20 mar 2016

VENCEMOS EL MUNDO CON CRISTO


VENZAMOS AL MUNDO, UNO DE NUESTROS GRANDES ENEMIGOS

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre, 1 Juan 2:15-17.

Nadie puede servir a dos señores a la vez. Porque odiará al uno y amará al otro; será fiel a uno y del otro no hará caso. No pueden servir al mismo tiempo a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24.

No se amolden a este mundo, ni vivan según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que se transforme su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que es grato y lo que es perfecto. Romanos 12:2.

El mundo según las Escrituras es el conjunto de personas y cosas que existen sobre la tierra, en el ambiente físico, material y espiritual que nos rodea en este planeta. El mundo es el cosmos, las edades y los principados malignos en que se mueve la sociedad, los países, los gobiernos y su sistema mundial, que se oponen a la voluntad del Creador, adulterando, tergiversando y contradiciendo el diseño original y perfecto conque Dios creó a la humanidad y el planeta tierra. Y ¿de que le sirve a alguien, ganar el mundo entero, si pierde su alma? Marcos 8:36.

El mundo es todo lo que se mueve en contra del Santo y conspira contra su reino, contra su palabra y contra su pueblo, el mundo es nuestro enemigo porque es movido por el príncipe de la oscuridad que Jesús llamó príncipe de este mundo, satanás el archienemigo de nuestro Creador y Salvador. Antes de ser glorificado y ascender al cielo el SEÑOR dijo a sus discípulos: Ya no hablará mucho con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en Mí. Juan 14:30. Es importante distinguir tres formas en las que la palabra de Dios enfoca el término mundo:

1) La tierra, el universo creado por Dios para que habite la raza humana, Él es el que hizo la tierra con su poder, el que estableció al mundo con su sabiduría, y con su inteligencia extendió los cielos, Jeremías 10:12;

2) La raza humana compuesta por hombres y mujeres por quienes Cristo se sacrificó, Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, más tenga vida eterna, Juan 3:16;

3) También, mundo según la Biblia es el sistema de gobierno terrenal, manejado por seres que se oponen a su Creador y Salvador, sujetos y seres que manipulan y mueven las vidas y las naciones a su antojo y acomodo, para promover un estilo de vida sensual, materialista, llena de vanidad y futilidad y farsa, contrario al diseño santo, perfecto, espiritual y eterno de Dios; en otras palabras, el mundo es la raza humana caída, de soberbios ricos y poderosos que mueven gobiernos a su antojo para hacer lo suyo, sin ningún temor de Dios, gente que se confabula para hacer todo un conjunto de reformas, leyes y reglas geopoliticas, sociales y culturales que aprueban las bajas pasiones y el pecado en las masas que no respetan a Dios, pasando por encima de la vida, la verdad, la justicia, el orden y la libertad. Porque la gracia de Dios se ha manifestado trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos que debemos renunciar a la impiedad y a los apetitos mundanos, viviendo sobria y rectamente en este mundo, en el temor de Dios. Tito 2:11-12.

La Escritura nos advierte no amar al mundo y sus deleites, porque el mundo nunca se sacia de capturar la atención y el pensamiento humano hacia el mal, por eso se muestra amigable y facilista con la gente, en continuos e innumerables inventos, de la mal llamada ciencia y tecnología, no es que la ciencia y la tecnología sean malas, en sí mismas, sino que son manipuladas impíamente con el propósito de destruir el diseño original de la vida creada por Dios, desviando el camino, robando las almas y alejando a las criaturas de su Creador y Salvador, pero es el enemigo eterno de Dios y del justo, el que está detrás de todo, tratando a toda costa de impedir que amemos, sirvamos y adoremos al SEÑOR; el cruel apresa y arrastra las almas con diversidad de encantos y deleites mundanos, que son como vendas mágicas, que enceguecen, atrapan y apresan las almas para destruirlas en el infierno, por eso el mundo ofrece lo que le gusta a la gente, y toma como borregos para el matadero a los débiles esclavos de los deseos carnales, los deseos de los ojos y la vanagloria de este mundo.1 Juan 2:16.

Si amamos al mundo, aborreceremos a Dios, no podemos amar a Dios si tenemos el corazón en el mundo, deseando y aceptando lo que éste ofrece, si amamos la vida, aborreceremos las tinieblas que hay en el mundo porque son muerte. El Señor mismo nos dice qué cosas no debemos amar, No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. El que ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de ojos, y la vanidad no provienen del Padre, sino del mismo mundo…1 Juan 2:15-17.

El sistema del mundo es uno de nuestros más grandes enemigos porque es manejado por el adversario y el mundo es el taller donde fragua sus artimañas; pero los redimidos en Cristo estamos llamados a amar la tierra, el planeta que Dios creó, junto con las personas, todos necesitados de salvación; eso es lo que tenemos que valorar y cuidar, pero al mismo tiempo debemos aborrecer el sistema mundano que es anti Cristo; el mundo vive según las conveniencias y deseos viscerales de unos pocos que acumulan riquezas y mueven poder con sus influencias oscuras, pues no viven según Dios sino según su vientre, por lo tanto son enemigos de Dios y nuestros. El mundo se acabará junto con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1 Juan 2:17.

Los primeros humanos desobedecieron y se rebelaron contra el Creador, le creyeron más al diablo y le cedieron autoridad, poder y terreno al enemigo, desde ahí la raza humana nace bajo el pecado, Sabemos que somos de Dios, pero el mundo entero está bajo el maligno. 1 Juan 5:19; la gran mayoría de la humanidad esta separada de Dios, en tinieblas, bajo maldición y manipulación del ladrón y homicida desde el principio, porque el dominio que Dios había dado al hombre, pasó a manos del diablo y sus secuaces…En los que se pierden, el dios de este mundo, cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo…2 Corintios 4:4.

En el sistema del mundo, la gran mayoría de sus líderes, usan el entretenimiento, el comercio, los negocios, los medios de comunicación, la ciencia, la tecnología, las organizaciones mundiales, la política y la religión para mover la voluntad y las emociones humanas con engaño, produciendo ceguera espiritual. El mundo es manejado por gente vana sedienta de poder, que en su soberbia aborrecen a Dios, pero aman al dinero, la fama y la buena vida, cargados de ambición, avaricia, envidia, odio y muerte, sus pasiones pecaminosas han matado sus cinco sentidos, por eso nada los sacia, viven sin control ni temor de Dios, creando guerras, caos y desorden, enfrentando y dividiendo a las masas; no les importa la verdad sino la fama, blasfeman del SEÑOR como una fantasía y atesoran lo malo y torcido, opuestos a lo recto, envolvueltos en su maraña de maldad. Y aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. 2 Corintios 10:3.

El mundo natural está regido por esclavos del pecado, que se agradan a sí mismos y no a Dios, por eso vemos tanto mal, impiedad y perversión pero nada de justicia, pero su fin es la muerte. El mundo no reconoce a Dios ni le da gloria, porque se han envanecido en sus propios razonamientos y su endurecido corazón, en vez de ser sabios se hacen necios, Romanos 1:18-31. Este texto bíblico nos revela el estilo de vida del mundo que vive para el maligno, léalo en su biblia. La amistad con el mundo es enemistad con Dios. Los que se hacen amigos del mundo se vuelven enemigos de Dios. Santiago 4:4.

El príncipe del mundo ofrece al hombre natural poder, riquezas, posesiones, pasiones, honores terrenales, logros intelectualistas, prestigio social y una falsa libertad controlada por toda clase de placeres oscuros, todo lo cual es efímero y temporal. Muchos inseguros y débiles dejan a Dios porque el mundo les pone en bandeja cosas aparentemente gratis, pero al final tienen que pagar un alto precio: su propia vida y su salvación eterna, engañádos quedan presos y bajo el dominio del cruel que busca irse acompañado al infierno con todos los que se rebelan contra el SEÑOR de la vida, es por eso que el mundo odia a Dios y a su Hijo, Jesucristo. Pero nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevar después de muertos. Seamos agradecidos con la comida y la ropa que tenemos. 1 Timoteo 6:7-8.

El mundo farsante se enoja contra Dios porque Él les declara su maldad, los gobernantes sin Dios no se dan cuenta que pierden el tiempo haciendo sus propios e inútiles planes, las naciones que han alcanzado poder y riquezas del mundo hacen la guerra y sus gobernantes conspiran contra Dios, contra el pobre, contra el débil y contra los seguidores de Cristo, porque el mundo es zarandeado por el enemigo de la vida y la paz, él dirige la corriente de este mundo, manteniendo a miles como muertos vivientes presos en sus delitos y pecados y a merced de su tirana crueldad, que opera en todos aquellos que son desobedientes, esclavos de pasiones, haciendo su propia voluntad, llenos de ira, celos y envidias actuando según sus sucios y torcidos pensamientos y mal sanas intenciones, Efesios 2:1-3; ellos no duermen si no han hecho algún mal, y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno, Proverbios 4:16.

Gracias sean dadas al Padre por Jesucristo, que vino a salvar lo que se había perdido; Él conoce muy bien que el propósito del príncipe de este mundo, es alejar el corazón del hombre de su Creador, condenar las almas y evitar que los planes del SEÑOR se lleven a cabo sobre la tierra, es por eso que el mundo engendra incredulidad en la gente haciéndolos dudar de Dios, de Cristo y su palabra; viven sin ley, y les roba el tiempo con afanes, juegos malsano y torcido y en cosas que no aprovechan. ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre ustedes? ¿Acaso no son de sus pasiones, las cuales combaten en sus miembros? Codician y no tienen; matan y arden de envidia, y no alcanzan nada bueno; planean y luchan, pero no tienen lo que desean, porque todo lo buscan para gastarlo en sus deleites…Santiago 4:1-4.

Jesús vivió en el mundo y fue tentado en todo, pero vivió sin pecado y oró al Padre por sus seguidores antes de volver al cielo: No ruego que los quites de mundo, sino que los guardes del mal. Ellos no son del mundo, Juan 17:15-16. Los hijos de Dios vivimos en el mundo, pero no tenemos porqué imitar las costumbres ni conductas de este mundo, sino que debemos permitir que Dios nos transforme a la estatura y medida de Cristo.

Jesús nos advirtió que el mundo nos aborrecería, porque a Él lo aborreció primero; Él fue quien nos eligió por su gran amor, pero el mundo ama lo suyo, Juan 15:18-19; la sociedad mundana pretende que los principios eternos sean valores relativos tergiversando y rompiendo el orden divino, pero nosotros, los hijos de Dios morimos al mundo, nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado sea destruido, y no sirvamos al mundo sino que vivamos para el Salvador, Romanos 6:4, Solo el Hijo de Dios nos ayuda a vencer al mundo, que lo único que da es aflicción, roba la paz y lleva a la destrucción. Nada de lo que hay en el mundo, ni los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos ni la arrogancia provienen del Padre, sino del mundo. 1 Juan 2:16.

En medio de las asechanzas, amenazas y peligros del mundo, debemos proclamar el reino de Dios, es la orden y la misión, por lo tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Mateo 28:19. La obediencia a Dios, el fruto del Espíritu Santo y la santidad, nos darán la victoria y el privilegio de permanecer en santidad mientras estamos en el mundo esperando el rescate del Rey. ¿O no saben que los santos han de juzgar al mundo? 1 Corintios 6:2; el mundo no tiene futuro sin Dios, el sistema mundano, será reemplazado por el reino de Dios, este es el gozo que nos lleva a vencer al mundo…Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Padre y de su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos, Apocalipsis 11:15b.

Nuestra responsabilidad en el mundo y ante el mundo es la fe obediente y la rendición a Dios con una vida de santidad que venza la carnalidad y la presión del mundo, porque, si hemos resucitado con Cristo, debemos buscar las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra del Padre. Así que pongamos los ojos en las cosas del cielo, no en las de la tierra, Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. 1 Juan 5:4.

Cada pecado inimaginable se puede resumir en estos males: la envidia, la impureza sexual, la soberbia, el orgullo, la rebeldía y el egoísmo, de ellos surgen las demás maldades, pero estar en Cristo implica dejar atrás nuestros propios caminos y renunciar a nuestros propios deseos, ambiciones, y pensamientos, con los ojos puestos en el galardón celestial y la justicia divina buscando los tesoros del cielo, rompiendo con todo lo que es del mundo, pues somos ciudadanos del reino de Dios, y como tal debemos conducirnos, porque lo que es verdadero y valioso es lo eterno, no lo temporal; el mundo paraliza el crecimiento espiritual haciéndo inútil a muchos tontos. Una vez más el SEÑOR se dirigió a la gente, y les dijo: YO SOY la Luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrás la luz de la vida. Juan 8:12.

El perverso sistema del mundo nos aleja de la verdadera adoración a Dios, el ser humano está en continuo riesgo porque el mundo es una continua fábrica de ídolos, hay vulnerabilidad en los corazones que no están firmes en Cristo y su palabra, por eso se hacen ídolos de cualquier cosa, pues todo lo que no está puesto bajo la gloria del Padre puede convertirse en un ídolo, y amar al mundo es idolatría, 1 Corintios 10:1-14. Debemos ser cuidadosos y espirituales para discernir todo lo que compita con Dios porque los sentimientos son traicioneros. Dios nos ha entregado sus preciosas y magnificas promesas, para que escapemos de la corrupción que hay en el mundo, porque los malos deseos no tienen parte en la naturaleza divina. 2 Pedro 1:4. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesucristo es el Hijo de Dios? 1 Juan 5:5. ¡Amèn, Aleluya, santo, santo y santo!

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.