DAVAR Y RHEMA DIVINO-SALMOS 144


DAVAR Y RHEMA DIVINO-LA PALABRA PERFECTA Y PRECISA
Salmos 144

Bendito sea JHV, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra, misericordia mia y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, Escudo mio, en quien he confiado…Salmos 144:1-2

Jabes invocó al Dios de Israel: Oh si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y Tú mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me cause dolor! Y Dios le concedió lo que pidió. 1 Crónicas 4:10.

El SEÑOR está lejos de los impíos, pero escucha la oración de los justos. Proverbios 15:29.

En esos tiempos cuando las circunstancias se nos presentan pesadas y sin salida en nuestro parecer, humano, en esos momento de oración cuando presentamos a Dios las peticiones en el nombre de Jesucristo, el Verbo de Dios y en el Espíritu de su palabra prtofética perfecta, medicina y remedio para el alma desesperada, confesando con nuestros labios lo que ya salido de la divina boca, llegan respuestas increibles que nos dejan sorprendidos porque ni las habíamos pensado, pero el SEÑOR, las trae a nuestro corazón, en el momento en que más las necesitabamos, en esas oraciones inesperadas y maravillosas que resuenan en nuestra mente se oyen las palabras del cielo, apropiadas, únicas y perfectas, como un manantial de aguas refrescantes que llegan al alma doliente y quebrantada, en la respuesta oportuna que con ansias esperabamos, asi es el Davar divino que desciende del trono del Padre, el Rhema de Dios a su tiempo, como nuestro consuelo oportuno y refrigerio perfecto a la oración contestada. Porque sucederá, que antes que ellos clamen YO responderé, aún estarán hablando, y YO habré oído. Isaías 65:24.

Esa palabra de aliento que llega del cielo a nuestra alma, cuando oramos en el nombre de Jesús, y confesamos lo que dice la Biblia, es el consuelo y solución divina que da en el blanco de nuestra necesidad, desatando la gloria de Dios, son palabras perfectas inspiradas por el Espíritu Santo al momento de clamar con fe, auxiliados y acompañados por nuestro Ayudador, e Intercesor, Amigo, el Espíritu Santo de Dios, huésped celestial de nuestro ser en este templo suyo, que nos indica y nos muestra que Cristo está a nuestro lado y su palabra prospera en aquello para cual la envíó; porque:Tenemos la palabra profética más segura, a la cual, nosostros debemos prestar mucha atención, como si fuera una lámpara que brilla en un lugar oscuro; hasta que el día amanezca y la estrella de la mañana salga para  alumbrar nuestros corazones. 2 Pedro 1:18.

Creo porque he vivido la experiencia en Dios, que su Palabra Dávar divino y su Rhema poderoso mitigan el sufrimiento y el dolor tremendo de nuestro ser cuando estamos en peligro y bajo una amenaza de muerte, lo se, por eso soy inspirada a dar testimonio del consuelo de Dios y su respuesta precisa a nuestro clamor, llegan en el tiempo perfecto de Dios para devolvernos la paz y fijar la mirada en Él y no en lo que oyen nuestros oídos ni ven nuestros ojos; esta es una de las maneras gloriosas de explicar las palabras del apóstol Pablo cuando escribió: De la misma manera, también el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad, pues no sabemos orar como conviene, pero el Espíritu Santo mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Romanos 8:26

Hay momentos en nuestra vida cuando atravesamos por apremiantes y grandes necesidades, en esos casos nos llenamos de tristeza, inquietud y angustia, y nos resulta difícil saber orar para presentar a Dios nuestras peticiones en una pronto respuesta; es precisamente en esos momentos cuando debemos acudir a la ayuda y güianza del Espíritu Santo a través de la Biblia, para tener la sabiduría necesaria, en cómo nos conducirnos empleando el lenguaje celestial específico y apropiado para tocar no solo el trono de Dios, sino el corazón del Padre, y es con la palabra de Dios que hacemos oraciones fortalecedoras por nuestra fe, que nos hace firmes para esperar la respuesta de Dios, nuestro corazón se encoge y nuestra alma se derrama como río ante ese Padre maravilloso lleno de amor y compasión, Él pues nos atiende cuando clamamos en el nombre de su Hijo y con un corazón hecho pedazos. Hasta ahora, no han pedido nada en mi nombre; pidan y recibirán para que su gozo sea cumplido. Juan 16:24.

El Espíritu Santo nos fue dado por Jesucristo para ser nuestro ayudador por excelencia, a su vez, el Padre nos dio a Jesucristo, como Abogado Defensor, Él nos dejó su poderoso nombre y su palabra para saber orar y obtener respuesta; también en ciertas ocasiones que oramos nos viene el silencio ante Dios y callamos, Dios mismo nos impulsa a guardar silencio, luego nos viene el idioma del cielo, esas palabras que el Padre necesita escuchar desde nuestro espíritu a través de nuestra boca, sonidos que aunque a veces no entendemos, las decimos con tanta fuerza de fe, que armonizan con la voluntad de Dios, así conectamos nuestras peticiones dentro del propósito de Dios. Elias era hombre con debilidades como las nuestras, pero con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra en tres años y medio. Volvió a orar, y el cielo dio su lluvian y la tierra produjo sus frutos. 1 Reyes 17:19 y Santiago 5:17-18.

No necesitamos ser súper espirituales, necesitamos ser sencillos creyentes de Dios y orar con fe para recibir respuesta; Elias era un ser normal como nosotros, pero caminaba con Dios y confiaba en Dios, por eso el SEÑOR le respondía a los ojos de todos. Con esa misma confianza y fe, en momentos difíciles, el Salmista pudo decir: Bendito sea JHV, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra; misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado…Salmos 144:1-2. Este varón de Dios se apropió de esa palabra y obtuvo la respuesta, Dios les quitó toda oposición y el pueblo pudo construir un gran templo para el Dios de Israel.

Jesucristo es el Davar, el Logos de Dios, la Palabra Viva, el Verbo de Dios hecho carne, y si oramos en su nombre, con su palabra, recibieremos la respuesta precisa que da solución y esperanza a nuestra necesidad, esa es la mejor oración de guerra espiritual, fue lo que hizo el Espíritu Santo con el rey David, le mostró que debía esforzarse en términos de una gran estrategia de batalla espiritual para la victoria sobre los enemigos, adoptando una postura de batalla para enfrentar la adversidad, así honramos el nombre de Cristo, porque creemos y actuamos al conocer la palabra precisa que hemos de confersar de manera certera; tendremos fortaleza y poder en Dios, quien nos capacita y nos adiestra como guerreros y soldados del reino sobre todo lo que nos rodea. Les aseguro que, si tienen fe y no dudan...podrán decirle a ese monte: quítese de ahí y tierese al mar, así se hará. Si ustedes creen tendrán todo lo que pidan en oración. Mateo 21:21-22..

Las palabras de Dios, el Davarim, es lo que ha salido de la boca de Dios para los creyentes en Cristo, lo cual se hace Rhema cuando es palabra bíblica que prinunció el SEÑOR en su momento, es como una flecha certera, precisa, perfecta y apropiada que mata el obstáculo y desata el golpe preciso contra el mal, en el momento adecuado y sobre la necesidad apremiante; ¡Bendito sea el SEÑOR mi protector! Él 3s quien me entrena y me prepara para combatir en la batalla. Salmos 144:1.

Más adelante este mismo Salmo nos revela que aunque todo sea adverso, todo, seres humanos, entidades sociales y gobiernos estan bajo el señorio y dominio de Dios, aunque a muchos les perezca lo contrario; Dios usa lo malo para cumplir sus propósitos de juicio y disciplina a su pueblo al mismo tiempo, Dios nos alerta a tomar control y afirmar nuestra fe en Él sobre todo asunto humano en el nombre y autoridad de Cristo, por el poder de su palabra. SEÑOR, descorre la cortina de los cielos, y baja; toca los montes para que echen humo, lanza tus flechas y relámpagos, y haz huír en desorden a los enemigos. Salmos 144:5-6 

Cuando hemos dado a conocer las peticiones, en un acto de fuerza y de fe, alabamos de tal manera que la protección de Dios se derrama sobre sus hijos para experimentar la victoria en el espíritu, Salmos 144:7-11; el texto del salmo finalmente culmina con una declaración profética de vida, paz y prosperidad de Dios que se derrama sobre su pueblo, para enfrentar el conflicto seguros y confiados bajo la mirada amorosa del Padre. Sean nuestros hijos como plantas crecidas en un jardín, nuestras hijas sean como bellas columnas labradas, que sostienen la estructura del templo. Nuestros graneros, estén llenos, repletos de toda clase de alimentos...Salmos 144:12-14.

Que poderoso saber que clamamos por nuestra liberación, por la bendición y dirección para nuestros hijos, por nuestra prosperidad, contra las malas noticias y los afanes de la vida, y Dios nos escucha y responde oportunamente. Este es un Salmo que enseña y direcciona la manera de orar y dirigirnos a Dios; palabra que edifica, fortalece y da confianza durante tiempos difíciles de guerra y escasez, teniendo la certeza de recibir ayuda y bendición de Dios Todopoderoso.Oh, SEÑOR, ¿qué es el hombre para que en él pienses, o el hijo del hombre para que lo estimes? Salmos 144:3

Todo cristiano, pelea una ardua batalla desgastante, es la lucha de nuestro peregrinaje terrenal entre el bien y el mal. Por eso necesitamos la continua intervención del Altísimo en el trasegar por este mundo; lo hermoso y asombroso es que Dios viene todo el tiempo a fortalecernos con su Eterna Palabra para que nos apropiemos de su profecía bíblica más segura. Con cada palabra bíblica que llega a nuestra vida en momentos precisos, es como si Dios nos dijera: Tómala, y ve con ella a la pelea, lucha, se firme y obtén tu victoria. Dichoso el pueblo que tiene esto; dichoso el pueblo cuyo Dios es YHWH. Salmos 144.15.

Como humanos, somos como diminutas hormigas ante la grandeza y soberanía de Dios, y ante los ataques de las tinieblas, pero Dios nos oye, se inclina desde los cielos, su gloria desciende, y todo mal se disipa, Dios extiende su mano desde el cielo, y nos saca de las agus del problema que nos ahogan. Envía tu mano desde lo alto; redímeme y sácame de las muchas aguas, de la mano de hombres extraños. Salmos 144:7.

Oremos y confesemos este Salmo 144, y nuestro lamento y miedo se convertirá en adoración y alabanza, esta y muchas otras palabra saltan de las páginas de la Escritura para clavarse en nuestro corazón, es lo que Dios quiere que oremos, son un Davar y un rhema de Dios, una palabra oportuna, precisa y perfecta con efecto victorioso, glorioso y propicio para honra de su nombre. Y yo digo ahora: Padre, mantenme firme esta temporada, hasta que se haya hecho tu voluntad en mi vida y tu hayas cumplido tu propósito perfecto en mi. Oh, Dios, a Ti cantaré cántico nuevo,, con instrumentos cantaré a Ti; Tú, el que da la victoria y nos rescata de maligna espada. MIs hijos crezcan como plantas de tu jardín, y mis hijas cual columnas labradas que sostiene la estructura de tu templo.; nuestra alacena esté llena y repleta de alimentos; nuestras fuerzas aumenten para el trabajo y nuestras finanzas nos abastezcan, y que no hayan gritos de alarma en las calles. Salmos 144:9-14.

Ahora lo aseguro sin temor a equivocarme que la Palabra perfecta que tocará el trono de mi Padre con mi oración para momentos apremiantes de necesidad, está ya escrita en la Biblia, por eso es importante escudriñar las Escrituras como quien cava profundo en una mina para hallar la joya más hernosa y orar con ella, y en ese texto que ha saltado más de una vez ante nuestros ojos, hay respuestas de Dios. sea personal, familiar o nacionalmente, para  los que NO se quejan, sino oran y claman. ¡Bendito sea el SEÑOR, mi protector! Él es quien me prepara y me entrena para combatir en la batalla. Salmos 144:1.

Cada día que trascurre me siento más enamorada de Cristo, más aferrada al Padre y más íntima del Espíritu Santo, atesorando y amando Las Escrituras, allí siempre encuentro consuelo, aliento y amor, mi fe se fortalece de manera maravillosa, no puedo más que llorar de felicidad y agradecimiento ante la Eterna verdad de Dios, su bendita palabra nos inspira a adorarlo, buscarlo y ser fieles a Él, porque bueno es Dios y para siempre es su misericordia. Él es mi misericordia y castillo protector: Él es el amigo que me fortalece y me libera; mi más alto escondite, mi libertador, Él es quien pone a mis enemigos debajo de mis pies. Salmos 144.2. ¡Aleluya!

Aunque todo se ponga feo, aunque el futuro sea incierto, Dios nos dará la victoria final en toda circunstancia, porque Él desea ser honrado y adorado, mientras nosotros nos gozamos ante su presencia, y cuando Dios me da una palabra profética o una promesa, suelo colocar al margen de la Biblia, la fecha en que la recibí, también suelo anotarla en alguna agenda para recordarla continuamente, si vuelve la prueba y la opresión, entonces confieso en su nombre la palabra y me paro firme. Firme está mi corazón ¡oh Dios mio! mi corazón está firme en Ti; ¡te cantaré y entonare salmos! Salmos 57:7

Gracias Señor por las pruebas, por las dificultades, por los problemas, por el dolor, por la enfermedad, porque Tú usas todo para enseñarnos a madurar y crecer espiritualmente, fortaleciendo nuestra fe, para que nosotros testifiquemos de tu grandeza, tu amor, poder, fidelidad y te demos gloria. ¡Loado sea nuestro Dios Creador! Me paro firme en mi victoria en Tu Eterna Palabra viva y tu palabra profética oportuna y precisa en este momento. Mantengamonos firmes y sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos; porque Dios cumplirá la promesa que nos ha dado. Hebreos 10:23.. Amén.. 

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.
 

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