y permítenos ver tus maravillas en este tiempo en que necesitamos tu dirección y tu consejo, en el nombre de Jesús nuestro Salvador, amén.


Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino