4 oct 2015

EMPRESARIAS DEL HOGAR Y CONSTRUCTORAS DE TEJIDO SOCIAL


MUJERES QUE EDIFICAN SU HOGAR

SOMOS CONSTRUCTORAS DE TEJIDO SOCIAL

Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; pero la mujer que teme a Dios es digna de alabanza. Proverbios 31:30.

No temas hija mía, porque todos en el pueblo saben que eres una mujer ejemplar. Por eso YO haré lo que me pidas. Ester 3:11.

Un esposo confía plenamente en una mujer sabia y prudente, no necesita de ganancias mal habidas. Proverbios 31:11-12.

Recuerdo mi niñez de manera clara, fui feliz aún en medio de la pobreza y las limitaciones, mi padre fue tan responsable y proveedor, mi madre tan sufrida pero tremenda y gran trabajadora; siempre nos enseñó la reverencia a Dios en medio de su dolor, sus lágrimas y su ardua labor diaria. En el mundo hay aflicción, pero nosotras confiamos en el SEÑOR. Juan 16:33.

Si hay algo que me hace llorar hasta el día de hoy conmoviendo y arrugando mi corazón hasta hacerme arrodillar delante de Dios para darle gracias, es mi madre, una sencilla, pero valiente esposa y madre, su amor y su laboriosidad no tienen comparación, ¡mi dulce madre campesina! sin ir a una escuela, pero con grandes principios morales y virtudes de mujer digna como la de Proverbios 31, han hecho de ella un ejemplo de honorabilidad y heroísmo para mí y mis nueve hermanos; mi madre, una inocente campesina, es el ser más dulce y sin malicia viviendo en este mundo cruel de la ciudad. Los justos estamos en medio de lobos, es la verdad. Mateo 10:16.

Ella hizo todo lo que tuvo a la mano y su alcance para prodigarnos bienestar, calor de hogar y buen testimonio: amasó arepas cada madrugada, hizo tamales, hizo envueltos, hizo chuculas, hizo jalea de guayaba; lavó y planchó ropa de gente extraña, y rodaba canecas desde muy lejos para que tuviéramos agua potable en el racho; ¿en el rancho? Sí en un rancho, en plena ciudad empezando a florecer, yo me críe desde los dos años hasta los 16 años en un racho de madera forrado con cartones y con tejas de lata llenas de rotos que cuando llovía se colaban las goteras y teníamos que poner muchas vasijas para recoger el agua que se filtraba y hacía hoyos en la tierra negra. La mujer sabia sale a buscar lana y lino, y con sus propias manos trabaja con alegría. Proverbios 31:13.

El suelo del rancho era la pura tierra que se volvía barro con la lluvia, dormíamos hasta tres en una cama, camas que mi padre hacía soldando hierros para crear nuestros lechos; cuando nos subíamos a dormir, veíamos correr las ratas que se metían por los rotos, no nos asustaban, las mirábamos correr y morder lo que podían. Pero nosotros unidos, abrazados y en medio de las risas infantiles, éramos felices con lo muy poco. Yo fui la mayor de los diez, total tenía mucha responsabilidad, era como una pequeña viejita que debía colaborar con mis padres en el cuidado de los niños y la casa. En el seno del hogar la mujer virtuosa es como una vid llena de uvas en la mesa, y sus hijos son vástagos de olivo. Salmos 128:3.

En medio de todo eso crecí, con inocencia, alegría y libertad, unidos en amor sincero y profundo, luchando diariamente para enfrentar situaciones propias de familias como la nuestra; pero mis padres siempre estuvieron ahí, siempre nos instruyeron en lo que era bueno y honroso trabajando duro, pero honestamente y dando ejemplo a sus pequeños, ellos decían: podremos ser pobres y feos, pero honrados y trabajadores. Obvio que, en medio de todo ese amor, había una familia disfuncional, pero unida y buscando en las charlas cómo mejorar; mi padre como hombre militar fue muy duro y agresivo con mamá, pero según ella, todo lo soportaba por amor a sus hijos. ¡Eso sí que es morir a uno mismo para edificar familia y recibir de Dios la recompensa! Porque, el grano de trigo debe caer a la tierra y morir para que no quede solo, pero si muere lleva mucho fruto. Juan 12:24.

Dios nos moldea y tritura en su mano para que seamos verdaderas madres y amas de casa, entonces morimos a nosotras mismas, para darlo todo por el hogar; pero lo que quiero resaltar ahora, es el poder del amor y la bondad de Dios al hacernos madres, para que haya poder protector, identidad y sentido de pertenencia con la presencia de los padres en el hogar, es lo mejor para los hijos, asi regalamos muchos abrazos y besos, aun cuando algo no nos salga bien, o también para corregir y disciplinar oportunamente y en su momento; es el poder del ejemplo con el arduo trabajo juntos, papá, mamá y los hijos, esto es poderoso para mantener el calor y la estabilidad de la familia donde se cumple la palabra de Dios cuando dice: La mujer sabia construye su casa, pero la necia con sus manos la destruye, Proverbios 14:1.

Hasta el día de hoy cuando hay oportunidad nos reunimos todos, los que antes éramos doce pequeños, ahora llegamos a completar más de 40 con hijos nietos y biznietos de mi vieja, cosa que nos hace sentir felices al compartir juntos; aunque claro, todo tiene unas consecuencias y unos resultados, pues lo más triste de todo fue ver acabarse poco a poco la vida de uno de mis hermanos con el veneno de los alucinógenos que finalmente, aunque se arrepintió y cambió de vida, murió por las secuelas que le dejaron palizas que recibió, y le provocaron convulsiones y terribles ataques de epilepsia produciendo fallas cardíacas que lo ausentaron por la eternidad de nuestro hogar, por eso padres, esten atentos de sus hijos y cuidénlos, porque, Bendita sea la fuente de tu manantial…Proverbios 5:18. 

Al día de hoy casi todos terminamos estudios medios y universitarios, cosas en las que cada uno puso todo su empeño para salir adelante y no quedarnos rezagados del resto de conocidos de nuestra edad. Cada uno tenemos un hogar, hijos y familia; como madres y esposas todas nosotras tratamos de ser lo mejor posible en nuestras casas, haciendo lo mejor por nuestros hijos amados y esposo. Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su valor supera al de las piedras preciosas. Proverbios 31:10-31.

Yo soy profesional y ama de casa, hoy me gozo en el SEÑOR Jesucristo mi más grande amor y mi riqueza, con su Santo Espíritu que es mi Aliento de vida y mi consejero por excelencia; doy gracias a Dios por tener dos maravillosos hijos profesionales, un médico y una abogada: no son príncipes de Sión, son dos maravillosos seres humanos, cargados de amor y de esfuerzo para lograr sus sueños. Todo el proceso de crianza, educación, disciplina y corrección ha sido en amor, sin negar que a veces fallamos, pero que Dios nos corrige, todos hemos madurado, nos comunicamos, organizamos tiempo para estar juntos, para jugar, para acompañarnos en momentos especiales, aprendiendo madurez emocional, creciendo espiritualmente, aplaudiendo lo bueno y reconsiderando lo no tan bueno para ser mejores personas, porque es amándonos, respetándonos y dándonos importancia uno al otro, como podemos permanecer juntos para avanzar y al final ver los logros. Como hijos guardamos los mandamientos del Padre y nunca abandonamos las enseñanzas de la madre. Proverbios 6:20-21.

En realidad, las madres somos empresarias del hogar porque ejercemos en muchas labores y funciones: una mujer sabía que quiere edificar su casa y conservar hijos con principios y virtudes, es abnegada, sacrificada, y esforzada trabajadora; una mujer en el hogar es psicóloga terapéutica que trata con amor, cuidado, escucha y comprende para dar alguna solución; mujeres de hogar somos maestras y profesoras no solo con las tareas de la escuela sino con la enseñanza de principios y valores que formar gente de calidad humana en la sociedad; las mujeres edificadoras en el hogar, somos el pilar del afecto, la educación y las buenas normas que dan a los hijos, consciencia de la realidad. La mujer sabia y responsable, se levanta aun siendo oscuro para dar de comer a sus hijos…Proverbios 31:15. 

Las mujeres edificadoras de hogar, somos profetas que bendecimos a los hijos con lo que dice Dios en su palabra; somos ingenieras y arquitectas de las columnas de la moral y el valor personal en las buenas costumbres que inculcamos a nuestros hijos; papá y mamá juntos, edificamos personalidad, carácter y autoestima sana, velando por los intereses de nuestra familia y de cada miembro en particular; las madres que edificamos sociedad sana desde nuestro hogar, somos motivadoras de grandes retos, animando y fortaleciendo cad dia los talentos y alcances de nuestros niños y jóvenes desde la mañana hasta la noche, apoyando con la biblia, en el estudio, la lectura y la investigación. La mujer hacendosa vale más que las piedras preciosas. Proverbios 31:10.

Somos promotoras de la vida y liberta llevando a cabo diversas actividades juntos y aprovechando bien el tiempo para explicar ciencias, novedades y aprendizajes juntos; la mujer edificadora de familias íntegras, somos pastoras y ministras que enseñan reverencia y temor a Dios que es respeto en fe y espiritualidad; prodigamos abrazos cargados de afecto y generosidad mediante la obediencia y el buen ejemplo; somos mujeres economistas de la casa, buscando la sabiduria de Dios en oracion para saber manejar y distribuir bien los recursos disponibles para proveer sustento y bienestar a la familia; somos constructiras que edifican identidad y pertenencia en amor, ternura y acompañamiento presencial. Porque La mujer será como una vid que lleva fruto a los lados de su casa; y sus hijos son como plantas de olivo alrededor de su mesa. Salmos 128:3.

Somos ecologistas y naturistas que amamos la naturaleza, y por lo tanto, enseñamos a los hijos, acerca de las riquezas naturales que Dios nos ha dispuesto, para generar cultura natural y cuidado vegetal y animal, pero mejor aún, enseñamos la cultura del reino de Dios y su justicia; somos empresarias relacionistas, que se ocupan de hablar con los maestros y vecinos, para saber lo que hacen los hijos fuera de casa, y asi recompensar, felicitar o corregir, estando siempre unidos en nuestras relaciones personales. Los hijos heredan casas y riquezas de los padres, pero la mujer sabia y diligente es un don de Dios. Proverbios 19.14.

Las mujeres virtuosas en su hogar, somos médicos y enfermeras que sanan no solo raspaduras de caídas, sino corazones heridos y tristes prodigando el amor que Cristo ha puesto en nuestro corazón, asi entregamos nuestra vida a diario con gran compromiso y responsabilidad de madres y esposas; somos abogados y juristas que defienden la integridad, seguridad, singularidad y justicia a favor de nuestros hijos y nuestros nietos poniendo límites y formulando reglas y normas de buena conducta. Un esposo confía plenamente en la mujer sabia y prudente, y no necesita de ganancias mal habidas. Proverbios 31:11-12. 

Sencillamente somos mujeres y personas en medio de un pueblo, pero madres que luchamos y trabajamos, no solo a favor de nuestra familia sino promoviendo buenos hábitos y modales, porque, si hacemos bien la tarea, cimentando felicidad y seguridad, entonces tendremos una sociedad con personas de alto valor y calidad humana que siempre harán lo mejor y lo correcto en beneficio de todos. La mujer virtuosa sabe calcular el valor de la tierra y compra bienes con las ganancias de su trabajo, Proverbios 31:16. 

Algo que he podido confirmar en mi vida es que las personas que tuvieron una infancia y un crecimiento personal difícil y luchado, son las que llegan a ser personas valiosas y queridas, debido a su esfuerzo y valentía; son gente madura que valora lo que tienen, respetan a sus mayores, honran a los padres y son trabajadores incansables, responsables y comprometidos, profesionales, expertos y hasta empresarios y gente importante, porque no solo temen a Dios, sino que aman la vida del hogar, aman estudiar, conocer y proveer bienestar a la humanidad, pero los hijos que lo tienen todo sin ninguna clase de esfuerzo, se les facilitan los caprichos y se les pone todo en las manos, o son criados por terceros, serán hijos que avergüenzan, perezosos y acomodados que solo exigen y reclaman derechos. Con disciplina y corrección se aprende, pero los hijos consentidos son vergüenza de su casa. Proverbios 29:15.

La mujer en el hogar crea una sociedad sabia y ordenada, porque ella depende de Dios, y enseña a su prole a depender de su Creador; ella es una mujer previsiva, que se asegura de que todo marche bien bajo su techo, que todo en su casa funcione, provee para su casa y ayuda a los necesitados en tiempo oportuno, en el invierno y el frio abriga bien a su familia, ella misma cose y hace costuras para su casa; la mujer sabia es la que está al lado del hombre grande que la gente conoce afuera de su casa; en resumidas cuentas, las mujeres maduras en Cristo, somos mujeres de carácter y determinación, guardamos nuestra dignidad y buen nombre y nos apoyamos todo el tiempo en el Rey de reyes y SEÑOR de señores. Proverbios 3: 1-10.

Desde el hogar, una madre y un padre de fanilia contribuyen a construir un mundo mejor, con una sociedad sana donde se puede vivir con seguridad, orden, principios y valores, dentro de hábitos y costumbres otorgados por Dios en su palabra, porque eso es lo que necesita la humanidad para valorar la vida, la paz y la libertad que Cristo nos ganó y heredó. Mateo 5:9.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero, y servidora de su reino. 

                                                                                                  




VALOREMOS, APOYEMOS Y AMEMOS A LAS MUJERES AMAS DE CASA, SON MUJERES  VALIENTES, ESFORZADAS GUERRERAS Y LUCHADORAS VIRTUOSAS CONFORME AL CORAZÓN DE DIOS. DESEMPEÑAN EL PROPÓSITO Y ROL QUE DIOS ESTABLECIÓ PARA LA MUJER CON EL PROPÓSITO DE QUE TENGAMOS UNA SOCIEDAD EN ORDEN Y VIVIBLE.