4 dic 2015

AYUNEMOS PARA QUÉ PARE EL MAL

AYUNEMOS Y PAREMOS EL MAL, AYUNEMOS COMO DIOS QUIERE 

El ayuno que a Mí me agrada, consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y que sueltes los nudos que aprietan el yugo; para que dejes ir libres a los oprimidos, y pongas fin a toda tiranía. Isaías 58:6.

 

Nosotros ayunamos y oramos a nuestro Dios para pedirle su protección, y Él nos escuchó. Esdras 8:23.

 

Ahora bien, afirma el SEÑOR, vuélvanse a Mí de todo su corazón, con ayuno llanto y lamento. Joel 2:12.

 

Cuando seguimos las instrucciones de Dios y actuamos como Él lo ordena y como a Él le agrada, es cuando en verdad vemos la gloria y el poder de Dios, no solo en nuestra vida, sino en la familia, la nación, la sociedad y el mundo; y debemos saber que en el ayuno hay poder y autoridad de Dios en nosotros, porque al separar tiempo para retirarnos a solas con Dios en oración y estudio de la palabra, privándonos de lo que más nos gusta para buscar el rostro de Dios en su presencia, deseando dirección y consejo de Dios, crucificamos nuestra carne. En todo ese tiempo no comí nada especial, ni probé carne ni vino, ni usé ningún perfume. Hasta que se cumplieran las tres semanas. Daniel 10:3.

 

En el ayuno acompañado de oración y estudio de la palabra hay gran poder, respuesta y cambios de parte de Dios porque satanás y sus demonios temen cuando los hijos de Dios, nacidos de nuevo buscan la verdad y voluntad del Eterno en ayuno purificador, porque Dios sale a impedir que el enemigo se salga con la suya contra nosotros, pues en ayuno nos santificamos para entrar a niveles superiores en el poder del Espíritu Santo. Ester envío a Mardoqueo este mensaje: Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo por mi parte ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, aunque vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco que perezca!  Ester 4:15-16.

 

Vemos en los capítulos siguientes cómo los judíos no solo fueron salvados de un genocidio, sino que Mardoqueo fue honrado y sobre los enemigos cayeron terrores de Dios para ser destruidos, porque se desató el poder de Dios a favor de Israel a través del ayuno y la oración que provocó numerosas cartas firmadas por Ester con el anillo real en defensa de los judíos y que ellos pudieran defenderse y tambien se celebró la Fiesta de Purin, llegando la paz; todos ayunaron y oraron procurando el bienestar de su pueblo, igual como se hizo en diversas ocasiones en tiempo de guerras en los jueces, cuando reyes y profetas consultaron al SEÑOR en ayuno, para saber si iban o no a la guerra, asi alcanzaron liberación y victoria de parte del SEÑOR. Todos los hijos de Israel vinieron a la casa de Dios; lloraron, se sentaron en l presencia de YHWH, y ayunaron aquel día hasta la noche…Y derrotó YHWH a los de Benjamín delante de Israel…Jueces 20.26-48.

 

Dios mismo diseñó el ayuno y lo entregó como herramienta espiritual a su pueblo, y con ayuno Él respaldó a Moisés, Daniel, Josafat, Ester, Mardoqueo, Nehemías, Esdras, a todo el pueblo de Israel y aun a la ciudad de Ninive; este ayuno sigue vigente hasta el último día en que estemos sobre la tierra, porque es herramienta de poder, respuesta y victoria donde Dios actúa a nuestro favor; del mismo modo, Jesús nos dejó el ayuno como una practica espiritual para este tiempo de gracia, Él mismo ayunó en el desierto 40 días con sus noches antes de iniciar su ministerio. El ayuno fue una continua practica entre los creyentes del primer siglo, porque ellos sabian de su poder, así buscaban, la dirección, el consejo y voluntad de Dios. Después que les asignaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado y ayunado, encomendaron a Bernabé y a Pablo al SEÑOR, en quien ellos habían creído. Hechos 14:23.


Y si los primeros creyentes provocaron grandes respuestas y victorias con el ayuno y la oración, también han existido grandes hombres de Dios que a través de la historia han provocado avivamiento y despertar espiritual con ayuno, oración y la palabra, contrarrestando el mal, porque ayunar es hacer morir la carne, rindiendo tiempo a Dios, privándonos de lo que más nos gusta, dando la batalla entre el espíritu y la carne, derribando al hombre viejo con la carne crucificada y nuestro espíritu avivado para que se levante el nuevo hombre, según Dios, cobrando valor el nuevo nacimiento porque el Espíritu Santo llena un corazón sincero y rendido ante el SEÑOR. Daniel 10:12.

 

Ayunando y siendo llenos del Espíritu somos santificados y el Espíritu Santo nos introduce a la adoración, alegrando y agradando el corazón del Padre, porque subimos como olor fragante ante su presencia, pues con ayuno y oración aprendemos a vivir en y por el Espíritu, manteniendo la carne y los deseos sepultados y sujetos al señorío de Cristo, y por la fe vivimos la palabra. Vivan según el Espíritu, así no obedecerán a los deseos carnales de naturaleza pecaminosa. Pues los deseos de carne son contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y estas cosas se oponen la una a la otra, y que no hagamos lo que se nos antoje. Gálatas 5:16-17.

 

Con el ayuno Dios le permite libertad a nuestra alma para romper cadenas que esclavizan el cuerpo y se levanta el espíritu para rendirnos al servicio de Dios, porque ya no somos nosotros, sino el Espíritu de Cristo en nosotros, activo y poderoso, dándonos el carácter de Cristo y determinándonos para ser verdaderamente nuevas criaturas que reflejan el poder de Dios mostrando al Gran Salvador; así es como el ayuno acompañado de oración y el estudio de la palabra se constituye en dinamita pura contra el infierno y armas poderosas contra las tinieblas y todo mal sobre la tierra, porque la carne muere y el cuerpo del guerrero espiritual se somete en humillación ante la presencia del Dueño del universo. Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre este asunto, y Él nos fue propicio. Esdras 8:23.

 

El ayuno nos da poder, autoridad y capacidad por causa de la unción del Espíritu que recibimos en la presencia de Cristo, porque mientras ayunamos Dios obra, asi vencemos a satanás en el nombre del SEÑOR Jesús, porque estamos bajo la nube de la gloria del Padre y nos movemos a su manera, pues no ignoramos las maquinaciones del maligno; y no fue solo por falta de fe, sino por falta de ayuno que los discípulos no pudieron echar fuera a un espíritu inmundo de un endemoniado…Esta clase de demonio solo sale con oración y ayuno. Mateo 17:21.

 

Los demonios conocen y respetan a quienes se someten y se humillan ante la presencia de Dios, pues antes de echar demonios con poder y autoridad, tenemos que aprender a someternos y humillarnos ante Dios, pues someternos es negarnos a nosotros mismos y morir a la naturaleza pecaminosa permitiendo que Cristo nos gobierne, y al ayunar afinamos los cinco sentidos para atender y obedecer al SEÑOR, haciéndonos sensibles a la voz del Espíritu Santo y la palabra; es por eso que lo que más debemos pedir al Espíritu Santo es que nos ayude a saber escucharlo, rindiendo y entregando toda nuestra vida a Él. Sométanse, pues, a Dios; resistan al diablo, y éste huirá de ustedes. Santiago 4:17.

 

El Espíritu no solo nos transforma, sino que nos fue enviado para ser ayudador, guía, y consejero que nos dirige con sabiduría de Dios a tomar decisiones importantes en la vida, para que se cumpla en nosotros la palabra de vida que nos lleva por el Camino, de la Verdad, la Vida, el orden y la justicia de Dios, que con su palabra como martillo y como espada de doble filo quebranta corazones de piedra y mentes incrédulas, consolidando así, en nosotros y por el ayuno, los propósitos de Dios para nuestra existencia. Cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los guiará a toda rectitud, porque n hablará por sí mismo, sino que hablará todo lo que oye del Padre, y les hará saber las cosas que han de venir. Juan 16:13.

 

Grandioso y poderoso es cultivar una vida de ayuno, oración y profundización en la palabra, porque nos convertimos en armas letales del cielo contra todo mal, instrumentos de gloria en las manos de Dios, y hasta podemos manifestar al Espíritu Santo en verdadera profecía; por experiencia y testimonio puedo ratificar que con el ayuno Dios nos da respuesta, se producen cambios en nuestro carácter, se cambian circunstancias y con poder y autoridad vivimos en santidad, porque aprendemos a amar intensamente al SEÑOR Jesucristo que se nos manifiesta, entonces no pecamos, por amor a Él; con el ayuno Dios nos consagra en su presencia. Pero yo, cuando ellos estaban enfermos, me vestía de cilicio; Humillaba mi alma con ayuno por ellos, y mi oración se repetía dentro de mi pecho. Salmos 35:13.


Ayunemos para cosas grandes y pequeñas, para proclamar sanidad y libertad en Cristo teniendo justicia en todo, para que no suframos por causa del error y las malas decisiones; yo suelo ayunar continua e intermitentemente por lo menos una o dos veces al mes, porque clamar en la presencia de Dios es un deleite para mi, y me alegro en su presencia, al ver cambios en la atmósfera que me rodea, a causa de la obra de Dios. Y publiqué ayuno allí junto al río Ahavá, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de Él camino derecho para nosotros y nuestros niños y para todos nuestros bienes. Esdras 8:21.

 

Somos vasijas ungidas y nuevas criaturas sometidas al gobierno del Padre en las manos del Divino Alfarero que cada día nos moldea, perfecciona y santifica para que alcancemos niveles extraordinarios de espiritualidad y vida abundante en Cristo, por eso somos más que vencedores ayunando, orando y alimentándonos con la palabra viva y eficaz. Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre. Salmos 16:11.

 

Si venimos a Dios, ofrezcamos en ayuno nuestra propia alma y vida al SEÑOR, como ofrendas vivas y santas, en oración y adoración, olvidando la comida por un tiempo, perseverando en la presencia de SEÑOR y guardando nuestra salvación al buscar su rostro para romper con viejos hábitos y costumbres, para hallar liberación y sanidad; porque ayunar nos permite quitar los ojos de las cosas de este mundo para enfocarnos en lo celestial. El ayuno no es para manipular a Dios y que Él haga lo que deseamos, es más bien para nuestra edificación, no es para parecer más espirituales que otros, es para alcanzar humildad y mansedumbre. Ayunamos para permitir que Dios nos forme, nos prepare, fortalezca nuestra fe, obtengamos libertad y que Dios sea glorificado. Porque así dice al Alto y Sublime cuyo nombre es santo: YO habito en lo alto y lo santo, también con el contrito y humilde de corazón, para vivificar el espiritu de los mansos y para dar vida al corazón quebrantado. Isaías 58:15

 

Pablo después de creer en Jesucristo en el camino a Damasco, ayunó durante tres días como una manifestación de arrepentimiento por haber perseguido y matado a muchos fieles de la Iglesia primitiva, mientras esperaba en Dios para recibir sus instrucciones Hechos 9:9.  El ayuno que le agrada a Dios está escrito en Isaías 58, ahí el SEÑOR nos da una lista de cosas que debemos hacer para centrarnos en el bien, la verdad, la justicia y la ayuda al prójimo. Isaías 58:1-12.

 

Ayuna dejando la envidia y el juzgar a otros y descubre a Cristo que vive en ellos.

Ayuna de tus palabras despectivas e hirientes, llénate de frases sanadoras y liberadoras.

Ayuna dejando la queja y el descontento, expresa tu gratitud a Dios y a la vida.

Ayuna dejando la ira y el enojo, llénate de paciencia, amor y tolerancia.

Ayuna sacando el pesimismo de ti, satúrate de esperanza y fe en la palabra de Dios.

Ayuna dejando las preocupaciones, párate firme confiando en Dios y abandónate en los

  brazos del Cristo caminando Con Pasos Firmes en Dios ayudados por el Espíritu Santo.

Ayuna abandonando la arrogancia, la soberbia y autosuficiencia para depender de Dios.

Ayuna dejando de añorar lo que pudo haber sido y no fue, demuestra aprecio y

  agradecimiento por lo que puedes disfrutar cada día.

Ayuna a las presiones, rodéate de oración que no cesa para ver milagros y cambios.

Ayuna dejando la amargura, mantente alegre, perdona, y ofrece ternura y reconciliación.

Ayuna dejando la autocompasión o el darte demasiada importancia, expresa bondad y amor

  por los demás.

Ayuna dejando la ansiedad y el descontento por tus carencias, comprométete a servir y alcanzar almas para Cristo.

Ayuna sacando el desaliento, afirma tu fe y tus fuerzas en Cristo para entrar en su reposo.

Ayuna de todo lo que te separe de Dios y te estorbe el crecimiento en el Reino, rodeate de todo lo que te acerque a tu Creador Salvador y estreche tu amistad y comunión con Él.

 

El Ayuno que Dios ha escogido es que acaben con toda injusticia, que compartan el pan, que den refugio al desplazado y extranjero, y que ayudemos por todo lo que se requiera.  El ayuno nos da poder para las bendiciones del Reino poseer. Así que practicando el bien, ayunamos de hacer el mal, si así lo hacemos, Dios nos promete que: Nacerá nuestra luz como el alba, nuestra salvación se dejará ver pronto; la justicia irá delante de nosotros, y la gloria de Dios será nuestra retaguardia. Invocaremos y clamaremos al SEÑOR y Él dirá: Heme aquí. 

 

Ayunar no es un sacrificio, es una ofrenda a Dios para humillar el cuerpo, purificar el alma y elevar el espíritu encontrándonos cara a cara con Dios, Él no pide sacrificios, pues Cristo ya padeció y murió en la cruz, allí hizo todo el sacrificio que el Padre pedía. Y si quitamos de en medio de nosotros la opresión dejando de señalar con el dedo el pecado de los demás, y si dejamos de esparcir rumores dañinos mal intencionados, y si en cambio ayudamos a los que están en necesidad, la luz de la presencia del SEÑOR, resplandecerá en medio de nuestra vida, como el medio día. Y el SEÑOR nos proveerá todo lo material y nos dará salud, y seremos comparables a un huerto fértil. Nuestras nuevas generaciones reedificarán lo que quedó arruinado; entonces seremos conocidos como reconstructores de muros y restauradores de casas para habitar. Isaías 58:8-12.


Entonces, ¿Cuáles son los sacrificios que le agradan a Dios? Ofrezcamos siempre a Dios por medio de Jesucristo, sacrificios de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre, Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no se olviden; estos son los sacrificios que le agradan a Dios. Hebreos 13:15-16.

 

Si Jesucristo siendo Dios murió por mí, entonces ningún sacrificio que yo haga por Él o para Él puede ser demasiado grande, ayunemos. C:T Studd.

 

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.